El memorable Escape from Butcher Bay vuelve a primera plana de los videojuegos gracias a Assault on Dark Athena, su resurrección en clave Next-Gen. Dos campañas, apartado multijugador, y profundo pulido gráfico y tecnológico son sus principales señas de identidad. Richard B. Riddick se enfrenta a la más impactante de sus aventuras, la que pondrá a prueba sus habilidades como nunca antes.
En 2004 aparecía The Chronicles of Riddick: Escape from Butcher Bay en Xbox, y unos meses más tarde en PC. Se trataba sin lugar a dudas de uno de los mejores shooters en primera persona de la pasada generación, y de la mejor demostración de que sobre material cinematográfico también se podían desarrollar videojuegos muy interesantes.
Sin embargo no sería hasta el año 2007 el momento en el que recibiríamos la confirmación de lo que llevaba ya largo tiempo siendo un secreto a voces, el desarrollo de un nuevo Riddick Next-Gen. Como gancho el título incorporaría no sólo una campaña completamente inédita, la de Dark Athena, sino que al mismo tiempo propondría a los jugadores rememorar el fantástico Escape from Butcher Bay, al incluir los dos juegos en uno.
El resultado es tan poderoso como cabía esperar. El original conserva intactas sus virtudes jugables, y el nuevo barniz gráfico proporciona al título un aspecto refrescante y francamente bueno. La parte de Assault on Dark Athena no cuenta con el interés de su predecesor, pero sigue siendo un segundo modo historia bastante competente.
La Huida
Como decimos las nuevas Crónicas de Riddick se dividen en dos segmentos bien diferenciados. El primero es la reedición del Escape from Butcher Bay original, un juego con un argumento sencillo pero absorbente, con personajes trabajados y carismáticos y con la sensación de estar asistiendo en todo momento a un muy sólido espectáculo de serie B. La segunda parte es el propio Assault on Dark Athena que da nombre al videojuego, y que es tremendamente irregular en términos argumentales. Ni la historia resulta interesante, ni los diálogos o personajes transmiten sensación alguna de componer un guión que pueda empujarnos a avanzar en la aventura por sus virtudes narrativas.
En la primera parte de la campaña seremos prisioneros de la sofisticada prisión en la que pasaremos el modo historia original al completo, lidiando con otros presos, haciendo favores aquí y allá, y siempre tratando de tener como meta final la fuga del futurista complejo. Dark Athena, por su parte, recoge el testigo donde su predecesor lo dejó, y nos presenta a un Riddick nuevamente cautivo, pero en esta ocasión en una nave espacial y en un posterior planeta de los que, por supuesto, también deberá escapar.
Así pues The Chronicles of Riddick es, en ambas campañas, una fenomenal mezcla de shooter en primera persona tradicional, mezclado con el sigilo y las características especiales con las que el propio protagonista cuenta para pasar desapercibido en los lúgubres entornos del juego. Por si fuera poco si bien Assault on Dark Athena es una experiencia bastante lineal, en Escape from Butcher Bay tenemos una cierta sensación de libertad, especialmente en lo que respecta al primer tercio de la campaña, cuando recorremos los patios de la prisión charlando con presos y escogiendo hacer algunos trabajos para ellos.
De hecho todo en el primer tramo del videojuego es francamente interesante, desde los diálogos hasta las misiones, pasando por una ambientación muy cuidada. La segunda mitad, sin embargo, es refrescante en el sentido de resultar totalmente inédita, aunque su interés real es mucho más escaso, y esto se debe fundamentalmente a un desarrollo algo reiterativo, a unos enemigos sin mucho carisma y a una historia pobre y carente de gancho.
Pitch Black
Que nadie espere grandes cambios en términos jugables sobre lo que experimentamos en el título original, y es que en las dos mitades de Assault on Dark Athena observaremos una jugabilidad virtualmente idéntica.
Así pues deberemos escondernos entre las sombras empleando las capacidades de Riddick para desenvolverse entre ellas como pez en el agua, siempre tratando de separar a nuestros enemigos uno por uno, para poder acabar con ellos con facilidad. En la primera campaña no hay demasiadas armas, con lo cual la necesidad de primar la sutilidad sobre la fuerza bruta será una constante. La segunda campaña es algo más generosa en cuanto a munición y arsenal, con lo cual traiciona de alguna manera el espíritu de su predecesor. Sin embargo también cuenta con algunas limitaciones como el hecho de que las armas que robemos a los Drones, los enemigos de esta parte, sólo pueden usarse de forma estática.
