Análisis de City of Brass. Un roguelike de diseño sorprendente

Análisis de City of Brass. Un roguelike de diseño sorprendente
Facebook Twitter Flipboard E-mail

El género roguelike sigue teniendo grandes propuestas y adeptos. Hoy te ofrecemos un análisis de City of Brass para evaluar el más reciente contendiente para abrirse sitio. ¿Merece la pena este proyecto de veteranos de la saga BioShock? Te adelanto que es áspero, pero también tiene encanto.

A pesar de que en los últimos tiempos es cuando más lanzamientos tipo roguelike estamos viendo, lo cierto es que el género lleva en marcha desde 1980 con el juego que le dio nombre a este tipo de experiencias. ¿De qué van? Sucesiones de mazmorras que debemos superar con mecánicas más o menos sencillas, pero que no perdonan un error y que, en la mayoría de casos, castigan con muerte permanente cualquier despiste. Todos esos elementos los reúne City of Brass que no sé si será tan recordado como los grandes del género recientes como Rogue Legacy, Spelunky o Nuclear Throne, pero que sí que te puedo asegurar que tiene material suficiente para hacernos pasar unas horas divertidas.

¿Qué ha tenido este proyecto de debut de Upper Cut Games para llamar la atención de los aficionados entre tanta oferta? No en vano se ha aupado como un título realmente popular en los rankings de 3DJuegos. Viene firmado por antiguos creativos de BioShock, que se han aventurado en esta nueva aventura comercial, y tiene un telón de fondo fantástico con un punto deudor de Las Mil y Una Noches que resulta muy atractivo y, además, atípico para una producción de estas características. En algunos sentidos City of Brass entra por los ojos, y a pesar de que es bastante irregular en ciertas partes también es capaz de sacarnos una generosa cantidad de carcajadas, momentos de tensión y de emoción… ¡Aunque también maldigamos de vez en cuando a la pantalla!

Si bien nunca tenemos en cuenta los precios ni las circunstancias de su desarrollo para hacer las valoraciones de un videojuego, sí te recuerdo que es un título que se vende a precio reducido y cuyas aspiraciones son más bien modestas. No quiere entretenerte cientos de horas u ofrecerte una experiencia de juego que te cambie la vida. En cambio, sí quiere brindarte unas cuantas tardes de entretenimiento ligero, adictivo y con un estupendo desafío. Y eso tengo que decirte que sí lo consigue.


Arabian Nights
Como en tantos juegos de este tipo, no hay mucho que contar sobre el argumento de City of Brass. En él somos un ladrón y aventurero ataviado con un látigo y una cimitarra que debe abrirse paso a través de 12 niveles, y un jefe final, en una aventura que, como decimos, tiene un nivel de desafío muy alto y, además, muerte permanente. ¿Quiere decir eso que si en un alarde sangre, sudor y lágrimas llego al nivel 8 y muero tengo que empezar desde el principio? Exacto, pero hay varias cosas que juegan a tu favor. La primera es que los capítulos son bastante cortitos, además se pueden usar hechizos-deseos para saltarte bloques de fases y, por si fuera poco, éstas se generan aleatoriamente, de modo que siempre es un reto que se conserva fresco y que es más o menos diferente de una vez a otra.

El látigo y la espada son fundamentales para salir adelante, pero el juego presenta algunas sorpresas a la hora de cambiar unas armas por otras.
El látigo y la espada son fundamentales para salir adelante, pero el juego presenta algunas sorpresas a la hora de cambiar unas armas por otras.


Así que durante las primeras horas no duele morir. Queremos avanzar, deseamos descubrir cómo son las siguientes zonas y el no saber exactamente qué es lo que nos espera le otorga un grado importante de frescura en esos intentos. Al final lo que nos aguarda siempre es más o menos lo mismo. Trampas puestas en los lugares más canallas, enemigos de diferente grado de dificultad pero notable variedad, secciones ligeras de plataformas y tesoros escondidos que fomentan la exploración puesto que, como te contaré pronto, son necesarios para avanzar y salir vencedores de tan singular aventura.

