Nos despertamos en un extraño hotel habitado por unos misteriosos robots autómatas, mientras una voz nos guía por diferentes salas llenas de puzles. ¿Quieres saber más? Te contamos todos sus detalles en nuestro análisis de The Spectrum Retreat.
No conocía a Dan Smith, que destacó como una joven promesa en los BAFTA de 2016 gracias a un juego experimental de puzles llamado Spectrum, del cual nace este The Spectrum Retreat. Pero puedo entender el por qué de ese reconocimiento, pues el juego que tenemos entre manos logra trasladar el clásico rompecabezas por colores a una nueva dimensión. De ese experimento primerizo que fue Spectrum hasta el videojuego completo se han añadido nuevos elementos para dar algo más cohesión, y así es como terminamos en el extraño hotel Penrose, recibido por unos aún más extraños robots que nos empiezan a indicar que algo no termina de encajar en este lugar.
Tampoco es que haya tardado mucho en averiguarlo, porque es fácil descubrir rápidamente la estructura de The Spectrum Retreat, una vez te das cuenta de que cada piso de su ascensor te lleva a un nuevo nivel de puzles en los que cambian algunas mecánicas, mientras que la parte del hotel es un mero walking simulator que sirve para hacer avanzar la historia y que no requiere de mucho mayor esfuerzo que prestar atención al entorno (si no me crees, echa un vistazo a nuestro directo).
Son buenas premisas para un videojuego, aunque quizá en pleno 2018 ya no terminan de impresionarme tanto como lo podían hacer unos cuantos años, pues ya hemos visto propuestas similares tanto por su faceta narrativa como por la de puzles y que han cosechado buenos resultados, con obras como The Talos Principle o el propio Portal. Los rompecabezas están bien conseguidos. Puede costarte algo algo más de la cuenta entrar en su dinámica de colores, con puertas y puentes que se abren y cierran según el color que tengamos en nuestro dispositivo, pero una vez que "cambias el chip" el resto de puzles son relativamente sencillos a poco que te ubiques y logres entender el objetivo final de cada nivel.
El color del cristal con que se mira
Pese a que la dificultad está bastante bien nivelada, sí que he notado ciertas carencias y frustraciones que se producen por los callejones sin salida. Hay algunas situaciones que, por haber llegado con el color incorrecto o haberlo perdido en ciertos cubos que resetean el color, te obligan a reiniciar el puzle. En algunos niveles no hay mucho problema, pero en otros puede llegar a frustrar más que nada por la necesidad de repetir de nuevo todos los patrones. Y la velocidad de nuestro protagonista no ayuda a aliviar esta repetición.
Tampoco lo hace en los niveles que ocurren en el propio hotel, donde se desarrolla más la historia. Durante los puzles podemos encontrar ciertos fragmentos de nuestra memoria que sirven para intentar mantener el interés, pero lo cierto es que The Spectrum Retreat hace estragos para mantener el interés, pues más que sugerir, cuenta su historia a golpe de pieza de información que a menudo llega a revelar más de lo que quisiera. Pese a sus dos finales disponibles, no me ha sido difícil descubrir hacia dónde apuntaba esta historia que, sin revelar nada, nace de problemas actuales que tienen algunas sociedades modernas (sobre todo americanas) y mezclado todo con un concepto de ciencia-ficción virtual bastante clásico.
Es una fusión de walking simulator y juego de puzles bastante atractiva
El resultado, en definitiva, son cuatro o cinco horas de resolución de puzles ingeniosos, pero que tampoco intentan salirse demasiado de su estructura primigenia. En cierto nivel se añade algún que otro color más a la ecuación, por ejemplo, o en cierto piso la habilidad de teletransportarse mediante un color concreto, pero todo sigue la misma pauta. No es que se haga repetitivo hasta el tedio, pues la duración del juego es la correcta, pero quizá sí podía haber dado algo más de sí.
The Spectrum Retreat es un juego con una producción humilde, por lo que no es de esperar un apartado visual muy llamativo. De hecho, la reutilización de materiales es bastante notoria. El hotel está recreado con un estilo art-decó algo más interesante que las salas de puzle, mucho más anodinas, pero aun así no llega a despegar en ningún momento. A medida que vamos avanzando en la aventura, incluso, se producen algunos efectos no muy conseguidos que en algunos momentos pueden incluso parecer pequeños bugs visuales.
The Spectrum Retreat es un interesante juego de puzles que marca el inicio de la carrera de Dan Smith y que con más experiencia estamos seguros de que podrá conseguir grandes cosas. Mientras tanto, su primera obra resulta notoria, con puzles atractivos e ingeniosos aunque con algún aspecto a pulir y profundizar. Lo mismo ocurre con su historia, cuya fórmula no resulta tan llamativa, quizá por repetición de la pauta o porque su estructura la divide en demasía. Por su precio de lanzamiento, es una propuesta que deja satisfecho, pero de la que se puede esperar mucho más.
Dan Smith comienza su carrera con este The Spectrum Retreat en una fusión de walking simulator y juego de puzles bastante atractiva, pero que aún puede dar mucho más de sí. Faltan por pulir algunos detalles así como dotar de más profundidad y carga narrativa a sus rompecabezas y la historia que nos pretende contar, pero se trata de una propuesta más que correcta, perfecta para los aficionados a pensar, antes de actuar.
- Los puzles y su mecánica son atractivos y originales.
- La ambientación te mantiene interesado, sobre todo al principio de la aventura.
- Necesita profundizar más tanto en su historia como en los propios puzles.
- Algunos callejones sin salida de los rompecabezas pueden llegar a frustrar.
