Análisis de RAGE

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Años y años de espera. El largo desarrollo de Rage toca a su fin y nos regala un muy buen shooter para la que será una atestada recta final de año en cuanto a lanzamientos. Un videojuego francamente bueno para el ya de por sí generoso catálogo de compatibles que une en este caso una libertad de acción que debuta en un juego de los creadores de Doom y Quake, con una ejecución técnica a la que falta un plus y una experiencia jugable sobresaliente.

Rage. Una sola palabra que significa muchas cosas para los amantes de los shooters, y es que desde su anuncio hace años se ha dibujado en el horizonte como uno de los grandes desarrollos a seguir por parte de los fans de la acción en primera persona. ¿Los motivos? Se trata del primer videojuego de id Software desde 2004, momento en el que lanzaron el sobresaliente, aunque en ocasiones denostado por su repetición de patrones, Doom 3. Un videojuego que suponía el último título de los creadores de esa y otras grandes franquicias del género como Quake o Wolfenstein. Además de este "descanso del guerrero" por parte de Carmack y compañía, el juego desde el comienzo se planteó como un auténtico desafío tecnológico, llevando al límite unas máquinas ya veteranas como Xbox 360 y PlayStation 3, y sacando resultados formidables estéticamente en equipos PC, pero francamente pobres en lo tecnológico.

Así pues, y uniendo la sobrada experiencia jugable en el género shooter de su equipo de desarrollo con un apartado visual sobresaliente que brinda su dominio tecnológico y su veterana creación de motores, Rage se convierte en una realidad en su versión final, y da carpetazo a todas las dudas que había sobre sus posibilidades de convertirse en un shooter altamente recomendable. Las cartas del estudio de desarrollo norteamericano están encima de la mesa para conseguirlo, y es que no sólo cuenta con una elaboración de las mecánicas shooter fantásticas y una factura estética de diez, sino que además tiene un carácter genuino que demuestra con creces a pesar de apostar por un planteamiento presentado una y mil veces: El de la visión de una tierra postapocalíptica plagada de mutantes y criaturas monstruosas.

Es Rage, por méritos propios, uno de los grandes shooters de lo que va de año. Su campaña es fantástica, de una duración muy respetable y con la siempre difícil tarea de resultar adictiva, y tanto los tiroteos como las secciones de conducción son brillantes. Por si fuera poco, y pese a que el multijugador es un añadido algo pobre, lo cierto es que en cuanto a contenidos el videojuego es muy generoso; y lejos de caer en la cantidad por calidad, cada momento que pasamos en el terrible planeta Tierra que presenta el videojuego que nos ocupa es oro puro, con un título que es definitivamente recomendable para cualquier fan de la acción que disfrute con los FPS de la más alta calidad.

El Arca
La campaña individual comienza yendo directamente al grano. id Software nunca ha sido conocida por elaborar sofisticadas tramas, sino más bien por poner la experiencia jugable siempre por encima de cualquier elemento narrativo accesorio. De este modo Rage da comienzo con un fogonazo, el del gigantesco asteroide que impacta contra nuestro planeta en pleno año 2036 y que deja su superficie prácticamente irreconocible, acabando con buena parte de la población mundial.

El planeta, o al menos la parte de él que veremos nosotros, queda convertido en un inhóspito yermo en el que la parte más pequeña de los habitantes que ha logrado sobrevivir malvive como buenamente pueden respetando las normas de una ética que ya no existe, mientras que el resto han quedado convertidos en bandidos o directamente en anárquicos y salvajes mutantes que operan fuera de las ciudades. Despertaremos en este agreste universo como uno de los miembros de El Arca, una cápsula presurizada y criogenizada en la que han permanecido "dormidos" un pequeño grupo de élite escogido por las autoridades que regían el planeta antes de la catástrofe. Como en tantos otros planteamientos similares seremos el único de este grupo de personas que sobrevive a la debacle de la raza humana.

