Análisis de Headlander. Perdiendo la cabeza… ¡en el buen sentido!

Análisis de Headlander. Perdiendo la cabeza… ¡en el buen sentido!
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Humor, acción, plataformas, puzles y una pizca de originalidad. Fieles a su estilo, los creadores de Psychonauts nos sorprenden con un muy buen Metroidvania protagonizado ¡por una cabeza voladora! Es tan divertido como suena. Con la estética del cine de ciencia ficción de los 70 y muchos desafíos por delante, Headlander se presenta como uno de los videojuegos más interesantes del verano. Te lo contamos en este análisis.

En las oficinas de Double Fine no le temen a nada. Les hemos visto crear grandes aventuras gráficas, probar fortuna con la estrategia, el rol y hasta la acción, y ahora los creadores de Psychonauts y Brütal Legend se atreven con su primer gran Metroidvania que, no podía ser de otro modo, aun siendo clásico en sus mecánicas de juego, también tiene esa pizca de originalidad, ese toque personal, que siempre ha definido al estudio fundado por Tim Schafer. ¡Que hablamos de una aventura protagonizada por una cabeza voladora! Y no una cualquiera. Somos la única esperanza para una humanidad que ha enfrascado sus mentes en la metálica carcasa de robots sometidos a una inteligencia artificial, de nombre Matusalén, que rige con mano de hierro las instalaciones. ¿La misión? Acabar con su tiranía y convertirnos en los héroes.

Un buen punto de partida para un videojuego que recrea con mucho acierto la estética propia de la ciencia ficción de los 70. Casi creerás estar dentro de una película de la época con sus colores vivos, líneas curvas, psicodelia y hasta un cierto aspecto granulado, de imagen sucia, para retrotraerte a aquella época. Un gran punto a favor de esta aventura que, en líneas generales, cumple con nota en todos sus apartados… con matices; especialmente cuando hablamos del diseño de niveles y, sobre todo, los tiroteos, que si bien son divertidos, también resultan caóticos, poco precisos para la importancia que tienen en el propio desarrollo de la acción.


¡Utiliza la cabeza!
A lo largo de la historia del videojuego nos han acostumbrado a que antes de abrir una puerta debemos localizar llaves, tarjetas de colores, perfectamente ocultas en escenarios con un diseño laberíntico. Headlander es algo así; pero en lugar de andar buscando tarjetas de acceso, lo que debéis hacer es robar cuerpos. Como suena. Buscas tu objetivo, succionas su cabeza, la tiras como si fuera un despojo y te apoderas de su cuerpo. Una mecánica de juego divertida, con mucho potencial, a la que Double Fine saca buen provecho a lo largo de las cerca de 10 horas que puede llevaros completar la partida. Sin embargo, te deja con ganas de más.

Hay algunas zonas gigantescas pero ciertamente esperábamos un diseño de niveles más complejo, con más alternativas para avanzar.
Hay algunas zonas gigantescas pero ciertamente esperábamos un diseño de niveles más complejo, con más alternativas para avanzar.


Poseer a otros robots ayuda a abrir puertas y demás, también ofrecen nuevas formas de combatir, pero salvo contadas excepciones, el uso de estos autómatas no rompe con la monotonía de una aventura que se centra demasiado en los combates, relegando a un segundo plano la exploración y los puzles. Los hay, claro, pero no los suficientes. Y es una pena. Una de las mejores secciones del juego, y también de las más enrevesadas, es la que nos propone ascender y descender a través de una serie de plataformas bloqueadas por todo tipo de mecanismos de seguridad. Es una locura, en el buen sentido, pues debes pensar rápido mientras esquivas disparos de aquí para allá.

Perdiendo la cabeza… ¡en el buen sentido!


Su intensidad es genial, a veces vibraréis de la emoción esquivando rayos láser procedentes de todas las direcciones

Una excepción dentro de un videojuego demasiado lineal, con pocos caminos alternativos más allá de aquellos que conducen a zonas secretas con puntos de experiencia y bonificaciones de salud o energía. No es algo grave pues Headlander es un videojuego divertido, que atrapa y sabe sorprender con desafíos cada vez más peligrosos; pero se queda corto, o al menos, te deja con la sensación de que con algo más de complejidad, con más puzles, más zonas que explorar y más habilidades para nuestra heroica cabeza el resultado habría sido mucho mejor. Por no mencionar los combates. Su intensidad es genial, a veces vibraréis de la emoción esquivando rayos láser procedentes de todas las direcciones, pero es este mismo caos el que a veces también le resta encanto al asunto.

