Análisis de Yaiba Ninja Gaiden Z. Máquina de matar

Análisis de Yaiba Ninja Gaiden Z. Máquina de matar
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Ninja Gaiden con zombies. ¿Imposible? Keiji Inafune encabeza una valiente resurrección para la serie tras las discretas últimas entregas, y nos brinda un spin-off atractivo, aunque lejos de ser brillante. Acción visceral y salvaje en un planteamiento mucho más ligero, cargado de sentido chistes zafios y con una campaña algo breve, pero cargada hasta los topes de intensidad. ¿Te gusta la Serie B?

Teníamos ganas de ver qué era capaz de conseguir Keiji Inafune y los chicos de Comcept con la serie Ninja Gaiden, y su reimaginación de la fórmula de acción y aventuras ha resultado ser razonablemente interesante a pesar de sus errores. Es obvio que esta producción tiene sus flaquezas, entre ellas su duración o su lamentable historia, pero también debe quedar meridianamente claro que sus combates son divertidos, y que la dirección artística es sorprendente y única.

Así sus responsables componen una producción muy particular en todos los sentidos, una que no tiene miedo en separarse en muchos sentidos de la saga a la que pertenece, pero que al mismo tiempo posee algunas señas identitarias como la visceralidad de su acción, lo frenético que es y su capacidad para no darnos descanso en ningún momento. Los fans de la IP se llevarán las manos a la cabeza con este trabajo tan irreverente, pero si te gustan los Hack and Slash descerebrados y sin quebraderos de cabeza, puede que Yaiba: Ninja Gaiden Z tenga espacio en tu colección.

Dial Z for Zombies

El primer cambio que propone Yaiba es el de su homónimo protagonista. Ryu Hayabusa, el clásico, deja su papel para ocupar un rol secundario, y cede el testigo de la "heroicidad" a este nuevo personaje. Su historia es sencilla. El propio Yaiba busca reivindicación como ninja en un combate contra Ryu que abrirá la campaña en forma de poderosa cinemática y que, como no podía ser de otro modo, dará con sus maltrechos huesos en el suelo tras una colosal derrota.

No obstante la historia del accidentado periplo de Yaiba no ha hecho nada más que comenzar, y es que una organización secreta resucita su cuerpo con una serie de mejoras tecnológicas. Con la implementación de mecanismos avanzados se convierte en una suerte de máquina cibernética y letal, y buena falta le va a hacer puesto que no sólo se embarca en una carrera para llegar hasta su némesis, sino que además deberá plantar cara a miles de zombies. ¿Cómo? Sí, en efecto. La ciudad en la que se ambienta este título es sorprendentemente infectada por una invasión de caminantes, y ese cóctel de premisas de resurrecciones, héroes biomecánicos y no-muertos es el que ha utilizado Comcept para prender fuego a la mecha de Ninja Gaiden Z.

El guión, eso sí, debe quedar claro que no es la parte que precisamente más brilla en su propuesta. El argumento intenta ser ligero y cómico, como un sencillo pretexto para dar fuerza a la acción, sin embargo no logra divertir, resultar entretenido o, siquiera, que sintamos un mínimo interés en lo que se nos está contando. No es que sea un gran problema para una propuesta de acción y aventuras de este tipo, sin embargo teniendo en cuenta que en el pasado de la serie este apartado era más que digno, no podemos menos que lamentar lo fallido de situaciones y diálogos de su premisa. Los gags intentan apostar por el humor absurdo, pero son muy pobres, gratuitos y, a menudo de mal gusto, componiendo un telón de fondo para las cinemáticas muy discutible.

Yaiba Kamikaze es el protagonista del nuevo Ninja Gaiden. Un héroe caído en desgracia que tiene grandes secretos por descubrir.
Yaiba Kamikaze es el protagonista del nuevo Ninja Gaiden. Un héroe caído en desgracia que tiene grandes secretos por descubrir.

El modo historia principal es la principal fuente de interés del título, aunque su duración no es particularmente boyante. Hablamos de una modalidad compuesta por siete capítulos, y que en función de nuestra habilidad y del nivel de dificultad que escojamos nos llevará entre seis y ocho horas superarlo. Los checkpoints tan separados de los que hace gala esta obra garantizará que los más hardcore se relaman en los niveles de desafío extremos ante la presión de tener que volver a superar un buen trecho de combates en caso de caer abatidos. Por lo demás el programa es razonablemente difícil, pero está algo lejos en reto de sus ásperos precedentes puesto que algunos de ellos se cuentan entre los que más han hecho pasarlo mal al usuario en los últimos tiempos.

