Análisis de Assassin's Creed Syndicate. Mundo abierto a la Revolución

Análisis de Assassin's Creed Syndicate. Mundo abierto a la Revolución
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Syndicate lo tenía difícil tras el tropiezo en términos de acabado que supuso Unity, pero ha conseguido ofrecer exactamente lo que la gente venía demandando. No es un producto redondo y falta trabajo en áreas importantes como el combate, sin embargo hay muchas novedades jugables y es un producto tan pulido como esperamos de un lanzamiento de carácter Triple-A. Bienvenido a la Londres del Siglo XIX.

Prueba de fuego. Así podríamos definir la labor de Syndicate dentro de la saga Assassin's Creed tras el mal sabor de boca que dejó en los aficionados Unity debido a su acabado a nivel técnico. Así pues la gran asignatura pendiente de esta nueva entrega era la de demostrar que se puede lanzar un sandbox bien pulido, y en ese sentido Ubisoft se ha esforzado en demostrar que no hay nada que temer presentando el título en giras por todo el mundo y dejando que sean los propios aficionados los que pongan sus manos sobre él para asegurarse de que no hay problemas en este sentido. El efecto tan demoledor que puede provocar la publicidad negativa de un trabajo mal terminado en lo tecnológico lo vimos con la propia aventura de Arno, masacrada por ello a pesar de que a nivel jugable era una producción más que notable.

Pero no es el momento de mirar al pasado, sino de hablar del videojuego que nos ocupa. Assassin's Creed: Syndicate, el episodio de este año, sigue la tradición de abordar épocas y lugares distintos en cada entrega, y en esta ocasión le ha tocado el turno a una Londres en constante mutación por la Revolución Industrial y en el que la población está totalmente segmentada entre empresarios de vida acomodada y obreros cuyo nivel de vida roza la esclavitud. Un punto de partida perfecto para una historia como la que protagonizan por primera vez dos protagonistas simultáneos para un Assassin’s Creed que, también, es el primero en proponer un largo etcétera de conceptos jugables y fórmulas de misiones y narrativas. Estos elementos lo convierten en uno de los volúmenes más frescos y cargados de novedades de una franquicia que es, de todas las series anuales en estos momentos, la más cargada de innovación con diferencia... Y eso no es ninguna tontería.


Doble Impacto

Si por algo destaca la historia de Syndicate es por su componente convencional. Quizá preocupados por no caer en los errores de algunas de las entregas más enrevesadas, y también fallidas, a nivel narrativo en Ubisoft Quebec han querido comenzar su andadura en la IP con un guión sencillo. De este modo presentan buenos inmaculados e identificados desde el primer minuto, y con un villano que también es presentado en los primeros compases y que es una antítesis temible y sin escrúpulos. Seguramente el estudio responsable no ha querido riesgos, y en este sentido tenemos entre manos algo que es tópico pero también todo un acierto. Como es lógico ojalá hubiéramos visto algo más innovador y audaz en este campo, pero para una propuesta de aventuras un argumento sencillo como el que nos ocupa tampoco le sienta nada mal y lo cierto es que está bien escrito y tiene gancho... Aunque el final sea algo decepcionante.

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Los personajes femeninos ganan en protagonismo en la nueva aventura. Hay tanto heroínas como villanas.
Los personajes femeninos ganan en protagonismo en la nueva aventura. Hay tanto heroínas como villanas.


Todo comienza con la presentación del contexto turbio y enrarecido que se registraba en esta época. Si en Unity ya comenzó a coquetearse con la temática del levantamiento popular en clave de Revolución Francesa, aunque no se llegó a sacar ningún partido de él, en esta ocasión el nuevo telón de fondo facilita el poder exprimir el descontento de las clases más humildes para presentar réditos jugables y de guión. Precisamente en favor de los más desfavorecidos quieren hacer justicia y cambiar las cosas Jacob e Evie Frie, dos hermanos que viajan a Londres para acabar con algunas de las figuras más prominentes de esa explotación industrial que se vive en la capital británica. Esa es la meta común de la familia, muy influenciados los dos por la figura de su padre, pero a título individual cada uno de ellos tiene sus propios intereses. El de ella es el de recuperar un fragmento del Edén, mientras que el de él es mucho más terrenal y está principalmente centrado en montar su propia banda y hacerla crecer para dominar la ciudad. Y es que de todos los palos que aborda Syndicate uno de ellos es el de las bandas del Siglo XIX que luchan por repartirse el pastel de los distintos barrios que componen la capital.

