Análisis de Canis Canem Edit

Análisis de Canis Canem Edit
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Una de las mayores joyas de Rockstar fuera de la saga GTA llega por fin a la nueva generación de videoconsolas. Xbox 360 recibe con los brazos abiertos a Bully Scholarship Edition, un port directo de la versión de PlayStation 2. Una traslación pura y dura que aporta pocas novedades y que ha sido rudamente implementada; dos factores que, sin embargo, no deben distraernos de la indiscutible calidad que atesora el juego.

La capacidad cuasi infinita de Rockstar para crear polémica y ahondar en la eterna fuente de discordia que es la violencia en los videojuegos, ha sido ya tratada hasta la nausea. Bully fue uno de los títulos más injustamente maltratados por ello, y sufrió de forma considerable las críticas infundadas de quienes ni tan siquiera lo habían probado.

Bully, o Canis Canem Edit, es, en realidad, un juego recomendado para mayores de 16 años, mucho más inocente de lo que aparenta. Un título que lejos de fomentar el maltrato escolar o la marginación social de ciertas personas, nos conmina a proteger a los menos favorecidos, a tratar de llevarnos bien con todo el mundo y a hacer frente a los “abusones”. Y todo esto con una arriesgada fórmula 100% deudora de la saga Grand Theft Auto que funciona a la perfección.

Jimmy Hopkins –Definición de Antihéroe-
En Bully encarnaremos a Jimmy Hopkins. El clásico cero a la izquierda que ha sido sistemáticamente expulsado de todos los colegios mayores en los que ha sido recluido por sus padres por su nulo interés en los estudios y su desmedida afición a meterse en lios. El joven recala contra su voluntad en la Academia Bullworth, el último bastión del sistema educativo donde se recluye a “lo peor de cada casa”.

Sin embargo es precisamente en esta academia donde Jimmy comienza a hacer algo provechoso consigo mismo. Nuestro protagonista comenzará a ayudar a los menos favorecidos del lugar, echándoles una mano contra los gallitos de Bullworth. Jimmy no es, sin embargo, una especie de moderno Robin Hood pues siempre exigirá una contraprestación económica –o amorosa, según se tercie- por sus servicios.

Bully es, por lo tanto, la aplicación pura y dura de la fórmula GTA a un colegio. Nos encontramos con un lugar abierto –más abierto según avance la aventura y liberemos los exteriores de la academia, ciudad incluida-, donde se pueden usar vehículos –monopatines, bicicletas, etc- y que nos permite total libertad para hacer lo que queramos.

Meternos en lios, robar las taquillas de los demás, gastar bromas la noche de Halloween, defender a los empollones, jugar a las máquinas recreativas, pasear por la ciudad… El abanico de alternativas jugables de Bully es casi insondable. ¡Hasta puedes ir puntual a todas las clases y sacar buenas notas! Hay gente para todo…
Meternos en lios, robar las taquillas de los demás, gastar bromas la noche de Halloween, defender a los empollones, jugar a las máquinas recreativas, pasear por la ciudad… El abanico de alternativas jugables de Bully es casi insondable. ¡Hasta puedes ir puntual a todas las clases y sacar buenas notas! Hay gente para todo…

Hay unas ciertas obligaciones como es lógico. Nuestro protagonista debe asistir a clase, irse a dormir a determinadas horas, etc. No obstante incluso en esto tenemos libertad, pues si lo deseamos podemos no ir a clase o hacer alguna “escapadita nocturna”. Aquí, y también en casos de peleas, robos de taquillas, etc., entrará en juego “la policía” de la academia Bullworth, los vigilantes, que funcionan con un sistema de visión y “enfriamiento” idéntico al de GTA.

Bully, siguiendo con los paralelismos con la saga favorita de Rockstar, también tiene una serie de facciones bien diferenciadas con las que progresivamente iremos colaborando a lo largo del juego. Todos ellos son fácilmente reconocibles por su atuendo, los empollones, los macarras, los abusones, etc… todos nos ofrecerán misiones y ganaremos empatía con ellos según las vayamos completando.

La edición de Xbox 360 tiene pocos cambios jugables con respecto al clásico de 2006 en PlayStation 2. Se han incorporado algunas clases nuevas en esta edición como las de música, biología o geografía, que aportan más alternativas dentro de unos patrones muy similares. Estos minijuegos, sin embargo, funcionan mejor en Wii, pues su desarrollo se ajusta como anillo al dedo a las capacidades de movimiento del mando de la consola de Nintendo.

