En un mundo gris y triste gobernado por corporaciones sin escrúpulos, dos jóvenes hermanos necesitarán de toda nuestra ayuda para sobrevivir al peligroso viaje que propone Monochroma. Una interesante aventura de puzles y plataformas con buena ambientación, pero algo floja en lo jugable.
Como niños disfrutando con su cometa, en nuestra ignorancia vivimos felices creyéndonos seguros; a salvo de cualquier mal. Pero la cruda realidad es que los que dirigen nuestras vidas, aquellos que mueven los hilos desde las sombras, tienen en su mayoría un corazón tan negro y corrupto como el desangelado y triste mundo que muestra Monochroma. La última aventura de puzles y plataformas en 2D que llega del lado de los estudios independientes, con claras reminiscencias al fantástico Limbo.
Lo que en el caso de esta obra de Nowhere Studio tiene consecuencias más negativas que positivas desde el mismo momento en el que nos recuerda constantemente lo bueno que fue el juego de Playdead, en contraposición a lo discretito que se muestra Monochroma en aspectos tan vitales como el sistema de control o el diseño de la mayoría de sus rompecabezas, por norma bastante flojos y genéricos. Así que aunque estamos ante un título con una gran ambientación y muy buenas ideas de fondo, el resultado está lejos de ser satisfactorio.
Aventura fraternal
Ambientado en una distópica década alternativa de 1950 en la que grandes corporaciones gobiernan un mundo monocromático marcado por la oscuridad y ciertas pinceladas de rojo, esta aventura de Nowhere Studio nos pone a los mandos de dos jóvenes hermanos que sin quererlo ni beberlo se han visto obligados a correr por su vida por algo que… bueno, mejor lo descubrís por vosotros mismos. Que para algo el argumento de Monochroma es uno de los puntos fuertes de esta aventura plataformera, que como tantas otras no requiere de diálogos ni mensajes de ningún tipo para contar su historia.
Una realmente atractiva por lo enigmático y macabro de la misma que nos llevará a viajar por escenarios cada vez más oscuros, de los que únicamente saldremos con vida usando nuestro ingenio. No por nada, nuestro protagonista principal es un joven que no cuenta con ningún arma ni habilidad especial con la que defenderse de los muchos peligros que le rodean; estando además obligado a cargar constantemente con su hermano menor, herido en una pierna por una caída aparatosa. Un interesante condicionante que marcará de forma notable nuestros progresos en esta aventura, ya que será pieza clave en la mayoría de rompecabezas con los que nos encontraremos.
Así que ya sea con nuestro hermano pequeño a la espalda, o dejándolo a buen recaudo en zonas bien iluminadas –como tantos otros niños, tiene miedo a la oscuridad-, nos tocará ingeniárnoslas para sortear una serie de obstáculos que desgraciadamente, en su mayoría se muestran demasiado genéricos o faltos de originalidad. Apilar cajas u otros objetos para alcanzar zonas de otro modo inaccesibles, activar en el orden correcto determinados mecanismos, saltar, correr y agarrarse a cuerdas y salientes en el momento preciso… como veis, Monochroma no inventa nada que no hayamos visto en tantos otros juegos del estilo. Y esto es algo que a la larga le pasa factura.
Máxime cuando además el título de Nowhere Studio también falla en lo más importante, que es su sistema de control. O más concretamente, en cómo nuestro protagonista interactúa con el entorno, ya que no serán pocas las ocasiones en las que no se agarre como debiera a ciertas plataformas, que al ordenarle saltar desde una cuerda se quede bloqueado en la misma, con el consiguiente cabreo que eso conlleva; o que en los momentos de máxima tensión, cuando se exige de nosotros gran rapidez para superar los obstáculos, no exista esa fluidez en la ejecución de nuestros movimientos que se le exige a cualquier título de plataformas.
Errores a los que debemos sumar también cierta monotonía en el desarrollo de la acción, con niveles muy planos en los que no habrá mucho que hacer. Pero es que cuando lo haya, estos desafíos serán en exceso muy genéricos y carentes de originalidad. Así que aunque es verdad que Monochroma nos invita a completar la aventura de principio a fin, sobre todo gracias a lo trepidante de su tramo final; en líneas generales el juego se muestra demasiado irregular en el ritmo de su acción. Hay momentos de la partida muy buenos, con un trasfondo argumental que de verdad nos dejará mal cuerpo; pero también otros demasiado discretos que ni siquiera nos llamarán la atención en lo visual, siendo como es este uno de los mejores puntales sobre los que se cimenta el juego –no tanto así su música, que se presenta en un muy segundo plano-.
Así que, está claro, esta no es la gran aventura de puzles y plataforma que desearían encontrarse los fans de Limbo. Tiene su encanto, porque además, como decimos, la historia alcanza algunos puntos de interés elevados; pero este trabajo del equipo turco Nowhere Studio falla en algunos aspectos tan cruciales que resulta difícil pasar sus errores por alto. Y más cuando ni el diseño de sus rompecabezas ni el propio desarrollo de la acción ofrecen nada que no hayamos disfrutado en otros títulos similares.
Tan gris y oscuro como el corazón de las corporaciones a las que nos enfrentaremos en esta aventura de puzles y plataformas, el tétrico mundo de Monochroma tenía todo para ser el escenario perfecto para un gran videojuego. Pero lo discreto de su planteamiento jugable, con un sistema de control muy mejorable y un diseño de rompecabezas poco inspirado, lo alejan de los referentes del género. Su historia merece ser vivida, pero siempre teniendo en cuenta sus defectos.
- Gran ambientación. Sobre todo a partir de la mitad del juego.
- Historia sugerente, con un gran –y siniestro- mensaje de fondo.
- Buenas ideas en el desarrollo de sus rompecabezas...
- … pero poco aprovechadas. Sobre todo el binomio que conforman ambos hermanos.
- Puzles poco originales y un desarrollo de la acción con demasiados altibajos.
- Sistema de control un tanto irregular.
