Ya han pasado unos siete años desde que conociéramos esa noticia que nos alegró el día: Codemasters desarrollaría los videojuegos basados en la Fórmula 1. Año tras año, la progresión ha sido favorable para los británicos, hasta hace poco… La temporada pasada ya les mostramos la bandera amarilla. En esta ocasión, nos hemos encontrado con que su bólido está a medio gas. Lo pilotamos para contaros nuestras sensaciones.
En mayo de 2008 tenía lugar una de las mejores noticias que podían recibir los aficionados a la Fórmula 1: la británica Codemasters se hacía con los derechos de esta popular competición. Conociendo la trayectoria de los ingleses en el mundo de la automoción, todos estábamos eufóricos. De hecho sus títulos supusieron un particular DRS, ese acelerón que queríamos. Sin embargo, por distintos motivos, la saga ha empezado a caer en picado. El año pasado ya sacamos una bandera amarilla a la saga por el conformismo que estaba empezando a demostrar… Para esta edición nuestros miedos se han confirmado.
El salto a la nueva generación no ha traído consigo una sustancial mejora gráfica ni tampoco en términos de jugabilidad. Más detalle y mayor fluidez, en eso estamos de acuerdo… pero F1 2015 no supone el principio de algo nuevo, ni tan siquiera una evolución. De hecho, y esto es lo grave, se pierden aspectos que nos habían encantado de pasadas entregas, como el modo carrera o los desafíos, que no es poco decir. Son dos pilares en la experiencia F1 ideada por Codemasters.
Se han dejado muchas cosas como estaban y se han perdido algunas de las mejores. Esta es la primera conclusión de un título que aún así dispone de atributos muy interesantes, como el sistema de conducción y la sensación de realismo, así como por supuesto las licencias de la FIA. Se incluye la nueva temporada con todos los pilotos y circuitos, pero además se integra la temporada del año pasado por si queremos revivirla. No es el juego que esperábamos, pero aún así sigue teniendo atributos para convencer, sobre todo, a los incondicionales de este circo motorizado.
Pérdida de ritmo
Hablar de F1 2015 es hablar de muchas cosas que ya habíamos visto en pasadas ediciones, empezando por el sistema de conducción, sin grandes cambios con respecto a lo que conocíamos. Es satisfactorio, pudiendo ir desde el extremo arcade al de la simulación. Para eso disponemos de un completo repertorio de configuraciones, desde la trazada sugerida hasta el cambio de marchas, el control de tracción o la asistencia de frenado. Todo esto pasando por supuesto por la dificultad de los pilotos rivales.
No obstante, la IA sigue siendo la gran némesis de Codemasters con esta licencia. Si bien hay veces que se salen de la trazada para hacer algo distinto al resto, las filas indias abundan durante toda la carrera. Rara vez hay fallos o salidas de pista, y es bastante extraño ver el coche de seguridad (algo negativo teniendo en cuenta, por ejemplo, el protagonismo que está teniendo este año en los grandes premios). Nos gusta que se nos penalice por provocar colisiones o saltarnos curvas. Es algo que da realismo. Pero la verdad, esperábamos algo nuevo... y a ser posible que nos sorprendiese.
No podemos decir que la experiencia de conducción sea mala, porque estaríamos mintiendo. Codemasters tiene una cuidada trayectoria en este sentido, prácticamente irreprochable. Es muy satisfactorio protagonizar el arte de tomar curvas y acelerar/frenar en el momento justo. La relación jugador-monoplaza-trazado es poderosa, con el poder de un DRS que puede marcar la diferencia para ayudarnos a realizar adelantamientos. Usar la cruceta direccional para bajar el alerón o enriquecer la mezcla de gasolina es otro ingrediente -que aunque ya estuviese presente- añade interés a la propuesta.
La simulación de todos estos elementos ayuda a que nos sintamos dentro de un monoplaza. La recreación de los mismos es de lo mejor del juego, incluidos los distintos volantes, cada año más sofisticados. Para esta temporada, F1 2015 ha querido ir más allá, presentando las carreras a través de dos comentaristas que tratan de recrear un ambiente televisivo. Planos de mecánicos preparando el coche, pilotos saludando a cámara, las tradicionales azafatas… Eso sí, las caras de los protagonistas dejan muchísimo que desear. Ya ocurría con pasados videojuegos, pero ahora con la "next-gen" no han mejorado.