Un roguelike de diseño sorprendente


El juego no permite dormirse en los laureles, y es que todas las fases se desarrollan a contrarreloj

El juego se aprovecha de esa repetición para hacernos aprender lecciones. Cada vez que arrancas no sabes lo que te vas a encontrar, pero conoces bien los patrones. Hay que estar pendiente de muchas cosas, de modo que es importante que los desafíos más básicos los hagas de forma automatizada. Como quien entra al dormitorio de su casa y sabe dónde está el interruptor y lo acciona sin pensar, ¿de acuerdo?. Pasarán unas cuantas muertes antes de que, mecánicamente y casi sin meditarlo, te cerciores siempre de que al otro lado de una puerta no hay unos pinchos que te puedan robar bastante salud si no los esquivas. Lo mismo sucederá hasta que te habitúes a que cada tipología de enemigo tiene su fortaleza y su debilidad, algo para lo que necesitarás conocer a todos antes, claro. Al final las "primeras pasadas" son satisfactorias y necesarias, y sólo invertido un tiempo bastante respetable podemos empezar a plantearnos llegar lejos. ¿Por qué lo digo? El juego no permite dormirse en los laureles, y es que todas las fases se desarrollan a contrarreloj. Cuando dominas el programa en todos sus ámbitos puedes empezar a pensar en terminarlo, y hacerlo puede llevarte entre dos y tres horitas… Sabiendo en todo momento lo que tienes que hacer, claro.

Los genios son los "comerciantes" que podemos ir encontrando a lo largo de la aventura. Ofrecen nuevas mejoras y características para nuestro personaje.
Los genios son los "comerciantes" que podemos ir encontrando a lo largo de la aventura. Ofrecen nuevas mejoras y características para nuestro personaje.


Nuestros más fieles aliados son la espada y el látigo, y llevamos una en cada mano. Y la mecánica de su uso es una de las que mejor funcionan y, además, debo decir que me ha sorprendido lo bien que encaja el combate cuerpo a cuerpo con la perspectiva en primera persona por la que apuesta City of Brass. Con el látigo rompemos defensas, y con el filo atacamos a los enemigos tan pronto como resulten vulnerables. El título nos permite simultanear ambas cosas, y además se las ingenia para ofrecernos algunas reinvenciones interesantes por el camino. La inteligencia artificial no es un dechado de virtudes precisamente, pero no hace falta. Con algunos toques aquí y allá, con la siempre amenazante presencia de las trampas diseminadas aleatoriamente (aunque no de forma caótica) por el escenario y con algunos jefes o unidades en particular que requieren de un estudio de sus movimientos o características por nuestra parte, se consiguen unos enfrentamientos que, de base son muy satisfactorios.

Un roguelike de diseño sorprendente


Al final morir a menudo es algo que sucede en cualquier roguelike, el problema es que aquí pasa algunas veces por cosas que no son nuestra culpa. Por ejemplo, el control está bastante bien logrado salvo algunas ocasiones puntuales en las que exhibe cierta falta de precisión, pero lo que sí es cuestionable son las llamadas "cajas de impacto", es decir los lugares del enemigo donde tenemos que atacar para hacerles efecto. Son especialmente puntillosas si usamos el látigo, puesto que requieren una precisión milimétrica en el apuntado para, por ejemplo, dejar a un oponente sentado o quitarle un arma, pero no nos devuelven los resultados con la misma exactitud. A veces, sencillamente, tenemos la sensación de que no funcionan correctamente. ¡Pero si le he dado!, repetirás a menudo con pasmo. Son cosas que son fáciles de pasar por alto porque la curva de dificultad está muy bien, porque el sistema es sencillo y porque, además, tenemos dos decenas de modificadores que, tan pronto descubramos, podemos ir desbloqueando para hacer más fácil (o difícil la aventura). Una forma extraordinaria de fomentar la rejugabilidad y el reto.

Los tesoros y el enorme valor de éstos son una de las mejores formas que tiene el videojuego de fomentar la exploración.
Los tesoros y el enorme valor de éstos son una de las mejores formas que tiene el videojuego de fomentar la exploración.


