Análisis de Burnout Dominator

Análisis de Burnout Dominator
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¿El carné por puntos te tiene frito? Olvídate de él conduciendo de la forma más alocada que se te ocurra a velocidades de vértigo, al volante de increíbles deportivos con los que sólo podemos soñar. Aceleraaaaaa.

A estas alturas, casi todos conocemos ya la saga “Burnout” de sobra. Para ponerle un fin a esta generación de consolas, o para amenizarnos la espera hasta el nuevo Burnout 5 exclusivo para la nueva generación, EA nos ha traído este “Dominator” para PS2 y PSP, que se correspondería con el Burnout 4.

Las carreras “Burnout” se caracterizan por no tener prácticamente reglas, una salida, una llegada, y unos contrincantes. ¿Un circuito? Para qué, si ya tenemos suficiente asfalto y tierra en la ciudad, en el campo, o en la montaña. Con esto queda dicho todo, tendremos que correr entre el tráfico, encontrando atajos y multitud de obstáculos que evitar o no... Y es que, cuando tengamos cerca un contrincante podemos escoger entre simplemente adelantarle, como en cualquier otro juegos de coches, o ser más radical y empujarlo contra la pared, contra otro vehículo, o cualquier barbaridad que se nos ocurra y él nos deje claro, ya que probablemente intentará hacer lo mismo con nosotros. Son los famosos “Takedown”, y además de espectáculo nos dará turbos extra sin restarnos los dichosos puntos del carné.

Nuestros coches, súper deportivos dotados de la más alta tecnología, disponen de un turbo especial llamado precisamente “Burnout” que se va llenando según lo arriesgados que seamos. Conducir en sentido contrario, derrapar, o rozarnos con otros coches irá llenando nuestro cargador, c aunque lo más recomendable a la hora de usarlo es esperar a tenerlo completo y obtener entonces unas supercarga que nos propulsará a velocidades de vértigo. Si seguimos realizando maniobras peligrosas mientras estamos en momento “Burnout” podremos ir enlazando unos con otros, consiguiendo más puntuación, hasta que choquemos o acabemos la carrera.

Si quieres dominar la carrera, en Bunout Dominator sólo hay una opción, conducir al límite y arriesgarse para que la barra de turbo se llene. Todo cuenta, desde los derrapes a las maniobras al volante, pasando por los choques o saltos.
Si quieres dominar la carrera, en Bunout Dominator sólo hay una opción, conducir al límite y arriesgarse para que la barra de turbo se llene. Todo cuenta, desde los derrapes a las maniobras al volante, pasando por los choques o saltos.

La mezcla de estas dos palabras “Burnout” y “Takedown” definen el juego a la perfección, pruebas y carreras frenéticas, sin reglas, arcade puro y duro, y sobre todo espectáculo sin límite, en un derroche tecnológico que despide a lo grande a nuestra entrañable PS2.

Tour Mundial
El principal modo de juego se denomina “Tour Mundial”, y está dividido en series de vehículos. Tendremos en total siete series, empezando por coches clásicos, de serie, modificados, hasta llegar a los impresionantes “Dominator”. Los modelos no son reales, pero no por ello faltos de espectacularidad, es más, creo que todo lo contrario. Los diseñadores se han recreado en cada modelo, inspirándose en algún que otro real para crear preciosos bólidos que merecerían estar en la calle, o mejor dicho en nuestro garaje. Olvidaros de diferencias entre aceleración, manejo, o velocidad punta, todos los modelos cuentan con las mismas prestaciones, y únicamente podremos seleccionar su color.

Para cada serie de vehículos tendremos 12+1 variadas pruebas donde competir, unas nosotros solos y otras contra otros vehículos. Del primer tipo tendremos una contrarreloj, consistente en superar un circuito en un tiempo determinado y para lo cual deberemos sacar el máximo rendimiento a los “Burnout”, exigiendo en ocasiones hacer un determinado número de ellos.

Otras consistirán en conseguir un número determinado de puntos mediante derrapes o roces. También existirá una prueba cuyo objetivo será realizar un número determinado de “Takedown”, otra premiará la furia al volante realizando maniobras arriesgadas, y por supuesto, alguna carrera que otra, incluso la típica de eliminación en la que van quedando fuera de pista los últimos.

Las pruebas finales son Grand Prix, una especie de liguilla de carreras donde tenemos que ser el que más puntos consiga al finalizar por lo menos tres carreras; y el reto “Dominator”, consistente en una prueba especial que como premio nos permitirá desbloquear un coche de la última serie. En algunas de las pruebas nuestro coche será invulnerable, mientras que en otras, iremos notando los desperfectos hasta poder quedar inutilizados en la calzada.

