Pasa en todas las casas. Cuando te aburres de ella, decides darle una nueva mano de pintura. En casa de Nintendo ha debido ocurrir lo mismo. Esa mano de pintura se traduce en Splatoon, una nueva licencia con la que quieren ponernos perdidos de colorido, pero sobre todo de mucha diversión. Wii U redecora su catálogo con uno de los juegos más innovadores de lo que llevamos de año.
En lo más profundo del stand de Nintendo, con un espacio reservado realmente amplio, incluso tratándose de un E3. Así fue como descubrimos en la redacción a Splatoon, un videojuego que por aquel entonces no podíamos esperar que se convirtiera en una de las grandes apuestas de Wii U para el presente año. Pero sin embargo lo ha conseguido, y con creces, demostrando que las nuevas ideas son posibles en la factoría de Kyoto.
Se trata de una licencia inédita que llega además para traer un shooter multijugador a la consola de sobremesa. Ahí es poco… Pero claro, siempre con la magia y colorido a la que se nos tiene acostumbrados. Y no, esta vez no se trata de Mario, Donkey Kong y compañía. En esta ocasión, los japoneses se rasgan las vestiduras para acercarnos algo realmente fresco: una batalla de pintura en tercera persona que apuesta tanto por el marco online como por el offline.
Campaña individual y modalidades multijugador se agrupan en un lanzamiento muy cuidado, con el sello de los probablemente desarrolladores más jóvenes de la Gran N. De ellos procede una idea que fue rechazada en alguna ocasión por Miyamoto, aunque finalmente y felizmente aceptada debido a que era inevitable rendirse ante su encanto. Nosotros también lo hemos hecho, porque es original, realmente divertido y está excelentemente ejecutado. Tras poner perdida de pintura la redacción os contamos por qué nos encontramos ante un videojuego tan importante dentro del catálogo de Wii U.
Un multijugador que ni pintado
Pasa en casi todos los shooters. Primero está el multijugador y luego ya -si eso- hablamos de la campaña… Splatoon recoge fielmente este concepto para anteponer el juego online al resto de sus partes. Una experiencia de juego 4vs4 que para sorpresa de muchos no tiene que envidiar a la profundidad táctica que presentan otros juegos de disparos en línea. Niveles de experiencia, clases, armas, habilidades y, sobre todo, mapas que premian el uso de distintas y variadas estrategias.
Todo bajo una mecánica que parte de una idea tan sencilla como poderosa: mancharlo todo de pintura. Los combatientes -conocidos como inklings- usan pistolas, entre otros instrumentos, para poner perdido el escenario. Ahí radica precisamente la gracia del asunto, porque aparte de poder atacar a los enemigos, manchar el escenario nos sirve para marcar territorio y usar los caminos creados para sumergirnos, avanzar más rápido en forma de calamar y al mismo tiempo recargar nuestro contador de pintura.
La dinámica de juego es en este sentido espectacular, un auténtico ataque de ingenio que se complementa por un control muy satisfactorio. Está basado en el GamePad, en su tecnología giroscópica. Mientras que el stick izquierdo nos sirve para movernos y el derecho para rotar la cámara de izquierda a derecha, el giroscopio nos ayuda a apuntar. Resulta algo tan intuitivo y gratificante que dudamos que acabéis usando el método de apuntado tradicional, que también se ha incluido pensando en los más clásicos.
Pero vayamos a lo que importa, al núcleo de Splatoon. Se trata de sus modalidades multijugador. Lo cierto es que no son muchas. La primera que veremos será Territorial, un combate en el que gana aquel equipo que logre manchar más el escenario. Podremos avanzar en grupo o ir cada uno por nuestro lado, pero siempre teniendo en cuenta que lo más importante no es acabar con los demás, sino manchar el mapeado con la pintura de nuestro color.
Al final de los 3 minutos de contienda, gana aquel equipo que haya marcado más su territorio: sencillo y fácil de entender. Ahora bien, la cosa empieza a complicarse cuando empezamos a hablar de las diversas posibilidades existentes. Cada mapa presenta diversas alturas que hacen valer la estrategia; está el mapa del GamePad que nos ayuda a conocer qué partes están menos pintadas (o ocupadas por el enemigo); y luego entran en juego una serie de factores realmente profundos que os costará dominar.
