Análisis de Blaster Master Zero. Ataque de nostalgia

Análisis de Blaster Master Zero. Ataque de nostalgia
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Hace 30 años, lo habitual era que un puñado de personas hacinadas en una pequeña sala crearan auténticas maravillas jugables. Una de ellas fue Blaster Master, un título no demasiado conocido allá por 1988, pero que proponía algunas claves muy innovadoras. Ahora lo recuperamos con un remake que, además, hace honor a su magia.

Imitar no es sencillo. Todos lo hemos hecho alguna vez con la voz, pero estaréis de acuerdo en que no siempre con los mejores resultados… y requiere una técnica. Una vez conocí, sin embargo, a alguien capaz no sólo de imitar a la perfección a un personaje, sino de calcar el habla -por ilustrar este momento- de Jesús Gil imitando a José Luis Moreno, o a Ronaldo imitando a Messi. Un crack.

No sólo generaba sorpresa tal acto de lucidez vocal, sino además novedad, porque nunca habías escuchado una fusión semejante. Algo parecido me ha ocurrido al jugar a Blaster Master Zero, que lejos de ser una burda copia, carga sobre sus hombros la honrosa responsabilidad de imitar a Metroid imitando a Megaman. Teniendo en cuenta que son dos clásicos de los 8-bits (finales de los ochenta), es una tarea tan arriesgada como genial.

Lo más curioso es que no es un "indie" realizado en la actualidad, sino que tiene casi 30 años de edad. Apareció en NES en 1988: un clásico. Fue bastante rompedor en su época. No se le hizo mucho caso, pero las canas de veteranía le han sentado muy bien. De hecho, actualmente te dicen que es un homenaje y te lo crees, porque además como "remake" resulta formidable. Rescata la esencia de un videojuego que nos llega tanto a Nintendo 3DS como Nintendo Switch a un precio que hay que mencionar: apenas 10 euros.


Acción y exploración subterráneas

La propuesta de Blaster Master Zero es tan absurda como tantas películas de la época, con un guión testimonial en que nuestro protagonista, persiguiendo a su mascota (una rana), cae en un mundo desconocido bajo tierra. Allí no sólo se convertirá en un guerrero capaz de disparar rayos con un traje futurista, sino que adquiere como medio de transporte una especie de acorazado tecnológicamente avanzado, conocido como SOPHIA III.

La parte de exploración nos permite también salir del vehículo para zambullirnos en el agua. El juego tiene muchos detalles interesantes.
La parte de exploración nos permite también salir del vehículo para zambullirnos en el agua. El juego tiene muchos detalles interesantes.


Dejando de lado el… ajá, vale… que te sale del alma nada más compruebas este simple pretexto narrativo, todo lo demás adquiere sentido y es además muy interesante. Te encuentras con bichos de todos los tipos y tamaños a través de un diseño de niveles abierto al estilo metroidvania. Puedes ir y volver sobre tus pasos. De hecho debes hacerlo, porque una de las grandes características del juego es que adquieres habilidades conforme avanzas.

Muros irrompibles, plataformas muy elevadas, mecanismos imposibles de activar… Todo esto deja de ser un obstáculo si adquieres determinado poder, abriéndote las puertas a nuevas regiones. Hay unas cuantas, y lo mejor no es que los enemigos cambian con ellas, sino también el estilo visual y la música, que por cierto son los ingredientes más satisfactorios del conjunto. Para los que les guste el pixelart y los chiptunes, esto es una gozada para los sentidos.

Ataque de nostalgia


Ideal si llevas mucho tiempo en esto de los videojuegos y la nostalgia es una de tus debilidades

De hecho, Blaster Master Zero es como trasladarse a otra época, pero sin sentir realmente que estás jugando a algo desfasado. Es una joya atemporal, y creo que buena parte de la culpa está precisamente en que el equipo de desarrollo original (apenas cinco personas), no sólo se esforzaron por crear "los mejores gráficos de NES para aquel entonces", sino también "el mejor juego de acción", como aseguró su director Yoshiaki Iwata.