El gigantesco asteroide Apophis ha arrasado la tierra tal y como la conocíamos. Sobrevivir será la principal misión.
El gigantesco asteroide Apophis ha arrasado la tierra tal y como la conocíamos. Sobrevivir será la principal misión.

Nada más salir conoceremos a uno de los primeros personajes, Dan Hagar, con los que entraremos en contacto en el juego, y será él precisamente quien rápidamente presente el sistema con el que vamos a familiarizarnos en cuanto a la relación con los NPCs que encontremos. El propio Hagar nos va a trasladar, tras salvarnos la vida, a la primera ciudad que visitaremos (una pequeña aldea nada más), y desde ahí comenzaremos a elaborar cual punto de partida de una gigantesca raíz a cumplir las primeras misiones del videojuego. Posteriormente visitaremos núcleos urbanos más grandes como Wellspring, ocupada por civiles, o la gigantesca Ciudad Fantasma, enteramente plagada de mutantes, pero será en los lugares con NPCs donde cosecharemos nuestros encargos para poder avanzar en la historia con los objetivos principales, o donde sencillamente ayudaremos a los secundarios que vayamos conociendo en sus problemáticas vidas cotidianas para obtener recompensas más bien modestas.

Así las misiones principales, que siempre podrán aceptarse o rechazarse al igual que las opcionales, serán tan complejas como, por ejemplo, recoger algún objeto valioso de una zona infestada por enemigos o acudir al rescate de algún foco de resistencia llevándoles suministros; mientras que, por el contrario, las secundarias serán mucho más ligeras y sencillas de cumplir, por ejemplo, dando con un antídoto para la esposa de un pobre anciano o cobrando extras por parte de la encargada de un bar que quiere aumentar su clientela por cada vehículo de bandidos que volemos por los aires en los exteriores de la propia Wellspring.

Si salimos al exterior de las ciudades más nos vale ir bien armados, y es que los caminos están llenos de bólidos enemigos, torretas...
Si salimos al exterior de las ciudades más nos vale ir bien armados, y es que los caminos están llenos de bólidos enemigos, torretas...

Furia al Volante
Y es que el exterior de cualquier ciudad o aldea es un verdadero peligro, no sólo porque es donde accederemos a los diferentes focos de peligro donde acabaremos con los enemigos de "infantería", sino también porque las carreteras para llegar de un punto a otro están repletas de desafíos. Contaremos con vehículos para desplazarnos por el peligroso universo de Rage, y deberemos pertrecharlos con un buen arsenal puesto que los caminos estarán repletos de coches enemigos armados hasta los dientes, torretas ametralladoras fijas o, por poner un último ejemplo, pequeños coches teledirigidos explosivos.

Para ello deberemos pilotar nuestro coche o quad sacando el máximo rendimiento de él, en un planteamiento muy arcade que está tan alejado de cualquier tipo de simulación como debe estarlo en cualquier videojuego orientado hacia la acción. Así pues los diferentes vehículos se conducen con mucha comodidad, pudiendo acelerar, frenar, tirar de turbo o derrapar con enorme agilidad y una respuesta muy lograda por parte de id Software en el que es su primer coqueteo con la velocidad.

Una manejo perfecto de los bólidos por nuestra parte es necesario puesto que no sólo nos va a beneficiar en nuestros peligrosos desplazamientos para llevar a cabo las misiones (ir a pie es también una opción aunque roza lo suicida) sino que también nos va a permitir participar de las carreras que se organizan. En éstas, que primordialmente se coordinan desde un grupo de empresarios de Wellspring, obtendremos diferentes recompensas en función de las pruebas que aceptemos, recibiendo dinero, mejoras directas o puntos a invertir en personalizar nuestro automóvil.

Por otra parte podremos alterar el aspecto de nuestro vehículo a nuestro gusto utilizando diferentes vinilos, así como alterar sus prestaciones cambiando elementos como la suspensión, los neumáticos o el propio motor; todo ello gestionado desde las compras que realicemos en los garajes o desde los elementos que desbloqueemos. Por otra parte las armas y los ítems de combate serán fundamentales para sobrevivir, y es que un coche desarmado en este desierto es prácticamente un coche condenado a quedar reducido a cenizas.

