Análisis de Driver Parallel Lines

Análisis de Driver Parallel Lines
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Catorce meses después de su salida para PS2 y PC aparece Driver: Parallel Lines en nuestra Wii. Pocos aspectos difieren del juego original, del que hereda la mayoría de sus virtudes y defectos, pero con una notable diferencia, su original sistema de control.

La saga Driver marcó un antes y un después en PSOne en cuanto a juegos de conducción se refiere. Sus dos primeras entregas revolucionaron este género con su estilo libre y fueron dos de los títulos más laureados de la primera consola de Sony. Pero el salto a la siguiente generación no le sentó demasiado bien a los chicos de Reflections, y Driv3r supuso una profunda decepción para los seguidores de Tunner y compañía. Pero hace un año y dos meses salió Driver: Parallel Lines para PS2, un título con el que la compañía intentó redimirse de los fiascos del anterior para volver a la senda del éxito. Ahora nos llega a Wii prácticamente calcado, lo que supone la primera incursión de esta saga fuera de la órbita de Sony.

En este caso no contaremos con Tunner, sino con “The Kid”, un joven conductor que llega a Nueva York en los 70 en busca de éxito y dinero. Su habilidad al volante le hará escalar posiciones entre la mafia local neoyorquina durante un tiempo. Hasta que sus compañeros le traicionan y acaba en la cárcel. Allí pasará nada más y nada menos que 28 años, hasta que sale libre en 2006. Todo ha cambiado en la ciudad, y ahora “The Kid”, mucho más madurito, intentará vengarse de los que hace casi tres décadas le traicionaron.

Dos épocas, dos juegos
Quizá el punto más destacable de Driver: Parallel Lines es su originalidad al presentarnos dos épocas distintas de una misma ciudad. La Nueva York actual poco tiene que ver con la de los años 70, y la ambientación en este título lo destaca con gran acierto. Los coches son diferentes, la ropa que lleva la gente ha cambiado, la música no tiene nada que ver, ciertos edificios ya no están, o donde antes había fríos solares ahora se levantan majestuosos rascacielos; incluso la interfaz del juego se modifica. Sí conserva, en cambio, el trazado de la ciudad y sus líneas generales. No obstante, la ambientación en las dos épocas favorece bastante el dinamismo del juego, evitando que se caiga en la repetición y el aburrimiento.

Con varias mejoras visuales y técnicas sobre la versión original de PS2, en Driver Parallel Lines conduciremos vehículos de varios tipos, de dos y de cuatro ruedas, cada uno con sus propias particularidades de conducción.
Con varias mejoras visuales y técnicas sobre la versión original de PS2, en Driver Parallel Lines conduciremos vehículos de varios tipos, de dos y de cuatro ruedas, cada uno con sus propias particularidades de conducción.

Por otro lado, la estructura del título es ya la clásica en este tipo de juegos: nos avisan de que hay una misión, la cual se marca en el mapa con un punto, nos dirigimos a ella y se nos dan las instrucciones para realizarla con éxito. La mayoría de las misiones son en coche, como perseguir a un vehículo, dirigirnos en un determinado tiempo a tal lugar, recoger determinados coches con una grúa o asustar a un individuo haciendo locuras con nuestro coche. Son bastante variadas en principio, aunque en esencia se limitan a ir de un punto a otro. Existe además un pequeño número de misiones a pie, en las que tendremos que eliminar a los enemigos a balazos. Además de las principales (más de treinta), contaremos con misiones secundarias, como participar en carreras ilegales, robar coches por encargo o hacer de taxista. Todo esto nos proporcionará dinero extra con el que podremos tunear y mejorar nuestros coches en los talleres. Esto no suele hacerse mucho, puesto que no es imprescindible y es bastante caro.

En total hay disponibles una treintena de vehículos por época, cada uno con sus características particulares de velocidad, tracción y frenado. En general, la conducción en Driver: Parallel Lines es correcta, aunque a veces un poco dura. Los coches no giran bien siempre, especialmente cuando utilizamos el freno de mano. No obstante, aunque al principio nos costará, nos acabaremos acostumbrando. A esto hay que añadir el tráfico y la policía de la ciudad. El primero es bastante abundante, más que en otros juegos del género, lo que hace que sea más realista y divertido. Por su parte las fuerzas del orden no son difíciles de despistar, y bastará con entrar en un parque o un callejón, aunque habrá otras ocasiones en las que no nos dejarán en paz durante bastante rato.