El juego, a nivel de jugabilidad, tiene dos capas, lo cual lo convertía en un juego extraordinariamente complejo. La primera es de exploración, con un vehículo en que recorremos un entorno laberíntico con sus complicaciones, hasta llegar a las mazmorras. La segunda es de más acción, manejando desde perspectiva cenital a nuestro protagonista mientras acaba con hordas de monstruos, incluyendo los jefes finales. Del correcto entrelazado de estas mecánicas surge la identidad del videojuego, la cual es muy potente.

Los jefes no faltan, y no siempre suponen un paseo. A medida que avanzas, el juego gana en complejidad.
Los jefes no faltan, y no siempre suponen un paseo. A medida que avanzas, el juego gana en complejidad.


Para incrementar la sensación de profundidad, podemos mejorar nuestra barra de vida y el equipamiento, con nuevas armas o habilidades al estilo Metroid o Megaman. Cuando las consigues puedes llegar más lejos, traspasar zonas que antes no podías, generando un flujo jugable que otorga sensación de libertad.

Eso es al final lo más destacado, el sentimiento de estar en un mundo ochobitero en que eres libre de explorar. Por eso, una de las más importantes introducciones de este "remake" es la posibilidad de guardar partida en ciertas zonas, cuya inexistencia fue algo que se criticó en el clásico de NES. No obstante, aún quedan aspectos que podrían haberse pulido, y que son tan básicos como importantes. Apuntar a los enemigos no es sencillo, y no es por cuestión de dificultad, sino de control.

Ataque de nostalgia


Hay algún que otro desequilibrio en el grado de desafío del juego, podrían haberse integrado más zonas o haber realizado un trabajo de "remake" más ambicioso, pero por todo lo demás es un clásico traído al presente con una calidad magnífica. En Nintendo 3DS luce estupendamente y en Nintendo Switch existe un cooperativo interesante, en que el segundo usuario maneja una retícula de disparo para apoyar al primer jugador.

Es un título muy recomendable, especialmente si llevas mucho tiempo en esto de los videojuegos y la nostalgia es una de tus debilidades. Debido al escaso éxito que tuvo en su época, y al ser una obra poco conocida, su capacidad de sorpresa es elevada, sobre todo teniendo en cuenta que fue un videojuego diseñado en 1988. Pero siempre hay tiempo de hacer justicia, especialmente si es con revitalizaciones tan trabajadas como la que propone Blaster Master Zero.

Muy Bueno

Sin sello
Ataque de nostalgia

Blaster Master Zero

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Blaster Master Zero es un ataque de nostalgia para los amantes de lo retro, pero también una fiel defensa de un título poco reconocido hace 30 años cuando apareció en NES. La sorpresa es que sabe demostrar su extraordinaria valía después de tanto tiempo. Lo hace gracias a un remake acertado, que toca lo justo para traer su ingenioso concepto jugable al presente. Muy recomendable tanto si eres un amante de los 8-bits, como si sientes curiosidad por conocer una porción algo desconocida, pero apasionante, sobre la historia de los videojuegos.

  • Interesante fusión entre exploración y acción estilo metroidvania
  • A pesar de sus casi 30 años, la fórmula se mantiene fresca e interesante
  • Una delicia a nivel audiovisual para los amantes de la vieja escuela
  • Control mejorable, sobre todo a la hora de apuntar y disparar
  • Algunos desequilibrios en dificultad
Jugadores: 1-2 (Multijugador)
Idioma: Textos en inglés
Duración: 3-4 horas
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

12.876 visualizaciones

100 DETALLES OCULTOS de RED DEAD REDEMPTION 2

¿Qué detalles ocultos guarda Red Dead Redemption 2? En el video de hoy os presentamos más de 100 curiosidades distintas acerca de la aventura de Arthur Morgan y de John Marston que nos presentó Rockstar Games en 2018.