El hatajo de macarras y chulos que conoceremos parecerá muy amenazador en primera instancia, pero muchos de ellos nos ayudarán.
El hatajo de macarras y chulos que conoceremos parecerá muy amenazador en primera instancia, pero muchos de ellos nos ayudarán.

Y es que más allá de la propia conducción también deberemos familiarizarnos con el empleo de las armas que portarán nuestros bólidos. La mayoría de ellas se disparan con un sistema de autoapuntado también en PC que nos permite abrir fuego de forma predefinida a los enemigos siempre que tiremos del gatillo en el momento oportuno y que estemos medianamente bien encarados hacia ellos. Este método sirve para abatir cómodamente a los oponentes con las ametralladoras o los lanzacohetes, no obstante nos hará falta más que eso en los combates más complicados, y será con ellos donde deberemos emplear el control asignado en nuestro teclado para seleccionar los objetos especiales y "lanzarlos" empleando el control definido. Aquí encontraremos armas tan útiles como minas que podremos soltar para acabar con quien nos siga u otras más sofisticadas como las torretas ametralladoras flotantes o las recargas del blindaje de nuestro vehículo para no morir cuando suframos graves daños.

El modo multijugador de corte competitivo, de hecho, se centra única y exclusivamente en la parte de las carreras del juego; algo que puede resultar decepcionante para algunos aficionados teniendo en cuenta lo volcados que suelen estar los shooters actuales en completísimas experiencias on-line de acción que enfrentan a usuarios humanos. Únicamente hay una modalidad de juego disponible, la denominada Road Rage, que a su vez se divide en cuatro ramas: Rally de Meteoritos, Rally en Racha, Rally Tripartito y Masacre.

Hay bastante variedad de vehículos en el universo de Rage, motos, buggies o el potente Cuprino. Además podremos personalizarlos.
Hay bastante variedad de vehículos en el universo de Rage, motos, buggies o el potente Cuprino. Además podremos personalizarlos.

En el primero de ellos deberemos recoger los meteoritos caídos y trasladarlos hasta las zonas de captura para vencer; en Rally en Racha deberemos conseguir puntos de Rally para encadenarlos para aumentar nuestro valor general. En el tercero deberemos hacernos con tres puntos de Rally consecutivos para obtener un punto, y en el último combatiremos entre vehículos en un todos contra todos sin mayores complicaciones. Como pueden verse los modos no son particularmente originales ni numerosos, y sólo resultan divertidos durante un breve período de tiempo puesto que tan sólo se ofrecen seis mapas y la experiencia de juego es únicamente para cuatro usuarios simultáneos.

Pólvora en las Venas
Sin embargo puede que los vehículos y su conducción sea lo más llamativo en cuanto a sorpresas que nos va a deparar Rage como producto de una compañía tan poco acostumbrada a la velocidad como id Software, no obstante el núcleo de su experiencia jugable reside en lo que es el fuerte del estudio tejano: El combate a tiros. La experiencia donde más cómodos y donde más nos vamos a divertir dentro de la abundante oferta del videojuego.

Aquí el juego se desarrolla como una experiencia shooter bastante clásica, avanzando por estancias de un punto al otro para cumplir nuestras misiones y arrasando con todos los enemigos que nos encontremos por el camino. El título, de hecho, renuncia a algunos de los avances del género shooter en los nuevos tiempos como el empleo de coberturas o la ambientación de la acción en entornos destructibles, y pone todo al servicio de una jugabilidad rápida y frenética donde prime lo vertiginoso y lo espectacular sobre cualquier otra consideración.

Los tipos de mutantes son muy variados, los que cuentan con fuerte blindaje y escupen ácido son de los más duros.
Los tipos de mutantes son muy variados, los que cuentan con fuerte blindaje y escupen ácido son de los más duros.

