GTA V ha puesto de acuerdo a prensa y aficionados como uno de los grandes lanzamientos de esta generación de máquinas, pero aún faltaba por ver su ambiciosa parte on-line. Planteada como un universo persistente y lleno de posibilidades, Los Santos vuelve a ser un lugar en el que invertir horas y horas. Todavía falta pulido y trabajo en GTA Online, pero desde luego es un comienzo prometedor.
La quinta entrega, sólo de número, de la saga Grand Theft Auto está entre nosotros desde hace unas semanas, y su impacto ha sido mayúsculo. No sólo se trata de un videojuego aplaudido con estruendo y de forma unánime por la crítica, sino que además cuenta con unos datos de ventas verdaderamente abrumadores. Las claves de su éxito están debidamente expuestas en su análisis en las páginas de 3DJuegos, uno en el que como era lógico brillaba por su ausencia la parte on-line, puesto que ni estaba puesta en marcha ni tan siquiera su monumental prisma podría haber sido tratado debidamente y con justicia con un mero apartado en aquella review.
Sin embargo el comienzo de su andadura no ha sido el esperado, y eso que estábamos ya preparados anticipadamente para algo problemático. De hecho Rockstar advirtió que tardaríamos un par de semanas en ver en marcha Grand Theft Auto Online a un nivel aceptable, adelantando que habría incidencias de tipo técnico con los que habría que lidiar en un lanzamiento tan grande como éste, sin embargo no esperábamos que el nivel inicial fuera a ser traumático. Los primeros días han estado cargados de bugs, desconexiones e incluso pérdidas completas de los personajes, una serie de acontecimientos negativos de casi cualquier tipo imaginable que lo han convertido en algo literalmente injugable y que se han traducido en una puesta en marcha que, aunque comprendamos los volúmenes de millones de usuarios con los que los servidores del juego han tenido que lidiar, parece intolerable.
Pero eso ya es cosa del pasado, y al margen de protagonizar algunos de los momentos más polémicos de este año y de provocar distintas compensaciones de manos de Rockstar como pueden ser la de la inyección de 500.000 dólares en las cuentas in-game de los jugadores, lo cierto es que el programa no presenta un estado 100% perfecto en estos momentos, pero sí está en una etapa que definitivamente ya permite su disfrute. Y, ¿qué tenemos entre manos con él? Un producto que comienza a perfilarse como un lanzamiento extraordinario para los aficionados a las experiencias a través de internet colaborativas, dilatadas y cargadas de adicción, y también un videojuego al que, como sus responsables prometieron, le queda mucho margen de crecimiento.
Crimen en la Red
Con GTA Online hay que decir adiós a la complicada y profunda narrativa de Grand Theft Auto V, todo lo que se ofrece a nivel argumental aquí es mucho más sencillo y nada tiene que ver con la historia de unos Michael, Trevor y Franklin que ya pertenecen por méritos propios al Olimpo de protagonistas de la serie por su carisma y por el interés de una historia a tres bandas que nos dejó cautivados. Esta simplicidad empieza ya a notarse desde el momento en el que a nivel conceptual tomamos control sobre un protagonista que no habla, lo que reduce como es lógico notablemente las posibilidades a nivel de guión del programa.
El primer paso previo antes de comenzar nuestra andadura pasa por la herramienta de creación de personaje, que observa una curiosa reinvención de lo que suele ser habitual en este tipo de videojuegos. La idea es que en lugar de gestar el aspecto de nuestro protagonista en base a definirlo con precisión en base a parámetros de, por ejemplo, nariz, ojos, forma de boca, etcétera... Todo se hace en función de la herencia genética, lo que supone que tenemos que escoger el aspecto de padres y abuelos de nuestro protagonista, y a continuación ir comprobando cómo va consolidándose eso en el rostro del personaje. La idea es algo extravagante sobre el papel, y ciertamente su traducción en términos jugables dista de ser perfecta. El problema no reside únicamente en que Rockstar no nos ha brindado excesivas posibilidades en cuanto a los rostros y su calidad, lo que se traduce en que habrá montones de personajes de apariencia muy similar en su mundo, sino que además resulta muy difícil acabar consolidando un look que se parezca de alguna manera a lo que deseamos.
