Análisis de Civilization Beyond Earth - Rising Tide. Expansión estratégica

Análisis de Civilization Beyond Earth - Rising Tide. Expansión estratégica
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Beyond Earth abrió las puertas a la colonización de un mundo alienígena, y su primera gran expansión de contenidos nos brinda ahora la oportunidad de conquistar los océanos ampliando de forma inteligente las opciones de juego de este notable título de estrategia. Aunque la mayor de las fortalezas de Rising Tides la encontramos en el nuevo sistema diplomático por el que apuesta.

Con la sombra del legendario Alpha Centauri sobrevolando su cabeza, Civilization: Beyond Earth cosechó críticas muy dispares entre los acérrimos seguidores de la obra de Sid Meier. Hubo a quienes les encantó la propuesta, como a nosotros, pero también otros tantos que reclamaron más novedades de peso, más opciones a la hora de gestionar el imperio, y más personalidad en el diseño de ese extraño mundo alienígena que nos proponía colonizar. Rising Tides, su primera gran expansión de contenidos, camina precisamente en esa dirección aportando de forma inteligente una serie de novedades que mejoran la fórmula de juego… aunque quizá en el fondo se siguen echando en falta más contenidos y más avances que nos dejen con esa gran obra maestra que los fans de Firaxis Games sabemos algún día llegará a ser.

¿Significa esto que la obra no cumple con las expectativas? Para nada. Rising Tides es una expansión modélica que aporta ese plus de variedad estratégica que se le reclamaba al original otorgándonos un mayor control sobre el futuro de nuestra civilización, que ahora podrá expandir sus fronteras construyendo ciudades sobre el mar gracias a la que es una de las novedades más llamativas del juego. Pero no la única. También el sistema diplomático, el espionaje y las afinidades de nuestra corporación mejoran de forma ostensible, creando unos sólidos cimientos que nos hacen esperar lo mejor de cara a futuras expansiones.


Creando fronteras en alta mar

Qué bonitas lucen las ciudades sobre las aguas, pero cuán temibles pueden llegar a ser en manos de los jugadores más avezados que sepan sacar provecho a las particularidades de estas urbes, que en cualquier momento podremos desplazar sobre la superficie oceánica para expandir nuestras fronteras y… ¡toma ya!, atacar a otras naciones con todo el poderío militar de estas fortalezas flotantes. O también podemos llevarlas a zonas más seguras, donde sea más fácil defenderlas de los ataques enemigos; o ir en busca de mejores materias primas que explotar. La libertad es total.

Hay que tener cuidado al mover las ciudades por el mar, ya que al hacerlo podemos cargarnos las líneas de producción de la urbe, creando el caos a su alrededor.
Hay que tener cuidado al mover las ciudades por el mar, ya que al hacerlo podemos cargarnos las líneas de producción de la urbe, creando el caos a su alrededor.


Y aunque en líneas generales las ciudades acuáticas se comportan de forma similar a las terrestres de toda la vida, el que podamos moverlas libremente por el mapeado aporta un atractivo toque estratégico que da mucha vidilla a las partidas. También lo hacen las nuevas unidades de combate a las que podremos reclutar, con barcos de abordaje, bombarderos e incluso submarinos entre las más destacadas; sin olvidarnos claro de las nuevas especies alienígenas que dificultarán nuestros avances por alta mar, ya sea con esas temibles bestias Makara o las plagas de hidracorales.

Todo en Rising Tides está enfocado a hacer del océano un escenario de juego realmente atractivo, y no se puede negar que Firaxis Games lo ha conseguido con creces. Hay montones de misiones relacionadas directamente con la exploración de los océanos, y también un nuevo sistema de artefactos que nos invita a dar con estos objetos especiales para obtener a cambio suculentas recompensas como nuevas tecnologías, unidades o incluso recursos básicos. Lo mejor es que en este punto, podemos usar inmediatamente los artefactos localizados para obtener sus beneficios, o acumular varios de estos para desbloquear mejoras de mayor trascendencia.

Expansión estratégica


El sistema diplomático con otras civilizaciones tiene ahora un grado de realismo asombroso

La mayor fortaleza de esta expansión la encontramos sin embargo en su renovado sistema diplomático, que esta vez sí nos confiere todo el poder del mundo para negociar tratados con el resto de facciones en liza. De momento parece haber un bug que impide que recibamos ayuda de nuestros compañeros, pero todo hace indicar que se corregirá próximamente para consolidar una de las grandes y más atractivas novedades del programa. Así que olvidaos del simplón "vamos a la guerra", "firmemos la paz", o "déjame atravesar tus fronteras" que vimos en Beyond Earth. Con Rising Tides podréis adquirir nuevas tecnologías, potenciar ciertas facetas productivas de vuestra facción, o concretar incluso tratados de defensa mutua con otras civilizaciones con un grado de realismo asombroso.

Más protagonistas que nunca, los líderes de cada facción tienen ahora un peso crucial en el desarrollo de las negociaciones, dejando entrever ciertos rasgos de personalidad que nos encantan por el modo que condicionan esta clase de relaciones diplomáticas. Los hay orgullosos y, por tanto, cabezones a la hora de aceptar ciertos acuerdos; del mismo modo que los hay también precavidos, amistosos o desconfiados. Y lo mejor es que sus reacciones variarán en tiempo real dependiendo de nuestro progreso en la partida. ¿Contamos con un poderoso ejército? Muchos acudirán a nosotros con temor por miedo a que decidamos iniciar una guerra, así que puede que nos ofrezcan suculentos tratados comerciales. O tal vez se lo tomen a mal, y se alíen para acabar con nuestro imperio antes de que suponga una mayor amenaza.

