La que, para muchos, será recordada como la generación de las remasterizaciones también está teniendo abundantes lanzamientos que, tras llegar a una plataforma, debutan más adelante en otra con ports más o menos perezosos. Es el caso de un Zombi que nos trae Ubisoft recordando aquel juego de 2012 para Wii U que, al no contar con las particularidades de su mando-tableta, pierde buena parte de su interés.
Por sorpresa, y casi sin tiempo desde su anuncio, Ubisoft ha lanzado el notable ZombiU de Wii U en PC, Xbox One y PlayStation 4. Aunque, como es lógico, sin la mayoría de las características y prestaciones jugables que permitía el GamePad de la videoconsola de Nintendo y que convierten a esta producción en algo mucho menos interesante y, al mismo tiempo, también en algo mucho menos único. ¿Significa esto que Zombi, como se llama esta nueva versión el título, es un videojuego olvidable o desechable por entero? En absoluto, sigue siendo un título estimable con algunas ideas muy atractivas, sin embargo ha pasado mucho tiempo del original (y eso se nota) y sin el soporte de la segunda pantalla se pierde mucho.
En la tradición de la compañía gala de llevar videojuegos a otras consolas tiempo después de su estreno, en unos casos salimos ganando con productos que mejoran sus prestaciones y en otras, como es este caso, perdiendo porque por el camino desaparecen algunas de sus características más especiales. Sin embargo siempre es buena noticia que más y más aficionados puedan disfrutar del mayor número posible de videojuegos, y en este sentido Zombi se suma a la vasta oferta de títulos de supervivencia que hay en el mercado y que hacen las delicias de los fans del terror.
Reencarnarse o Morir
El argumento de Zombi, al contrario que el de la mayoría de producciones de Ubisoft, no tiene ninguna importancia. En este título lo verdaderamente relevante es avanzar y sobrevivir, y el resto de elementos a considerar tienen una preeminencia mucho más relativa. Así que si los responsables del juego no han "perdido el tiempo" en exposiciones narrativas nosotros tampoco lo vamos a hacer, lo que sí podemos afirmar es que Londres ha sido víctima de una infección zombie que asola sus calles y que nosotros, como supervivientes, tenemos que salir adelante encontrando pertrechos, cumpliendo misiones y tratando de desentrañar misterios.
Hasta tal punto está desarraigado el guión de la experiencia jugable, que ni siquiera tenemos un protagonista definido que hile todas las situaciones entre sí. Todo lo contrario, si morimos un personaje nuevo sustituirá al fallecido, conservando únicamente nuestros progresos en las misiones y los desbloqueos y avances que hayamos llevado a cabo. ¿Qué se perderá entonces? Nuestro inventario que, como el lector ya habrá intuido, tiene una importancia capital en cualquier videojuego de supervivencia, puesto que su uso y administración es tan importante como ser bueno con las armas. Sin embargo incluso aunque perdamos aquellos objetos que equipábamos en nuestra misión seguiremos manteniendo el control sobre los que se almacenan en el cofre de la base, y además tendremos una oportunidad de recuperar incluso aquellos perdidos tras nuestra muerte si volvemos al lugar donde caímos en primera instancia y asesinamos al zombie en el que se habrá convertido nuestro anterior héroe. Él seguirá portando la mochila que llevaba por aquel entonces, y en su interior seguirán los pertrechos.
Y es que el uso del equipo es fundamental en un juego de estas características, y Zombi no podía ser una excepción. La mochila tiene un número de ranuras concreto que, si lo superamos, no nos permitirá almacenar nada más. De este modo los viajes de vuelta a la base son una constante para vaciar y volver a salir, puesto que nunca sabemos qué es lo que necesitaremos más adelante. Por suerte el programa se estructura parcialmente como un mundo abierto, lo que significa que podemos ir donde queramos y cuando queramos entre las zonas habilitadas para ello, y utilizando alcantarillas, atajos por el metro y toda una serie de viajes rápidos que las comunican.
El juego se sustenta en el sentido de preservación de nuestros recursos, lo que nos anima a utilizar el cuerpo a cuerpo
Al margen de los suministros y pertrechos, Zombi es un videojuego que se hace fuerte en el uso de infinidad de gadgets y herramientas. Una de las mejores cosas que propone el título en este sentido es el animar el progreso en base a descubrir precisamente estas cosas, gradando su suma a nuestro inventario poco a poco no sólo para no abrumarnos, sino también para seguir dotando de interés a nuestro avance en la campaña. Así, al comienzo tenemos cosas bastante básicas como, por ejemplo, un martillo o un radar para el minimapa (que se activa manualmente para marcar la posición de los enemigos), y poco a poco vamos obteniendo otras más sofisticadas como el escáner que nos permite estudiar el entorno y descubrir las características de todo lo que nos rodea. Marcar enemigos, ver el contenido de cofres, situar objetos de interés… Es una herramienta muy interesante que marca todo lo que tenemos a nuestro alrededor tanto en pantalla como en el minimapa y es que, como dice nuestro benefactor (que como no podía ser de otro modo contacta con nosotros por radio) "sin el minimapa estás muerto".