En la sección de orígenes definimos estos patrones, eligiendo entre varias opciones de abuelos maternos y paternos predeterminados. En función de las mezclas genéticas surgirán los padres de nuestra criatura, y deberemos decidir cuánto se parecerán nuestros progenitores a sus respectivos ancestros. A partir de entonces sólo tendremos un nuevo indicador de semejanza para ver cuánto tendrá de su padre y de su madre un personaje para el que elegiremos también el sexo. ¿Complicado? Más difícil de entender con palabras de lo que realmente es con la herramienta que, insistimos, es más tosca de lo que nos gustaría. Una vez hecho esto pasamos a la pestaña de estilo de vida, donde vamos a pormenorizar cómo repartía nuestro personaje las 24 horas de su vida antes de que tomáramos control sobre él. El tiempo durmiendo, el que se invierte con familiares y amigos, el que se dedica a la práctica de deporte, el que se pasa en el sofá... Hasta siete valores a escoger que irán definiendo el aspecto de un personaje para el que ya sólo nos quedará escoger su edad, su cabello, si queremos que lleve algún tipo de maquillaje o si de serie llevará sombrero o gafas.
Todo esto no nos da nada más que las bases sobre las que construiremos después cómo va a lucir nuestro protagonista. Su físico en el sentido más puro de la palabra permanecerá inalterable, pero al igual que en la campaña podremos personalizar su ropa, tatuajes, complementos o peinado... Eso sí, con opciones mucho más generosas y cuantiosas que en el modo individual, pero también mucho más caras. GTA Online se construye sobre el dinero, y no sólo hay montones de cosas carísimas en las que invertirlo, sino que todas van orientadas hacia la mejora de nuestro estatus en el título y resultan muy adictivas de conseguir. Es un videojuego que refleja con precisión de cirujano cómo funcionan los engranajes del capitalismo en cuanto a la importancia de tener dólares en el bolsillo, pero eso es algo en lo que entraremos más adelante.
Y es que lo que nos importa ahora es que nuestro personaje llega a Los Santos poco menos que con una mano delante y otra detrás. Asistiremos a una cinemática in-game que nos presentará una ciudad que no ha cambiado nada con respecto a lo visto en la campaña en cuanto a su arquitectura, y que tras aportarnos a modo de pistas sus primeras claves nos dejará en manos de uno de los muchos personajes que nos sonarán de nuestra andadura en el modo historia: el poco escrupuloso pero divertidísimo Lamar Davis. Con él llevamos a cabo nuestra primera carrera a modo de pseudo-tutorial, y acto seguido ya quedamos enteramente libres para comenzar nuestra andadura con la misma libertad que siempre ha caracterizado a la serie desde sus comienzos... Sólo que por fin con más gente a nuestro alrededor.
Qué Hacer en Los Santos
Grand Theft Auto Online, como los videojuegos de carácter multijugador persistente a los que pertenece en cuestiones de género, se toma su tiempo a la hora de abrirse; y es que en los primeros compases puede dar la sensación de tratarse de una mera versión limitadísima del modo historia con otros personajes. Nada más lejos de la realidad. Al igual que el propio GTA V todo se divide en actividades principales (misiones) y secundarias, sólo que aquí la oferta de las segundas es mucho más amplia.
Vuelven algunas de las cosas que están disponibles en el pellejo de Michael, Trevor y Franklin como, por ejemplo, el paracaidismo o el tenis, sólo que en esta ocasión su disfrute incluye a otra persona. Algo que definitivamente multiplica la diversión de hacer uso de ellas, y nos hace olvidar que sus mecánicas no son tan profundas, obviamente, como en otros videojuegos especializados en ese tipo de materias: algo particularmente notorio en el ejemplo deportivo. También hay algunas actividades que debutan como, por ejemplo los pulsos, que se resuelven de una forma muy sencilla emplazándonos a mover a toda velocidad el stick izquierdo o derecho del pad, pero en general todo es tan fácil y accesible que basta con apretar un par de botones para enfrentarnos cara a cara con algún jugador en particular de los que moran sus calles en el desafío que más nos interese, o de participar en algo más colectivo. Una de las mayores virtudes del videojuego es, precisamente, lo rápido que resulta acceder de una modalidad a otra, lo que significa que hay espacio para quien gusta de regodearse en los largos paseos por Los Santos entre cada acción, pero que también lo hay para el que sólo le interesa llevar a cabo actividades.