A nuestro alcance tenemos un buen puñado de mejoras por desbloquear: más salud, velocidad, resistencia, nuevas habilidades como las embestidas, etc.
A nuestro alcance tenemos un buen puñado de mejoras por desbloquear: más salud, velocidad, resistencia, nuevas habilidades como las embestidas, etc.


Los robots son, en general, bastante frágiles, así que bastarán un par de disparos para que estallen en mil pedazos dejando a nuestra cabeza indefensa. Con las habilidades necesarias podremos proyectar un escudo de energía que repela el fuego enemigo, hackearles para que luchen a nuestro lado, provocar su autodestrucción, o hasta embestir con tal fiereza que ninguno de ellos resista en pie un segundo. Hay, por tanto, opciones más que suficientes como para disfrutar de una acción variada, emocionante. No es el caso. O no al menos al nivel esperado. El sistema de coberturas no funciona especialmente bien; a veces hay tantos disparos que es imposible protegerse de ellos, y el sistema de apuntado no es tan preciso y rápido como debiera.

¡Nada se resiste a nuestra cabeza voladora! Hay que estar muy atentos para detectar pasadizos ocultos, que nos conducirán a mejoras de nivel y otros extras.
¡Nada se resiste a nuestra cabeza voladora! Hay que estar muy atentos para detectar pasadizos ocultos, que nos conducirán a mejoras de nivel y otros extras.


Pese al protagonismo de los tiroteos, y las opciones a nuestro alcance, estas batallas pecan de simplistas. Al final todo se resume a lanzar la cabeza por los aires, poseer robots, golpear cuerpo a cuerpo a los enemigos hasta que estallen, o destrocen tu cuerpo… y repetir el proceso. Así una y otra vez, con pocas variables hasta el tramo final de la aventura, en la que aparecen enemigos más peligrosos con escudos protectores. Es una pena, insistimos, porque la base, la idea que fundamenta estos tiroteos, es bastante buena. Pero este es el mayor problema de Headlander. Apunta a clásico, tiene potencial para ser uno de los grandes, pero nunca llega a alcanzar ese punto de brillantez. Hay puzles ingeniosos, niveles de enorme calidad, combates épicos… pero en general, no pasa del notable.

Hay tanto potencial en este universo de ciencia ficción que nos encantaría poder explorarlo más en futuras aventuras

Un buen ejemplo de ello, otra oportunidad perdida, son los jefazos. Hay muy pocos, cuando con las habilidades que tenemos podrían haberse creado enfrentamientos súper originales, de esos imposibles de ver en otro videojuego. ¿La historia? Pues más de lo mismo. Tiene potencial, hay algún que otro diálogo de gran calidad, pero al final no se le da todo el protagonismo y atención que merecía. ¡Con esa premisa argumental! Sin olvidar la estética. El diseño de la estación espacial, el de los propios robots, la forma en la que estos interactúan contigo… hay tanto potencial en este universo de ciencia ficción que nos encantaría poder explorar más en futuras aventuras. Así de bueno es.

Perdiendo la cabeza… ¡en el buen sentido!


Nos ha gustado además su sentido del humor. Es una seña de identidad de Double Fine, pero en este caso los chistes son más comedidos; hay bromas absurdas, comentarios ingeniosos, también mucha ironía, pero siempre manteniendo un cierto aire serio, catastrofista, pues nos enfrentamos a una amenaza seria. Todo ello con los textos traducidos al español y un gran doblaje en inglés. Mención aparte merece la banda sonora, que también mantiene ese estilo retro, del cine clásico de los 70.

Muy Bueno

Sin sello
Perdiendo la cabeza… ¡en el buen sentido!

Headlander

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Una cabeza voladora como protagonista de una aventura de acción y plataformas 2,5D. Con esa premisa y la estética del cine de ciencia ficción de los 70, no es de extrañar que Headlander termine por divertir a cualquiera. Es un videojuego con gracia, que presenta ideas originales, desafíos apasionantes y una historia que se sigue con interés. No llega al nivel de los clásicos, pues le falta más variedad en su acción y unos tiroteos mejor planteados, pero si le das una oportunidad, seguro que te lo pasas en grande con lo nuevo de Double Fine para PC y PlayStation 4.

  • Un metroidvania clásico pero que la vez también se siente original
  • Su estética y colorido. Es como estar en una película clásica de ciencia ficción
  • Acción intensa y puzles bien planteados…
  • … aunque hay demasiados pocos. Los tiroteos no aprovechan todo su potencial
  • El diseño de niveles es algo simple. Se echa en falta más variedad en la acción
  • Pocos jefazos. Superar la aventura no es especialmente difícil
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 8-10 horas
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