El erizo azul regresa a la PSP con la segunda parte de Sonic Rivals. Pocas novedades para un título de carreras que mantiene la esencia del anterior, con nuevos circuitos y personajes, así como algunas novedades en cuanto a modos de juego.
Hace menos de un año el erizo azul de Sega pisó por primera vez la portátil de Sony. Sonic Rivals partía de una buena idea, trasladar la filosofía de esta saga de más de veinte años de antigüedad a un formato de carreras de dos, con todo lo que ello supone.
En esta segunda parte los Chaos están desapareciendo misteriosamente, y Sonic y sus amigos creen que el Dr. Eggman tiene algo que ver. A través de las carreras intentarán seguirle lo más rápido posible para descubrir el misterio que esconde.
Frenesí dual
Al igual que el título anterior, la base del juego consiste en enfrentarse a otro corredor en circuitos muy del estilo Sonic y llegar el primero a la meta. Vale todo, desde golpearle hasta lanzarle objetos que entorpezcan su camino con el objetivo de tocar primero la bandera azul.
Contamos con más de veinte circuitos distribuidos en seis mundos temáticos distintos -el oeste, la selva, el casino...- todos repletos de loopings, turbos, trampolines, cajas con armas y, por supuesto, rings. La velocidad es la esencia del título, y esto se refleja fielmente en la distribución de los circuitos. Hay que resaltar que esta sensación de velocidad se potencia con el uso de las cámaras en las carreras. Nos desplazamos siempre mediante scroll horizontal 2D, pero en los momentos más frenéticos la vista se coloca a la espalda del personaje, añadiendo profundidad al movimiento.
Una vez que el semáforo de salida se pone en verde y comienza la carrera, observamos como todos los circuitos tienen multitud de posibilidades y caminos alternativos. Unos suelen ser mejor que otros, con más turbos o rings, lo que permitirá adelantar al contrincante. Otros serán más lentos y nos veremos superados. Pero hay muchas maneras de ganar la carrera, y es que aquí impera la ley del “todo vale”. Por un lado existen las cajas de objetos que contienen armas o potenciadores, también podemos dar una patada al rival - lo que hará que pierda tiempo y rings - y contamos además con los movimientos especiales. Cada uno de los personajes tiene el suyo propio, útil para determinadas situaciones y se pueden utilizar cuando conseguimos un número específico de rings. Son bastante llamativos y curiosos, aunque su efectividad depende del momento.
Es importante destacar que se ha doblado el número de personajes respecto al primer Sonic Rivals. Si en el primero sólo podíamos controlar al propio erizo azul, Shadow, Nuckles y Silver, ahora también contamos con Tails, Metal Sonic, Rouge y Espio. Su diferencia es meramente estética, excepto para los movimientos especiales, pero se agradece algo más de variedad.
Frente a todo esto, hay que resaltar que el mayor hándicap de Sonic Rivals es, precisamente, la búsqueda de ese mantenimiento de la filosofía plataformera tan especial del Sonic de toda la vida. Si ya de por sí la saga es frenética, esta sensación, como es lógico, se amplia en un videojuego de carreras. Sin embargo, al querer mantener los elementos plataformeros se produce cierta confusión. La velocidad del juego no permite en muchos casos esquivar los obstáculo o enemigos de manera racional, sino por suerte. Esto hace que muchas veces fallemos y tengamos que volver a empezar la partida. Nos pasará en muchas ocasiones, hasta que memoricemos medianamente el circuito. Todo esto da como resultado final una mecánica de ensayo-error algo frustrante y la impresión de que los desarrolladores se han quedado a medio camino entre las plataformas y las carreras sin saber muy bien por cuál decantarse.
Entrelazando tramas
En cuanto a modos de juego, se han suprimido algunos y añadido otros. El núcleo del título sigue siendo la Historia. El argumento desarrolla cuatro tramas entrelazadas, por lo que eliges a una pareja de personajes para leer la narración desde su punto de vista y después puedes elegir a uno de los dos para correr. Sin ser una historia original ni profunda, guarda algunas sorpresas, y el matiz de las cuatro tramas, muy al estilo Pulp Fiction, incentiva la rejugabilidad, ya que cada una completa más lo que se nos cuenta.
El sistema en este modo es simple: vamos por un mapa en el que aparecen varios puntos que son pruebas a superar. Tenemos que ir una a una para desbloquear la siguiente, y no hay caminos alternativos. Éstas no sólo son carreras de uno contra uno, sino que hay de todo, desde la más simple contrarreloj hasta batallas a golpe limpio, pasando por pruebas en las que tienes que conseguir un determinado número de rings o eliminar a varios enemigos. Y por supuesto, al final de cada “mundo”, un jefe final, más difícil de vencer por el entrometimiento del otro rival -sí, aquí también estará presente- que por su fuerza.
El segundo modo es la Copa Circuito. A medida que vamos superando el modo historia con cada uno de los personajes se nos desbloquean estas copas, que suelen constar de tres pruebas diferentes a superar. Al ganarlas obtenemos algunos extras, como trajes nuevos para nuestros personajes.
Los últimos modos son Evento Individual, en el que jugaremos una única vez contra otro rival, y Partida libre, para jugar nosotros solos. De manera parecida al caso anterior, para poder optar a más circuitos además del primero, debemos superar el modo Historia, pero esta vez tan sólo con un personaje.
Como se puede observar, el modo Desafío ha sido suprimido. En el primer título éste consistía en una serie de pruebas, tales como llegar a la meta en tantos segundos, atacar al rival un número determinado de veces durante una carrera, o conseguir un mínimo de rings. Había de todo. Ahora este modo está incluido en todas las partidas muy al estilo de los logros de Xbox Live!. Existen una serie de cromos que representan un logro determinado, y que vamos consiguiendo durante las carreras y de manera inconsciente la mayoría de las veces. Es, al fin y al cabo, otra manera de presentar los desafíos, pero permite mayor libertad.
En cuanto al multijugador, podemos tanto compartir el juego como jugar en red. Los modos son los mismos, desde duelos hasta un Rey de la colina o el típico Tú la llevas. Un total de seis opciones variadas, que no hubieran estado de más también en el modo de un jugador.
Gráficos “made in Sonic”
No se le pueden achacar apenas pegas gráficas a Sonic Rivals 2, que asimismo conserva la esencia de la saga. Los entornos 3D del juego son realmente hermosos, con gran detalle y una paleta muy colorida. Además no se produce ninguna bajada de frames ni siquiera en los momentos de más velocidad. Si es verdad que en alguna ocasión nos encontramos con pequeños efectos “dientes de sierra”, pero son muy minoritarios y apenas apreciables.
Respecto al sonido, el juego se compone de canciones, que no melodías, muy marchosas durante la partida, principalmente pop-rock, acordes con el frenetismo del juego. Además podremos oír todos los Fx a los que estamos acostumbrados en los títulos de Sonic sin excepción.
Sonic Rivals 2 es un juego de carreras con muchos de los elementos plataformeros característicos de la saga. Aunque puede ser repetitivo, su frenética velocidad y los bellos circuitos conllevan varias horas de “pique” en un título que no defraudará a los amantes del erizo de Sega.
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