Loops imposibles, maniobras demenciales y una poco sensata pasión por la velocidad más peligrosa. La veterana familia de los Trackmania desembarca en ordenadores y consolas de nueva generación con un nuevo vástago, más alocado, grande y salvaje que nunca. Si quieres una velocidad sin complicaciones, armada con habilidad en torno al desbloqueo y la lucha contra el reloj, Turbo no defrauda.
La saga Trackmania es una de las referencias en el mundo arcade de velocidad. Huelga decir que no puede codearse en cuanto a popularidad con series como Need for Speed, por ejemplo, sin embargo sí es capaz de agrupar a miles de aficionados en torno a sus pistas alocadas, a su frenética propuesta de conducción y a sus increíbles piruetas y mágicos movimientos. Ver a alguien jugar un título de la serie llama la atención, y despierta un interés inusitado que viene acompañado por una entrada rápida en sus fundamentos, controles y manejos que ayuda a prolongar esas sensaciones positivas. Con esa puesta en escena tan espectacular y furiosa llega este Trackmania Turbo a PC, PlayStation 4 y Xbox One, con ganas de ampliar su espectro de público un poco más allá y de dejar al alcance de la mayor gente posible su arcade de velocidad tan disparatado.
¿Qué tal esta entrega llamada Turbo? Se trata de un notable videojuego de velocidad que parece sencillo en apariencia, de hecho incluso en el fondo lo es, pero que oculta en su interior una pléyade de posibilidades gracias, principalmente, al hecho de que cuenta con un editor de pistas cargado de alternativas que viene a reproducir el verdadero espíritu de la franquicia, una triple C: Crear, Compartir y Competir. Elaborar circuitos llenos de retos imposibles, y publicarlos para el disfrute de la monstruosa comunidad que vive, respira y rezuma Trackmania por todos los poros.
Velocidad en Estado Puro
En términos de conducción este trabajo de Nadeo ofrece exactamente lo que se espera de él. Se trata de una experiencia sencilla y directa que busca primordialmente el divertir y entretener sobre cualquier intento de ofrecer algo realista. Esto supone que no debemos esperar un comportamiento veraz de los vehículos sobre sus circuitos, sino más bien un alocado avanzar por avanzar con la única intención de mejorar nuestros tiempos y lograr maniobras imposibles. En un momento en el que la industria del videojuego parece inclinarse tan a menudo por propuestas de simulación seria y profunda, o al menos de hacerlo por híbridos con cierta complejidad, es muy agradable ver cómo hay estudios que siguen apostando por hacernos sonreír al volante, en lugar de obligarnos a dosis de concentración tan brutales como esas referencias que todos tenemos en la cabeza.
Todo esto se traduce que en Turbo hay que frenar, sí, pero más para corregir ligeramente una posible entrada equivocada en una curva que para solucionar unos trazados cuya principal pretensión es la de invitarnos a apostar por el derrape. Sentirse cómodos tirando de freno de mano es uno de los puntos fuertes del programa para minimizar nuestros tiempos, y sólo convirtiéndonos en auténticos maestros de esta maniobra lograremos ofrecer algún tipo de alternativa competitiva en el multijugador del programa. Por lo demás los coches están capacitados para hacer toda clase de movimientos imposibles y tienen una adherencia envidiable sobre unas pistas en las que los loops, los saltos y las cuestas más absurdas se suceden de forma constante en un conjunto en el que sólo importa la espectacularidad.
