Análisis de Assassin's Creed Chronicles India. Espíritu clásico

Análisis de Assassin's Creed Chronicles India. Espíritu clásico
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Un Assassin's Creed en 2D parecía un sueño para algunos hasta hace no mucho tiempo, pero por suerte desde el año pasado es también una realidad. La segunda entrega de la trilogía se acerca en esta ocasión a la India, y para ello se apoya en las dinámicas jugables presentadas en el videojuego original. ¿Qué tal ha resultado esta nueva incursión de los Assassin? Te lo contamos.

La serie de spin-offs Chronicles sigue progresando, y en esta ocasión presenta una nueva entrega ambientada en la India tras su debut en China allá por abril del año pasado. Por aquel entonces disfrutábamos de una ambientación en el lejano país oriental en el Siglo XVI y en el ocaso de la Dinastía Ming, que se sustituye en esta ocasión por el Siglo XIX de una India convulsa y en una situación muy complicada. La saga Assassin’s Creed sigue explorando nuevos horizontes, aunque en esta ocasión con un prisma mucho menor por su espíritu clásico y su planteamiento en 2D; y nos ofrece un nuevo héroe, una historia inédita y un bellísimo país para explorar con toda la belleza artística que garantiza la franquicia acusada, en esta ocasión, por la saturada paleta de colores y la indudable belleza de todo lo que se muestra en pantalla.

En cuanto a su experiencia jugable en sí misma, Assassin's Creed Chronicles: India apuesta por repetir los patrones jugables de la primera entrega de la trilogía prevista: lo que supone que este episodio repite las virtudes y los defectos de aquella. El estilo impuesto en su predecesor sigue siendo, con pocos o más bien ningún cambio, el que impera en esta ocasión, y el juego va tan deprisa en la presentación de todas sus posibilidades y esquemas que se hace recomendable haberlo entendido para que la curva de aprendizaje sea más adecuada. Este nuevo Assassin’s Creed no quiere perder el tiempo, va directo a la yugular.


Maestro Invisible

En Chronicles: India somos Arbaaz Mir, un personaje que los más hardcore de la saga ya conocen por su presencia en el cómic Assassin’s Creed: Brahman, y que es hábil y experto en el arte de matar. Él se ve inmerso en una compleja situación entre la Compañía Británica de las Indias Orientales y el Imperio Sikh que, además, se acentúa con la presencia de un tercer vértice en forma de interés amoroso que acaba por desequilibrar la balanza en momentos determinados. El punto de partida del programa es sorprendente y atractivo, aunque no tardaremos en darnos cuenta de que el desarrollo de la historia es bastante convencional y que pierde interés fácilmente. Su presentación, eso sí, es exquisita y de un extraordinario buen gusto, con estupendas cinemáticas entre nivel y nivel, sin embargo lo que se nos cuenta no tiene demasiada importancia y el personaje principal resulta algo arrogante y de difícil empatía.

El cambio de ambientación, mirando hacia la India, garantiza entornos más coloristas y una enorme belleza en lo artístico.
El cambio de ambientación, mirando hacia la India, garantiza entornos más coloristas y una enorme belleza en lo artístico.


Y es que lo que de veras importa es la experiencia jugable. No vamos a entrar en demasía a relatar de nuevo las mecánicas jugables esenciales del título, puesto que puedes consultarlas en el análisis del original, pero sí nos vamos a centrar en sus diferencias. Para empezar en esta ocasión hay más énfasis en el sigilo. Si lo recuerdas en la primera parte las distintas situaciones se centraban en ser como pequeñas secciones que debían resolverse casi como un rompecabezas en el que había que pararse un minuto a pensar después de ver el escenario y, luego, llevar a cabo una ejecución inmaculada para pasar desapercibido. ¿Si la cosa no iba bien? Nos tocaba resolverlo todo a golpe de espada. En esta ocasión la premisa es idéntica, sin embargo se multiplican las ocasiones en las que es estrictamente necesario el evitar la violencia dejándonos, como único margen, la posibilidad de dejar inconscientes a nuestros adversarios si nos acercamos por detrás y logramos inmovilizarlos.

Espíritu clásico


Lo mejor de este Assassin’s Creed es su capacidad para cambiar de ritmo debido a los distintos estilos que presenta

Esto, como es lógico, consigue un aumento en la dificultad que se apoya en eso que hemos comentado antes, Chronicles: India da por hecho que sabemos cómo se estructura su funcionamiento jugable e intuye también cierta veteranía por nuestra parte, de modo que no pierde demasiado tiempo en explicarnos cómo funcionan los gadgets o el gancho y nos pone las cosas más difíciles que en su predecesor desde el minuto 1. Buenas noticias para el aficionado que, además, ve cómo se enriquecen los desafíos a los que tiene que hacer frente merced a una variedad de enemigos mucho más generosa. Cierto que el tipo de situaciones más o menos vienen a ser las mismas, sin embargo el hecho de que los distintos oponentes tengan formas diferentes de afrontar éstas garantizan que no podemos dormirnos en los laureles ni actuar de manera mecánica, puesto que un reto será muy diferente del siguiente.

