Hay veces en las que la mejor experiencia es la que es capaz de ofrecer un juego centrando exclusivamente en la diversión, el reto y los valores más clásicos que puede ofrecer el videojuego. En este análisis de Laser League, te mostramos cómo es el nuevo juego de roll7 que apuesta por la competición en esta especie de deporte futurista tan vertiginoso como letal.
Es probable que Laser League esté generando menos ruido del que se merece. Cuando pude probarlo por primera vez en el E3 del año pasado, el juego ya brillaba con ese tipo de diversión que sólo es capaz de conseguir los juegos capaces de sentar a cuatro jugadores en un sofá. Viendo unas imágenes o incluso algunos vídeos, entiendo que no sea fácil de captar el concepto a la primera, y que sus gráficos minimalistas no atraigan al cómputo global de jugadores. Por ello, quizá, el juego incluye la palabra League en su nombre, como una llamada de atención, un grito ahogado, por explicar el tipo de sensaciones que tendrás en este juego, al compararse directamente con Rocket League, un éxito nacido del boca a boca, al cual aspira la obra de roll7.
Para los que no conozcáis a este estudio, quizá si menciono OlliOlli y Not a Hero consiga captar más vuestra atención. Lo que quiero decir es que estos chicos no son novatos, precisamente, y lo demuestran creando unas mecánicas simples y efectivas que enganchan enseguida. Dos equipos deben eliminar a sus rivales activando una serie de paneles láser en movimiento, haciéndolos brillar de su color y a su favor. Cualquier contacto con estos láseres es letal y cuanto más dure la partida, más pantalla ocupan y más difícil es zafarse de ellos.
Bajo esta premisa, se crea un conjunto de reglas completamente efectivas. Puedes atravesar la pared para aparecer en la opuesta, como si de un Pac-Man se tratase. Puedes reanimar a un compañero pasando por el lugar donde ha caído. Los paneles se activan en un punto concreto y se genera mucha tensión cuando dos jugadores acuden al mismo a la vez. El gran elemento diferenciador son los poderes personalizables. Cada uno de los participantes puede disponer de una ventaja especial, que se recarga con el tiempo: un halo aturdidor, invulnerabilidad momentánea, unos nodos para cambiar de color el láser, un escudo que empuja al rival, un láser letal que teletransporta y un sable que aniquila al contrincante son sólo algunos de las primeras habilidades que podremos conseguir entre 16 con diferentes modificadores.
Su estilo cargado de colores de neón no puede evitar sobrellevar el caos en pantalla
El uso de cada una de estas habilidades según el estadio escogido y los potenciadores de tus compañeros es clave para la supervivencia, ya que definen tu estrategia. Las habilidades más físicas permiten atacar al contrario y desestabilizar su juego, mientras que también sirve para defender los puntos de muerte de un rival para que no pueda ser reanimado. Algunas evitan el acercamiento, cambiando las tornas y otras se apoyan en el juego de paneles. Al principio, los efectos de estos potenciadores pueden parecer mínimos, pero tras mis primeras horas de juego, me fui dando cuenta de que es un elemento definitorio, y probablemente su correcto equilibrio ha sido uno de los factores que más ha tenido que repasar el estudio.
Deporte de neón
El otro gran elemento de Laser League es la inteligencia artificial. Cuando jugamos una partida offline o el servidor no encuentra suficientes jugadores, debe rellenar el resto del equipo con rivales y compañeros controlados por la máquina. Al principio pensé que esto podría quitarle mucha gracia al juego, y es cierto que algo de ello hay, pero Roll7 ha conseguido pulir mucho el comportamiento de la inteligencia artificial hasta el punto de que es realmente útil y se comporta como un jugador habilidoso, capaz de rescatarnos si hemos cometido un error y al que tener muy en cuenta aunque hayamos derribado al humano contrario.
Lo que más interesante se me antoja de Laser League es su variedad de estadios. No se ha conformado con uno estándar, sino que incluye multitud de ellos que además cuentan con variaciones en sus sistemas de paneles láser. Todos ellos están pensados con mucho cuidado, de forma que algunos crean paneles que nos instan a estar moviéndonos constantemente, nos atacan como si de disparos se tratase, nos intentan acorralar y otros nacen de un punto en concreto y se expanden. La estrategia para cada uno de ellos es diferente, y las habilidades de nuestro participante juegan un papel crucial, de nuevo, pues habrá que elegir bien cuál se adecúa más a cada situación y estadio.
No todo es perfecto en Laser League, pues su estilo cargado de colores de neón no puede evitar sobrellevar a duras penas el caos en pantalla que se puede llegar a producir, sobre todo cuantos más jugadores haya. En un clásico de 3 contra 3, que sería el grado medio de jugadores, el caos es ya bastante incipiente a medida que se van activando los paneles láser. En un punto de la partida, puede llegar a ser complicado detectar no sólo todas las amenazas, sino incluso en qué posición de la pantalla te encuentras.
Los potenciadores se recargan y, para que te acuerdes de usarlos, hay una barra blanca en el personaje que se va rellenando. En la versión de PlayStation 4, incluso, el propio DualShock hace un esperpéntico y atronador ruido para recordarte que ya la puedes usar, aunque echamos de menos alguna forma más clara de saber cuándo ha muerto un compañero de nuestro equipo, pues cuando jugamos online o con IA y no tenemos a un amigo en el sofá gritando "¡rescátame!" resulta ciertamente difícil darse cuenta mientras estás esquivando la oleada de láseres del rival.
Decía al principio de este análisis que Laser League está generando poco ruido y eso es sin duda uno de los elementos que más juega en su contra. En la versión de PC hay algo más de abundancia de jugadores, pero los primeros días de PlayStation 4 han supuesto largas esperas para conseguir partida que han terminado normalmente con el encuentro de un solo jugador y el resto de campos rellenados por la inteligencia artificial. Y si bien mis palabras a la IA han sido realmente buenas, sencillamente no es lo mismo que disfrutar con jugadores humanos.
El comportamiento de la inteligencia artificial está muy conseguido
Aunque cuenta con partidas offline y un tutorial lento pero efectivo, queda patente que Laser League es un juego para jugar estrictamente online o local y habiendo probado las dos variantes, es también uno de esos juegos en los que echas inmediatamente de menos los gritos, quejas y resto de exclamaciones ante cada jugada, por lo que entiendo que va dirigido a un producto muy concreto. Si cumples este tipo de perfil, sin embargo, tú y tus amigos vais a pasar grandes momentos con Laser League, pues hacía falta uno de esos juegos puros, rápidos, de sofá y griterío, que se disfruta más lejos de la frialdad de las posiciones altas de los rankings mundiales. Ahora, lo único que necesita es ruido.
Laser League es una gran propuesta rápida y divertida que, aunque no queda relegado exclusivamente al multijugador, se disfruta mucho más en compañía. Partidas frenéticas, con un claro halo deportivo y centrado en la habilidad, los reflejos y el mantra de "fácil de jugar, difícil de dominar".
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