Hay muchos más accesorios a nuestra disposición, y lo interesante es que el usuario los descubra por sí mismo, así que no profundizaremos más. Sin embargo lo que sí es conveniente decir es que su uso está implementado de una forma que permite no liberarse en ningún momento del sentimiento de angustia del videojuego. Si echamos un vistazo al inventario, si usamos el escáner o si hacemos uso de cualquier objeto, la acción no se interrumpe, de modo que seguimos teniendo que prestar atención a nuestro alrededor. Esto, que funcionaba tan bien en la versión de Wii U puesto que observábamos los dispositivos en la pantalla del GamePad y el juego seguía en movimiento en la pantalla de la televisión, se solventa aquí de una forma mucho más rudimentaria situando los artefactos en medio de la pantalla y dejándonos ver lo que nos rodea levemente a su alrededor. Como es obvio el procedimiento es mucho peor que en el original, y es uno de los motivos de su pérdida de ambientación.
Nunca Rendirse
El título se estructura parcialmente como un mundo abierto, lo que significa que podemos ir donde queramos y cuando queramos entre las zonas habilitadas para ello
Si el punto fuerte de Zombi no está particularmente presente en las mecánicas de supervivencia, que están ahí pero ni son demasiado profundas ni tampoco exigentes más allá de gestionar botiquines o de tener que volver a menudo a la base a guardar objetos en nuestro cofre para salir a buscar más, tampoco es que sea un juego demasiado brillante en lo tocante a su combate puro y duro. Aquí se sustenta una vez más en el sentido de preservación de nuestros recursos, lo que nos anima a utilizar lo más posible el cuerpo a cuerpo.
Éste se solventa con un sencillo ejercicio de tempo en base a un bate de cricket, que es nuestra arma principal. Coordinar cuándo atacar y cuándo apartarnos es fundamental, y al margen de bloquear o de ejecutar en los momentos adecuados no hay mucho más que podamos hacer, quedándose en algo un poco pobre. Algo parecido sucede con los tiroteos, para los que podemos optar por un apuntado manual o asistido pero que, en líneas generales, tampoco acaba de ser del todo satisfactoria puesto que no ofrece demasiadas posibilidades. Además la presencia de elementos como, por poner un único ejemplo, torretas ametralladoras, tenían sentido dentro del título de 2012 debido a que se empleaba también el mando-tableta de la consola de Nintendo, permitiendo un control distinto empleando su sensor de movimiento y un toque de diversidad que le sentaba bien al conjunto. Ahora, en 2015, este tipo de dinámicas parecen algo torpes y no aportan demasiado al conjunto.
Estas cosas ya las apuntábamos en el análisis de la versión de Wii U, sin embargo todo tenía más sentido con el GamePad y aquí con un mando estándar también pierden los combates. Contra todo pronóstico, así mismo, ha desaparecido el multijugador, que no diríamos que era uno de los puntos fuertes del original pero que sí ofrecía una serie de modalidades competitivas de carácter local que prolongaban el interés del programa más allá de la campaña. Sin mayores explicaciones han dejado de existir todas estas alternativas, limitando la experiencia al off-line y al modo historia, y también acabando con el componente social que no dejaba de ser curioso en su intento de emular el estilo Souls.
Por otra parte también ha perdido mucho interés el título en lo visual y tecnológico. No quedamos precisamente asombrados en el año 2012 con el original en cuanto a lo estético, pero lo estimamos como un juego interesante que hacía los deberes para sacar adelante una experiencia angustiosa. Ahora, sin embargo, estamos en el año 2015 y en consolas y PC de una mayor potencia, lo que nos deja francamente fríos al observar la pobreza de los modelados de los personajes, lo desangelado de los entornos y la falta de interés por ofrecer texturas de alta resolución o una iluminación adecuada. Así mismo siguen presentes problemas que ya experimentábamos también entonces, como la falta de sensación de impacto en los golpeos o disparos de nuestras armas sobre los cuerpos de los zombies.
No es cariño precisamente lo que destila este port de Zombi que, tres años después, acaba siendo inferior al original. No sólo es que echemos en falta las funcionalidades que permitía el GamePad de Wii U, es que hay características como su multijugador que han desaparecido. Los más fans de las experiencias de supervivencia encontrarán cosas de interés y algunas fórmulas curiosas en su propuesta, pero lo mal que ha envejecido no hace de él su mejor versión.
Comprar Zombi- Algunas ideas siguen siendo muy interesantes, como la de la reencarnación
- Mecánicas de supervivencia que siguen funcionando bien
- Tecnológicamente ha envejecido mal
- Desaparecidas las mecánicas de empleo del GamePad, el juego pierde
- Se ha perdido el multijugador local
