Dragon Ball Fighter Z, un sueño hecho realidad para cualquier amante de la lucha y Dragon Ball. ¿Podríamos decir lo mismo a la inversa? Mejor reservamos el debate de Budokai Tenkaichi para otro día. Es inaudito que Goku no sea el principal reclamo para comprar un videojuego de Dragon Ball. En nuestro análisis veremos que los personajes de Toriyama, con Arc System Works, son secundarios: en Nintendo Switch también manda la pelea.
Muchos somos los seguidores de Dragon Ball fantaseábamos con jugar, algún día, a un videojuego como el presente. No es casualidad que al final haya sido Arc System Works, creadores de Guilty Gear o BlazBlue, los que han terminado haciendo realidad el producto: todos recuerdan el pasable Dragon Ball Z: Extreme Butoden, pero no muchos reparan en que el excelente SuperSonic Warriors, de Game Boy Advance y secuela en Nintendo DS, fueron de su autoría. Pocas obras han comprendido en clave 2D el espíritu de la obra de Akira Toriyama, y Dragon Ball FighterZ, ofreciendo una jugabilidad totalmente diferente al cartucho de la portátil de Nintendo, demuestra que los citados ejercicios no fueron casualidad.
En muchas de las decisiones tomadas por la desarrolladora japonesa se muestra su gran sabiduría y veteranía en el género. Que los poderes reales del anime no importen en pos de celebrar un gran torneo de ensueño entre los personajes de Dragon Ball Z y Dragon Ball Super es la primera gran decisión del equipo; equiparar las mecánicas de una producción como Marvel VS. Capcom 3 sin caer en algunos de los errores en los que el videojuego de Capcom si cayó, también. No han sido muy inteligentes a la hora de anunciar su campaña de reservas y Pase de Temporada, pero parece que el modelo a seguir en los juegos de lucha ya va a ser el que lucen empresas como Bandai Namco, Capcom o Netherrealm. En manos del usuario está no caer en dichas prácticas o aceptarlas mansamente.
En realidad, el contenido extra no importa demasiado: Dragon Ball FighterZ, con sus modos de juego para un jugador, sus 24 luchadores (más tres desbloqueables) y su online a prueba de bombas, ya es un título suficientemente completo para enganchar a veteranos y noveles de la lucha, que sabrán encontrar entre sus personajes un equipo de tres que se acomode a sus posibilidades a los mandos de un arcade stick. Creo que la clave de la producción, de hecho, está en un equilibrio genial que servirá a usuarios no muy habituales del género a hacer cosas interesantes y a los expertos poder indagar en busca de sinergias entre los distintos protagonistas seleccionados por Arc System Works.
Dragon Ball FighterZ marca la diferencia en lo jugable, a todas luces
La buena suerte de los usuarios de Nintendo Switch está en que no tendrán que esperar como sí hicieron los de Xbox One, PS4 y PC, y ya pueden disfrutar de los ocho personajes descargables lanzados en el juego. Los elegidos, finalmente, han sido Broly, Bardock, Cooler, A17, Zamasu fusionado, Vegetto Blue, Son Goku base y Vegeta base. Sin embargo, nuestro primer paso en el título estará en la historia, probablemente, uno de los apartados más decepcionantes del producto y por el que vale la pena comenzar antes de meterse en materia con las mecánicas y todo su asombroso apartado técnico y sonoro.
Entrenando en la sala de gravedad
Ya os hice partícipe de mi decepción con el modo historia de Dragon Ball Fighter Z en nuestro análisis: afirmaba que la campaña no ha estado a la altura de lo esperado y lo reitero tras seguir jugando la segunda vuelta. Situada, hipotéticamente, tras los acontecimientos de La Resurrección de Freezer (aunque con la línea temporal dispersa de todas las películas de Dragon Ball Z), nos cuenta la historia de una Red Ribbon renacida que ha resucitado a los villanos de épocas pasadas de los Guerreros Z, incluyendo a Freezer, Cell, Nappa o el Capitán Ginyu. No acaba ahí el misterio: clones de amigos y rivales han aparecido por todo el planeta, poniendo en peligro el planeta. ¿Dónde están nuestros héroes? Desmayados por circunstancias desconocidas.
Parece que una fuerza superior está agotando los poderes de nuestros amigos, y la única forma de luchar contra la nueva amenaza pasa por enlazar sus cuerpos con las almas de los jugadores de Dragon Ball Fighter Z. Sí, como lo oyes: tú eres el protagonista de la aventura, y los héroes y enemigos se dirigirán a ti como un nuevo aliado de la trama. Estar dentro de los personajes nos permitirá adentrarnos en sus pensamientos y conocer algunos secretos nunca desvelados en el manga o el anime. Raro, ¿verdad? Creo que Arc System Works y Bandai han patinado con la presente decisión, y que junto al extravagante contexto de la historia se le haya sumado un modo de juego de tablero, no ayuda.
Distintos objetivos se sitúan en un mapa y debemos acceder a ellos en una serie determinada de turnos. Obtendremos ayudas que nos permitirán disfrutar de bonificaciones de ataque, defensa, energía, monedas o experiencia, pero la realidad es que no nos harán demasiada falta, porque la campaña es surrealistamente fácil. Una vez acabados los tres arcos del modo, podremos disfrutar de un nuevo nivel de dificultad que complicará la tarea y nos ayudará a sumar nuevos niveles (lo que nos permite subir nuestro enlace con los héroes y, por tanto, acceder a nuevos secretos de los protagonistas), pero ni es divertido lo que se juega ni es interesante lo que se cuenta. El regreso de la Red Ribbon ha sido decepcionante.