Así pues contaremos con un amplio arsenal de armas a utilizar en nuestro ilimitado inventario para que la experiencia esté lo más personalizada posible, aunque en la versión de consolas sólo podremos equipar para el acceso rápido a éstas cuatro sobre las que tomaremos contacto con una combinación que, lógicamente, en esta versión PC resulta más cómoda de acceder que en consolas, donde utilizábamos un menú rápido en forma de cruz. Se trata de un método rápido e inteligente de cambiar de arma en el combate sin que resulte demasiado intrusivo, aunque eso sí siempre podemos pulsar el botón R1/RB e irlas pasando una a una.

También cuenta con un diseño inteligente el método de recuperación de salud. El juego cuenta con el cada vez más frecuente sistema de regeneración automática, que nos permitirá poco a poco recobrar nuestra energía si no recibimos daños durante un período de tiempo. En caso de agotarse tenemos una "red de seguridad" en forma de desfibrilador, que se activará automáticamente siempre que estemos a punto de morir un determinado número de veces. Éste también se recarga, pasados unos cuantos minutos eso sí, y al realizarse con éxito el minijuego de sincronización que propone lanza incluso una descarga a los enemigos que nos estuvieran rodeando.

Esta solución hace quizá demasiado sencillo el programa en los niveles de dificultad intermedios, y es que no acabaremos teniendo demasiados problemas a la hora de acabar con los enemigos si tenemos la más mínima experiencia en el género. Si nos contamos entre los aficionados más veteranos de los shooters en primera persona recomendamos directamente comenzar por el nivel de dificultad Pesadilla, el más alto, y es que aquí los escurridizos enemigos y los gigantescos jefes finales sí supondrán un desafío más cercano a las expectativas.

El videojuego, por si fuera poco, tiene ciertos componentes roleros para sazonar su experiencia shooter; nada fuera de lo común o demasiado profundo, pero sí lo suficientemente satisfactorio como para añadir una pizca de interés a su planteamiento. No nos referimos únicamente al divertido sentido de libre albedrío que respira su campaña individual en cuanto a si queremos o no cumplir sus misiones, ni tampoco a los diferentes minijuegos de competición que encontraremos interactuando con los civiles y que nos servirán para ganar algún dinerillo extra con ingeniosas actividades, sino más bien al sentido de progresión de personaje y vehículos y a la gestión del inventario.

Así como hemos recomendado relacionarnos con todos y cada uno de los NPCs que encontremos por el camino, puesto que muchos de ellos tendrán ofertas de misiones, juegos o comercio que hacernos, también sugerimos al lector que en su andadura por Rage recoja todos los objetos que encuentre y registre todos los cadáveres que localice. Cosas aparentemente absurdas o inservibles serán muy interesantes en el momento en el que vayamos recopilando planos para construir cosas con ellos. Así, por ejemplo, un pequeño frasco de desinfectante en conjunción con unas toallitas puede componer una venda, y un puñado de tuercas, tornillos y otros elementos de ferretería puede generar en nuestras hábiles manos un "revientapuertas" de lo más útil. El procedimiento para hacer todo esto es tremendamente sencillo, y el propio juego nos ordena automáticamente todos nuestros elementos agrupándolos por los objetos que podemos fabricar con ellos, ofreciendo de este modo una profundidad poco habitual en el género shooter que, no obstante, no renuncia a la inmediatez necesaria en este tipo de títulos.

La gigantesca Ciudad Fantasma será uno de los lugares más siniestros y peligrosos que visitaremos en Rage.
La gigantesca Ciudad Fantasma será uno de los lugares más siniestros y peligrosos que visitaremos en Rage.

