Milestone vuelve a intentar colarse en las primeras posiciones con su nuevo título de Rally, más trabajado que su último WRC, pero con ciertas carencias que lo siguen dejando lejos del podio. Un título amplio, que nos da la oportunidad de seguir la trayectoria de uno de los pilotos más exitosos de los últimos años: Sébastien Loeb.
Se podría decir que el Rally está viviendo un momento dulce, ya que en los últimos meses no son pocos los juegos que han recogido esta disciplina. Milestone ha sido la encargada de firmar los juegos de la WRC desde hace muchos años, pero aun con toda la experiencia acumulada, su última entrega no ha logrado adaptarse correctamente a los estándares de la presente generación. Sébastien Loeb Rally Evo lo intenta mucho más, casi como si el núcleo del equipo hubiera pasado a este proyecto, dejando en segunda prioridad a su WRC 5.
Se nota en un modo carrera bien planteado, que no te empuja por etapas de Rally con la única opción de continuar o abandonar, sino con el planteamiento de carreras variadas en las que conseguir la medalla de oro. Se adoptan además otras fórmulas como el Rally Cross, los Open y la gran subida por el Pikes Peak, todo con cientos de kilómetros por recorrer y mucha variedad de coches entre los que elegir. A todo ello se le suma un modo nuevo, la Loeb Experiencie, en el que emular las etapas más clásicas de Sébastien Loeb a lo largo de su carrera, a las que tendremos que acceder mediante un sistema de fama y créditos que nos permitan desbloquear sus requisitos. Se agradecen los datos sobre toda su carrera así como algunos vídeos con entrevistas donde el piloto rememora sus momentos más míticos.
La física de lo imposible
Donde derrapa Rally Evo, sin embargo, no es en la cantidad, sino la falta de recursos que desprende como juego de rallies. El más notorio es la física de los vehículos, con una constante sensación de estar sobrevolando la pista y sin prácticamente feedback con la carretera. No importa cómo sea la orografía del terreno, no notarás los baches, ni los peraltes, ni el traqueteo que se produce en la grava y que hace que tengas que ser cuidadoso incluso en las rectas. Los coches del título de Milestone son capaces de atravesar caminos pedregosos como si fuera la más asfaltada de las carreteras.
A este problema de físicas se le suma el de la inteligencia artificial. Cualquier ligero contacto con otro vehículo en las pruebas de Rally Cross hacen que tengas que repetir la carrera si no quieres hacer uso de la opción del rebobinado. El más mínimo choque, no importa de dónde provenga, provoca un giro brusco, irreal y hasta un trompo del que no nos recuperaremos en lo que queda de carrera. No importa, además, que lo intentes evitar, pues los competidores que estén por detrás de ti terminarán por golpearte y sacarte de la pista, aunque a ellos no les ocurra el mismo efecto en el contacto. Algo curioso, ya que estas colisiones no parecen responder a la física del juego, sino a un elemento de programación que ordena que nuestro coche gire bruscamente hacia un lado.
Donde derrapa Rally Evo, sin embargo, no es en la cantidad, sino la falta de recursos que desprende como juego de rallies
Los errores se acumulan, y esto hace que nuestra experiencia con Sébastien Loeb Rally Evo haya sido menos placentera de lo que podría haber sido. Es cierto que Milestone siempre se queda a las puertas de la meta al tratarse de un "estudio pequeño", pero hay muchos parámetros que habrían sido fácilmente corregidos incluso con la falta de recursos. La sensación con un pad entre las manos no es la mejor, y el input lag y la sensibilidad del volante afecta a la conducción; algo que podría haber sido fácilmente resuelto con un menú de opciones de control (el cual no existe ni con las opciones más básicas) donde poder elegir el grado de dureza y la zona muerta de los sticks. Pequeños detalles, pero muy importantes, que no se han cuidado en este título.