Sin embargo, lo más grave, como ya comentábamos, es que no hay modo carrera. En su lugar tenemos el modo campeonato, que es una sucesión de grandes premios siguiendo el calendario oficial establecido por la FIA. En concreto, hay 19 circuitos y 20 pilotos. Lo interesante en esta ocasión es que se nos ofrecen tres campeonatos: uno más corto (con clasificación a una vuelta y carrera del 25% de longitud), uno medio y otro más largo (con sesiones completas y carrera al 100% de vueltas). Existen varios grados de dificultad a escoger, aunque el paso de uno a otro es un poco brusco. Por desgracia, es algo que Codemasters todavía no ha terminado de dominar.
Desafortunadamente no hay modo carrera. En su lugar tenemos el modo campeonato
El repertorio se completa con la posibilidad de disputar grandes premios sueltos, de generar nuestro propio "playlist" de carreras y de retarnos a nosotros mismos en el clásico "contrarreloj". ¿Es suficiente? Claramente no. La ausencia de los desafíos se nota, así como otras opciones que se salgan de lo típico, como por ejemplo los monoplazas clásicos que se incluyeron en F1 2013. Al menos se incluye la temporada 2014, que es básicamente reconfigurar la parrilla de pilotos y de circuitos, sin hacer muchos cambios más (salvo los comentaristas, que han grabado nuevas aportaciones para situarnos en contexto, lo cual está muy bien). Luego se mantiene la vertiente multijugador, la cual permite hasta 16 jugadores simultáneos.
El multijugador se compone de varias pruebas, con carreras cortas para principiantes, sprints, competiciones para expertos y grandes premios, como el de Gran Bretaña bajo la lluvia. Por supuesto, existe la posibilidad de crear carreras a medida, así como invitar a nuestros amigos a salas privadas. No está mal, pero existe un gran inconveniente: no tenemos pantalla partida. Se trata de una ausencia que en nuestra opinión se encuentra completamente injustificada. Sin duda, es un gran error.
Un motor poco competitivo
Codemasters presumía de estrenar nuevo motor gráfico en esta edición, pero sinceramente creemos que esto todavía puede dar más de sí. El salto se aprecia sobre todo en el detalle de las texturas y en el acabado general, más limpio. También se agradecen unos 60 frames por segundo realmente estables. Sin embargo, hay muchas parcelas que necesitan ser mejoradas. La más evidente tiene que ver con los rostros de la gente del paddock, desde los pilotos hasta los mecánicos y terminando por las azafatas. Ya nos quejábamos de ello en pasadas entregas, y ahora vemos que no se ha prestado ni un minuto a mejorarlos.
Tenemos efectos de iluminación en los circuitos, y cuando hay lluvia lo cierto es que ganan en presencia. Pero siguen siendo insuficientes. Se ha aplicado fuerza bruta, poco más… Existe un gran margen de mejora para próximos títulos, estamos convencidos. En lo que sí cumple el videojuego es en el sonido. El rugido de los motores es espectacular, con una "sinfonía" distinta y característica para cada monoplaza. Los comentarios de los ingenieros -todos en español- nos han gustado también, teniendo el detalle de poder escucharlos a través del altavoz del DualShock 4 en el caso de PS4.
Por desgracia, de la música no podemos hablar bien. Las pocas melodías que existen (para menús, repeticiones…) están a muy bajo nivel. Al final, la conclusión es que existe una cierta sensación de dejadez en varias parcelas del videojuego, siendo algunas de ellas especialmente graves, como la relativa a modos de juego. La poca evolución en términos de conducción, el estreno de un motor gráfico al que no se saca demasiado provecho y la escasez de esos detalles que marcan la diferencia en el mundo de la F1 nos hacen hablar de que este año la bandera amarilla aún sigue ondeando. Codemasters continúa a medio gas, pero esperamos que el año que viene pueda encontrar el botón del DRS.
F1 2015 sigue siendo un correcto simulador de Fórmula 1, con unas bases de conducción sólidas pero que este año no consigue recuperar el ritmo que perdió la temporada pasada al dejar atrás tres importantísimos modos de juego: trayectoria, desafíos y pantalla partida. Ausencias suficientes como para volver a mandar un toque de atención a Codemasters y que echen un vistazo al retrovisor porque este videojuego es claramente más incompleto que sus predecesores. El salto a la nueva generación nos trae más detalle y fluidez, pero no la evolución que permiten estas máquinas. Codemasters puede hacerlo mucho mejor.
Comprar F1 2015- Simulación satisfactoria, sobre todo en lo referente a neumáticos, y más en lluvia
- La presentación de los grandes premios, ahora con un toque más televisivo
- Perdemos tres modalidades importantísimas: trayectoria, desafíos y pantalla partida
- La IA sigue teniendo altibajos en comportamiento de rivales. Desajuste en dificultad
- Descuidos visuales graves en ciertas parcelas del juego, como lo relativo al "paddock"
- Gráficamente podría haber dado más de sí. Sistema de iluminación poco espectacular