El verdadero rey del videojuego es su editor de pistas, que como es tradicional ofrece un sinfín de posibilidades
¿Los vehículos? Como es lógico cada coche tiene sus particularidades, aunque como viene siendo tradición en la serie no debemos ni una variedad abrumadora que pueda ofrecer una alternativa cuantiosa a los nombres más conocidos del género, ni tampoco un comportamiento especialmente veraz en sus prestaciones. Sí, claro, algunos alcanzan su velocidad punta más rápido que otros, y algunos son más sensibles al giro o al derrape que otros, sin embargo no es nada que no nos cueste más de unos minutos dominar. Como decimos, el propósito de Nadeo al frente de la serie ha sido siempre el de divertir, no el de abrumar, y con este episodio no han hecho ningún tipo de excepción aunque al final este tipo de decisiones pueden cansar a medio plazo. Como los discos musicales, en ocasiones lo que "rápido entra rápido se va", y si bien Turbo es capaz de ofrecernos muchas horas de entretenimiento lo será más por un empeño particular en superarnos a nosotros mismos y pulverizar nuestros tiempos que por disfrutar de una simulación exacta o de cierta variedad de tipos de experiencia.
Al final de cuentas si queremos marcar unos tiempos record en cada una de las pistas, fin último de nuestras pruebas de velocidad en la serie, conviene que no rocemos el coche ni un ápice y que cada trazada sea poco menos que perfecta y milimétrica en cuanto a por dónde cogemos cada giro. Si no nos importa no hay problema, especialmente en nuestros primeros compases con el programa cuando estamos familiarizándonos con su manejo, el roce del bólido con las paredes que hay delimitando los trazados no nos frena en demasía y es la curva de aprendizaje ideal para comenzar. Después los circuitos se van complicando y ganando en matices, por supuesto, y en ocasiones incluso los límites visibles desaparecen para dejar lugar a grandes paisajes en los que es fácil que el coche se pierda, choque con rocas o pudiendo incluso caer al agua y obligándonos a volver a comenzar. Podemos hacerlo desde el último checkpoint o desde el comienzo en función de lo que necesitemos, pero al fin y al cabo para lograr grandes tiempos y poder competir con el mundo los repetiremos una y otra vez.
Y es que los verdaderos protagonistas del videojuego son las propias pistas que vamos a recorrer. El juego oculta varios centenares de circuitos muy cuidados y estudiados para esconder un montón de alternativas en sus entrañas. De hecho en su amplia baraja de alternativas sobre las que vamos a poner nuestros neumáticos encontramos una exploración de las alternativas estéticas y de estilo de recorrido que vimos en las tres divisiones de Trackmania 2 que disfrutamos en su momento: Canyon Grand Drift más estilo NASCAR en carreteras que cruzan desiertos y cañones, International Stadium parecido a los Formula 1 y Valley Down and Dirty con reminiscencias a los buggies para su arena), así como la debutante Lagoon Rollercoaster que nos brinda los trazados más exóticos en cuanto a acrobacias. En cada carrera estamos vinculados a un vehículo que saca las mejores posibilidades del lugar en el que competimos, y que ofrece un estilo de conducción muy diferente para adaptarse a la temática de éste. Lo que todos tienen en común es la inmediatez y el ser tremendamente directos, muchos de ellos se superan en menos de un minuto, y el videojuego apuesta mucho más por la repetición y el perfeccionamiento de nuestro desempeño sobre éstos.
Fanáticos de las Cuatro Ruedas
Por lo que respecta a modalidades, Trackmania Turbo no es particularmente rico pero sí que es cierto que ofrece las suficientes alternativas como para mantenernos entretenidos más que por variedad por la profundidad de las mismas. Hay un modo carrera dividido en distintas mangas que nos obliga a obtener medallas para ir desbloqueando los siguientes desafíos, contra los fantasmas de coches dirigidos por la IA que han logrado los tiempos ideales, y que no tiene mayor complicación que la de que el videojuego "marque músculo" dejándonos ver el tipo de variedad de pistas que es capaz de brindarnos dentro de su propuesta. Por otra parte también hay otras alternativas algo más estándar como las de un multijugador en el que nos limitamos a agruparnos con otros jugadores en sesiones en las que tenemos cinco minutos para lograr mejor tiempo que los demás.