Aun con todo, es justo señalar que pese a esta carencia de opciones y de físicas avanzadas, puedes disfrutar bastante de Rally Evo. No sólo gracias a unas etapas y unos circuitos bien construidos, sino a las propias mecánicas que desenvuelve sobre la carretera. Y que se aleje de la simulación en esta faceta no significa en ningún caso que no sea exigente en su control y en los tiempos que tenemos que marcar en cada circuito o etapa, así como el ajuste necesario para dominar todos los vehículos y acostumbrarse a cada escudería y potencia. Cumple, además, añadiendo un modo multijugador que aunque resulta algo anecdótico, nos permitirá medirnos en las distintas etapas junto a otros competidores sin trucos ni reintentos y con toda la presión del crono.
Pasando a su faceta técnica, Sébastien Loeb Rally Evo tampoco destaca. No estamos hablando de un juego de su tiempo, aunque no sea puntero, sino de uno que perfectamente podría haber sido lanzado en la anterior generación sin muchos cambios. El terreno consta de una textura plana, sin imperfecciones ni opciones gráficas que ayuden a darle menos uniformidad a las zonas más naturales. Los entornos tampoco lucen demasiado, con algún despunte en etapas de Finlandia, donde se aprovecha algo más la frondosidad del Rally de los Bosques. Lo único que destaca es el modelado de los coches, uno que tiene gran nivel, pero del que no veremos mucho ya que las opciones de cámara en vista de vehículo son cuanto menos incontrolables. Posee una vista desde la cabina bastante bien construida, que sólo nos dará problemas cuando un efecto gráfico de rotura de cristal o de barro mal diseñado no nos deje ver el camino a seguir, mientras que hemos conseguido los mejores resultados con las situadas sobre el parabrisas.
Gráficamente, por tanto, no se justifica un lanzamiento en consola que nos llega a 30 frames por segundo, lejos de lo recomendado para un juego de estas características; además de unas cargas que en ocasiones pueden ser algo extensas para la factura técnica del juego. En la parte sonora encontramos un trabajo correcto, pero nada destacable, más allá del motor no hay nada que produzca el suficiente feedback con la carretera o cómo han entrado las marchas, mientras que el copiloto, aunque ha sido doblado a nuestro idioma, habla en ocasiones y sin necesidad demasiado rápido, con tiempo suficiente para indicarnos bien las próximas curvas.
De nuevo, no son tanto fallos como falta de recursos el mayor problema al que se enfrenta Milestone desde hace unos cuantos años, pero con sus cuatro primero WRC fueron capaces de construir un juego que, sin llegar a la excelencia, era perfectamente disfrutable. No sabemos si el haber trabajado en paralelo con este Sébastien Loeb Rally Evo a la vez que con WRC 5 ha terminado por dañar a los dos títulos, pero sí es cierto que teniendo este año un competidor en consolas de la talla de Dirt Rally, es difícil recomendar este juego a no ser que no quieras esperar al lanzamiento del de Codemasters en unos meses. Hemos podido disfrutar de Rally Evo, pero es una pena que con este despunte en simuladores de Rally el estudio italiano no presente, por la razón que sea, algo más de guerra.
Sébastien Loeb Rally Evo es un correcto juego de rallies que sin embargo parece un producto de otra época, con la falta de opciones y técnicas que ya están utilizando sus competidores. Su poco pronunciamiento en las físicas y los aspectos gráficos lo alejan de una experiencia pura de Rally, haciéndose valer por un buen modo carrera y una gran variedad de vehículos y pistas donde elegir.
Comprar Sébastien Loeb Rally Evo- Gran variedad de vehículos y etapas de Rally
- Modo carrera bien construido con especial hincapié en la Loeb Experience
- Técnicamente desfasado sin elementos reconocibles de la presente generación
- Falta de opciones de control que nos ayuden a dominar mejor el vehículo
- Sistema de físicas demasiado básico que no transmite el feedback de la carretera