Así que si nos interesa retar a un usuario específico del máximo de 16 que moran, basta con que lo seleccionemos en el menú de amigos y le llamemos o desafiemos a alguna actividad en concreto como una carrera entre dos o un tiroteo rápido. El juego asegura unirnos directamente a los servidores en los que están nuestros amigos, lo cual hace en teoría más sencillo multiplicar el interés de estos eventos, sin embargo nosotros en las horas invertidas con el programa no hemos tenido tanta suerte y en todas las ocasiones hemos acabado rodeados de desconocidos. De todas formas lo que sí funciona perfectamente es la posibilidad de invitar a nuestros conocidos a nuestras partidas o de animarles a entrar a las que estemos ocupando nosotros, siempre y cuando no hayan alcanzado el máximo de aforo permitido y haya hueco para ellos.
Los eventos multitudinarios son todavía más divertidos, aunque básicamente se estructuran en torno a ideas parecidas. Principalmente iremos encontrando sus iconos en el mapa teñidos de color azul, y en número creciente según vayamos aumentando de nivel: carreras (terrestres, áreas, acuáticas o de motos), pero también muchos lugares donde llevar a cabo Partidas a Muerte individuales o por equipos en distintos mapeados. Para acceder basta, como ya hemos dicho, con desplazarnos al lugar que indiquemos en el GPS o, sencillamente, hacer uso de los menús rápidos para acceder a ellas.
La conclusión es idéntica para las misiones principales, que se pueden superar en solitario o acompañados, y que aparecen representadas con una estrella del mismo color. El problema que tienen es que si bien el conjunto del videojuego es muy adictivo, lo es más por todo el concepto de ganar dinero y mejorar al personaje, que por los propios encargos que acabemos llevando a cabo. El nivel de inspiración de GTA V para éstos era muy alto, con planteamientos sorprendentes y rompedores, y aquí de momento parecen bastante rutinarias y más parecidas a los objetivos de correo muy básicos de los orígenes de la serie, que a los trabajos más sofisticados de sus últimos episodios. Cierto es que van ganando en variedad conforme avanzamos, con algunas crestas de interés muy interesantes en momentos determinados y al liberar inéditas con nuevos niveles, y que Rockstar ha prometido cientos de ellas en una constante actualización de contenidos para ampliarlos de forma continuada, pero de momento sólo algunas son de veras estimulantes. En cambio sí que hay muchas de recoger un coche, recuperar un cargamento de droga o acabar con alguna banda, y si bien son divertidas acompañados lo cierto es que en comparación con la brillantez de la gran mayoría de las de la campaña individual, éstas no ofrecen unos resultados tan brillantes en cuanto a interés o diversión: cayendo a menudo en lo reiterativo.
Ecosistema On-Line
Como ya hemos dicho el mapa de Los Santos es exactamente el mismo en GTA Online que en GTA V, lo que provoca que los dieciséis usuarios moren a sus anchas con el suficiente margen como para que no esté todo particularmente cargado de gente ni tampoco desértico. Eso se debe, principalmente, a que la mayoría de la actividad se concentra en la zona urbana, y deja las cosas que hacer en parajes naturales como algo bastante residual en primera instancia. Y, de este modo, Rockstar garantiza tener más o menos ordenados los puntos calientes en cuanto a la actividad de los usuarios, y que no se disperse la población. Las situaciones con jugadores desconocidos acaban siendo muy divertidas por su componente impredecible, y podemos cruzarnos sin comerlo ni beberlo con una persecución policial de cinco estrellas protagonizada por otro usuario, toparnos con algún otro jugador `revoltoso´ que sólo quiera bronca y trate de asesinarnos, o con otro que nos robe nuestro valioso coche y tengamos que enzarzarnos en una frenética persecución para recuperarlo.