Así mismo, la sensación de progresión no está mal conseguida, no sólo porque cada tres niveles vas cambiando de área para ir visitando catacumbas, ciudades y otros lugares, sino también porque el personaje va mejorando y evolucionando de nuestra mano. Como somos un héroe bastante pícaro vamos recogiendo todo lo valioso que se cruce en nuestro camino, ¿verdad? Sólo que en lugar de guardarlo en nuestro zurrón los vamos a ir invirtiendo en una suerte de divertidas "máquinas expendedoras de Las Mil y Una Noches" donde un Genio nos permite obtener algunas ventajas a cambio de oro, o también cumplir "tres deseos" de cuyo empleo depende una de las vertientes estratégicas más cuidadas y sorprendentes del videojuego. Al final se convierte en una experiencia adictiva y muy bien ajustada, con cosas interesantes que desbloquear en todo momento y con una presencia a un ritmo muy bien estudiado para estar constantemente descubriendo elementos que mejoren nuestras prestaciones. Tan pronto liberamos un compañero, como desactivamos las trampas o nos hacemos con unos guanteletes o mejoras para las armas. Todo a unos precios bien escogidos para que no parezcan un abuso, pero al mismo tiempo tampoco hagan que la campaña sea un paseo por el parque y se invite a explorar.

Un roguelike de diseño sorprendente


Es vistoso pero con algunas cosas que se podrían haber pulido

Si hablamos de lo visual, es un juego vistoso pero con algunas cosas que se podrían haber pulido. Sus responsables prometieron resolución 4K en Xbox One X y 1080p en PS4 Pro, y lo cierto es que el juego se ve tremendamente nítido en la poderosa videoconsola de Microsoft, sin embargo a veces no es tan fluido como debería. En algunos momentos se nota que la fluidez se resiente en todas las consolas, especialmente en la versión de PlayStation 4 que es la que más sufre en este sentido, pero por lo demás no pasa de ser algo que se percibe ligeramente pero que muy pocas veces afecta a la jugabilidad o a la respuesta de los controles. En PC, por el contrario, su rendimiento me ha parecido irreprochable, aunque tampoco es que sea un lanzamiento de gran impacto visual como para exigir una optimización exquisita. Por lo demás, City of Brass tiene una dirección artística bonita y efectiva, unos textos traducidos a nuestro idioma con un criterio a menudo discutible y una música casi inexistente para que nos centremos en los efectos de sonido: Un elemento que nos da pistas sobre dónde están los tesoros o desde dónde amenazan los enemigos.

Interesante

Sin sello
Un roguelike de diseño sorprendente

City of Brass

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

A pesar de que es algo áspero en algunos elementos, como por ejemplo lo caprichoso que es con los impactos en el enemigo durante los combates, lo cierto es que City of Brass es perfectamente capaz de mantenernos muy entretenidos durante unas horas delante de nuestro PC o videoconsola. Es una propuesta simpática y simple que no revoluciona el género roguelike, pero que sí ofrece algunas ideas ingeniosas y un ritmo y un sentido de la "táctica dentro de la acción" muy logrado.

  • Divertido y adictivo. Querrás otra partida más, y otra, y otra…
  • La mecánica de combate en sí misma está muy lograda
  • La generación aleatoria de niveles hace que no podamos bajar la guardia
  • Debería haber más variedad de tipos de escenario
  • Aunque su base sea excelente, algunos combates pueden ser frustrantes e injustos
  • Los más veteranos y expertos de los roguelike pueden encontrarlo algo simple
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: Incalculable
Ver requisitos del sistema
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

4.527 visualizaciones

El AUTÉNTICO AAAA de Ubisoft FAR CRY 2

Hay revoluciones que pasan frente a nuestros ojos sin que apenas nos demos cuenta. Juegazos que, por la velocidad de la industria y lo rápido que muchos se suman a las modas, pasan inadvertidos o hacen algo de ruido para luego quedar completamente sepultados por secuelas o...