La creación de Hajime Isayama reaparece en las consolas y PC de la presente generación (incluyendo a Switch) con una entrega bastante llamativa y llena de acción sin descuidar los elementos propios de las aventuras. Análisis de Attack on Titan 2.
Ha causado furor en todo el mundo y no sólo en Japón. Hablo de Attack on Titan, la excelsa creación de Hajime Isayama que, si por alguna razón no la habéis disfrutado ya, os animo a que la descubráis porque me parece impresionante. Hace ya un tiempo disfrutamos de la correspondiente conversión a sistemas de sobremesa en Attack on Titan: Wings of Freedom, y ahora llega el turno de disfrutar de una merecida segunda parte.
En Attack on Titan 2 disfrutamos de una trama que es narrada de manera muy acertada en plan retrospectivo a través del diario dejado por nuestro personaje. Una vez más debemos hacer frente a los titanes de turno (incluyendo al denominado Titán Colosal), es decir, a unos seres de un tamaño gigantesco que puede llegar a ser de varios metros de altura. Dichos seres han puesto en jaque a la humanidad y los pocos supervivientes se refugian en pequeños asentamientos delimitados por varios muros de contención (tres exactamente: Rose, María y Sina). Una situación que, lejos de mejorar, cada vez resulta más extrema dada la furia y el deseo de destrucción y sed de sangre demostrados por dichos titanes.
En esta ocasión debemos asumir el rol de un nuevo personaje al que podemos poner nombre y editar con todo lujo de detalles mediante el consabido editor. Un joven (chico o chica) que se alista en la misma unidad de reclutamiento al que van a parar los personajes tan conocidos de la serie como Eren, Mikasa, Armin o Mina: el pelotón de instrucción 104. Un grupo formado por soldados novatos (como nosotros, al menos de inicio) así como otros de mayor rango cuya misión consiste, en líneas generales, en limpiar la faz de la Tierra de los dichosos titanes. Un argumento que, conforme avanzamos, va ganando en interés y alcance, sobre todo cuando superamos las primeras tres o cuatro misiones.
Combates dinámicos y tácticos
Al igual que sucediera con la primera entrega, en Attack on Titan 2 estamos ante una propuesta muy atípica para tratarse de un juego de Omega Force. Olvidaos del concepto musou porque en este caso dicho esquema de juego no tiene hueco alguno. En su lugar, estamos ante una propuesta que combina diversos géneros, destacando la acción y los toques RPG sobre cualquier otra cosa.
El aspecto de los personajes es muy fiel a lo visto en la serie original de Hajime Isayama, y cuenta con buenas animaciones
Nuestra tarea primordial en el videojuego consiste, lógicamente, en acabar con los titanes mientras defendemos nuestro territorio. El sistema de combate funciona de manera muy similar a lo disfrutado en la pasada entrega de la saga, aunque se han efectuado ciertas modificaciones y se han añadido también algunas novedades. Utilizando el set de maniobras 3D, un equipo que nos permite explorar los fondos al más puro estilo Spiderman (pero empleando ganchos de agarre en lugar de telas de araña), lo primero que debemos hacer es desplazarnos ante la zona en la que se encuentran nuestros adversarios.
Una vez allí, debemos fijar la vista en un rival en concreto para, acto seguido y en función de su tamaño y características (existen titanes de varias clases diferentes), encontrar las zonas de su cuerpo que deseamos atacar: codos, rodillas… y nuca, su punto débil y la única forma de matarlos. Sin embargo y mientras que a los titanes más débiles es posible golpear directamente dicha zona mortal de sus cuerpos para acabar con ellos de un solo corte con nuestras cuchillas, en muchas ocasiones no todo resulta tan sencillo. La resistencia de ciertos tipos de adversarios es mucho mayor y, para hacerles daño, primero es fundamental atacar a sus puntos débiles (que son mostrados por un color verde), cansarles, etc.
Aquí precisamente entra en juego tanto nuestra habilidad como soldados como, también, la disposición táctica que deseemos llevar a cabo. Cada acción que efectuamos tiene una consecuencia lógica que debemos valorar y medir en cada caso. De esta forma, si sesgamos la pierna de un adversario, de manera temporal (los titanes pueden regenerar cualquier parte de su cuerpo) dicho gigante quedará bastante limitado en cuanto a su movilidad se refiere. Y si hacemos lo mismo con uno de sus brazos o, mejor, con los dos, quedará prácticamente indefenso ante nuestros ataques. Además de obtener estas ventajas estratégicas, muchas veces desmembrar a los titanes en A.O.T. 2 nos permite recopilar diversos materiales que, más tarde, pueden venirnos muy bien a la hora de mercadear (luego os hablaré de esto).
Sin embargo, esta estrategia de acabar con los rivales poco a poco tiene su inconveniente. Eso es, porque entre los recursos más preciados que poseen los protagonistas, el gas (fundamental para maniobrar y tomar impulso) y las cuchillas están en la parte más alta de la pirámide. Sin estos elementos es imposible hacer frente a los enemigos y cuanto más tiempo pasamos peleando, más se desgastan. Y si nos quedamos sin ellos (podemos llevar sólo unos pocos de cada uno de estos ítems), nos toca aprovisionarnos de nuevo, por lo que es necesario abandonar durante unos instantes la zona de batalla.En esta ocasión es posible dar bastante utilidad a ciertas ubicaciones de varias maneras diferentes, siendo una de ellas la creación de zonas de aprovisionamiento, fundamentales para la batalla y que debemos ubicar de manera estratégica. Pero también podemos edificar una amplia cantidad de pequeñas construcciones, incluyendo las siempre útiles torretas automáticas que nos permiten atacar o capturar a los adversarios cuando se aproximan a ellas.