Si el cóctel de sigilo, acción a tiros y combate cuerpo a cuerpo funcionaba de forma inmejorable en Escape from Butcher Bay, también lo sigue haciendo en su remake, gracias a una IA adecuada y a un exquisito diseño de escenarios. Todo esto, unido a un ritmo sencillamente implacable, constituye una experiencia que conserva de forma prácticamente inquebrantable el suspense y la frescura de la que hizo gala el programa hace ya cinco años.
Dark Athena, no obstante, fracasa de alguna manera al no proponer absolutamente nada nuevo. Sus cerca de 8 horas de Modo Historia son suficiente razón para continuar tras el extraordinario sabor de boca de la primera campaña, sin embargo la calidad muy superior del título que le precede nos hace lamentar que en esta ocasión los mapas no sean tan inspirados, la IA sea tan floja –la excusa robótica de nuestros enemigos se nos antoja ya algo anticuada- y que en líneas generales la experiencia no sea tan inmersiva e intensa como en el original.
En última instancia cabe hablar sobre el multijugador, una incorporación que el propio Vin Diesel atribuye a su propia sugerencia, y que contribuye a dilatar todavía un poco más la vida útil de un videojuego completísimo en este sentido. Aquí encontraremos 15 mapas para diferentes modalidades de juego entre las que, por supuesto, encontraremos los clásicos Combate a Muerte, Combate a Muerte por Equipos o Captura la Bandera. Por otra parte también encontraremos Pitch Black en el que uno de los jugadores encarna a Riddick y el resto trata de cazarle; y Butcher Bay Riot, que es la última de las posibilidades on-line del título, y que nos ofrece un ameno entretenimiento en el que tres equipos se enfrentan entre sí permitiéndoles adquirir armas y blindajes entre cada ronda.
Cabe señalar que el multiplayer es una bienvenida adición a la fórmula Riddick, y lo es fundamentalmente por aportar modalidades clásicas que, sin grandes, aspavientos ni innovaciones proporcionan un entretenimiento adecuado. ¿La única pega? Hemos experimentado algo de lag en determinadas partidas. Cuando tuvimos oportunidad de testear una beta hace unos meses lo achacamos al desarrollo, sin embargo con la versión final en las manos ésta sigue acusando idénticos problemas.
Mundo Oscuro
Había mucha curiosidad en los aficionados en torno a la calidad gráfica que acabaría atesorando Dark Athena, merced a la revisión visual de la que sería fruto el original. En 2004 su predecesor ya había sido uno de los videojuegos más avanzados del momento, con texturas formidables, modelados de personajes ejemplares y algunos de los mejores efectos de iluminación y partículas que habíamos visto en el momento.
Los años no pasan en balde, y es obvio que el avance gráfico que se ha implementado no ha sido suficiente para que el videojuego vuelva a ser un exponente visual como lo fue antaño. Sin embargo lo que se ha logrado es que el videojuego mantenga el tipo de una forma notable, con un trabajo fenomenal a la hora de actualizar la luz y los efectos volumétricos, precisamente las virtudes primordiales del original. Los personajes también han mejorado mucho, con unos gestos y un acabado facial realmente poderoso. ¿El resto? Pues lamentablemente no todos los elementos han corrido igual suerte, y se percibe una alarmante falta de trabajo a la hora de actualizar las animaciones, así como otras facetas como texturas, alisado de dientes de sierra, etcétera.
El título, sin embargo, sigue presentando un aspecto francamente notable, con luces y sombras, pero con un conjunto compacto que sólo se ve severamente afectado por algunos aspectos puntuales que no están a la altura. Tanto la versión de PlayStation 3 como la de Xbox 360 funcionan de forma más que razonable en términos de fluidez en cuanto a las tasas de imágenes por segundo.
La presencia sonora, por último, es una de las mejores virtudes del título, gracias en buena medida a unos efectos de audio sensacionales, a una banda sonora vibrante y a un apartado de doblaje sencillamente épico. Lamentablemente el videojuego llega a nuestro país con las voces en su idioma original y con la única traducción de sus textos, pero el trabajo de intérpretes como Lance Henriksen, Ron Perlman o Michelle Forbes merece la pena ser oído. Mención especial a la voz de Vin Diesel en uno de sus mejores trabajos, con un timbre tan grave y una voz tan desgarradoramente oscura que sólo él podía ser Richard B. Riddick.
Con el nuevo videojuego de Las Crónicas de Riddick tenemos una oportunidad inmejorable de volver a sumergirnos en el brillante modo historia del original, que hubiera resultado redondo de haber estado la secuela llamada Dark Athena más trabajada. El multijugador, el apartado gráfico renovado y las dos campañas son razones suficientes para hacerse con el título.
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