Explosiones, loopings, maniobras imposibles… conducir vehículos jugándote la vida no es nada fácil, y menos cuando tienes que hacerlo todos los días de manera profesional en anuncios y películas taquilleras. Esto es exactamente lo que nos propone la segunda parte de Stuntman, un título original y exigente, donde la perfección y los efectos especiales van de la mano.
Carreras GT que simulan la realidad más absoluta, rallys arcade, velocidad urbana, carreras underground, motociclismo oficial, pruebas de destrucción, karts… el mundo del motor siempre ha tenido una gran representación en los videojuegos, y para ser sinceros, la oferta o posibilidades casi siempre giran en torno a estas variaciones que hemos comentado. Con esto no queremos indicar algo negativo, más bien que la velocidad y los videojuegos siguen un patrón bastante cerrado y del que pocos títulos relacionados con vehículos suelen apartarse. Mira por donde Stuntman Ignition es precisamente uno de ellos, y su propuesta, aunque “arriesgada”, no deja de ser tan atractiva como emocionante: convertirnos en un especialista profesional de Hollywood encargados de las escenas de acción sobre ruedas.
Un doble al volante
Como sucede en cualquier profesión que se precie, y más en un videojuego, iniciar una carrera profesional requiere comenzar desde abajo, en este caso en películas de bajo presupuesto y con escenas menos arriesgadas. Si lo hacemos bien y le gustamos al director todo será cuestión de tiempo, y al igual que aumentará nuestra pericia al volante, también sucederá lo mismo con nuestro caché, la remuneración que recibiremos por nuestros servicios y la magnitud de las películas en las que tendremos opción de trabajar. Como no las escenas serán cada vez más peligrosas y espectaculares, y requerirán que controlemos todo tipo de vehículos, realicemos increíbles virguerías y porqué no decirlo, que casi nos juguemos la vida en cada toma.
Pues bien, en Stuntman: Ignition nuestra carrera podrá llevarnos a participar en seis películas diferentes, llegando en conjunto hasta un total de 36 escenas en las que tendremos que hacer de todo y con un número de vehículos que ronda la veintena, desde coches de lujo, camiones, turismos, motos o jeeps, hasta aerodeslizadores acuáticos. Así en frío parece una carrera profesional un tanto corta, y aunque en realidad lo es, también es verdad que será muy intensa.
¡Corten! Volvamos a empezar…
A golpe de claqueta y siguiendo las instrucciones previas del ¬director de turno, como buenos especialistas deberemos seguir a rajatabla las indicaciones que recibiremos previamente a cada escena, para conseguir que la “toma” sea lo más parecidz a la idea de nuestro “Spilberg” personal. Por suerte no se trata de memorizar la escena y salir con tu vehículo al inmenso “plató” a realizarla sin más, sino que en riguroso directo, las diferentes acciones a realizar nos serán indicadas visualmente en pantalla. “Ábrete paso entre los dos coches”, “pasa por debajo del camión”, “Derrapa y salta la rampa” son sólo algunos ejemplos de las indicaciones visuales y sonoras que recibiremos mientras conducimos al límite intentando que todo quede lo más real y espectacular posible, no en vano recibiremos un determinado número de estrellas en función de nuestra actuación, cinco como máximo.
La suma de las diferentes estrellas acumuladas a lo largo de nuestra carrera es la que hará las veces de indicador de nuestro ranking de especialista, y como ya supondrás, este valor será el que irá determinando nuestro acceso a nuevas películas, extras, etc.
Cinco estrellas, pero también son cinco las posibilidades de fallo o error que tendremos en cada toma. Si las superamos ya sabes lo que toca, volver a comenzar toda la toma íntegra, un factor que a la larga puede llegar a hacer algo tedioso. Por suerte los tiempos de carga son rápidos, podemos saltarnos las instrucciones y hacer un reinicio rápido si vemos que no vamos a lograrlo. Prueba y error, prueba y error… una fórmula tan sencilla como lineal, pero también de probada jugabilidad desde hace tiempos inmemorables. De hecho en muchas ocasiones nos veremos repitiendo una y otra vez la misma escena simplemente por mejorar nuestra puntuación, por el desafío en sí y por conseguir un mayor número de estrellas. Repetitivo, si, pero divertido como él solo.