En cuanto al multijugador relacionado con la vertiente de acción pura y dura es únicamente cooperativo como la propia id Software anunció en su momento, algo que no por conocido deja de ser tremendamente sorprendente en un título actual. Las denominadas Leyendas del Yermo son el otro componente jugable que ayuda a complementar la experiencia de conducción del Road Rage, y aquí uniremos fuerzas con nuestras amistades para vencer 9 desafíos con personajes que nos sonarán del Modo Historia, pero que en esta ocasión se ven envueltos en situaciones diferentes. Las conclusiones aquí son similares a las que extraemos del multijugador competitivo con vehículos: Este modo Leyendas es también bastante limitado y francamente decepcionante, no sólo porque es sólo cooperativo, sino también porque es únicamente para disfrutar entre dos usuarios y porque el número de misiones que se proponen es, de momento, limitado.

La Perla del Yermo -Gráficos y Tecnología-
Que Rage iba a ser un referente a nivel gráfico no era un secreto para nadie desde el mismo momento en el que se hizo público su desarrollo. La enorme calidad de sus primeras imágenes y vídeos atisbaban un videojuego que podía reventar los estándares que en aquel momento se conocían para la industria del entretenimiento interactivo. No obstante los años han pasado y, como es lógico, el juego ha perdido algo de impacto como punta de lanza tecnológica. A pesar de ello sigue pudiendo observarse como un videojuego tremendamente sobresaliente desde el punto de vista gráfico, aunque incomprensiblemente lastrado desde el ángulo tecnológico.

Enemigos de todas las clases y colores, pero todos ellos con una feroz intensidad y unas enormes ganas de acabar con nosotros.
Enemigos de todas las clases y colores, pero todos ellos con una feroz intensidad y unas enormes ganas de acabar con nosotros.

El planeta Tierra que id Software ha recreado en Rage es sencillamente genial, ideado con una paleta de colores sorprendentemente brillante, saturada y acusada para tratarse de un título de los creadores de Doom o Quake, y con unos escenarios que aciertan a crear la sensación épica que sus responsables han deseado transmitir de cara al jugador. En este sentido obra una buena labor la técnica del acabado de texturas que obra el id Tech 5 a la hora de recrear un enorme nivel de detalle en todos los objetos que pueblan su luminoso universo. Esto en cuanto a la calidad pura y dura de éstas, fantástica para consolas y muy buena en PC, pero en lo tocante a su representación, ésta tiene algunos problemas graves en esta su versión PC. El cargado de las texturas de alta resolución está resultando problemático, y a pesar de que id Software ya ha emplazado a los aficionados a descargar los drivers más recientes de ATI y ha anunciado su trabajo con los de Nvidia, lo cierto es que realizando pruebas en equipos con ambos chips gráficos los resultados siguen siendo a todas luces insuficientes. Viendo la fluidez con la que se mueve el juego en consolas y la relativa facilidad con la que carga las versiones en alta resolución de todos los materiales del juego, resulta poco menos que impresentable presentar un título como éste en el que muy a menudo con un sólo giro de cabeza asistimos horrorizados a unos entornos realmente grotescos hasta que pasan unas fracciones de segundo y éstas se cargan como es debido.

Tecnológicamente el juego destacaba en consolas sobre todo por la impecable capacidad del título para moverse en todo momento a una irreprochable tasa de 60 imágenes por segundo, y es que pase lo que pase en pantalla y ya vayamos a toda velocidad sobre un vehículo acribillando a nuestros oponentes o a pie y rifle en mano sembrando el caos con metralla y explosiones, el frame-rate se mantendrá completamente estable. El juego en PC es mucho más exigente, y no sólo muestra la misma rigidez que en las ediciones de PlayStation 3 y Xbox 360 en cuanto a la interacción del escenario, sino que con equipos de generoso hardware no acaba de mostrar los resultados que esperábamos. En el equipo de pruebas de redacción, i7, 8GB de Ram y GTX 260, los resultados con las opciones visuales maximizadas son aceptables pero nunca brillantes, y es que el juego tampoco cuenta con unos parámetros excesivamente profundos para pormenorizar la experiencia. Al igual que en títulos tan veteranos de id Software como Doom 3, también podemos alterar algunos aspectos del archivo .ini para cerrar detalles más concretos, pero sin una guía detallada de cómo hacerlo o sin unos conocimientos amplios de informática es conveniente no alterar sus valores.