Precisamente para los fans de lo retro sus responsables proponen un extra que se desbloquea al terminar la aventura. Se trata de una segunda campaña, más breve en cuanto a duración, que aporta el clásico estilo de scroll lateral de la era de los 16-bits. Aquí, al más puro estilo Streets of Rage por ejemplo, recorreremos algunos niveles que ya vimos en el modo historia precedente en cuanto a temática, pero no en términos de diseño. El progreso a través de las fases es lineal, limpiando secciones de enemigos hasta que la icónica flecha de avance nos invite a pasar a la siguiente zona. Hay algunas partes a modo de bonus para acumular puntos y descansar del formato, que incluyen por ejemplo zonas en perspectiva cenital a contra-reloj, o destrucción de objetos concretos del escenario. A pesar de su absurda premisa (Yaiba pierde su botella de Sake y debe buscarla), se convierte por su atractivo jugable en una de las mejores bazas de este trabajo, y no sólo por su intención de alargar la vida útil del producto sino también por ofrecer esa pequeña y agradable sorpresa que acaba convirtiéndose en uno de sus grandes atractivos.

Los zombies invaden la ciudad, y sólo nosotros estamos ahí para limpiarla. Vamos a arrasar a centenares de monstruos con nuestras armas biónicas.
Los zombies invaden la ciudad, y sólo nosotros estamos ahí para limpiarla. Vamos a arrasar a centenares de monstruos con nuestras armas biónicas.

Cazadores de No-Muertos

Ha quedado ya claro a estas alturas de análisis que la historia de Yaiba: Ninja Gaiden Z no es gran cosa, y que es un videojuego algo corto. Sin embargo el elemento que dignifica su propuesta es la parte puramente jugable, ahí es donde su puesta en escena se hace fuerte y donde nos brinda los mejores réditos, aunque el planteamiento sea algo plano y se resienta a medio plazo. Este título es frenetismo, velocidad y violencia salvaje, y si bien no respeta en demasía los orígenes de la serie en cuanto a planteamiento conceptual, lo cierto es que sí logra atesorar unas dinámicas de combate lo suficientemente rotundas como para tenernos entretenidos con unas escenas de acción de calidad.

El esquema es sencillo, con los clásicos botones para distintos tipos de ataque propulsados por el brazo cyborg del héroe, muy versátil y capaz de brindarnos algunas sorpresas. Golpeos cercanos muy fuertes, otros de rango algo más lejano y más ligeros para mantener a distancia a los oponentes, y también las clásicas combinaciones y puntos medios, mezclados además con algunas habilidades como el Modo Ira que desatará nuestro poderío más brutal durante unos segundos. Para aportar variedad podemos recoger armas de algunos de los enemigos caídos y, por si fuera poco, hay una serie de posibilidades de mejora del personaje que son francamente generosas en cuanto a facilitar el progreso del propio Yaiba Kamikaze con mucha velocidad. Se trata de un árbol de habilidades que podemos ir desbloqueando según progresamos en experiencia, y que abrirá ante nosotros nuevas combinaciones de botones dejando apretados unos y mezclándolos con otros para convertirnos en una verdadera máquina de matar. Le falta muy mucho para ser un Hack and Slash profundo, pero logra entretenernos razonablemente bien durante los primeros niveles.

La clave para luchar contra sus problemas de ligereza está en la alternancia entre combos para conseguir variedad, y también en estar atentos a las señales que envían nuestros enemigos; y es que si estamos atentos seremos capaces de detectar fácilmente cuándo podemos ejecutarlos para obtener salud o atraparlos para emplearlos como arma arrojadiza. De hecho esas son el tipo posibilidades que nos proporcionan cierta libertad, como la de agarrar a los oponentes con nuestra cadena y utilizarlos para crear una monumental onda de golpeo a nuestro alrededor o, por mencionar otro caso, la de arrancar las extremidades de los no-muertos y utilizarlos como nunchakus.

El juego no ofrece respiro, y sus capítulos son una constante exhibición de ritmo, velocidad y capacidad para alternar combates con otras secciones que tienen una presencia testimonial pero que ayudan a proporcionar algo de variedad a la experiencia. Hay algunas áreas en las que debemos ser rápidos en cuanto a reflejos para, por ejemplo, devolver un misil a un helicóptero siendo muy exactos en el momento del bloqueo mientras arrasamos a decenas de zombies; hay otros en los que un QuickTime Event bien efectuado puede ahorrarnos varios combates... En líneas generales el producto mezcla muy bien todos esos elementos, y el añadido de las sencillísimas partes de plataformas o de los simples puzles que también se ponen encima de la mesa puede que no sean demasiado satisfactorios en sí mismos, pero definitivamente ayudan a aligerar.

Lástima la cámara, que es un verdadero desastre y que echa por tierra algunos de los esfuerzos de sus creadores. Resulta llamativo que en pleno año 2014 se presente un lanzamiento con un tratamiento de la perspectiva tan lamentable como el que ofrece el videojuego de Comcept. Ésta es fija, tanto en la primera campaña como en la que se desbloquea a posteriori, y si bien en la segunda no hay problema puesto que se presenta un scroll horizontal muy clásico y sin complicaciones, en la principal sí entorpece en demasiadas ocasiones todo lo que sucede en pantalla. A menudo se sitúa en un ángulo confuso que deja a los enemigos a su espalda para brindar, sencillamente, la perspectiva más espectacular. Una decisión que a veces funciona muy bien a nivel visual y jugable, pero que en otras lleva a cabo sacrificios francamente reprochables.