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La historia, como siempre, se nos cuenta a través de hermosas cinemáticas que demuestran una vez más el extraordinario trabajo llevado a cabo por Ubisoft a la hora de recrear animaciones faciales, texturas y carga poligonal de los rostros. A todo ello se suma en su versión original, además, una estupenda sincronización labial que no está presente en la, por lo demás, estupendamente doblada versión al español. Lo que se nos explica no profundiza tanto como otras propuestas en los personajes ni en la trama, recordemos que Ezio por ejemplo tuvo tres videojuegos para desarrollarse, limitándose en ocasiones a una mera labor de recadero que desde el punto de vista argumental sólo ofrece importantes giros cuando abandona ese esquema y nos regala esos momentos interesantes que levantan el nivel general del hilo principal. Algún golpe de efecto previsible y la sensación constante de que no se ha querido ir demasiado lejos en ningún sentido son otros de los fundamentos de un conjunto que, sin embargo, funciona. Hay lazos con entregas pasadas y la testimonial presencia de Abstergo en breves vídeos ambientados en el futuro, son claves que nos acompañarán durante una aventura que podremos superar entre 20 y 30 horas. Eso será, claro, si nos centramos únicamente en las misiones principales que componen las nueve secuencias entre las que se divide el modo campaña, en esta ocasión única oferta jugable del programa por primera vez en años.

El debut de los niños ayuda a la sensación de socorrer a los más desfavorecidos. Jóvenes y adultos están oprimidos como esclavos por el sistema.
El debut de los niños ayuda a la sensación de socorrer a los más desfavorecidos. Jóvenes y adultos están oprimidos como esclavos por el sistema.


Sin embargo, y aunque el hilo principal no ofrezca cosas fuera de lo convencional, todo lo que nos acompaña a nivel de diálogos, situaciones y personajes está muy bien recreado y se beneficia de venir acompañado de bastantes novedades. Por ejemplo por vez primera tenemos dos protagonistas, los dos hermanos, entre los que podemos cambiar libremente con sólo activar la pausa y pulsar el botón adecuado para efectuar el cambio. No debemos esperar algo tan sofisticado como lo visto en Grand Theft Auto V donde la trilogía de personajes hacían su vida cuando no los manejábamos y en los cambios la cámara nos llevaba hasta ellos al más puro estilo Google Maps. En Syndicate todo es mucho más sencillo y los hermanos viajan juntos en todo momento aunque sólo visualicemos a uno de los dos, produciéndose el cambio entre éstos en el mismo lugar y de forma instantánea. ¿Para qué sirve? Hay que matizar que hay algunas misiones que sólo podremos completar con uno u otro, pero en la gran mayoría podemos alternar entre ellos y sacar el máximo partido a sus posibilidades. Por ejemplo ella es más ágil y tiene una mayor destreza a la hora de moverse, mientras que él es más fuerte y puede resultar más útil en el combate. Sin embargo en nuestra mano está potenciar o igualar las prestaciones de ambos héroes con la mecánica de personalización de habilidades independiente para cada uno de ellos.

