¡Que se abra el telón! Que todo el mundo conozca las grandes hazañas del Baron Dashforth en su incansable lucha contra las fuerzas demoníacas. ¿Qué? ¿Qué no te gustan las historias para no dormir? Pues tranquilo, que en Foul Play son la excusa perfecta para dar vida a este divertido juego de acción beat’ em up, bastante clásico en sus bases jugables pero con una pizca de originalidad.
El auge de las plataformas de distribución digital ha supuesto un auténtico renacimiento para un género clásico como el de los títulos de acción beat' em up, con los que tanto disfrutamos en los viejos tiempos machacando las máquinas recreativas. Así que a estas alturas, con tantos representantes del género pugnando por llamar la atención del usuario, los equipos de desarrollo tienen que ofrecer algo más; una excusa lo suficientemente atractiva que nos haga decantarnos por ellos. Y Foul Play lo consigue.
O al menos en parte. Porque esta obra del estudio británico Mediatonic, si bien es verdad destaca por su original y simpática puesta en escena al hacernos partícipes de una obra de teatro -con público y tramoyistas incluidos-, también peca de ser excesivamente repetitivo en sus mecánicas jugables y poco profundo en su sistema de combate. Dos factores que le restan gran atractivo de cara a sus competidores, por muy divertido que resulte adentrarse en este colorista y loco mundo de la demonología.
A golpes en el teatro
Tras años y años enfrentándose a muerte a las fuerzas demoníacas, el reputado Baron Dashforth se ha propuesto dar a conocer sus hazañas a todo el mundo. Y qué mejor forma de hacerlo que mediante una espectacular función teatral protagonizada por él mismo. Menudo despliegue ¿verdad? Pues con este punto de partida tan divertido da inicio Foul Play. Un clásico juego de acción beat’em up para hasta dos jugadores en modo cooperativo, en el que nuestra única finalidad será la de machacar a golpes a todo enemigo que se cruce en nuestro camino siguiendo a pies juntillas las señas de identidad propias de este género.
Puñetazos a diestro y siniestro, agarres, contragolpes, esquivas, cargas, e incluso la posibilidad de lanzar a los enemigos como si de proyectiles se trataran; Foul Play no se deja en el tintero ninguno de los elementos jugables tan característicos de las aventuras beat 'em up, centrando toda la acción exclusivamente en el combate. Así que ni puzles, ni exploración ni nada que se le parezca. Solo tortas, puñetazos y patadas voladoras. Lo que no está nada mal. O no al menos si el sistema de combate fuera algo más complejo, ya que una de las grandes pegas con la que nos hemos encontrado es que el programa de Mediatonic se queda corto con demasiada prontitud.
Está muy bien, es divertido encadenar largas cadenas de combos y su puesta en escena nos motivará a seguir hasta el final. Pero en el fondo, es inevitable pensar que el sistema de combate es demasiado limitado: hay pocos movimientos por ejecutar, nuestras acciones a veces se sienten algo imprecisas, y para colmo existe muy poca variedad de enemigos, ya que a pesar de su apariencia bien distinta, actuarán siempre de la misma forma. Y ni tan siquiera los poderosos jefazos que nos esperarán al final de cada uno de los cinco actos que componen esta aventura cambiarán esta percepción, lo que es una verdadera lástima. Más teniendo en cuenta la original y divertida puesta en escena que atesora el programa.
Actores de método
Ambientar la acción en el teatro va más allá de lo meramente estético. No en vano, por el bien del espectáculo también tendremos que ganarnos el respeto del auditorio. Hacerlos vibrar con cada uno de nuestros relatos para evitar que caigan presas del sueño; lo que obviamente supondría el fin de la función. ¿De qué modo nos ganamos su aprecio? Haciendo lo que mejor se nos da: repartiendo estopa con estilo, encadenando largas combinaciones de golpes mientras evitamos sufrir daño, para así incrementar exponencialmente nuestro multiplicador de puntos –lo que mejorará la puntuación posible al final de la partida-. Para eso, y también para mantener la función en marcha.
Porque de forma muy original, el equipo de Mediatonic ha integrado la clásica barra de salud en el audímetro que medirá el estado de ánimo del respetable. ¿Lo hacemos bien? Nuestra salud estará a tope mientras el público nos ovaciona y lanza sus sombreros al aire. ¿Qué hemos recibido muchos golpes y no logramos encadenar más que uno o dos puñetazos? La sombra del cierre del telón planeará sobre nuestra cabeza.
Otro detalle que nos ha encantado es que en cada una de las más de 20 misiones a las que haremos frente –a excepción de los duelos contra los jefazos finales-, también debemos superar hasta tres desafíos distintos para desbloquear interesantes mejoras. Retos que por norma requerirán que enlacemos un número determinado de combos, que acabemos con los enemigos en un orden concreto, o que ejecutemos movimientos especiales. Nada especialmente complejo, pero sí lo suficientemente desafiante como para que en los niveles más avanzados nos cueste algo más superarlos con éxito.
Y qué decir de la ambientación. Fantástica e hilarante. Porque todo, absolutamente todo en Foul Play se ha diseñado de tal modo que sentiremos estar de verdad en el escenario de un gran teatro. Actores ridículamente disfrazados de monstruos, tramoyistas que se colarán sin querer en algunas escenas, espontáneos que nos animarán desde el público… por haber hay hasta actores enemigos que no sabrán quedarse muertos en el suelo, lo que realmente es muy divertido por el cómo tratan de escapar de situación tan bochornosa.
La variedad de localizaciones también resulta encomiable, dado que cada uno de los cinco actos de esta aventura se ambientan en historias y criaturas de la noche totalmente distintas entre sí: las momias y pirámides de Egipto, los hombres lobo y vampiros en Somerset, o hasta sirenas y piratas en alta mar. Todo ello, repetimos, con un gran sentido del humor que es el principal culpable de que deseemos llegar al final de esta aventura, que también ofrece un buen repertorio musical muy de película de terror clásica. Como pega, hemos echado en falta unos efectos sonoros más contundentes o al menos algo más variados.
Por pedir, nos habría encantado que Mediatonic hubiera llegado algo más lejos a nivel de ambientación, proponiendo más situaciones cómicas derivadas del hecho de presentar toda una aventura sobre el escenario de un teatro: fallos técnicos, escenarios todavía más cutres, e incluso más fallos de guión. Porque son estos detallitos los que consiguen que una historia tan típica como la de Foul Play resulte fresca y original. La excusa perfecta para darle al menos una oportunidad.
Es un título encantador, con muy buenas ideas de fondo y una acción trepidante que nos hará disfrutar como niños de los divertidos relatos del Baron Dashforth. Pero Foul Play cae demasiado pronto en errores del pasado, con un sistema de combate demasiado simple y un desarrollo de la acción bastante repetitivo. Y es que se echa en falta una mayor variedad de enemigos, golpes o acciones a acometer durante la partida. Su gran sentido del humor hará que nos lo pasemos muy bien, pero siempre con la sensación de que daba para algo más.
- Gran sentido del humor y original puesta en escena.
- Los combates contra los jefazos son desafiantes y muy intensos.
- Desarrollo de la acción demasiado repetitivo pese a la variedad de escenarios.
- Sistema de combate poco explotado.