Nuestra cadena será muy útil para asir a los enemigos y utilizarlos para lanzarlos sobre otros o para golpear a nuestro alrededor. Además también servirá para resolver puzles.
Nuestra cadena será muy útil para asir a los enemigos y utilizarlos para lanzarlos sobre otros o para golpear a nuestro alrededor. Además también servirá para resolver puzles.

Estética Particular

Desde el comienzo los chicos de Comcept han buscado una identidad muy particular para este spin-off de Ninja Gaiden, y su apuesta por el humor y los zombies a nivel argumental no ha sido sino la antesala de la brutal fuerza estética que también atesora esta producción en lo estético. La dirección artística es la principal clave de ello, y su apuesta por el cel-shading y por llevar a la pantalla la misma locura jugable en forma de demoledor look a caballo entre el cómic, el sumi-e y el videojuego es todo un acierto.

Con esas claves, Yaiba llama mucho la atención. Uno ve una screen de este videojuego sin saber a cuál pertenece, y deduce automáticamente que se trata de esta obra. Eso no siempre ocurre, y en trabajos de este tipo es todo un mérito. La paleta de colores es colorista y rutilante, y los modelados de los personajes están lo suficientemente cuidados como para ser resultones en los planos generales cuando se juntan varios enemigos, y también como para rendir muy bien en sus primeros planos de presentación al más puro estilo novela gráfica.

Las partes de plataformas no están tan logradas como los combates. Son muy espectaculares, pero son realmente sencillas.
Las partes de plataformas no están tan logradas como los combates. Son muy espectaculares, pero son realmente sencillas.

El programa, además, cumple sobradamente en todo lo referente a los escenarios, que no van mal servidos de carisma. La variación es más o menos la esperable, sin grandes sorpresas pero con suficiente capacidad de diferenciarse entre unos y otros como para garantizar que el modo historia es entretenido. Eso sí, las partes interactivas son minúsculas, y apenas reducidas a algunos objetos explosivos como barriles o a la resolución de los pequeños rompecabezas que requieren de la relación del personaje o de enemigos con secciones muy concretas de éstos. Su planteamiento es relativamente lineal y tenemos la ayuda de una visión especial para localizar los puntos de interés en caso de perdernos, a pesar de ello no podemos olvidarnos de que en algunos puntos de éstos se fomenta la exploración de determinadas partes que poseen coleccionables.

Por lo demás el rendimiento del juego desde el punto de vista tecnológico es francamente interesante. No hay problemas con la tasa de imágenes por segundo, las físicas son aceptables aunque no para tirar cohetes y en líneas generales este Ninja Gaiden Z da la sensación de hacer los deberes. Los efectos visuales están bastante bien, y las animaciones son las reinas de todo este tinglado con muy buenos resultados en el caso del protagonista y con otros también notables para la generosa variedad de enemigos. Los tiempos de carga, eso sí, son excesivamente prolongados, lo que hace que morir sea un verdadero dolor...

Si algo tiene Yaiba es una personalidad estética indiscutible. Podrá gustar más o menos, pero se parece a muy pocos videojuegos de ahí fuera.
Si algo tiene Yaiba es una personalidad estética indiscutible. Podrá gustar más o menos, pero se parece a muy pocos videojuegos de ahí fuera.

A nivel sonoro el título rinde de forma muy eficaz, manteniendo las cotas de calidad interesantes del resto de valores de producción de las que hace gala. La música está constantemente presente, con un puñado de partituras efectivas a la hora de meternos en la acción. Mención especial a las canciones de la campaña más retro, con un estupendo estilo midi que encaja a la perfección con su oferta al más puro estilo 16-bits. Por lo demás el título desembarca con la única traducción de sus textos, y es que las voces llegan a nuestro país en inglés, con una curiosa forma de efectuar un doblaje premeditadamente exagerado y rudo en cuanto a interpretaciones y traducción.

Regular

Sin sello
Máquina de matar

Yaiba: Ninja Gaiden Z

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Yaiba no es la visión de Comcept de la serie Ninja Gaiden, es más bien su rústico tributo a la franquicia en clave Serie B. Visto con esos ojos, esta obra puede ser estimable sino pedimos grandes cosas, y es que si esperamos disfrutarlo como miembro puro de la franquicia nos vamos a llevar un disgusto. Pasar un buen rato sin complicaciones y con una propuesta desafiante es la única y sencilla premisa de este lanzamiento... No da para mucho más.

Comprar Yaiba: Ninja Gaiden Z
  • El combate es algo ligero, pero también divertido.
  • Posee una identidad gráfica muy poderosa.
  • La cámara en algunas ocasiones es un estorbo.
  • Es un videojuego corto a pesar de las dos campañas.
  • El argumento no tiene pies ni cabeza, y el sentido del humor es ordinario.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 6-8 horas
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