Es una de las entregas más variadas y cargada de posibilidades de la franquicia Assassin’s Creed

De hecho el de la progresión es uno de los elementos del programa que más nos va a tener pegados a la pantalla a medio plazo. A lo largo de la aventura vamos obteniendo puntos en base a la experiencia que vamos acumulando por llevar a cabo diferentes acciones, y con ellos podemos ir invirtiendo en distintas habilidades. Si somos completistas no tendremos problema en realizar la miríada de actividades y acciones de tipo secundario que escoltan a las misiones principales para potenciar casi al máximo a ambos personajes, pero para ir progresando desde aquí recomendamos la especialización. Por ejemplo Evie podría ser potenciada en labores relacionadas con el sigilo (abrir cerraduras, mayor dificultad a la hora de ser visualizada por los enemigos o mayor capacidad de la Vista de Águila para fijar enemigos incluso a través de las paredes y en grandes distancias) y, por parte de Jacob, sería más interesante sacar partido de su fuerza bruta maximizando su salud, potenciando el daño de sus golpes o incrementando las posibilidades de nuestras rachas de golpes y combos (de hecho uno de los elementos que más interés han ganado en el combate). No obstante la cosa no queda ahí, y es que las diferentes acciones nos pueden deparar también dinero y materias primas que podemos dedicar a adquirir o fabricar ropa, armas o complementos, permitiéndonos unas grandes posibilidades de customización no sólo estética sino también de habilidad.

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Un Nuevo Credo

¿Por qué es tan importante mejorar? Porque Syndicate, al igual que lo hizo ya Unity en su momento, fundamenta su creciente dificultad en relación con entregas pasadas de la saga en cuanto a su división del mapa en áreas por niveles. Así en todo momento podemos ir de un punto a otro con total libertad, pero los desafíos de determinadas zonas sólo serán recomendables si disponemos de nivel y equipo adecuados. De este modo si nos aventuramos en, por ejemplo, unas instalaciones donde el nivel de los adversarios es muy inferior al nuestro el combate será un paseo por el parque mientras que si, por el contrario, el nivel de éstos es mucho mayor las confrontaciones serán una verdadera prueba.

Las bandas y sus batallas para hacerse con barrios son uno de los grandes debuts de Syndicate. Si nos interesa tenemos mucho que hacer en ese ámbito.
Las bandas y sus batallas para hacerse con barrios son uno de los grandes debuts de Syndicate. Si nos interesa tenemos mucho que hacer en ese ámbito.


Los enfrentamientos, en realidad, siguen siendo uno de los puntos flacos de la serie. No sólo en Syndicate no han avanzado en una dirección que ofrezca resultados interesantes, sino que en algunos aspectos ha ido hacia atrás para hacer todavía más asequible su dificultad en su versión estándar. Nos explicamos. La aparatosa presencia de marcadores que nos informan de cuándo va a atacarnos un oponente va en aumento, multiplicándose no sólo en tamaño sino también en duración facilitando mucho el poder hacer un contraataque. Por si fuera poco los oponentes dan más la sensación de turnarse incluso que en episodios anteriores, facilitando mucho nuestra labor de ir acabando con ellos uno a uno. Por otra parte sí es cierto que nosotros podemos desactivar todas las ayudas visuales e indicadores de pantalla para guiarnos únicamente por las animaciones de los enemigos, algo que dispara la dificultad y que agradará a muchos como alternativa. El problema es que el videojuego no está especialmente pensado para hacer esto, y a menudo la gente que está fuera de pantalla será un reto de cuyos ataques no podremos defendernos en los planos más cercanos, y tampoco tendremos constancia de los que nos apuntan con un arma a distancia, siendo imposible esquivar sus disparos.

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En cualquier caso optemos o no por la visualización en pantalla de los marcadores los controles son adecuados y responden bien, ofreciéndose unas coreografías muy espectaculares en pantalla gracias a las muy buenas animaciones en este campo, que suelen devenir en ejecuciones impactantes y en potentes combinaciones de ataques cuerpo a cuerpo, a distancia y de empleo de gadgets que podemos ir simultaneando… Lástima que la base del comportamiento enemigo no sea buena, puesto que el árbol que crece sobre ella sí tiene unas ramas variadas, espectaculares y pobladas en cuanto a controles, posibilidades, gadgets y variedad de armas.