Constructor de especialistas
Desde luego la práctica es sin duda el mejor método de aprendizaje existente, y como no en Hollywood también es posible, incluso necesaria. Lo más evidente es practicar en un emplazamiento adecuado, y en Stunman: Ignition ese lugar recibe el nombre de modo Constructor. Partiendo de cero y contando con diversos tipos de rampas, loopings, cajas, camiones y elementos varios dependiendo de nuestro progreso en la carrera profesional, en este modo podremos crear el circuito o prueba que nos plazca gracias a un sencillo ¬editor. Seleccionas el objeto, lo colocas, y así sucesivamente hasta que decidamos parar y lanzarnos a probarlo. No es precisamente el mejor editor del mundo, más bien es bastante sencillo, pero operativo y funcional.
Pero si lo de crear circuitos te aburre y quieres salirte del modo carrera profesional -verdadero encanto del juego-, también puedes desafiar a otros especialistas en dos modos multijugador, Batalla y Carrera. En el primero competiremos por alcanzar la mejor puntuación, y en el segundo por llegar en el primer puesto, nitros incluidos.
Tanto en PS3 como en Xbox 360, el número de participantes es de ocho.
Stuntmant Ignition busca especialistas de cine en tres plataformas de juego, PlayStation 2, PlayStation 3 y Xbox 360, siendo las diferencias entre ellas las esperadas. PS3 y Xbox 360 presentan un acabado prácticamente idéntico, con un ligero mejor antialias en la máquina de Sony y soporte (opcional por suerte), para el sensor de movimiento del Pad.
Efectos especiales directamente en producción
Visualmente presenta un acabado tremendamente convincente, con una estética que logra transportarnos a la perfección a un set de rodaje de las mejores películas de acción donde no faltan numerosos y muy llamativos efectos especiales de fuego, explosiones, humo, distorsiones producidas por el calor o los indispensables efectos producidos por el agua.
Las diferentes ¬ambientaciones de las películas están muy logradas y van desde la clásica película de acción de corte James Bond hasta escenarios de guerra, con decorados repartidos entre grandes carreteras, túneles, gasolineras, zonas urbanas e industriales, bosques, desiertos, etc. Siempre existe movimiento, y la forma de concadenar las diferentes acciones a realizar en las diferentes secuencias de la escena dan mucho ritmo al juego, especialmente intenso las primeras veces que las intentamos. Probablemente por este motivo el juego no se escapa de alguna que otra ralentización.
En su versión PS2 el juego reduce proporcionalmente sus encantos, con menos vehículos y complicaciones en pantalla, aunque el resultado y la sensación es exactamente la misma, sólo que adaptada a las menores prestaciones de la consola.
Un papel fundamental a la hora de sumergirnos en el papel de especialista en escenas arriesgadas, y a la vez casi necesario para llevar a buen puerto cada secuencia es la voz de nuestro coordinador, que nos indica en perfecto castellano las indicaciones a seguir en cada caso, al igual que la voz del “odioso” director, que no dudará en recriminarnos cariñosamente nuestra incompetencia o alabar nuestras mejores actuaciones. Lamentablemente en un juego como éste, que se basa en el comentado método “ensayo y error”, las voces responden siempre a un patrón secuencial sin muchas o prácticamente ninguna alternativa, con lo que repetir las escenas supondrá escuchar en repetidas ocasiones las mismas frases una y otra vez.
El resto de sonidos y la música son muy correctos y adecuados al juego, totalmente acordes con lo que vemos y sucede en pantalla, y adaptados a la temática de cada película.
Stuntman: Ignition es ante todo un título original y divertido, que presenta una adictiva experiencia muy diferente a lo que estamos acostumbrados en un juego de conducción. Su desarrollo es tan frenético como desafiante, y aunque es posible que su estructura basada en repetir una y otra vez las secuencias hasta completarlas no convenza a todo tipo de jugadores, su exigencia y planteamiento arcade lo hacen idóneo para aquellos que disfrutan con el gran desafío que es, superarse a si mismos.
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