Análisis de Worms Open Warfare 2

Análisis de Worms Open Warfare 2
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Los gusanos están aquí de nuevo. Año y medio después reaparecen en la portátil de Nintendo, esta vez con un título que sí hace honor a la saga, y con más ganas de aniquilarse entre ellos que nunca.

La saga Worms es una de las más carismáticas que se pueden ver en el mundo de los videojuegos. Su fórmula, simple y divertida a la vez, nos ha hecho pasar horas y horas de diversión de la manera más sencilla posible, y en casi todas las ocasiones ha estado a un gran nivel. No fue así con la primera aparición de estos pequeños y letales gusanos en las portátiles de Sony y Nintendo. Su lioso control, unido a un reducido número de armas y algunos fallos en la física dieron como resultado un título mediocre que no estuvo a la altura de las circunstancias. Sin embargo, con Open Warfare 2 parece que los chicos de Team 17 se han puesto las pilas y nos han traído un título digno de llamarse Worms y, además, en formato extra diminuto.

Gusanos, ¡a las armas!
Para todos aquellos que no conozcan a los Worms, es importante reseñar en qué se basa la mecánica del juego. Básicamente el título consiste en batallas de gusanos sobre un escenario totalmente destructible. Estos animalitos están distribuidos en grupos, que se enfrentan entre ellos por turnos. En cada turno controlamos a uno de nuestros gusanos, que debe hacer todo lo posible (saltar, colgarse de sogas, disparar...) para eliminar a los rivales, y se dispone de un tiempo límite. No faltan los barriles explosivos, las minas anti-gusano o las cajas sorpresa, que hacen muchísimo más peligrosas y divertidas las partidas.

Como era de esperar, se ha intentado adaptar lo máximo posible el juego a las características de la DS, pero no ha sido así especialmente. El Stylus agiliza algunas acciones, como navegar entre los menús o elegir el blanco para un ataque aéreo, pero es totalmente prescindible. Para manejar a los gusanos utilizaremos siempre la cruceta, y para disparar, saltar o elegir el arma nos valdremos de los cuatro botones principales. Incluso para estas acciones puede llegar a resultar engorroso el lápiz táctil. Sin embargo, lejos de ser un inconveniente se presenta como un acierto. La razón es que la mecánica del juego es tan sencilla que cualquier incorporación del Stylus a ésta podría haberla hecho variar demasiado, faltando a la tradición y filosofía de la saga, algo que en ningún caso debería ser modificado.

Si los gusanos de tu cartucho se te quedan pequeños, siempre puedes tirar  de la Nintendo Wi-Fi Connection, que con los códigos de amigo te llevará a disfrutar de partidas contra gusanos de otros jugadores.
Si los gusanos de tu cartucho se te quedan pequeños, siempre puedes tirar de la Nintendo Wi-Fi Connection, que con los códigos de amigo te llevará a disfrutar de partidas contra gusanos de otros jugadores.

Lo que si se ha cambiado es la disposición principal del escenario. Worms fue creado para pantallas de ordenador, por lo que los mapas eran principalmente horizontales. Sin embargo, a las dos pantallas de la DS la horizontalidad no les sienta especialmente bien. Ambas muestran la acción (aunque si pulsamos select en la superior aparece el mapa global de la pantalla), lo que provoca una gran verticalidad y una estrecha panorámica. Esto implica que tengamos que hacer más movimientos de cámara para apuntar correctamente, aunque la verdad es que no es nada insalvable y a la media hora de juego uno se acostumbra. Este problema se ha intentado solventar con la creación de algunos mapas mucho más verticales, pero presentan gran dificultad, ya que el juego originalmente está pensado en horizontal.

Si vamos al plano de las novedades, nos encontramos con algunas interesantes, que enriquecen el juego. La primera es el número de armas que se han incorporado, un total de 24, en contraste con el reducidísimo abanico con el que contábamos en el primer Open Warfare. La segunda novedad es la inclusión de minijuegos, que sí explotan las características de la Nintendo DS. Éstos se encuentran en una sección llamada Laboratorio, y existen tres opciones, que consisten en llevar nuestro gusanito de un punto a otro, pero de tres maneras distintas. La primera de ellas es soplando: nuestro pequeño gusano va en paracaídas y cada vez que soplamos sube. Así deberemos esquivar los obstáculos que haya y llevarle a un punto determinado del mapa. La segunda opción es a base de bombas. El animalito sólo se mueve mediante explosiones, que realizamos tocando con el lápiz táctil. Y la tercera es dibujando. En esta hay que pensar un poco más, pues consiste en crear obstáculos para que nuestro worm vaya en la dirección correcta y no se caiga o explote con ninguna bomba.