Los enfrentamientos siguen siendo uno de los puntos menos convincentes de la serie

Lo positivo es que, claro, esto es un Assassin’s Creed y la acción pura y dura es sólo una de las múltiples patas que sostienen su mesa jugable: hay muchas cosas más en Syndicate y esas sí están bien resueltas. De hecho podríamos hablar muy claramente fijando a la nueva entrega como la más variada y generosa en cuanto a componente abierto de la serie al completo. Hay infinidad de cosas diferentes que podemos hacer, y el videojuego se beneficia claramente de esa apertura de prisma y de la renuncia de algunas misiones de estilo de persecución, espionaje o escucha de conversaciones que antaño caracterizaban a la serie para frustración de muchos por lo poco que permitían hacer. Ahora todas las misiones tienen una enorme variedad que no sólo tiene que ver con el hecho de que, como siempre, podemos llevarlas a cabo de muchas formas distintas, sino porque sus conceptos son muy distintos. Es fácil que comencemos una misión persiguiendo a un objetivo a lomos de un tren, que después haya una carrera de carruajes y que acabemos la fase con un asesinato en las alturas de un edificio. Así, entremezclando diferentes situaciones que requieren de distintos estilos jugables, tenemos un cóctel de situaciones muy diferentes.

Todo el esquema de mejoras, compras y personalización se apoya en lo visto en Unity para llevarlo un paso más allá. Es un factor adictivo.
Todo el esquema de mejoras, compras y personalización se apoya en lo visto en Unity para llevarlo un paso más allá. Es un factor adictivo.


El manejo de los carros, por ejemplo, tiene el mismo estilo decididamente arcade que esperábamos del debut de los vehículos en la IP. Su manejo es sencillo y tontorrón, pudiendo realizar con ellos todo tipo de maniobras absurdas que sólo tienen sentido para ofrecer la descarga de adrenalina que ofrecen sus brutales persecuciones. Así cuando sencillamente la utilizamos para acortar las grandes distancias que en ocasiones tendremos que asumir, se manejan casi como un auto de choque, con giros imposibles y acelerones y marcha atrás impropios de un vehículo tirado por caballos. Sin embargo cuando hay enfrentamientos la cosa se dispara y podemos incluso llevar a cabo cargas sobre otros carruajes para tratar de sacarlos de la carretera y destruirlos. Por nuestra parte lo frágil de estos métodos de locomoción no tiene importancia puesto que en cualquier momento podemos robar otro al más puro estilo GTA, sin embargo lo mejor son las escenas en las que se nos anima a escondernos dentro de uno o subirnos al techo para saltar a otro o, sencillamente combatir sobre ellos.

El mismo sentido de la interacción tienen los trenes que van moviéndose por los raíles que plagan Londres, y que en cualquier momento nos permiten meternos en sus vagones o correr por sus partes superiores. Con ellos se nos permite todo ese tipo de interacción al estilo Assassin’s Creed que nos facilita efectuar acciones muy divertidas y útiles para librarnos de enemigos en persecuciones como, por ejemplo, soltar los vagones. Pero estas cosas no son lo único que insufla variedad y frescura a la propuesta.

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Londres un Mundo de Posibilidades

Por ejemplo la agilidad infinita de sus protagonistas sigue siendo santo y seña de la marca, con unos personajes que continúan escalando con total naturalidad fachadas verticales con, en esta ocasión, algunas nuevas y estupendas animaciones. Sin embargo la gran novedad en este campo, a parte de la de poder encaramarnos a las preciosas estructuras del Londres de la época, es el hecho de que contamos con un gancho que nos permite varias cosas. Ubisoft Quebec ha querido respetar la idiosincrasia de la arquitectura londinense en el sentido de que sus calles no son tan estrechas como las de otras entregas de la serie y en que, así mismo, con el paso de los años los edificios van creciendo más y más en vertical. Para ello han ideado este garfio que podemos lanzar hacia los puntos indicados al más puro estilo Batman: Arkham y asirnos de cualquier borde para, por ejemplo, subir en un santiamén una fachada completa. También puede servir para cruzar una de las grandes avenidas del videojuego sin pisar el suelo en los casos en los que no podemos sortearlas de un salto. Esto, que podría parecer un detalle accesorio o de importancia menor, cambia de forma importante la experiencia jugable y hace de toda la parte parkour una vertiente del programa muy novedosa e interesante.

