Análisis de Black Mirror. Misterio y secretos de una mansión escocesa

Análisis de Black Mirror. Misterio y secretos de una mansión escocesa
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La franquicia Black Mirror regresa con una reinterpretación de la trilogía clásica de aventuras gráficas, que nos adentra en el misterio de una enorme mansión escocesa y los secretos que oculta la familia que la habita. Analizamos la nueva propuesta, ¿estará a la altura de la obra original?

Puede ser una de las sagas más desconocidas de la aventura gráfica, pero lo cierto es que Black Mirror nos viene acompañando ya desde el año 2004 contando con tres entregas hasta 2011. El juego que tenemos ahora entre manos no es una entrega más, sino una reinterpretación de la franquicia, así que es importante constatar que no hace falta haber jugado a ninguno de los títulos anteriores para aventurarse con el presente.

Guardan relación, efectivamente, ya que Black Mirror sigue adentrándonos en el misterio de la misteriosa casa escocesa y la herencia familiar de los Gordon, pero tanto su historia como su desarrollo y el de las mecánicas de juego son completamente distintas. Incluso el viejo caserón pasa a ser algo más coherente con la arquitectura tradicional que el que nos encontrábamos en la obra original, más siniestro y, a todas luces, fantástico.

La historia nos pone en la piel de David Gordon, que regresa a la hacienda familiar tras la muerte de su padre en extrañas circunstancias. Rodeados de nuestra sospechosa familia, tendremos que desentramar el misterio alrededor de la muerte de nuestro padre y de nuestros propios antecesores, hasta el punto de desenterrar un misterio mayor y aún más oscuro.

No hay duda de que Black Mirror, para contar su gótica historia, contiene una fuerte inspiración en la literatura del romanticismo oscuro de Poe y el terror de Lovecraft, al igual que ya hizo la trilogía original. Su historia se sigue con interés, pero con torpeza en algunos diálogos y momentos que no terminan de brillar. No ayuda una traducción mediocre, capaz de saltarse enteras líneas de diálogo y simplificar enormemente las frases más elegantes, hasta el punto de que, en un momento dado de la aventura, hemos preferido cambiar los textos al inglés para poder seguir bien la narración.


Misma casa, nuevos cimientos

El cambio con la trilogía original es cuantioso. De la clásica aventura point and click no queda más que un inventario automático, pues el desarrollo de esta nueva entrega simplifica todas las acciones hasta el punto de convertirla en una historia más centrada en la exploración, en la que simplemente con acercarnos a cada punto de interés, este se examinará y, si se tiene el objeto adecuado, aparecerá la opción de utilizarlo automáticamente.

En general, los entornos están conseguidos, aunque sufriremos abundantes cargas al desplazarnos entre ellos.
En general, los entornos están conseguidos, aunque sufriremos abundantes cargas al desplazarnos entre ellos.


Así, Black Mirror intenta modernizarse, lo cual no sería nada negativo si no fuera porque la exploración es bastante lenta y engorrosa. Recorrer las distintas estancias de esta mansión puede ser una tarea más que tediosa teniendo en cuenta que el control de nuestro protagonista, David, es tosco y propenso a quedarse enganchado con cualquier obstáculo que se ponga en nuestro camino. Desespera aún más las constantes interrupciones de las cargas del juego que, si bien no son exageradamente largas, sí son abundantes al sucederse cada vez que entramos y salimos de una habitación, cortando repetidamente el ritmo.

Si a ello le sumamos que (al menos en la versión de PS4 a la que hemos tenido acceso) el juego se comporta de forma irregular, con numerosos tirones y bajones en la tasa de frames, el cóctel es bastante explosivo. Puede que sea debido a la tasa de frames desbloqueada de la que goza el título, pero en cualquier caso se antoja bastante molesto a la hora de navegar por la mansión. THQ Nordic ya ha avisado que están trabajando en un parche que arreglará algunos fallos, pero por el momento el funcionamiento del juego no es el ideal.