El título dispone de un sistema de Crews que viene a ser lo que en otros videojuegos se conoce como clanes. Esto supone que es fácil montar un equipo de personas con conocidos, que nos permita llevar a cabo misiones con nuestros amigos. El esquema para tener contacto con quien deseamos en las partidas es muy fácil de todos modos: el modo libre, como hemos dicho, queda sujeto a un componente aleatorio que nos introducirá en un servidor con 16 personas al azar; sin embargo con las herramientas que el juego pone a nuestra disposición antes de cada actividad o misión es fácil jugar con quien queramos. Cada vez que vamos a salir de la parte sandbox para acometer distintos encargos tenemos una pantalla donde podemos elegir si unirnos a las partidas de otros, o crear la nuestra fijando condiciones como las condiciones climáticas, las armas, la hora del día, etcétera...
Si, por el contrario, somos nosotros los que creamos el juego podremos animar a unirse a los jugadores que deseemos de nuestra lista de amigos (aunque no estén en nuestra partida), o enviar invitación a todos los que se mueven en nuestro servidor. Les llegará una notificación al móvil con la propuesta, y podrán desear si aceptarla o no, abandonando lo que estén haciendo en caso de que acepten para entrar directamente a lo que les hayamos propuesto. Al acabar cada partida todos los que han formado parte de ella accederemos a una pantalla a modo de mosaico que nos permitirá escoger qué queremos hacer después, pudiendo optar entre distintos entretenimientos o elegir volver al modo libre con un sistema de votaciones. Es una forma sencilla y muy acertada de mantener al grupo unido llevando a cabo acciones de lo más diverso, siempre que sus miembros lo deseen.
Por otra parte, y por lo que hemos podido comprobar en nuestras partidas, la totalidad de los usuarios son muy colaborativos dentro de las misiones, y la mayoría de éstos tienen también una actitud bastante deportiva en el modo libre: lo que supone que fuera de las actividades se desplazan por la ciudad camino de sus misiones y locales para comprar con un afán bastante inocuo. Eso sí, por supuesto, siempre hay gente con afán destructivo que se dedicará a fastidiarnos en el peor momento. Pero no estamos ni mucho menos indefensos porque nosotros también tenemos armas, y varias alternativas a nuestra disposición para lidiar con todo esto si no nos gustan las sorpresas desagradables.
La primera es la de ir progresivamente reuniendo a los jugadores de "reputación dudosa" en servidores apartados donde no puedan molestar a otros perfiles de usuarios, aunque dado que nos encontramos en los primeros compases de la vida del juego y que de momento no lo parece, es algo que todavía está por demostrar. También existe la posibilidad de pagar un precio por entrar en lo que el programa denomina como Modo Pasivo, y que hace que nadie nos moleste mientras nosotros llevamos a cabo cualquier otra acción que nos apetezca. Si todo esto no nos vale, y lo que nos interesa es la acción a muerte contra otros aficionados siempre podemos recurrir a tres alternativas. La primera es la de tratar de buscar a quien nos mató por el mapa y cogerle desprevenido. La segunda es la de fijar una recompensa por su cabeza que se anunciará a todos los usuarios de la partida; y la tercera es la de retarle a un desafío de unos minutos en el que nos enfrentaremos entre nosotros durante un tiempo limitado.
Dinero: Motor de Los Santos
Si morimos a manos de otro jugador perdemos dinero, así que es interesante que guardemos todo lo que llevamos encima en el banco de vez en cuando. La diferencia entre tenerlo guardado o no a efectos de comprar es inexistente, así que es muy recomendable acercarse de vez en cuando a un cajero a ingresar todo lo que hayamos ganado en los últimos minutos, o hacerlo desde el móvil de una forma más cómoda aunque algo más expuesta a que alguien nos vuele la tapa de los sesos mientras navegamos hasta la web del banco. ¿En qué gastar nuestro dinero? En montones de cosas. Los ya comentados temas estéticos como peinados, caretas o ropa están ahí y son importantes, pero resulta mucho más interesante gastarlo en armas, vehículos o mejoras para unas y otros. Al principio, como en el resto de vertientes del lanzamiento, todo está bloqueado hasta que alcancemos determinados niveles, así que con el progreso de nuestro personaje iremos liberando distintas opciones para mejorar nuestro arsenal, nuestro coche favorito, etcétera.
