Pasa de una a otra dimensión para resolver los sesudos rompecabezas que plantea Parallax. Un buen videojuego de puzles que sorprende por el inteligente diseño de sus niveles y su atractiva estética en blanco y negro.
Suelen decirnos que en la vida no todo es blanco o negro, que hay matices, pero en el caso de Parallax ocurre exactamente eso. O blanco, o negro. No hay más. Porque este notable juego de puzles en primera persona nos invita a movernos entre dos dimensiones superpuestas, una blanca y otra negra, para sortear una treintena de sesudos rompecabezas que nos harán agudizar el ingenio mientras atravesamos portales, accionamos interruptores y sorteamos trampas cada vez más peligrosas. Lo que suena tan divertido como es en realidad, pues hacía tiempo que no nos encontrábamos con un título del estilo tan destacado como esta obra del estudio independiente Toasty Games.
Un videojuego que a muchos les puede sonar a Portal, aunque ya os adelantamos que poco en común tiene con el clásico de Valve, y especialmente al notable Antichamber, con el que comparte sobre todo el gusto por una estética minimalista a la que se le saca muy buen provecho a lo largo de las cerca de cinco horas que puede llevarnos completar la partida. Pero en términos jugables, lo mejor que podemos decir de Parallax es que aun sin ser revolucionario, se trata de una obra con personalidad propia que sabe cómo sorprender constantemente con nuevos desafíos a cada cual más complejo que el anterior. El concepto de atravesar portales para viajar de una a otra dimensión no varía ni un ápice a lo largo de la partida, pero sí se complica sobremanera el diseño de los niveles, con laberínticos entramados de plataformas móviles, rayos láser y caídas hacia el abismo que nos complicarán la existencia cosa mala.
De portal en portal
Dos mundos superpuestos, una única vía de escape, y un buen puñado de portátiles dimensionales que usar para lograr este objetivo. Esta es la premisa con la que parten todos y cada uno de los 32 niveles que dan vida a este desafiante juego de puzles que intercala la extremada sencillez en el manejo de su acción con la endiablada complejidad de algunos de sus rompecabezas. A veces, sentiremos que nada tiene ni pies ni cabeza, que la solución a nuestros problemas pasan por echar un vistazo a alguna guía por Internet pero... ¡nada de eso!
En Parallax la respuesta siempre suele llegar por pura lógica tras investigar a conciencia los entresijos y mecanismos a los que tendremos acceso en cada escenario de juego. O escenarios, en plural, pues las dimensiones blanca y negra no tienen por qué ser idénticas en forma y contenido. Precisamente por ello en esta obra de Toasty Games tendremos que pensar desde dos perspectivas distintas en tanto que las acciones que llevemos a cabo en uno de estos mundos también tendrán efecto en el opuesto. Sin olvidar tampoco que el acceso a los portales vendrá determinado igualmente por la dimensión en la que nos encontremos.
Rotar plataformas, buscar caminos alternativos que nos permitan alcanzar ese interruptor que tanto se resiste, tomar impulso y salir volando a través de varios portales sin estrellarnos en ningún obstáculo... aunque de entrada Parallax parece un videojuego bastante simple, lo cierto es que estamos ante un videojuego retante como el que más. A veces tal vez demasiado ya que la curva de dificultad está algo desmedida, pues se alternan niveles que se pueden completar sin demasiados problemas con otros realmente complicados -que no imposibles- que pueden frustrarnos un poquito.
A destacar también el diseño de niveles que resulta francamente bueno, incluso fantástico por momentos, con zonas cada vez más complejas que nos llevarán a estrujarnos los sesos hasta dar con la solución buscada. En este sentido, resulta digno de mención que sin necesidad de tutoriales el juego sea capaz de enseñarnos nuevas formas de interactuar con el entorno de forma inteligente.
Las mayores pegas con las que nos hemos encontrado es que Parallax puede resultar algo corto para los más avezados en el género y, sobre todo, que abandona por completo la ambición de contar una historia como sí han intentado otros títulos del estilo durante los últimos años. Nivel tras nivel, capítulo tras capítulo, el juego de Toasty Games no tiene nada que contar ni que mostrar más allá de esos atractivos mundos monocromáticos por los que nos perderemos. Que tampoco es algo negativo, ¿eh?, pero sí un detalle que conviene resaltar para que luego nadie se lleve a engaño.
Sus rompecabezas son bastante ingeniosos, plantean un gran reto y aunque no rompen moldes, se sienten frescos y originales por el modo en el que se desarrolla la acción. Tal vez algo más de variedad en el desarrollo de la partida le habría hecho mejorar, pero al precio por el que se vende pocos juegos de puzles os entretendrán tanto como Parallax.
- El uso de los portales para alternar la acción entre dos dimensiones distintas
- Inteligente diseño de niveles y los puzles
- Estética minimalista que funciona muy bien con el estilo de juego que plantea
- Le falta algo de variedad en sus rompecabezas
- Duración ajustada
