Los nostálgicos de los vetustos juegos de acción en dos dimensiones también tienen su sitio en la nueva generación de videoconsolas, y así lo demuestra Omega Five. Con uno de los mejores apartados gráficos del servicio Arcade de Xbox Live y con una jugabilidad endiablada, este shooter de scroll es un notable esfuerzo que bien vale 800 Microsoft Points.
Bebiendo directamente de los brutales shooters de finales de los 80 y principios de los 90 llega Omega Five, un excelente juego con el scroll horizontal y vertical como principal referencia y con clasicazos de la talla de Gradius o Time Pilot en el punto de mira.
Omega Five es corto, intenso, rejugable, difícil y apasionante; y a la vez el que es probablemente el juego más bello y trabajado en lo visual que se puede admirar en estos momentos en el servicio Arcade de Xbox Live.
…A la Antigua Usanza
Omega Five no nos hará perder mucho tiempo descubriendo su argumento, básicamente porque no tiene historia alguna. El modo individual “arcade” comienza con la elección de un personaje para acto seguido, y sin mayores explicaciones, ponernos directamente a matar todo lo que se mueva.
En principio contaremos con dos personajes, masculino y femenino –Ruby y Tempest-, con dos estilos de juego muy diferentes y que merecen la pena ser jugados. Para los neófitos quizá sea conveniente comenzar por Ruby, la chica, por su gran movilidad y sus armas láser; el hombre, por el contrario, es de desplazamiento más pesado y sus armas son a menudo de corto alcance aunque de gran poder de destrucción.
Al superar las campañas con ambos personajes accederemos a dos nuevos, R.A.D. y Sensei, de características diferentes e igualmente dignos de recibir una oportunidad.
Omega Five es un juego realmente corto, lo que lo emparenta con los títulos clásicos a los que homenajea. Tan sólo cuenta con cuatro niveles, aunque los aficionados al género serán conscientes de que parte del placer de disfrutar de un programa de estas características es el repetir una y otra vez las fases hasta “clavarlas”, memorizando donde están los enemigos, cuando es conveniente lanzar las magias y las mejores estrategias para abatir a los gigantescos jefes de cada nivel.
El modo arcade ronda los cuarenta minutos, no obstante el apartado rejugable está tremendamente cuidado con la posibilidad de desbloquear los ya citados personajes extra, de desbloquear el modo “desafío” e incluso liberar otros modos de juego como el “retro mode” que nos permitirá viajar en el tiempo y disfrazar visualmente el juego de un título de la era Mega Drive y Super Nintendo a la que el título, en términos jugables, perfectamente podría haber pertenecido.
La duración, asimismo, se dilatará de forma inversamente proporcional a nuestra experiencia en el género. De este modo los comienzos serán difíciles, factor que se une al hecho de que no contamos con vidas y tan sólo con tres “continues” para pasar del tirón los cuatro niveles del programa. No obstante según vayamos avanzando y adquiriendo una cierta pericia la curva de aprendizaje se tornará más gradual, desbloqueando “continues” por los minutos que pasemos con el juego. Una hora cinco créditos, tres horas ocho créditos, y con trescientos minutos créditos infinitos.
Guerra en los Cielos
Cada personaje de Omega Five cuenta con tres armas, y cada una de ellas puede aumentar hasta dos niveles. Puede que suene algo escaso pero lo cierto es que el equilibrio entre ellas es máximo y cada una tiene un corte totalmente diferente, a excepción de R.A.D. muy similar a la joven. El conjunto resulta una experiencia realmente agradecida.
Omega Five cuenta con cooperativo multijugador en la misma videoconsola, siendo imposible hacerlo a través de Xbox Live. Esto, de nuevo, es un factor que multiplica la diversión y la vida jugable del título, lamentablemente echamos de menos la posibilidad de hacerlo a través de Internet, lo que le hubiera hecho ganar más puntos todavía.
Por otro lado, y entrando a valorar lo visual, el juego es un nuevo ejemplo de la potencia gráfica de la que dan de si los 80 megas a los que están limitados los títulos de Xbox Live Arcade, y presenta el que es sin lugar a dudas el apartado de imagen más brillante de cuantos lanzamiento se ofrecen en el servicio de Microsoft.
Con la pantalla repleta de efectos, de enemigos en constante movimiento y con un muy acertado sentido del fondo tridimensional -a través del cual en ocasiones se incorporan nuevos rivales- el programa es una espectacular danza de explosiones, fuego y disparos, que no sufre bajones en la tasa de imágenes por segundo en ningún momento a pesar de la cantidad de elementos en pantalla.
El diseño de los niveles sólo puede calificarse de excelente, quedando como un gran ejemplo de variedad y recursos a pesar de la limitación bidimensional del programa. Especial mención merece el desarrollo de la tercera fase que adopta una estructura que rompe totalmente con las de los demás y que no desvelaremos para no estropear el factor sorpresa.
El sonoro es otro aspecto notable, y es que la música acompaña a la perfección nuestras andanzas en el aire. El lanzamiento, además, cuenta con unas voces en inglés marcadas por un descacharrante acento oriental.
Omega Five es un nuevo y sonado ejemplo de lo que los shooters de scroll pueden aportar todavía valiéndose de las capacidades de las consolas Next-Gen. Dotado de unos gráficos espectaculares y con una jugabilidad vertiginosa y difícil, se erige como un imprescindible para los aficionados del género. Lamentablemente el único punto negativo del juego es su corta duración que, sin embargo, se compensa sobradamente con las virtudes rejugables del lanzamiento.