Como es lógico en un juego adaptado a DS, el stylus cobra un papel muy importante como herramienta de control, especialmente a la hora de disparar.
Como es lógico en un juego adaptado a DS, el stylus cobra un papel muy importante como herramienta de control, especialmente a la hora de disparar.

Pero existen otros tres modos de juego para un jugador: las batallas de toda la vida, el modo Campaña y el Rompecabezas. En el modo Campaña recorreremos varios escenarios de todo el mundo (el Caribe de los Piratas, la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría...) en unos treinta niveles. Básicamente consiste siempre en eliminar a los gusanos enemigos, pero constantemente habrá algún aliciente, como pocas armas o vida, muchos obstáculos... Además, en cada zona ocurren sucesos determinados. Por ejemplo con los Piratas sube la marea de vez en cuando y en las Guerras Mundiales caen bombas. Todo ello para que no caigamos en la monotonía, y realmente se consigue.

Por su parte, el modo Rompecabezas, como su propio nombre indica, nos exigirá estrujarnos el cerebro para ganar. Se presentan situaciones difíciles (poco armamento, poca vida, escenarios indestructibles...) en las que tendremos que pensar con la cabeza y no ir a lo loco si queremos llevar la misión a buen puerto.

El modo multijugador es otro aliciente muy importante. Podemos jugar en modo local, con una tarjeta o con varias, pero ya no es necesario que nos juntemos con nuestros amigos, sino que lo podremos hacer on line. Incluye la opción de jugar partidas en red, y hay tres posibilidades: combate mortal (una batalla normal), fortín (a distancia) o carrera (recorrer una distancia con sogas y demás en el menor tiempo posible). Todas son muy divertidas, aunque a veces se va la conexión y hay problemas de sincronía, lo que fastidia en más de una ocasión.

Por si todo esto fuese poco, a medida que cumplimos misiones en los modos de un jugador obtenemos créditos, con los que personalizar a nuestros gusanos, comprar escenarios o armas nuevas, lo que amplía aún mas la duración del título.

Además de sus modos de juego normales y multijugador, en DS contaremos con la posibilidad de llevar a nuestros gusanos al laboratorio, donde encontraremos tres tipos de minijuegos.
Además de sus modos de juego normales y multijugador, en DS contaremos con la posibilidad de llevar a nuestros gusanos al laboratorio, donde encontraremos tres tipos de minijuegos.

Otro pequeño problema que se ha solventado del primer Open Warfare es el tiempo que tardaban los gusanos rivales en actuar. Pensaban demasiado, especialmente cuando la dificultad de la partida era mayor, y llegaba a aburrir. Para esta segunda parte se ha reducido mucho sin disminuir la dificultad (que en niveles altos es bastante grande). Sin embargo, es una pena que los grupos de gusanos sólo puedan ser de cuatro, pues las partidas se hacen más cortas.

La ambientación de siempre sigue funcionando
En términos gráficos el juego apenas mejora respecto a las últimas versiones (quitando la última de PSP, que en este punto es superior a todas). Los escenarios siguen siendo en 2D, excepto el fondo, que se ha cambiado a las tres dimensiones y ahora es mucho más dinámico que antes. El nivel de detalle sigue siendo el de siempre, grande para los escenarios y pequeño para los gusanos. Sin embargo, las explosiones son demasiado pequeñas visualmente, y los videos, de poca calidad, aunque, sinceramente, no son cosas demasiado importantes.

En cuanto al sonido, sin variaciones. Las voces siguen siendo igual de carismáticas y divertidas que siempre, en multitud de idiomas (incluso con varios acentos para el inglés). Los efectos siguen siendo sencillos, y la música animada y discreta, para que no destaque sobre la acción.

Muy Bueno

Sin sello

Worms: Open Warfare 2

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Worms Open Warfare 2 es probablemente uno de los juegos de estrategia sencilla y divertida, que nunca pasarán de moda en DS. Como la mayoría de los títulos de la saga, acabar con otros gusanos no tiene precio, una sensación que en esta versión se ve reforzada con la inclusión de tres minijuegos y el completo, aunque a veces inestable, modo online.

Comprar Worms: Open Warfare 2
Jugadores:
Idioma:
Duración:
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

12.876 visualizaciones

100 DETALLES OCULTOS de RED DEAD REDEMPTION 2

¿Qué detalles ocultos guarda Red Dead Redemption 2? En el video de hoy os presentamos más de 100 curiosidades distintas acerca de la aventura de Arthur Morgan y de John Marston que nos presentó Rockstar Games en 2018.