¿Os parece poco todo esto? Pues a esta faceta relacionada con los enfrentamientos se une la posibilidad de, por una parte, tener la facultad de realizar ataques por sorpresa, una novedad en este Attack on Titans 2 que añade bastante gracia al asunto, siendo necesario buscar una posición estratégica para atacar a los adversarios por la espalda. Y por otro lado en mitad de las batallas también tenemos la opción de poder dar indicaciones a nuestros aliados con la cruceta digital, pudiendo llevar a cuatro de ellos junto a nosotros, tarea (la de reclutar a compañeros de batalla) que en muchas ocasiones es necesario realizar durante el desarrollo de cada misión. Por todo esto, más lo dinámicos e intensos que resultan los combates en sí, esta vertiente del videojuego de Omega Force y Tecmo Koei me parece que ha sido bien implementada, y sirve como pilar fundamental sobre el que descansa Attack on Titans 2.
Vida más allá de las batallas
Otra de las partes más importantes del juego tiene lugar cuando no estamos combatiendo, momentos que se alternan con dicha faceta jugable y que tienen lugar en diversas zonas del interior de los muros. ¿Y qué podemos hacer cuando no peleamos? Pues diversas acciones y tareas, como por ejemplo comprar, vender y crear nuevos objetos, así como mejorar alguna de nuestras armas. El dinero y los recursos que vamos obteniendo nos permiten ir equipándonos con armas y complementos cada vez más resistentes y eficaces, siendo casi obligatorio hacerlo para conseguir acabar con éxito las misiones más duras en las que nos enfrentamos a varios titanes poderosos.
También podemos aprovechar para decidir qué nuevas habilidades y aptitudes aplicamos a nuestro personaje, ya que a medida que aumenta su nivel de habilidad puede alojar una mayor cantidad de dichas mejoras (mayor agilidad o fuerza, ser capaz de usar las cuchillas con mayor eficacia, etc.). Y tampoco debemos descuidar las relaciones establecidas con nuestros compañeros, conversaciones que podemos seguir perfectamente gracias a la traducción de los textos a nuestro idioma y en las que debemos escoger la respuesta más apropiada para fortalecer dichas relaciones. Y si lo hacemos bien, ganaremos nuevas habilidades y, por supuesto, su ayuda será más eficaz durante los combates.
La acción y los toques RPG destacan en su fórmula de juego
Como veis en este análisis, en AOT 2 estamos ante una aventura bastante variada y que, además, resulta poco convencional en su disposición debido a lo curioso que resultan los enfrentamientos, muy atípicos en relación a los vividos en la inmensa mayoría del resto de títulos de semejante naturaleza. Es cierto que su desarrollo también presenta algunas carencias, como por ejemplo lo poco originales e insustanciales que resultan ciertas misiones en concreto (sobre todo las primeras) o, también, lo "pesadotes" que pueden acabar siendo algunos combates cuando se prolongan más de la cuenta. Pero por lo demás se trata de una aventura muy notable que, lejos de ser un mero fan service, goza de la suficiente calidad y entidad como para atraer a muchos usuarios y no sólo a los seguidores de la serie original de Hajime Isayama.
Además es un juego que es posible disfrutar tanto en solitario como, también, en compañía de otros jugadores gracias a la inclusión de modos de juego adicionales. Eso es, porque el título nos invita a jugar en cooperativo junto a otro jugador toda la historia al completo o, también y como ya sucedió en la primera entrega, adentrarnos en misiones específicas para cuatro jugadores simultáneos. A esto se suma el nuevo modo competitivo para ocho jugadores, donde dos equipos de cuatro jugadores cada uno deben dar caza a los titanes de turno para tratar de obtener la mayor puntuación conjunta. Una opción que si bien sólo podemos disfrutar online en el resto de versiones, en Nintendo Switch sí que ofrece modo de juego local con ocho consolas conectadas. Unas opciones multijugador que, según los desarrolladores, irán creciendo paulatinamente después del lanzamiento del juego ya que irán añadiéndose nuevas modalidades.
Esta vertiente jugable tan interesante ha sido acompañada por un trabajo técnico y sonoro bastante notable. En cuanto a su vertiente gráfica, el juego muestra una solidez más que aceptable en general, con una tasa de frames estable en su mayoría. El aspecto de los personajes es muy fiel a lo visto en la serie original y sus animaciones me han parecido muy buenas, así como las que tienen que ver con los titanes. Los escenarios tampoco muestran un mal acabado ni mucho menos, pero en ellos se aprecia cierto popping y la presencia de texturas irregulares. La faceta sonora destaca por su sensacional doblaje en japonés (reitero, con subtítulos en español), trabajo bien secundado por una apropiada banda sonora y efectos tan variados como contundentes.
Omega Force ha creado una segunda entrega muy notable de Attack on Titan, una aventura que muestra un desarrollo que se aleja totalmente de la especialidad de dicho estudio, los musou, para albergar una jugabilidad muy diversa aunque bastante centrada en la acción. Un título que lejos de desaprovechar la licencia en la que se basa, ofrece un buen cúmulo de posibilidades tanto para disfrutar en solitario como en compañía. Un juego bastante completo y bien realizado.
Comprar A.O.T. 2- Excelente trama, narrada en un plan retrospectivo muy bien interpretado
- Numerosas y notables incorporaciones jugables
- Gran fidelidad con la serie original
- Los modos multijugador aumentan las posibilidades de juego
- Algunas misiones se hacen algo insulsas
- Recicla bastantes elementos de su anterior entrega
- Las batallas pueden resultar algo predecibles al cabo de las horas