A diferencia de otros títulos de conducción, en Burnout Dominator no existe ni un solo vehículo licenciado entre los disponibles en las seis categorías existentes. Las licencias se reservan para la música, donde si encontramos 33 temas de artistas reales.
A diferencia de otros títulos de conducción, en Burnout Dominator no existe ni un solo vehículo licenciado entre los disponibles en las seis categorías existentes. Las licencias se reservan para la música, donde si encontramos 33 temas de artistas reales.

Al principio de cada prueba, nos pondrán una serie de requisitos para poder superarla con tres posibles medallas, bronce, plata u oro. Por ejemplo, realizar 4 takedown sería un bronce, 6, plata, y 8 el oro. Estas medallas pasarán a formar parte de nuestro historial de piloto, y con ellas obtendremos diferentes trofeos. En algunas de las pruebas, podremos desbloquear un nuevo vehículo de la serie si conseguimos un objetivo particular, como por ejemplo hacerle un takedown a un determinado rival durante la carrera, y a partir de ahí podremos utilizarlo en otras pruebas de la serie. Conseguir ambas cosas suele ser bastante complicado, pero como podemos repetir las pruebas una y otra vez, basta con dedicarse una vez a conseguir la medalla de oro, y otra vez, a desbloquear el vehículo.

Aparte de este modo principal, podremos intentar superar cualquiera de nuestras marcas en cualquier prueba con el modo “Romperecords”, donde escogeremos la prueba, circuito, vehículo, y a correr, pero sin ningún premio por ello.

El modo multijugador en este titulo no permite ningún tipo de conexión externa, pero si variadas opciones de juego con la misma consola. Podemos jugar con otro jugador a la vez mediante la típica vista de pantalla partida, o bien jugar con hasta otros 4 jugadores en la misma consola y con el mismo mando, mediante un sistema de turnos, en aquellas pruebas que no son carreras, sino contrarreloj, puntos o furia al volante. Si bien no es comparable con el juego online, si se agradecen las variadas posibilidades de juego.

La esencia de la saga
En esta entrega desaparece una de las pruebas más polémicas de otras versiones del juego, consistente en provocar accidentes cuanto más espectaculares mejor, y con ellos más puntos. El nuevo evento “maníaco” que lo suplanta nos dará puntos por conducir alocadamente, pero dando mucha más importancia a evitar los choques que a provocarlos.

Aun así, sí mantenemos varias de las espectaculares características de esta saga, como sus grandiosas repeticiones y el fenomenal “rompecoches”, consistente en explosionar nuestro coche mientras volamos por los aires tras un buen impacto, pudiendo incluso girar o mover los restos del vehículo en el aire, hasta orientarlos hacia un rival. De esta forma, podremos incluso devolver instantáneamente un Takedown que nos hayan hecho, y encima salir con el turbo a tope. Controvertido, pero muy divertido y espectacular.

Simplemente espectacular
El apartado técnico del juego se merece el calificativo de “espectacular”. Es cierto que después de tantos años de consola en el mercado, son bastantes los juegos que han conseguido un sobresaliente en estos aspectos, pero cuando llega un juego así hay que reconocer que me sigo sorprendiendo, aunque no puedo decir que no lo esperara debido a la alta calidad que mantiene esta saga. Empezando ya por los propios menús y presentaciones que iremos pasando, nos hacemos idea de la espectacularidad, tanto gráfico como sonoro, que promete el juego.

El nivel gráfico durante el propio juego es altísimo, desde los coches y su espectacular presentación, pasando por el increíble despedazamiento que sufren, hasta las preciosas vistas previas de los variados escenarios. Tanto la ciudad como el campo están llenas de detalles, edificios, desvíos, túneles, peajes... El efecto de luz tanto en los coches como en los escenarios es una autentica pasada, llegando incluso a cegarnos al salir de una curva o de un túnel.

Velocidad, turbo y accidentes impresionantes. Los tres y casi por igual, son los protagonistas de este Burnout Dominator y sus 88 eventos y varios modos de juego.
Velocidad, turbo y accidentes impresionantes. Los tres y casi por igual, son los protagonistas de este Burnout Dominator y sus 88 eventos y varios modos de juego.

El control, llevado según las formas habituales en juegos de conducción mediante los dos sticks, responde magníficamente y consigue una sensación de movimiento frenética. Efectos como la distorsión que se produce en la imagen al lanzar un turbo tras otro, está perfectamente conseguida, produciendo una sensación muy extrema. Mención aparte se merecen las colisiones que pasan a cámara lenta, con explosiones y restos de coches saltando por los aires, al servicio del espectáculo.

A todo ello contribuyen unos notables efectos sonoros a los que acompaña una espectacular banda sonora totalmente rockera con temas reales de grupos como Alice in Chains, Maxeen o Avril Lavigne, que curiosamente tiene dos versiones del mismo tema, una en inglés, y otra en español.

Muy Bueno

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Por: El equipo de 3DJuegos
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