Nostálgico, desafiante, siempre sorprendente y tan encantador, que a veces dan ganas de atravesar la pantalla para darle un abrazo a su protagonista. Tras su exitoso paso por Xbox Live, el fantástico FEZ desembarca en PC para conquistar a los apasionados a los juegos de plataformas con esencia retro. Y es que ya sea en chino, inglés, polaco o castellano, esta nueva obra independiente es un juego entrañables y sorprendente.
¿Quién decía que el amor a primera vista no existe? Porque sinceramente, lo que sentimos por FEZ solo puede definirse como tal. No ya solo por lo condenadamente bueno que es, que lo es; sino también, porque al disfrutar de esta aventura bidimensional hemos rememorado nuestra infancia disfrutando de aquellos maravillosos plataformas de los 8 bits. Y lograr eso no se paga ni con todo el oro del mundo.
Pero FEZ es un capricho bastante económico; uno que por tan solo 9,99 euros nos permite disfrutar de una aventura como las de antaño con una duración que va desde las 7 a las 10 horas de juego, dependiendo de las ganas que tengamos por destapar todos los secretos que oculta este fantástico juego de Polytron, que tras su paso por Xbox Live llega ahora a PC manteniendo intacto el encanto que le convirtió en uno de los juegos de 2012.
8 estrellas
¿Y es de verdad tan bueno? La respuesta es sí, un rotundo sí. Porque dentro de la simpleza que supone encontrarse con un plataformas bidimensional en el que únicamente podemos andar, saltar y trepar por zonas preparadas para ello, FEZ se desmarca de la competencia con un diseño de niveles tan brillante que no podemos ni imaginar lo difícil que tiene que haber sido desarrollar el juego.
Porque no hay que olvidar que combina una jugabilidad puramente 2D con unos mundos diseñados en tres dimensiones, permitiéndonos rotar la cámara de izquierda a derecha para dar con los cuatro lados de cada nivel. De este modo, lo que visto de frente puede parecer un abismo insalvable, girando la cámara puede convertirse en un puente que nos lleve por el camino deseado. Y así, mil y un ejemplos distintos que resultan apasionantes.
Más que nada, porque el avanzar por los cerca de 150 niveles que incluye el juego resulta tan natural y divertido, que es imposible no sonreír mientras el mundo gira a nuestro alrededor y Gómez salta de un lado a otro recogiendo los preciados cubos mágicos que le permitirán salvar el mundo. Una tarea que no solo pondrá a prueba nuestros reflejos y agudeza visual, ya que también hay una gran cantidad de rompecabezas que nos obligarán a estrujarnos los sesos –en algunos casos de forma notable-.
Ingenio artístico
Apilar cajas, usar explosivos para abrir caminos ocultos, mover grandes bloques de terreno… Antes decíamos que FEZ es un título que nunca deja de sorprender, y eso es algo que no nos cansaremos de recordar. Sin enemigos a los que derrotar ni el tiempo en nuestra contra –ni siquiera se puede morir-, todo está diseñado para que nos sumerjamos en el cuadriculado mundo de Gómez sin preocuparnos de nada más que explorar a conciencia cada palmo de terreno. Y os garantizamos que este ha sido todo un acierto.
Sobre todo porque es un gustazo perderse por este colorista universo tratando de resolver los ingeniosos rompecabezas que plantea, a la vez que se disfruta de emocionantes secciones de plataformeo en las que el cambio de perspectiva estará a la orden del día. Por todo ello, y a pesar de que a la hora de saltar Gómez no es todo lo preciso que debería, e incluso a veces podemos vernos abrumados ante tantas puertas abiertas a decenas de niveles distintos, FEZ es un título que atrapa desde el principio.
Y lo hace tanto en lo jugable, con magníficos homenajes a clásicos del género como Tetris o Super Mario Bros. (esa tubería que nos lleva a las alcantarillas…), como en lo audiovisual, presentando un estilo tan propio de la generación de los 8 bits que es imposible que los veteranos se resistan al encanto que desprende cada pixel de FEZ. Y es que estamos ante un título bellísimo que, más allá de esa apariencia arcaica, ofrece una variedad de localizaciones envidiable, todas ellas cargadas de detalles tan importantes como la fauna y flora propia de cada entorno, o las transiciones entre el día y la noche.
También nos ha encandilado el cambio de registro que puede producirse entre una y otra zona de juego, pasando de espacios muy coloristas y naturales a otros entornos industriales o más llamativos como las alcantarillas, por ejemplo, en las que el propio estilo visual marca un poco el cómo afrontamos la partida. Y más de lo mismo se podría decir de la banda sonora, muy destacable aun a pesar de mantener el tono de un juego de 8 bits.
Detalles que ahondan una vez más en esa imagen de Gómez –nosotros-, como un auténtico explorador que tiene al alcance de su mano un vasto mundo repleto de secretos y grandes misterios aun por desvelar. Tanto es así que a veces nos hemos visto tratando de descifrar complejos jeroglíficos como si fuéramos expertos en la materia; aunque lo único que queríamos era dar con ese anti-cubo que tanto se resiste.
Como punto negativo, esta adaptación al PC trae consigo algunos errores tecnológicos que ensombrecen el resultado final. Hablamos por ejemplo de ciertos problemas de inestabilidad que harán que el juego se bloquee con demasiada frecuencia, ligeras caídas en la tasa de imágenes por segundo dependiendo del tipo de tarjeta gráfica que dispongamos, e incluso la incompatibilidad con los equipos que presentan tarjetas gráficas Intel integradas en el sistema. Detalles que esperamos sean solucionados lo más pronto posible.
Podríamos pasarnos todo el día recopilando las virtudes de FEZ, pero creemos que este es uno de esos juegos en los que sobran las palabras. Es muy bueno, tiene encanto, es único y consigue rememorar a los grandes clásicos de nuestra infancia ¿Qué más se puede pedir por 10 euros? Hazte un favor y cómpralo, porque ahora mismo hay muy pocos juegos descargables que puedan hacerle sombra.