La iluminación del videojuego es impresionante, y no sólo por su calidad sino por el brusco viraje en los habitualmente oscuros mundos de id.
La iluminación del videojuego es impresionante, y no sólo por su calidad sino por el brusco viraje en los habitualmente oscuros mundos de id.

Lo que sí resulta tan admirable en esta edición para compatibles como en consolas, es la faceta de carácter que atesora el programa. Muchos son los videojuegos tremendamente genuinos y únicos que han creado John Carmack y compañía, y el mencionar juegos con las virtudes estéticas que atesoraron Quake o Doom en su momento es sólo una buena muestra de ello. Sin embargo nunca habían trazado un apartado artístico tan completo como el de Rage: uno que aúne tan bien elementos tan poderosos y alejados entre sí de un universo tan rico como el que propone.

Por otro lado la ejecución de los NPC civiles es sencillamente magnífica, con unos modelados perfectos, una enorme variedad de tipos de personaje y un aspecto tremendamente característico para todos ellos. Vemos un personaje de Rage en cualquier screen y sabemos automáticamente que pertenece al título de id Software, algo que se acrecienta en cuanto a impacto con las perfectas animaciones que llevan a cabo, convirtiéndose no sólo en personajes muy característicos en cuanto a aspecto, sino también muy expresivos en lo tocante a sus movimientos.

En lo que el id Tech Engine sí se muestra fantástico es a la hora de ejecutar los movimientos de los personajes civiles, sino que también lleva a cabo un gran trabajo sobre los enemigos. Sus reacciones a nuestras balas son perfectas, y sus movimientos sobre el campo de batalla a la hora de cubrirse tras parapetos o saltar obstáculos para atacarnos son fenomenales. La IA, además, resulta también muy potente, con personalidades diferentes muy acusadas para cada uno de los perfiles de enemigos, y con algunas reacciones de auténtico pavor o sencillamente de retirada a posiciones seguras que en mitad de las refriegas resultarán simplemente impagables.

En Rage plantaremos cara a infantería, criaturas más grandes e incluso a gigantescos jefes finales. Un juego muy variado en este sentido.
En Rage plantaremos cara a infantería, criaturas más grandes e incluso a gigantescos jefes finales. Un juego muy variado en este sentido.

En cuanto a lo sonoro el videojuego es también formidable. id Software nos ha acostumbrado a una fantástica factura de audio en sus proyectos precedentes. El título llega enteramente traducido y doblado a nuestro país con un nivel más que sobresaliente en sus voces, no sólo todos los NPCs tienen una voz francamente cuidada, sino que incluso los enemigos también hablan en combate, y muy a menudo. Hay algo de repetición en las voces de los rivales, pero nada que se salga de dentro de un muy meritorio apartado de localización. La banda sonora es fantástica, y los efectos de sonido muy buenos.

Hijos de la Centrita -Conclusiones-
La espera ha tocado a su fin, y lo mejor que puede decirse de Rage es que ha cumplido con las expectativas en lo jugable, aunque en la edición de PC habrá que esperar al lanzamiento de los parches y nuevos drivers respectivos para disfrutar de una experiencia tan redonda en lo tecnológico como hubiéramos esperado de id Software. El manoseado anglicismo del hype es una expresión que a menudo acaba definiendo una expresión que queda grande a muchos proyectos, sin embargo en el caso de lo nuevo de id Software el videojuego ha cumplido con todo lo que se esperaba de él, aunque quizá echamos en falta algunos aspectos extra para considerarlo algo parecido al shooter definitivo que sus responsables probablemente buscaban lograr con él.