El programa quiere que sintamos apego por todo lo que compramos, algo que se traduce incluso en el cariño por nuestro propio vehículo, y que tradicionalmente no han conseguido los juegos de la serie por su carácter volátil. No obstante, en esta ocasión, tenemos que decir que lo han logrado a la perfección. Al comenzar se nos propone tener un coche personal, y éste nos acompañará en todas las misiones y quedará en todo momento situado a escasos metros de nosotros siempre que lancemos el juego o cambiemos de actividad para que optemos por utilizarlo si lo deseamos. Es como los coches propios de Michael, Trevor y Franklin en la campaña, algo que no nos impide tener otros y guardarlos, por ejemplo, en el garaje que hayamos comprado, pero que definitivamente le da sentido a personalizar cosas como su blindaje, la potencia de su motor y tantas y tantas cosas pormenorizables en el taller.
Las cantidades de dólares que se mueven en el videojuego son altas, y es que Rockstar se ha asegurado de que el título no agote de forma rápida toda su mecánica de economía y pueda seguir existiendo durante largo tiempo. Al comienzo las recompensas pueden parecer escasas, y de hecho son de unas cifras que se mueven dentro de apenas unos miles de dólares, pero poco a poco los volúmenes van mejorando y además hay posibilidades de ganar algunos extras llevando a cabo apuestas antes de las partidas para ver quién puede ganar una carrera o salir vivo de un combate a muerte por equipos.
¿Nos interesa sencillamente hacer dinero en solitario o con nuestros amigos pero sin recurrir a misiones o a grandes eventos? Podemos comprar más con dinero real a través de microtransacciones, tirar de la entrega de vehículos robados en el concesionario, por ejemplo, o si queremos divertirnos más, al robo de los locales comerciales que salpican Los Santos y que nos reportarán pequeñas recompensas que se moverán entre los 1.000 y los 2.000 dólares. Para llevarlos a cabo basta con entrar a un local armados y apuntar directamente al dependiente, que empezará a recoger el dinero atropelladamente y meterlo en una bolsa temiendo por su vida. Son trabajos sencillos y sin demasiado riesgo, puesto que a la salida apenas habrá dos estrellas de interés policial por nuestros pasos, pero hay que tener cuidado con ser demasiado insistentes con una determinada gasolinera o tienda puesto que algunos de los dependientes van armados y nos pueden dar algún susto. Obviamente con golpes tan pequeños y de escaso riesgo nos costará una eternidad alcanzar las brutales cifras que hacen falta para adquirir propiedades como un apartamento o, más aún, una casa, pero sí nos pueden ayudar en caso de que nos falte sólo un poco para comprarnos algún capricho o mejora para armas o vehículos.
Las cosas materiales que tenemos disponibles para el personaje están a nuestro alcance en un cómodo menú rápido al que se accede dejando pulsado el botón Select, y que se dibuja en la esquina superior izquierda de la pantalla sin obstruir el desarrollo normal de la acción. Esto nos ayuda a no abandonar la pantalla del juego para llevar a cabo acciones como un cambio de ropa que no nos obligue a viajar a nuestro piso franco, colocarnos una careta para llevar a cabo un golpe o incluso ponernos el casco si vamos a coger la moto y queremos viajar seguros. También podemos ver desde el interfaz de las misiones cómo vamos progresando en los valores de Conducción, Tiro, Vuelo, Sigilo y Resistencia. Todos ellos van mejorando conforme los utilicemos, y funcionan de forma independiente a unos niveles a través de los que progresamos con la experiencia que obtenemos de matar enemigos, huir de la policía y cumplir misiones, y que nos permiten desbloquear nuevas cosas que hacer o que comprar con cada nuevo rango que alcanzamos.
