Venido directamente de la era de las 16bits, Pier Solar and the Great Architects se presenta como un buen homenaje a aquellas aventuras de rol japonesas aparecidas en la década de los 90, aunque se queda lejos de las altas expectativas depositadas en él. Divierte y tiene mucho encanto, pero un pobre sistema de combate y su conservadurismo han terminado por restarle méritos.
Como cualquiera que disfrutara en su día de aquellas memorables aventuras de rol japonesas de la época de Super Nintendo y Megadrive, en 3DJuegos esperábamos ansiosos el lanzamiento de Pier Solar and the Great Architects por su demostrado afán por recuperar la mejor esencia de estos clásicos de las 16 bits. Tristemente, si bien es cierto estamos ante un buen videojuego, este se ha quedado lejos de lo que prometía por culpa, principalmente, de un sistema de combate por turnos no demasiado complejo que para más inri se torna en exceso repetitivo con gran prontitud.
Problema que lastra de forma irremediable a esta aventura desarrollada por el equipo independiente de WaterMelon, quienes por todo lo demás han realizado un trabajo encomiable transportándonos a un mágico universo de fantasía, en el que un grupo de jóvenes aventureros terminará luchando contra las fuerzas del mal para salvaguardar la paz en el mundo. Nada original, como veis. Y sin embargo la historia de Pier Solar tiene encanto; un algo especial que hará que nos metamos de lleno en su acción disfrutando de las, en ocasiones, tiernas andanzas de este grupo de héroes dispuestos a todo con tal de derrotar a sus enemigos.
A la antigua usanza
Los primeros pasos en Pier Solar estarán marcados por la enorme nostalgia que esta aventura rolera despertará entre aquellos que muchos años atrás disfrutaron de los clásicos del ramo diseñados por Enix, Sega, SquareSoft o Nintendo. Pero jugársela todo a la baza de la nostalgia tiene sus riesgos, y esta obra es el mejor ejemplo de ello. Divertida, entrañable y muy emocionante por momentos, el juego de WaterMelon también resulta en exceso demasiado continuista con respecto a los grandes referentes del rol japonés, tanto si hablamos de su faceta jugable como en lo argumental.
No aporta novedades, tampoco tiene esa chispa especial que hizo de estos juegos clásicos imperecederos y, para colmo, su sistema de combate resulta frustrantemente repetitivo. Más por la escasa variedad de enemigos que por las opciones de batalla a nuestra disposición, que en este punto son las habituales en el género. Ataques a distancia, golpes de espada, un amplio repertorio de conjuros mágicos, objetos especiales… combinar las habilidades de los cinco aventureros que podremos guiar al unísono en estos duelos por turnos será esencial para sobrevivir a los enfrentamientos más duros. Y eso nos parece genial.
Pero cuando repites una y otra vez las mismas estrategias, y lo haces además contra los mismos enemigos, lo que antes parecía divertido se torna en un suplicio. Algunas animaciones de batalla son, además, especialmente lentas; lo que rompe torpemente el ritmo de la acción haciendo más frustrante si cabe el progresar por ciertas zonas del juego.
Explorar y dialogar con los habitantes de este universo de fantasía deja, sin embargo, con mejores sensaciones. El diseño de mazmorras y aldeas es bastante bueno, aunque en ocasiones innecesariamente enrevesado, con montones de zonas por investigar, tesoros que descubrir y personajes con los que charlar y comerciar. Y todo ello con ese fantástico estilo propio de las aventuras roleras de la era de las 16 bits, que se ve perfectamente reflejado en los variados y coloristas entornos por los que nos perderemos, o en los simpáticos personajes pixelados que pulularán por ellos.
Menos contentos hemos quedado con lo poco intuitivo de la interfaz de usuario, y lo confuso que puede ser a veces moverse por el extenso mapeado de Pier Solar. A veces, no está claro si se puede transitar por unos caminos hasta que te chocas contra uno de los muchos obstáculos que suele haber de por medio; en otras, directamente, las pistas que te dan para completar tus misiones son tan obtusas, que os veréis dando vueltas sin un rumbo fijo tratando de dilucidar qué diablos se espera que hagáis. Y esto es un problema cuando una y otra vez te enfrentas contra el mismo tipo de enemigos en batallas que, como apuntábamos, no están a la altura de lo esperado.
Si a todo esto le sumamos que la historia, aunque atractiva por lo bien narrada que está, tampoco es nada del otro mundo, tenemos como resultado una buena aventura de rol a la japonesa que satisfará a los apasionados del género, pero más por la nostalgia que genera que por sus virtudes en sí. Y este es un problema que le resta muchos enteros a esta obra que prometía mucho más de lo que finalmente ofrece. Una verdadera lástima, sinceramente, y más con el gran acabado audiovisual que atesora, con especial mención para su banda sonora, que es verdaderamente cautivadora. También conviene destacar que los textos se han traducido al español.
Dejando a un lado la nostalgia que sentimos por aquellas aventuras roleras que tanto nos hicieron disfrutar en los noventa, Pier Solar se ha quedado lejos de lo que esperábamos. Es un buen videojuego, eso no lo discute nadie; pero fallos en su sistema de combate y lo tópico de su argumento lo alejan de del sobresaliente. En definitiva, un título la mar de interesante que ciertamente daba para mucho más.
- Es un gran homenaje a las aventuras de rol japonesas de la era de las 16 bits
- Audiovisualmente es un título destacable. El diseño artístico también cumple
- Muchas horas de juego por delante
- Los combates son demasiado repetitivos y faltos de profundidad
- Cierto desequilibrio en el poder de algunas criaturas
- Exploración algo confusa. En no pocas ocasiones os sentiréis perdidos
- Discreta interfaz de usuario