El primero de ellos, el más importante, tiene que ver con las clases, que en realidad vienen dadas por las armas equipadas. Tenemos el que sería el equivalente al rifle de asalto, dotado de buena cadencia y alcance de disparo. Es la opción clásica, la más versátil, la que todos nos cogemos para empezar en los Call of Duty y Battlefield. Parte de la misma idea. Pero luego tenemos otras armas que cambian el concepto, y con ello nuestra experiencia. El ejemplo más claro es el del rodillo, un instrumento con el que barrer de pintura -literalmente- el decorado para cubrirlo en un tiempo récord del color de nuestro equipo.
Luego está el francotirador, muy difícil de utilizar, pero que en manos apropiadas, y sobre una superficie elevada, puede ser el terror del equipo contrario. Es decir, las clases -o mejor dicho, las armas- se complementan. Una sabia combinación puede resultar fulminante, siempre que cada integrante conozca a la perfección sus pros y sus contras. Es sin duda un aspecto de Splatoon del que nos hemos enamorado. Merece la pena repetir partidas para probar cada una de las armas disponibles, que por cierto no son pocas.
Hay otros aspectos que merecen ser mencionados sobre las claves multijugador. Tenemos por ejemplo las armas secundarias, como granadas de pintura o barreras, así como habilidades especiales que dependen de un indicador que se rellena una vez hayamos pintado lo suficiente. ¿Qué hacen? Pues depende. Hay una por ejemplo que nos invita a tocar el punto del mapa que queramos (en el GamePad) para desplegar un tornado de pintura, y luego hay otras que simplemente consisten en crear una protección temporal para nuestro personaje.
Os podéis imaginar la complejidad que atesora el videojuego teniendo en consideración algunas de estas características. De hecho, necesitaríamos muchos más párrafos para explicarlo todo, pero preferimos que lo descubráis por vosotros mismos. Sólo deciros que por supuesto existen más modalidades, como Pintazonas, consistente en luchar por una zona específica y reducida del mapa. Se desbloquea al alcanzar el nivel 10, momento en que por cierto se activan los combates de puntuación, los que nos permiten sumar puntos a nuestro casillero online.
La única pena es que Splatoon no contenga más opciones de juego. Torre de control llegará como actualización de primer día para el videojuego, pero tendremos que esperar hasta verano para recibir más, en concreto la modalidad conocida como Pez Dorado. Todos estos contenidos serán gratuitos, y aunque de salida tendremos sólo cinco mapas, se promete que iremos recibiendo más, así como un conjunto de complementos para nuestros personajes. De forma añadida, se permitirá crear grupos de amigos, algo que ahora mismo no es posible.
Aquí tú pintas mucho
Es muy probable que Splatoon sea un videojuego superior cuando tengan lugar estas actualizaciones, pero de momento se presenta ligeramente desnudo, algo negativo que no ha pasado inadvertido en nuestra redacción. Aún así, existen muchos motivos para disfrutar del videojuego. Las partidas son ágiles, divertidísimas y realmente frescas. Si nos vamos fuera del online y nos dirigimos a la plaza central del juego encontramos motivos adicionales para confiar en lo nuevo de Nintendo.
Esta plaza funciona de un modo similar a la de Nintendo Land o, sin irnos tan lejos, a la que vemos cada vez que encendemos nuestra Wii U. Los personajes con que nos hemos encontrado en el online estarán deambulando por aquí y por allá. Acercándonos veremos su equipamiento, la imagen que tienen asociada en Miiverse y hasta tendremos la opción de encargar parte de su equipamiento (si es que nos interesa algo). Se trata de una buena idea, puesto que este espacio sirve además para acceder a las distintas áreas del videojuego.
Tenemos tiendas donde comprar todo tipo de equipamiento a través del dinero que obtenemos en el multijugador. Personalizar a nuestro protagonista es otro de los grandes aspectos del título, puesto que los artículos rotan de forma diaria. Aparte, estos artículos disponen de "perks" específicos, como podrían ser aumento de la resistencia, capacidad de pintura o potencia de disparo.
