Sony es una de las compañías que más están apoyando el desarrollo de juegos en nuestro territorio. Y fruto de su iniciativa PlayStation Talents están apareciendo varios juegos españoles, como el que nos presenta el estudio Moon Factory. Análisis Rolling Bob.
Rolling Bob es uno de los muchos títulos que están apareciendo para PS4 amparados bajo el programa patrocinado por Sony PlayStation Talents. Un programa desarrollado para potenciar la creación de títulos en nuestro país que, ciertamente, está dando sus frutos…. al menos en cuanto a cantidad se refiere. En este caso se trata de una obra plataformera un tanto atípica. Y la razón es que su protagonista no salta, al menos no de manera natural, y la aventura sigue un patrón similar a la vivida en los juegos (bastante interesantes en mi opinión) de Kirby como Power Paintbrush (DS) y el Pincel del Arcoíris (Wii U)… aunque con resultados no tan satisfactorios.
¿Y esto en qué se traduce? Pues en una aventura en la que debemos controlar al protagonista (el robot B.O.B.) a través de trazos que se realizan en la pantalla y que nos permiten alcanzar partes de los decorados de otra forma inaccesibles. Una apuesta que me ha parecido bastante llamativa y que no está mal planteada pero que, debido a ciertos inconvenientes, no ha alcanzado la calidad que esperaba.
Antes de entrar en materia jugable es lo suyo pasar a comentar por encima su argumento. Éste es de lo más típico y para nada es un elemento relevante, pero bueno, este tipo de juegos no suelen necesitar de mucha narrativa para funcionar. El mundo de Gyga en el que se desarrolla la aventura ha quedado alterado y sumido en la desesperación. Entre otras cosas el propio hijo de B.O.B. ha sido secuestrado por Ugo (el malo de esta aventura) y sus tropas, robando de paso el Núcleo que es lo que da vida a dicho mundo de Gyga. Y a partir de ahí nos toca ir encontrando tanto a los pobres pequeños robots Bits (como el propio hijo de B.O.B.) que también han sido capturados y solventar 30 niveles (sin contar el tutorial) repartidos en tres grandes áreas de juego, lo que se traduce en un mínimo de cuatro o cinco horas de aventura. No está mal.
Control imperfecto
Las armas que posee BOB son más bien escasas… o casi inexistentes, al igual que sus limitadas habilidades. Y debido precisamente a esto el título acaba haciéndose algo aburrido a las pocas horas debido a la poca variedad de situaciones que plantea, siendo uno de sus puntos más flojos.
A pesar de esto se trata de un concepto relativamente original en PS4 dado que creo que no existe nada parecido. El personaje principal avanza de manera automática a través de escenarios bastante limitados en cuanto a sus dimensiones se refiere, si bien suelen presentar algunos recovecos que debemos explorar para encontrar todos los secretos que esconden los decorados. Es posible tanto acelerar su marcha como frenarla por completo, así como dar media vuelta para ir en la dirección opuesta, teniendo en cuenta que estamos ante una aventura de desarrollo 2D que siempre es seguida mediante un scroll horizontal.
El sistema de control con el sensor es curioso, pero no muy efectivo
La verdadera gracia del juego tiene que ver con la posibilidad de poder ir dibujando trazos en la pantalla para variar la trayectoria del protagonista, siguiendo la pauta expuesta en los citados títulos protagonizados por Kirby de Wii U y DS. Para hacerlo gozamos de un puntero que aparece en pantalla y que es posible dirigir con el mando. ¿Y cómo? Esta pregunta que seguro que os habéis formulado muchos de vosotros tiene mucho fundamento, dado que la solución que han elegido los desarrolladores para dirigir cada uno de los trazos se convierte en la verdadera pega de todo el juego.
El sensor de movimientos del mando es el que dirige el puntero y, simplemente, no nos ofrece la precisión necesaria. Así de fácil. Puede que los primeros niveles no supongan ningún problema porque todo es muy sencillo pero, en cuanto aparece el más mínimo pico de dificultad, las cosas se complican de manera artificial. Resulta tan incómodo como poco eficaz usar dicho giroscopio para efectuar cada trazo, lo que suele acabar convirtiéndose en muertes innecesarias y problemas jugables serios. Y lo peor de todo es que, al menos en mi opinión, si los desarrolladores hubiesen dejado dicha labor al stick derecho del mando se hubiera solventado este problema de manera muy sencilla.
Es cierto que este inconveniente afecta de manera notoria a la jugabilidad y le impide alcanzar unas cotas de diversión más elevadas pero, por fortuna, no arruina por completo la experiencia. Simplemente, la entorpece. Y es una pena porque, sin ser el mejor juego de su estilo, su idea y concepto se merecían unos resultados más lustrosos. Además Rolling BOB es un título resultón dentro de su simplicidad, con un buen uso del color, animaciones sencillas pero bien recreadas para los personajes y un buen nivel sonoro, doblaje en español incluido.
El estudio Moon Factory no ha terminado de moldear la aventura plataformera que todos esperábamos. Y es que sus errores jugables impiden a este robot hacernos disfrutar como él hubiera querido, aunque tampoco es que se trate de un desastre en absoluto. Tiene su gracia y los más pequeños seguro que disfrutan con la estética de sus protagonistas, pero es una pena que su impreciso control y su predecible desarrollo no hayan estado a la altura.
- El concepto de juego tiene su gracia
- Buena ambientación, sobre todo sonora
- 30 niveles no está nada mal
- El control es impreciso y no se ajusta a lo que el título demanda
- La aventura es bastante repetitiva a medio plazo