Blaine County -Gráficos y Tecnología-
A nivel visual Grand Theft Auto Online es, en esencia el mismo videojuego que era GTA V, algo que tiene todo el sentido del mundo si tenemos en cuenta que se trata únicamente de la versión multijugador del título de Rockstar. Las mismas virtudes del producto en su faceta off-line brillan con luz propia en esta ocasión, con un mundo riquísimo, lleno de detalles y con un nivel gráfico como no hemos visto en ningún sandbox hasta la fecha.
Eso sí, también hay que llevar a cabo algunas matizaciones. Por ejemplo Michael, Franklin y Trevor son tres personajes realizados con un mimo maravilloso y un nivel de calidad en todos los sentidos de sobresaliente, sin embargo los personajes de la vertiente multijugador no gozan de un acabado tan soberbio. No es que estén mal, ni mucho menos, pero por motivos que pueden tener que ver con la posibilidad de editar su look físico o por la necesidad de introducir a un mayor número en pantalla, lo cierto es que las texturas y el nivel de detalle de sus caras no es tan extraordinario: ni para su aspecto general ni tampoco para la nula expresividad de la que hacen gala. Los cuerpos sí rayan a un nivel muy parecido al modo individual, con el mismo abanico de estupendas animaciones que hemos disfrutado en la parte off-line.
La ciudad y sus alrededores, como hemos dejado claro ya, son los mismos, aunque sí es cierto que exploraremos muchas partes que puede que no hubiéramos visto antes por la tendencia de las escaramuzas a ubicarse en ocasiones en lugares exóticos y bellos parajes naturales. Esto garantiza también que se repiten todos los efectos climáticos de impecable factura, amén de una iluminación sobrecogedora tanto en su vertiente natural como en los casos en los que sólo la artificial es la que hace acto de presencia.
Eso sí, si en GTA V nos admiraba lo bien terminado que estaba todo desde el punto de vista tecnológico para tratarse de un sandbox, una clase de producto en el que por su prisma y ambiciones siempre esperamos cierto grado de imperfección en este sentido, en GTA Online no podemos decir lo mismo. Amén de los ya sorteados problemas graves de estabilidad que podían arrojarnos en cualquier momento de los servidores, hacernos perder personajes y cualquier otro tipo de tropelías sobre nuestros progresos, el título ha mejorado mucho, pero eso sigue sin garantizar una experiencia libre de frustraciones. Persisten bugs sorprendentes y aparatosos, esporádicamente el título continúa siendo caprichoso a la hora de dejarnos tiempos larguísimos esperando a organizar una partida y, además, también puede seguirnos privando de algunas de nuestras posesiones sin razón aparente (recientemente hemos perdido nuestro amado bólido). Cierto que el producto presenta un aspecto infinitamente mejor que el del momento de su calamitoso lanzamiento, sin embargo todavía queda mucho trabajo que hacer.
En lo referente al sonido las conclusiones son las mismas que con la campaña individual, aunque con algunos matices. La banda sonora (score y temas licenciados) continúa manteniendo las estratosféricas cotas de la campaña individual, y los efectos son fantásticos. El trabajo de doblaje en inglés está también logrado, aunque el hecho de que el protagonista no posea voz propia y que, al más puro estilo MMO, la mayoría de las misiones se presenten por escrito y la voz de los secundarios quede reducido a lo testimonial, reduce mucho la variedad del producto en este sentido.
Rockstar aseguró que GTA Online era un producto a largo plazo y que quedaba mucho trabajo por hacer, y razón no les falta. De momento su componente adictivo es incontestable, y a pesar de que algunas misiones no son precisamente sorprendentes y pecan de repetitivas, lo cierto es que el conjunto es realmente interesante. Solventados ya la mayoría de problemas técnicos, el título comienza a presentar un acabado que por fin permite disfrutar de él: Una buena noticia para un videojuego que ha asentado unos muy buenos pilares para crecer a partir de ellos.
- Ofrece algo nuevo en el campo de los mundos persistentes.
- Es muy divertido, y su sistema económico y de experiencia muy adictivo.
- Larguísimo, con centenares de misiones y repleto de contenidos.
- Todavía tiene problemas técnicos de importancia.
- No todas las misiones están igual de bien logradas, con algunas de escaso interés.