Londres es, literalmente, descomunal. Casi un tercio más grande que el Paris de Unity, y repleto de detalles y cosas que hacer muy variadas.
Londres es, literalmente, descomunal. Casi un tercio más grande que el Paris de Unity, y repleto de detalles y cosas que hacer muy variadas.


Y es que hay mucho y muy interesante que hacer en la gigantesca urbe que el nuevo título presenta, y hacerlo acompañado por la extraordinaria banda sonora de Austin Wintory (Journey) es un placer. Desde nadar por el Támesis y sus aguas pobladas de barcos en constante movimiento, hasta escalar el Big Ben pasando por, sencillamente, pasear por por Westminster y admirar la vida que respira. No hay los tumultos masivos de Unity, pero sí hay una densidad importante en sus calles y una sensación de que todo está en movimiento. Syndicate ofrece una versión corregida y aumentada de las prestaciones a nivel de Engine que vimos en su predecesor y que se traducen en un estupendo acabado gráfico que, apoyado por la fuerza artística y el irreprochable buen gusto del que siempre hace gala la IP, nos brinda un look extraordinario.

Salvo algún problema esporádico y meramente cosmético, no hemos encontrado ninguna incidencia que no hayamos visto en mil y un sandbox hasta la fecha

Además la fluidez del título está mucho más lograda en consolas que el caso de Unity, y sólo hemos visto alguna ralentización ocasional y no demasiado notoria en momentos muy determinados. Por lo que tampoco hay que temer es por los bugs, la obra que nos ocupa es mucho más redonda que su predecesora y, salvo algún problema esporádico y meramente cosmético que no afectaba al desarrollo de las misiones, no hemos encontrado ninguna incidencia que no hayamos visto en mil y un sandbox hasta la fecha y que solemos disculpar por el esfuerzo extra a nivel de testeo que conlleva este tipo de trabajos en los que "todo está permitido". Lo que sí es algo más molesto son los dilatados tiempos de espera que tenemos que aguardar tanto cuando cargamos por vez primera el juego como cada vez que morimos y que pueden alcanzar el minuto de duración.

Este tipo de factores tecnológicos que por fin están pulidos como deberían son necesarios para un videojuego en el que la agilidad, la destreza y la fluidez son tan importantes. Tiene que ser un placer pasear a cualquier ritmo y de cualquier manera por las calles de Londres, y ese es uno de los puntos fuertes de la saga desde su nacimiento. El videojuego, además, nos premia con abundantes desbloqueables como suele ser costumbre, no sólo aportándonos información extra en caso de que escalemos las recurrentes atalayas (más altas que nunca) sino también ofreciendo muchos suculentos coleccionables para hacer las delicias de los completistas.

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Pero no es todo, hay muchas actividades de carácter secundario que están relacionadas con el dominio de los territorios y la liberación de los ciudadanos obreros del yugo empresarial que les oprime. Uno de los propósitos que tenemos en el videojuego, y que depende enteramente de nosotros, es el de hacer que nuestra banda crezca y su dominio se extienda por la urbe. Para ello hay muchas metas como la liberación de las fábricas que esclavizan niños, el asesinato de grandes figuras de los grupos rivales o el asalto de sus bases para tomarlas con nuestra gente. Lo que conseguimos con ellos es ir limpiando los barrios del dominio de los villanos y explotadores, hacerlos nuestros y de paso multiplicar la presencia de nuestros aliados por ellos. Así siempre que veamos a alguien vestido con nuestros colores podemos reclutarle, en un número de hasta seis colegas, y darle instrucciones sencillas como las de atacar a enemigos, por ejemplo.