Rising Tides introduce nuevas tecnologías por investigar, aunque se siguen echando en falta más opciones.
Rising Tides introduce nuevas tecnologías por investigar, aunque se siguen echando en falta más opciones.


Tan completo es el sistema de relaciones entre naciones, que los líderes de otras facciones alabarán nuestra sabiduría (si es que la tenemos), o se reirán de nosotros si sufrimos problemas para generar energía, alimentos y demás. Por si no fuera suficiente, nuestras propias acciones definirán el carácter del nuestro líder, pudiendo invertir los llamados puntos de Capital Diplomático en potenciar ciertos rasgos de su personalidad que trascenderán de lo meramente político, para mejorar también la gestión y progreso de nuestra civilización.

La lástima es que este ambicioso sistema pierde prácticamente todo su atractivo cuando tu nación ha prosperado lo suficiente y ya no es tan necesario recurrir a otros países para obtener ciertas ventajas. Así que ese capital diplomático, esa moneda de cambio para las negociaciones, pierde su valor con demasiada prontitud. Habría estado genial encontrarse aquí con algo similar a las Naciones Unidas que ya hemos visto en otros títulos de la serie Civilization, pudiendo tomar decisiones trascendentales para el futuro de todo el planeta.

Y es una pena porque si bien es verdad los líderes de facción no son especialmente carismáticos, muestran personalidades tan dispares que habría dado muchísimo juego sentarse en una mesa a dialogar con todos ellos. En este sentido, Rising Tides introduce cuatro nuevas facciones, de la que nos quedaríamos con Chungsu (con rasgos de las dos Coreas) y su maquiavélico líder Han Jae Moon, auténtico apasionado de las intrigas políticas y el espionaje. Opción esta última que tiene un gran peso en la acción, pudiendo robar información y recursos de las ciudades contrarias, amén de sabotearlas de muchas formas distintas.

Expansión estratégica


Una evolución más lógica

Muy prometedor sobre la base, el sistema de afinidades de Beyond Earth se quedó corto en cuanto a opciones de juego limitando nuestros progresos exclusivamente a tres caminos que eran el de la armonía con el mundo alienígena, la pureza de la especie humana, o la supremacía militar por encima de todas las cosas. Pero esto cambia en Rising Tides, que nos permite avanzar tecnológicamente hablando en varias direcciones a la vez, combinando así los mejores rasgos de estas tres formas de evolución. ¿El resultado? No podía ser más satisfactorio, aun cuando entendemos que todavía se puede mejorar más en esta faceta de juego. Pero es que es difícil no estar contento cuando tienes bajo tu mando unidades de combate mitad alienígenas mitad humanas, tropas que se curan a sí mismas, o algunas de tus edificaciones comparten las mejores características de ambos mundos.

Los líderes de cada facción tienen ahora un peso crucial en el desarrollo de las negociaciones


Expansión estratégica


Dar con un buen equilibrio se presenta así como uno de los grandes desafíos de este videojuego que como ya es tradición, hace suyo el lema de "un turno más y termino". Es realmente divertido explorar este nuevo mundo alienígena que ahora incorpora dos nuevos biomas con ambientaciones radicalmente opuestas: una zona volcánica y otra helada, que en ambos casos lucen francamente bien. Así que sí, ahora sí que hablamos de un entorno más extraterrestre del que mostraba el original, que en muchos aspectos no presentaba tantas diferencias como nos hubiera gustado. Y qué decir de la banda sonora. De nuevo el trabajo musical raya a un gran nivel, con melodías que acompañan perfectamente a la acción.

Virtudes y más virtudes que nos dejan con una gran expansión de contenidos a la que, ya lo decíamos antes, se le puede achacar que no saque partido de todas las grandes ideas que pone sobre la mesa. Pasa por ejemplo con las unidades híbridas, que esperábamos desempeñarán un papel mayor en las partidas y fueran más originales en su diseño, pero también ocurre lo mismo con el comercio, al que le hacen falta unos retoques, o la propia variedad de contenidos jugables a nuestro alcance; no hay tantos si lo comparamos con cualquier entrega de la serie Civilization.

Muy Bueno

Sin sello
Expansión estratégica

Civilization: Beyond Earth - Rising Tide

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Rising Tides es una expansión modélica que sabe cómo llevar adelante un videojuego ya de por sí bastante bueno. Las mejoras en el sistema diplomático y la posibilidad de expandir nuestras fronteras a través del mar son dos añadidos que se agradecen y que mejoran notablemente la experiencia de juego, pero en el fondo se siguen echando en falta más opciones de gestión y más diferencias palpables con respecto a la serie principal Civilization. En cualquier caso, es una compra obligatorio para cualquiera que disfrutara en su momento de Beyond Earth y también recomendable para aquellos que no lo hicieron, pues los cambios que aporta modifican y amplían de forma inteligente sus opciones estratégicas.

Comprar Civilization: Beyond Earth - Rising Tide
  • El nuevo sistema diplomático es muy completo y realista
  • Más opciones de gestión, incluyendo la opción de construir sobre el agua
  • Las nuevas unidades de combate, y la posibilidad de mejorarlas en varias direcciones
  • Usar alienígenas para atacar a los enemigos, tal y como ocurría en Alpha Centauri
  • Se siguen echando en falta más contenidos
  • Los alienígenas no tienen tanto peso como nos gustaría
  • Algunas de sus mejores ideas no están del todo aprovechadas
  • Pocas diferencias entre las diversas facciones en liza
Jugadores: 1-8
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 12 horas (mínimo)
Ver requisitos del sistema
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