Espíritu clásico


La agilidad del protagonista, unida al uso del gancho, hacen que las partes de acrobacias sean las mejores secciones del videojuego.
La agilidad del protagonista, unida al uso del gancho, hacen que las partes de acrobacias sean las mejores secciones del videojuego.


El sistema es idéntico al del título ambientado en China. Los enemigos cuentan con esa representación de su visión en forma de conos que debemos evitar puesto que se tintarán de amarillo cuando sospechen y de rojo cuando nos detecten, y eso se acaba uniendo a las distintas partes de plataformas para tener elementos dinámicos que, al igual que los precipicios, debemos evitar. Los controles están más pulidos que en su predecesor y la respuesta es óptima, lo que unido a la variedad de gadgets con los que contamos hace que la experiencia sea bastante satisfactoria. En cuanto a esos ítems, precisamente, tenemos algunos que repiten y otros que debutan para ofrecernos mayor flexibilidad como las bombas de humo o los chakrams (cuchillas circulares) que pueden rebotar sobre diferentes superficies o que nos ayudan a cortar cuerdas. Cualquier modo de evitar los combates es bueno, no sólo porque el ser detectado resta en nuestra valoración de cada sección del nivel, sino porque siguen siendo tan poco satisfactorios como en el primer Chronicles. Esto se debe a la excesiva debilidad de su protagonista en las luchas, lo que puede ser muy frustrante, y a que las posibilidades no son demasiado generosas: esto acaba provocando que sean rutinarios en la forma y excesivamente difíciles en la ejecución… Especialmente en los dos nuevos modos que se desbloquean al terminar la campaña la primera vez, y que elevan el reto hasta niveles disparatados en, precisamente, las partes de su experiencia jugable que menos nos interesan.

Elementos como el desafío, el ritmo o el control, se notan mejorados sobre la entrega ambientada en China

Lo mejor de este Assassin’s Creed es, de hecho, su capacidad para cambiar de ritmo debido a los distintos estilos que presenta. A menudo nos aprieta en secciones de plataformas para que las llevemos a cabo a toda velocidad, no en vano cuenta con muchos recursos en este sentido como, por ejemplo, los de las partes del escenario que se desmoronan o las amenazas que se mueven (elefantes), pero es capaz de alternarlos con ese estudio necesario para las partes de sigilo y con algunos puzles que requieren idéntica observación. ¿Queremos perfeccionar puntuaciones y obtener buenos tiempos en cada nivel? Será imposible sin la repetición de niveles una y otra vez hasta memorizarlos y saber qué es exactamente lo que debemos hacer y en qué momento. Esta nueva entrega de la serie, al igual que la anterior, se exprime al máximo cuando se supera una vez detrás de otra hasta que se conocen todos los secretos de cada uno de los 10 capítulos, como si de dominar las pistas de un juego de carreras se tratara. El incentivo para hacerlo reside, precisamente, en que cuanto más alta sea la puntuación que obtenemos en cada nivel mejor será la recompensa que logramos en forma de habilidades extra para optimizar a nuestro personaje y, así mismo, hay bastantes entretenimientos dentro de cada nivel en forma de misiones secundarias de carácter opcional.

Espíritu clásico


Con ánimo de concluir el análisis sólo nos resta hablar de la faceta audiovisual. El aspecto estético del programa es tan hermoso como el de la entrega original, que presentaba un estupendo resultado en este sentido, y que en esta ocasión está apoyado por una dirección artística estupenda y por esa rotunda paleta de tonalidades que garantiza una localización tan exótica como esta. La India parece un telón de fondo muy adecuado para un videojuego de estas características por lo llamativo y fastuoso de sus construcciones, y sin duda Ubisoft lo ha aprovechado de sobremanera. El 2.5, además, funciona de manera muy poderosa también en lo estético, redondeando un look que no impresiona pero que sí ofrece grandes réditos. ¿El audio? La música conserva la identidad de la zona y de los trabajos anteriores al mismo tiempo, en un cuidado trabajo de equilibrio, y el título llega a nuestro país traducido únicamente en sus textos y con las voces en inglés.

Interesante

Sin sello
Espíritu clásico

Assassin's Creed Chronicles: India

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Chronicles India repite muchos de los errores, y también de los aciertos, de la entrega ambientada en China. Y si bien es cierto que pierde parte del factor sorpresa de aquel, también es verdad que mejora en elementos como el desafío, el ritmo o el control. Si buscas un juego en 2D con plataformas, aventuras y acción al más puro estilo del brillante Mark of the Ninja aquí tienes una opción que quizá no sea tan espectacular pero que te puede deparar unas cuantas horas de entretenimiento bello y desafiante.

Comprar Assassin's Creed Chronicles: India
  • Las posibilidades del 2.5 son excelentes para enriquecer la parte de plataformas
  • La belleza artística y la estupenda puesta en escena de la India es incontestable
  • Es algo más difícil y la mecánica de valorar todas las escenas ayuda a mejorar y perfeccionar
  • Sigue teniendo los mismos vicios que la entrega ambientada en China
  • Los combates frustran y no están tan bien logrados como otras partes
  • La inteligencia artificial deja mucho que desear
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 5-6 horas
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