Driver: Parallel Lines cuenta con misiones principales y secundarias, a bordo de vehículos y a pie, pero siempre haciendo uso de un control adaptado a los mandos de Wii. Con wiimote y nunchuk en cada mano, el control se muestra muy preciso y divertido, especialmente en los momentos en los que, mientras conducimos, tienen lugar intensos tiroteos en los que nuestro wiimote se convierte en una letal arma.
Driver: Parallel Lines cuenta con misiones principales y secundarias, a bordo de vehículos y a pie, pero siempre haciendo uso de un control adaptado a los mandos de Wii. Con wiimote y nunchuk en cada mano, el control se muestra muy preciso y divertido, especialmente en los momentos en los que, mientras conducimos, tienen lugar intensos tiroteos en los que nuestro wiimote se convierte en una letal arma.

El control a pie es mejorable. Los movimientos de nuestro protagonista son algo extraños, y la cámara liosa, pues se mueve con un leve giro del Wiimote, despistándonos de vez en cuando.

Una experiencia mucho más divertida
La principal diferencia respecto al título de PS2 es su sistema de control. Los mandos de Wii enriquecen mucho la experiencia de juego, lo que favorece la diversión y la jugabilidad. En este caso jugamos con Wiimote y Nunchuk, abandonando por tanto el habitual sistema horizontal para los juegos de coches de esta consola. Con el joystick del Nunchuk dirigimos tanto a los coches como a “The Kid” a pie, y con sus botones aceleramos y frenamos. Además, si levantamos este mando activaremos el freno de mano como si estuviésemos conduciendo, y si lo giramos bruscamente realizaremos un giro de 180 grados, muy útil para despistar a la policía o no perder demasiado tiempo.

El Wiimote se reserva para otro tipo de acciones, como sacar el arma, disparar, agacharse, elegir arma o girar la cámara. Se ha eliminado el apuntado automático con el que contaba la versión para PS2, que ahora realizaremos con nuestro Wiimote, lo que aumenta mucho al diversión. Hay que hacer una mención especial a los momentos en los que conducimos y disparamos a la vez. Se ha realizado un gran trabajo en este aspecto para adaptarlo a Wii, y el resultado es una experiencia realmente divertida. Tendremos que estar atentos tanto a la carretera como a los disparos, pero el control es muy intuitivo, lo que facilita las cosas.

Gráficamente el juego ha mejorado respecto a la versión de PS2, aunque no excesivamente. Se ha reducido el efecto de niebla y popping, las luces y explosiones han mejorado y han desaparecido algunos detalles planos. Sin embargo, siguen manteniéndose las texturas excesivamente sencillas, lo que le resta vida a la ciudad, y los viandantes carecen de animación. Además, la física deja que desear. Las farolas se caen con un suspiro cuando las rozas, los choques con otros coches no son realistas (te dejan inmóvil mientras que el otro vehículo sale disparado), la gente que va por la calle de repente aparece encima de tu coche, y las abolladuras de tu vehículo a veces no se corresponden con los golpes que te das. No obstante, son detalles que no suelen afectar a la jugabilidad del título.

Con un esquema basado en misiones similar al ya característico estilo de la saga, la historia de Driver: Parallel Lines se desarrolla en Nueva York, sólo que en dos épocas distintas, una en 1978 y otra en 2006.
Con un esquema basado en misiones similar al ya característico estilo de la saga, la historia de Driver: Parallel Lines se desarrolla en Nueva York, sólo que en dos épocas distintas, una en 1978 y otra en 2006.

Sin embargo, el sonido destaca positivamente. La música es reconocible en muchos casos, de calidad, y difiere en las dos épocas en las que transcurre el juego, favoreciendo la ambientación correcta. Las voces en el juego están en español, y el doblaje es muy bueno, aunque sólo el de los protagonistas, pues la gente que va por la calle te increpará o pedirá auxilio en un inglés muy correcto.

Bueno

Sin sello

Driver: Parallel Lines

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Driver: Parallel Lines es una buena opción para Wii, y más teniendo en cuenta el escaso catálogo con el que dispone hasta la fecha la nueva consola de Nintendo en este género. Su ambientación en dos épocas diferentes, una gran ciudad por explorar, multitud de misiones y, sobre todo, el intuitivo y divertido control con el que cuenta, convierten a éste en un título recomendable, especialmente para los amantes de los juegos de acción y conducción al estilo GTA.

Jugadores:
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