No busques un simulador, aquí se conduce alocadamente para avanzar, mejorar nuestros tiempos y lograr maniobras imposibles
Lo que a algunos aficionados les llamará la atención es que competimos exclusivamente contra éstos en forma "espectral", en el sentido de que no existen las colisiones. Aunque ellos estén jugando al mismo tiempo que nosotros y en la misma pista nunca podremos colisionar contra ellos, puesto que siempre luchamos por la victoria contra versiones cuasi transparentes de sus vehículos. Esto, sin duda, será un factor que defraudará a muchos, especialmente a los no familiarizados con la IP.
¿Las cosas más sorprendentes? El verdadero flujo de innovación del título, casi el único, viene por una curiosa forma de desbloquear modalidades on-line, que dejaremos al descubrimiento del aficionado pero que tiene estupendas reminiscencias con la vieja escuela. Y, por otro lado, también hay otra de corte local en la que dos personas manejan el mismo coche al mismo tiempo, lo que exige una enorme coordinación y comunicación entre las dos partes puesto que los controles sólo funcionan debidamente cuando la pareja los sincroniza perfectamente, y garantiza muchas risas.
El verdadero rey, no obstante, es el editor de pistas, que como es tradicional ofrece un sinfín de posibilidades sin importar si tenemos mucho o poco tiempo para trabajar en ellas. Con tres grados de complejidad, en función de cuánto queramos customizar la pista que acabemos generando, la herramienta se presenta como una forma perfecta de hacer realidad nuestros sueños más alocados en este campo. Crear, probar al vuelo y compartir estos lugares no tiene más límite que el de nuestra imaginación, con una envidiable variedad de piezas con las que componerlos y con el único límite para su publicación que el de poder superarlo al menos una vez. De todo el tiempo que hemos invertido en Trackmania Turbo hemos perdido la cuenta de las horas que hemos dedicado exclusivamente a la parte de crear nuestras propias pruebas.
A nivel visual el título presenta un look muy adecuado para la línea estética que quiere conseguir Nadeo con la serie. No hay nada demasiado espectacular o magistral en un conjunto que se limita a hacer los deberes en cuanto a modelado de vehículos, con cierta rotundidad eso sí, pero sí que hay más imaginación e incluso mejor acabado en unos circuitos que, insistimos, son los verdaderos protagonistas de la obra. Es clave en este sentido la fluidez y la sensación de velocidad, merced no sólo a lo bien lograda que está esta última sino también a los 60 frames por segundo que podemos disfrutar tanto en consolas como en PC sin problemas de rendimiento ni irregularidades en su constancia. Por otra parte hay una interesante posibilidad de personalizar el aspecto exterior de los coches que funciona en base a unos estrictos y duros patrones de desbloqueos que nos van a obligar a esforzarnos de veras para obtenerlos.
En cuanto al audio el título se limita a hacer los deberes con unos efectos de sonido que cumplen, aunque están alejados de la efectividad y espectacularidad de los Triple-A del mercado. Hay también voces muy puntuales en español, y sin demasiada importancia para ser honestos, y una banda sonora marcada por la preeminencia de los temas de música electrónica licenciados, pero no demasiado conocidos para el gran público.
Turbo es el juego más grande y completo de la serie Trackmania hasta la fecha en cuanto a contenidos, y uno que reproduce también los estándares de manejo y espectacularidad que la han caracterizado tradicionalmente. Lo mejor que se puede decir de él es que es un desafío que aparenta ser sencillo en su superficie, pero que esconde en su interior una profundidad y unas dosis de necesario perfeccionamiento que los más hardcore de los arcades de conducción agradecerán.
Comprar TrackMania Turbo- Sigue siendo una de las series de velocidad más únicas y genuinas del mercado
- La posibilidad de llevar a cabo todo tipo de increíbles acrobacias
- Es fácil de manejar en primera instancia, pero esconde muchas posibilidades
- La propia mecánica de juego, siempre compitiendo contra "fantasmas" es limitada
- Probablemente sea la entrega menos arriesgada de la saga