Splatoon goza de cantidad de incentivos para mantenernos enganchados. El multijugador es la piedra angular, un proyecto a medio plazo que es lo que más entretenidos nos va a tener. Pero adicionalmente tenemos un multijugador local 1vs1 a pantalla partida, que sin ser la panacea logra su cometido con partidas cortas que nos invitan a romper más globos que el rival dentro de un límite de tiempo. La funcionalidad con amiibos (en particular los tres que aparecerán) igualmente añaden contenidos, con una serie de armas y equipamiento exclusivo.
Una de las apuestas más interesantes, fuera ya del online, viene dada por la campaña individual, compuesta por varios mundos y niveles que en nuestra opinión suponen un perfecto tutorial para ganar destreza antes de irnos a las arenas multijugador. Destaca la variedad de la propuesta, la presencia de jefes finales y, en general, la inventiva, con muchos enemigos y retos que ayudan a hacer el camino muy llevadero. Se trata de fases cortas, de apenas 5 minutos que suponen un gran aliciente. En total nos dará para 5-6 horas.
Y decimos lo de "aliciente" porque creemos que no llega a robar protagonismo al multijugador, que se pensó como la herramienta clave para divertirnos en Splatoon. La campaña tiene sus particularidades, como un sistema de mejoras, la recolección de siluros para ir progresando y también la obtención de pergaminos con los que desbloquear nuevas posibilidades en el juego. Pero el alma es online, y por ello esta campaña se acaba convirtiendo en una especie de vía de escape cuando estamos saturados de tanta acción en compañía. Nos gusta el planteamiento escogido.
Una nueva licencia… para pintar
Aunque hay algo que nos gusta todavía más: el apartado artístico y visual. Es un juego que entra con los ojos por su casi psicodélico colorido, un producto con un aspecto encantador en el diseño de sus personajes y entornos. Es simpatía "made in Nintendo" sin que tenga que acudir Mario, Kirby, Yoshi o compañía. Es algo completamente nuevo, así que tenemos buenas noticias por partida doble. Esta nueva licencia demuestra que en las oficinas de Kioto hay gente con la destreza de crear cosas con carisma.
Especial atención hemos dedicado en la revista a contemplar cómo funciona el sistema de fijación de pintura sobre los decorados. Todo funciona de forma armoniosa, con una fluidez exquisita y sin errores de ningún tipo. Es una producción terminada al estilo de la Gran N, sin fisuras y con un apartado sonoro más que notable, con ritmos muy adecuados al espíritu de las refriegas. No se hacen monótonos y transmiten la alegría del videojuego fusionándose con la viveza de la pintura que vamos soltando a nuestro paso.
Hay que reconocer que a Nintendo le ha costado lanzar una nueva licencia de calado, pero cada vez que lo hace es porque definitivamente tiene muy claro que la idea merece la pena. Sobre todo que está bien encauzada, con un diseño inteligente, un acabado extraordinario e ideas que resultan realmente frescas. Cuando esto sucede, uno recuerda por qué esta compañía es necesaria en la industria. Splatoon es la constatación de todo ello, un videojuego que nadie puede decir que no pinte nada en Wii U.
Splatoon supone además de la exitosa entrada de Nintendo en el mundo multijugador de los shooters online, una licencia que podría ser el principio de algo más grande. A nivel de diseño, tanto conceptual como artístico, es intachable, un auténtico portento que ofrece altísimas cotas de diversión. Triunfa por su multijugador y añade valor con su campaña y opciones adicionales. No obstante, en el momento de su lanzamiento ofrece pocos mapas y modalidades de juego, único pero importante aspecto que empaña a un videojuego que de aquí a unos meses puede evolucionar con las actualizaciones programadas. Lo veremos.
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- Magnífico control con el giroscopio del GamePad
- Colorido y simpatía, artísticamente destacado y visualmente sólido
- Adicción multijugador, con gran profundidad táctica en las partidas
- Buenas opciones de mejora y personalización para nuestro personaje
- Las modalidades multijugador son actualmente muy escasas
- Pocos mapas de lanzamiento, se echa de menos mayor variedad