Su perfecta fusión entre conceptos Sandbox y de "shooter de toda la vida" funcionan perfectamente en una ecuación que es casi tan veterana como los videojuegos del siglo XXI mismos, pero que en esta ocasión todo cuenta con una enorme personalidad que lo define como un producto único: No hay nada esencialmente nuevo en este Rage, sin embargo el juego logra mezclar su cóctel con la suficiente personalidad como para que resulte genuino. Serán habituales las comparaciones con Borderlands, no obstante con sólo unos minutos a los mandos de Rage nos daremos cuenta de que este título y el de GearBox no tienen nada que ver el uno con el otro, y es que salvo el planteamiento común de ambientar su experiencia en un desierto, de dotar de cierta libertad al jugador y de salpicar su experiencia con vehículos, el resto de puntos en común son inexistentes.

id Software no ha descuidado aspectos tan importantes como las ciudades civiles. Aquí podremos relacionarnos con otros personajes, comerciar, jugar...
id Software no ha descuidado aspectos tan importantes como las ciudades civiles. Aquí podremos relacionarnos con otros personajes, comerciar, jugar...

Por otra parte los combates del título que nos ocupa son más que satisfactorios en todos los sentidos, tanto por espectacularidad como por la diversión que generan, y las secciones de vehículos ayudan a dotar de vertiginoso ritmo y velocidad a un planteamiento tan variado como adictivo. Puede que su historia, a pesar de tener un buen planteamiento de base, no progrese en demasía a lo largo de las algo más de 10 horas de campaña, puede también que el final no esté a la altura y que perdamos algo de interés por lo que se nos cuenta en el último tercio del programa y puede, por si fuera poco, que las modalidades multijugador sean algo más discretas de lo que cabía esperar en un título del año 2011, pero han sido únicamente éstos elementos los que le han impedido al programa contar con una calificación final todavía mayor.

De hecho id Software puede que fuera uno de los grandes animadores del género shooter en la década de los 90 a la hora de hacer títulos que parecían adelantados a su tiempo, ahora dan más la sensación de apostar por planteamientos más conservadores como el de este Rage que, si bien en algunos sentidos como lo artístico es tremendamente innovador, en otros elementos como lo puramente jugable es un videojuego que parece no haber evolucionado apenas con respecto a lo que veíamos hace más de una década, con ejemplos tan claros como sus demasiado estructuradas secciones de combate o su anquilosado sistema de guardado que, sin autosaving, nos va a dar más de un innecesario disgusto. ¿La rigidez de este lanzamiento en lo jugable es un punto negativo? En un shooter tan perfectamente implementado en todas sus mecánicas como éste puede que no, pero también hay que dejar claro que para algunos aficionados los combates en entornos tan cerrados y tan severos en su desarrollo pierdan una pizca de interés en su segunda mitad cuando la implementación de mecánicas nuevas y tutoriales se detenga y algo del fuego de artificio estético que lo rodeaba se esfume.

El combate se desarrolla a distintas distancias, habrá mucho tiroteo de rango cercano, pero los enormes escenarios darán pie a otras situaciones.
El combate se desarrolla a distintas distancias, habrá mucho tiroteo de rango cercano, pero los enormes escenarios darán pie a otras situaciones.

En definitiva un videojuego muy bueno al que le hace falta una importante cantidad de pulido en PC, y que llega cargado de un generoso puñado de horas de entretenimiento de la más alta calidad, y con un planteamiento muy variado. Y es que el juego satisfará tanto a los aficionados a los shooters en primera persona ambientados en angostos pasillos como a los que buscan títulos de acción con planteamientos más abiertos, posibilidad de escoger misiones y caminos y las más espectaculares secuencias de acción al aire libre: puesto que de todo ello tiene el videojuego, y en cantidades industriales. ¿Veredicto? A la espera de que se corrijan sus defectos, más que notable.

Excelente

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El siniestro, pero al mismo tiempo luminoso, futuro de id Software toma forma con el más que notable Rage. La elite de shooters que se han ido lanzando en este año 2011 ha estado a punto de tener un nuevo miembro en PC, y es que lo nuevo de los creadores de Quake o Doom es un título francamente bueno al que le ha faltado en esta versión una buena fase de testeo. Una de las grandes propuestas del 2011 que de momento queda frustrada, a la espera de actualizaciones y drivers, por su apartado tecnológico.

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