La interacción social sigue siendo uno de los mayores atractivos de Bully en su versión para Xbox 360. Podremos hablar con cualquier personaje que nos encontremos y adoptar diferentes actitudes ante él. Podemos vacilar a quien nos caiga mal o lanzar un cumplido a una chica. Si llevamos a mano una caja de bombones quien sabe…a lo mejor hasta nos ganemos un beso.
La interacción social sigue siendo uno de los mayores atractivos de Bully en su versión para Xbox 360. Podremos hablar con cualquier personaje que nos encontremos y adoptar diferentes actitudes ante él. Podemos vacilar a quien nos caiga mal o lanzar un cumplido a una chica. Si llevamos a mano una caja de bombones quien sabe…a lo mejor hasta nos ganemos un beso.

Aparte de un puñado de nuevas misiones, a la altura en términos de guión y jugabilidad de las del original, también se ha incluido un modo multijugador. Esta opción de juego acompañado es únicamente off-line y se limita a un minúsculo grupo de minijuegos que se pueden superar con un colega. No tienen mayor interés.

Tropiezo Tecnológico
En lo visual Bully se beneficia, lógicamente de las bondades de la Next-Gen, pero lo hace con moderación. Todo presenta, en líneas generales un aspecto muy mejorado. La resolución ha aumentado considerablemente, el modelado de los personajes está algo más cuidado, la distancia de visionado ha ganado en amplitud y las texturas ofrecen un nivel de detalle más alto. Esto es lo mínimo que se le puede exigir a un juego de Xbox 360, y lo cierto es que Bully se queda precisamente en eso, en lo mínimo exigible.

El nuevo juego de Rockstar no soporta un análisis gráfico concienzudo pues tecnológicamente sus vicios son amplios, y se mire por donde se mire el título acusa de forma gravísima su origen de PlayStation 2. No es que esperáramos gran cosa de este port en el aspecto visual, sin embargo algunos defectos son inexcusables. En interiores el juego sufre muchísimo de lo poco cuidado y vacío de su tratamiento, y en exteriores nos vemos sorprendidos por unas sombras que son meros borrones y por un nivel de detalle ciertamente bajo.

Gráficamente el lanzamiento tiene que rondar el aprobado raspado, pero es en lo tecnológico donde el suspende. Una tasa de imágenes por segundo totalmente indigna de una máquina del potencial de Xbox 360, tiempos de carga largos y abundantes, y severos problemas de estabilidad que pueden dar con la partida al traste.

Bully es un port muy poco cuidado. Una traslación directa que hace todos los deméritos posibles para considerarla un trabajo hecho deprisa y corriendo, y una verdadera lástima porque si bien no estropea el conjunto de un videojuego brillante si que le resta muchos puntos y hace de disfrutarlo una experiencia, a veces, molesta.

Gráfica y tecnológicamente Bully es un juego muy decepcionante. No se ha hecho ningún esfuerzo por adecuar el apartado visual del título a las posibilidades de una consola como Xbox 360. Por fortuna la mayor fortaleza de Bully: Scholar Ship Edition es su apartado jugable, donde el título despunta.
Gráfica y tecnológicamente Bully es un juego muy decepcionante. No se ha hecho ningún esfuerzo por adecuar el apartado visual del título a las posibilidades de una consola como Xbox 360. Por fortuna la mayor fortaleza de Bully: Scholar Ship Edition es su apartado jugable, donde el título despunta.

En lo sonoro hay que galardonar de nuevo a Scholarship Edition con un sobresaliente, y es que Rockstar es, con permiso de Electronic Arts, una de las compañías que más cuidan el apartado del audio. La banda sonora es un soberbio puñado de partituras inspiradas, adecuadas y realmente trabajadas, que pueden pecar de algo repetitivas pero que son el marco sonoro perfecto para el título. No se trata de temas licenciados sino de un score en toda la regla, y su calidad es incuestionable.

El doblaje es, como acostumbra el sello de Rockstar, un fenomenal trabajo… en inglés. Cuando uno escucha la brillante selección de voces de Bully, su excelente adecuación al personaje y su deliciosa capacidad dramática, no duda de que, por mucho que nos duela, localizar este lanzamiento al español hubiera sido seguramente un lastre difícilmente superable. El juego llega, por lo tanto, traducido a nuestro idioma únicamente en sus textos. Un mal menor.

Muy Bueno

Sin sello

Bully: Scholarship Edition

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Bully es, pese a su pésima ejecución, un brillante título y una genial propuesta. Adaptando la fórmula GTA a una escuela, Rockstar sale triunfadora en el aspecto jugable, con un desarrollo completo, adictivo y realmente divertido. La calidad del port como tal es otro cantar, las caídas en la tasa de imágenes por segundo son notables, y el juego en lo visual deja la sensación de que no ha habido mucho esfuerzo a la hora de trasladarlo a una consola tan potente como Xbox 360. Por fortuna la fortaleza de Jimmy Hopkins no es su aspecto sino su indudable personalidad.

Comprar Bully: Scholarship Edition
Jugadores: 1
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Duración:
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