La enorme variedad de actividades de Syndicate es tan generosa que perderíamos mucho tiempo listando y detallando todas sus alternativas, sin embargo las mejores se encuentran enmarcadas en las Historias de Londres. Ahí coincidimos con personajes históricos tan célebres como Charles Dickens y Darwin para hacer misiones secundarias, sin embargo también encontramos cosas tan sorprendentes como los Crímenes Terroríficos de la versión de PlayStation 4. Aquí se incorpora incluso una mecánica de detective en la que investigamos pistas, llevamos a cabo interrogatorios e incluso podemos acusar a quien creamos que es el responsable de cada uno de estos asesinatos que asola la capital británica al más puro estilo L.A. Noire… Eso sí, ¡ojo con equivocarte!.
Historias de Londres - La enorme variedad de actividades de Syndicate es tan generosa que perderíamos mucho tiempo listando y detallando todas sus alternativas, sin embargo las mejores se encuentran enmarcadas en las Historias de Londres. Ahí coincidimos con personajes históricos tan célebres como Charles Dickens y Darwin para hacer misiones secundarias, sin embargo también encontramos cosas tan sorprendentes como los Crímenes Terroríficos de la versión de PlayStation 4. Aquí se incorpora incluso una mecánica de detective en la que investigamos pistas, llevamos a cabo interrogatorios e incluso podemos acusar a quien creamos que es el responsable de cada uno de estos asesinatos que asola la capital británica al más puro estilo L.A. Noire… Eso sí, ¡ojo con equivocarte!.


Si no queremos contar con la aparatosa compañía de nuestra banda siempre nos queda el sigilo, uno de los habituales puntos más destacados de los Assassin’s Creed. En este sentido no ha avanzado demasiado este episodio, acomodándose en la posibilidad de cambiar entre el modo normal y el modo más discreto con sólo pulsar un botón, y haciendo que nuestros protagonistas se pongan una capucha y caminen agachados sin hacer mucho ruido. El problema es que aquí, con todos nuestros gadgets, con muchos que vuelven y otros que debutan, tenemos ese problema al que se suelen enfrentar los videojuegos de sigilo: abusar de la IA. Es muy difícil cuajar un título de estas características, especialmente si le sumamos un mundo abierto, que sea impecable en este sentido; y Syndicate exhibe una inteligencia artificial en los rivales que es inoperante porque es muy fácil de engañar. Las posibilidades de este modo en combinación con el diseño de los escenarios, que está en esta ocasión más cargado de rutas secundarias y caminos alternativos que nunca, hacen que los problemas de las rutinas y la percepción de los enemigos sean todavía más molestos puesto que en ocasiones chafan una sensación de inmersión que, por lo demás, es irreprochable.

Excelente

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Assassin's Creed: Syndicate

Por: El equipo de 3DJuegos
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Syndicate hace los deberes a la hora de devolver la confianza del aficionado en la saga Assassin’s Creed en términos de pulido, pero no se conforma con eso y ofrece un buen puñado de novedades para aportar frescura. Sigue teniendo problemas, claro, y eso le ha impedido obtener una calificación más alta. Sólo nos queda soñar con lo que podría haber sido Syndicate con un combate a la altura y una inteligencia artificial superior, y es que no sólo se cuenta entre las entregas más variadas de la franquicia sino que su mundo es probablemente el más abierto y cargado de posibilidades que nos ha deparado la saga hasta la fecha.

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  • La ambientación, como siempre, de 10. Una gozada pasear por Londres
  • Probablemente sea el Assassin’s Creed más innovador de los últimos años
  • Hay muchas cosas que hacer en el juego, y muy variadas
  • A nivel de pulido y acabado supera notablemente lo visto en Unity y no exhibe apenas bugs
  • Es fácil abusar de la inteligencia artificial en las secciones de sigilo
  • Los combates no resultan satisfactorios.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 20-30 horas (mínimo)
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