Misterio y secretos de una mansión escocesa


Vuelta al rompecabezas clásico

Con el cambio a la exploración, se eliminan prácticamente todos los puzles que tengan que ver con la interacción con el escenario y combinación de objetos. En Black Mirror es difícil perderse y dar más vueltas de las necesarias, a no ser que no encuentres un objeto concreto por no aproximarte a él demasiado. Pero una vez lo tengas en tu poder, el interfaz se ocupará automáticamente de utilizarlo en el momento adecuado. Se echa en falta algo de mimo en todas estas acciones, hasta el punto de que a veces hemos recogido objetos fuera de la vista del jugador sin que el propio David haga algún comentario al respecto de qué se trata, teniendo que abrir el inventario para saber qué hemos recogido exactamente.

Misterio y secretos de una mansión escocesa


La historia de Black Mirror es el principal leit motiv para continuar la aventura, que en algunos momentos no logra enganchar con su mecánica de exploración y puzles.
La historia de Black Mirror es el principal leit motiv para continuar la aventura, que en algunos momentos no logra enganchar con su mecánica de exploración y puzles.


Por tanto, los momentos donde más tendremos que estrujarnos el cerebro es en los rompecabezas más clásicos, donde resolver acertijos, contraseñas y enigmas para poder abrir compartimentos secretos y similares, a base de examinar bien un objeto en el inventario o una porción del propio escenario. Los rompecabezas son interesantes y definitivamente la columna vertebral de Black Mirror a la hora de presentar sus mecánicas. Si te gustan este tipo de puzles, ya tienes buena parte del camino recorrido.

Otra de las piedras angulares es la investigación del pasado. Gordon tiene ciertas visiones de acontecimientos y personas que vivieron antaño en la mansión y a través de estas pieza es como se desarrolla buena parte de la historia, una que se mantiene interesante en casi todo momento, pero que queda lastrada por un apartado técnico que en algunas ocasiones no logra dar del todo vida a sus personajes.

En líneas generales, la recreación de la casa y sus múltiples habitaciones es de buena factura, así como la tenebrosa iluminación a la luz de las velas. King Art ha creado aquí un motor resultón para el juego, pero todo lo que tiene que ver con los personajes que la habitan deja bastante que desear, en su modelado (incluso el del propio protagonista) y sobre todo en unas animaciones bastante pobres tanto en las escenas cinemáticas como a la hora de interactuar con el propio David.

Misterio y secretos de una mansión escocesa


Tiene una fuerte inspiración en la literatura del romanticismo oscuro de Poe y el terror de Lovecraft

En resumen, esperábamos bastante más de Black Mirror. No nos importa tanto su conversión del clásico point-and-click a una aventura más moderna, lo entendemos perfectamente. Pero la ejecución aquí es bastante pobre, con muchos fallos que interrumpen constantemente la acción o, mejor dicho, la exploración. Se nota que es la primera incursión de KING Art a una nueva escala técnica, pues con su trabajo en otras obras de corte algo más clásico como The Book of Unwritten Tales o The Raven, ya nos habían demostrado que dominaban perfectamente el arte de hacer aventuras y contar historias.

Con The Black Mirror, sin embargo, sentimos que no se ha dado con la tecla, pues estas aventuras más modernas y, en principio, más accesibles, requieren de más trabajo técnico en cuanto a modelados, animaciones y puesta en escena. En muchos momentos, llegar a estos estándares ha terminado en detrimento de la fluidez, la exploración y los puzles. Su historia, sin embargo, se sigue con interés y algunos rompecabezas están muy logrados, aunque en otros momentos puede llegar a resultar algo forzada. Gracias a una ambientación también conseguida, para algunos puede ser suficiente.

Discreto

Sin sello
Misterio y secretos de una mansión escocesa

Black Mirror

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Black Mirror regresa con una reinterpretación de la clásica trilogía de aventuras gráficas, en esta ocasión con una historia completamente independiente, que puede jugarse sin haberlo hecho a los originales. Aunque sigue conteniendo buenos puzles y una buena ambientación, lamentablemente, numerosos fallos técnicos entorpecen mucho el flujo de la aventura y sobre todo la exploración, mientras que muchas acciones se han simplificado bastante, ofreciendo poco reto.

Comprar Black Mirror
  • Algunos rompecabezas, muy divertidos de descifrar
  • La ambientación y algunas partes de la historia están muy conseguidas
  • Problemas técnicos en el framerate y animaciones de los personajes
  • Fallos en la traducción, que desvirtúa y simplifica el guión original
  • Exploración del escenario tosca y algo lenta
  • Abundantes cargas entre escenarios
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 8-10 horas
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