Estamos acostumbrados a asociar las siglas DLC a algo menor, sin tantos contenidos. Olvidaros de ese significado para Fire Emblem Fates: Revelación. Es un videojuego tan completo como Estirpe y Conquista. De hecho, combina sus elementos para darnos el verdadero desenlace de esta trilogía para Nintendo 3DS.
Hablar de Fire Emblem Fates: Revelación y referirse a él como un DLC al uso es quedarse muy corto. Nintendo ya nos dejó claro que la trilogía Fates consistía en tres videojuegos independientes, cada uno con sus contenidos. No mentían. Revelación es la mejor demostración, un título no sólo a la altura de los otros dos, sino que logra diferenciarse tanto a nivel narrativo como en cuestiones jugables.
Intelligent Systems avisa cuando llegamos al capítulo 6, momento en que podemos escoger entre las tres sendas: "No sigas si no has jugado aún a Estirpe o Conquista". Ahora lo entendemos. Revelación sirve como cierre, explica muchas cosas a nivel de historia. Algunas de ellas no llegan a comprenderse del todo si previamente no hemos pasado por defender la causa de los Hoshido y de los Nohr.
Por supuesto, no os diremos lo que ocurre en esta entrega, pero es muy interesante. Los protagonistas no son los mismos; las situaciones tampoco. El ritmo es más intenso, empezando fuerte desde el primer capítulo. Pero lo más llamativo es que aquí no contamos con tantos amigos desde el principio, lo que nos obliga a librar las primeras batallas en inferioridad numérica. Es decir, un enfoque diferenciado, más si os contamos que a lo largo de la aventura se nos unen guerreros tanto de una familia como de otra. No hay distinción.
Estirpe y Conquista unidos
La magia de Revelación reside en que combina las unidades de Estirpe y Conquista. En el primero el enfoque es más oriental, el mundo de los samuráis. El segundo se contagia de la estética feudal, los caballeros medievales. En este contenido descargable unen sus fuerzas, y en todos los sentidos.
En las batallas, mezclando unidades de una y otra familia mientras avanzamos. En Mi Castillo, pudiendo levantar construcciones de ambos bandos, sin restricciones. Lo hace por tanto con las armas, ya no estamos limitados. En las relaciones, siendo posible emparejar a personajes de distintas familias. Este videojuego es como la prueba final para los jugadores. Una vez han descubierto cada campaña por separado, se les da este enfoque, uno más orientado a sacar partido de las fuerzas combinadas de los dos bandos. Es una suma de contenidos.
Es una auténtica superproducción portátil
La apuesta es inteligente. Se conservan dinámicas como el sistema triangular de armas, las "venas de dragón", la agrupación de unidades, las subidas de nivel, el cambio de clase, las relaciones, la descendencia… Todo sigue igual a nivel de mecánicas. Lo que cambia es el fondo, pero también la forma. Las misiones son distintas, recogiendo el estilo de Conquista, con tareas muy interesantes y originales. Está a su nivel, con objetivos interesantes y un desarrollo difícil, más dependiendo de la dificultad escogida (recomendamos intentar jugar en un grado superior al "normal").
Un escenario en el cielo que nos impide ver más allá de las nubes. Unas cuevas oscuras en que es difícil vislumbrar el camino. Un mapeado lleno de barcos entre los que tenemos que movernos estableciendo puentes. Las situaciones son variadas y atractivas. Pero hay otro aliciente, y es que este videojuego además de una campaña de calidad (como Conquista), también dispone de misiones secundarias (como Estirpe).
El resultado es un título duradero que puede superarse en 25-30 horas sin ir demasiado deprisa, sumando más de diez horas a los que quieran completarlo al cien por cien. Entre todos los juegos, tenemos por tanto unas 100 horas de contenido, lo que no está nada mal para una trilogía que encuentra en Revelación el desenlace final. Es la obra que ata todos los cabos, algo así como el broche a una historia que aunque no sea memorable, sí que resulta valiente por narrar tres versiones diferentes pero interconectadas de unos mismos hechos.
La idea es original y está bien ejecutada. Se trata de uno de los videojuegos audiovisualmente mejor tratados de Nintendo 3DS. Las secuencias CGI brillan. Los modelados 3D están muy cuidados. Las animaciones de batalla contienen muchos detalles. Los sprites y los mapeados 2D gozan de personalidad. La música, sin ser la mejor de la serie, acompaña y pone emoción a los momentos que más lo requieren. Es una auténtica superproducción portátil.
El juego contiene algunas funciones adicionales. En el modo Mi Castillo (al que vamos entre partidas) nos puede invadir la CPU. Podemos también visitar los castillos de otros jugadores y competir 1vs1 en batallas por turnos online. Hay funciones SpotPass y StreetPass. En fin, Intelligent Systems ha trabajado mucho un título del que no podemos quejarnos. Será por contenidos...
La única duda es con cual empezar. Para nosotros, está claro. Si eres un jugador nuevo, tal vez tu mejor opción sería Estirpe. Sin embargo, si ya llevas unos años en Fire Emblem, por complejidad y dificultad te conviene Conquista. La última entrega, el DLC de Revelación, está destinado a los que quieran todavía más. Y es una gran elección. De hecho, es obligatoria si te gustó alguno de los anteriores. Es la suma de sus contenidos, potenciada por otra trama, más misiones y, en cierto sentido, la experiencia acumulada por los desarrolladores.
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Revelación se sitúa entre la mayor complejidad de Conquista y la accesibilidad de Estirpe. Entre la brillantez de las misiones del primero y la cantidad de misiones secundarias del segundo. Es además el desenlace final, el que nos explica todo el trasfondo de Fire Emblem Fates. Ideal para aquellos que hayan completado alguno de los dos videojuegos de la trilogia. Obligatorio para los que quieran descubrir cómo sería combinar sus ingredientes tanto narrativos como jugables.
- Brillante combinación de elementos de Conquista y Estirpe
- Misiones interesantes e ingeniosas
- Elevada duración. Posee una buena cantidad de misiones secundarias.
- Supone el verdadero desenlace, lo que da sentido a todo...
- … aunque a nivel narrativo sigue sin sorprender. Le ha faltado profundidad para llegar más lejos