La principal novedad con respecto al resto de versiones está en la posibilidad de jugar hasta seis jugadores en local
Es una trama simple, aburrida y poco imaginativa, digna de los peores arcos de GT, Super o las más flojas películas. Y es una pena cuando tienes una creación como Androide 21 y el regreso de un protagonista querido como Androide 16, pero no parece que nadie en la editora haya sabido explicar algo interesante con ellos. La cuestión acaba siendo fácil de resumir: si Bandai Namco o Arc System Works cree que voy a alcanzar el nivel 60 de cada héroe para ver lo que tienen que contarme los múltiples personajes de Masako Nozawa (Son Goku, Son Gohan o Gotenks) como jugador o fan de la serie, no lo han logrado. En cambio, el modo arcade, sí ofrece un desafío interesante que, si acaba con éxito en nivel difícil, nos permite desbloquear a Vegeta y Goku SSB.
¿Importa mucho que el contenido para un jugador haya quedado en algo decepcionante? A mí no: creo que para algunos usuarios podría ser hasta disfrutable su segunda vuelta, en la que el reto aumenta y nos permite acceder a nuevas recompensas, pero creo que el músculo del juego en solitario reside en el arcade y en el entrenamiento. Los desafíos de combo están bien, nos ayudan a inspirarnos en nuevas mecánicas para nuestros héroes, pero sí creo que se podría haber aprovechado para enseñar la que, para mí, es la base de Dragon Ball FighterZ: la sinergia entre protagonistas.
Triunfando en el Gran Torneo de Artes Marciales
Dragon Ball FighterZ marca la diferencia en lo jugable, a todas luces. Invita al usuario a crear un equipo de tres luchadores y lo lleva a enfrentarse contra otros tres. Son cuatro botones de ataque, tres físicos y uno especial, y como decíamos, la inspiración en Marvel VS. Capcom 3 es más que obvia, y para bien. La forma de ejecutar los combos y potenciar la sinergia entre las habilidades asistentes de los distintos personajes, es lo que acaba definiendo al título. Hasta el punto en el que no resulta exagerado decir que un protagonista con mala asistencia podría ser candidato a quedarse fuera de los equipos más competitivos… o quedar relegado a jugar siempre en primera posición.
Podremos cambiar entre los distintos héroes de la escuadra para acomodar nuestra estrategia. Por supuesto, también podemos invocar a los luchadores para ejecutar ataques que potencien el daño que ocasionamos, pero la clave está en las asistencias: los mejores jugadores de Dragon Ball FighterZ serán los que consigan encontrar una estrategia que les permita sacar partido a las asistencias de sus compañeros de equipo y las propias habilidades del que lucha. Al acabar con uno de los enemigos el combate se reinicia con el nuevo miembro que entra; podremos potenciarnos en cualquier momento del encuentro presionando los cuatro botones de ataque y obtener un Sparking Blast, que potenciará nuestras habilidades durante tiempo limitado.
Dragon Ball Fighter Z luce de maravilla en Nintendo Switch
Uno de los temas polémicos de las primeras semanas del juego en PS4, Xbox One y PC estuvo en los variados autocombos que atesora el juego. Arc System Works, viejo zorro del género, no era la primera vez que tonteaba con la opción: ya estuvieron presentes en Persona 4 Arena y han estado representados de forma similar en Guilty Gear Xrd y su Stylish Mode o la saga BlazBlue. ¿Importó algo entonces en los títulos nombrados? Para nada, y tampoco han importado en Dragon Ball FighterZ. Sí ayudará a algunos jugadores a disfrutar de la producción, pero se verán obligados a evolucionar su estrategia si desean mejorar en su práctica y alcanzar nuevas cotas, algo que entenderán por sí mismos según se adentren en sus mecánicas.
La principal novedad con respecto al resto de versiones está en la posibilidad de jugar hasta seis jugadores en local, ya sea con el modo tableta o con el dock. Uno contra uno, dos contra dos o tres contra tres: todo vale en la versión para Switch de DBFZ. ¿No eres un jugador muy hábil? No hay problema: también se ha estrenado una modalidad de control fácil con el que comenzar a jugar al software y aprender alguna de las bases del videojuego.
El más fuerte del mundo
Ya nada de lo que os diga del apartado gráfico de Dragon Ball FighterZ os sorprenderá, ¿verdad? Pues os equivocáis: todo lo genial que se ve en las batallas se ve mal en las cinemáticas del modo historia. Torpes animaciones, ninguna escena que vaya más allá de conversaciones entre los protagonistas y una falta de escenarios alarmantes añaden otro punto negativo a la ya de por sí decepcionante campaña. En cuanto a las peleas… solo encuentro halagos para definir su visualización. La captura de los momentos más míticos de la serie o las reinterpretaciones de escenas desarrolladas por Arc System Works son un acierto tras otro. La de Bills y Son Goku, por ejemplo, me parece mejor que la de la propia Dragon Ball Super.
Las increíbles animaciones en los ataques de tres barras o los propios ataques son un espectáculo. Se han transportado los personajes de la serie a un videojuego mejor que nunca, pero las explosiones o los desenlaces especiales no hacen más que añadir una nueva capa de espectacularidad técnica y gráfica al título de lucha. Dragon Ball Fighter Z luce de maravilla en Nintendo Switch, aunque no es capaz de disimular su resolución dinámica, sufre de cargas algo largas y algunos bajones en el ratio de imágenes por segundo cuando la acción durante la batalla es intensa. En cuanto al sonido, la interpretación japonesa es soberbia, contando con conversaciones especiales según los rivales que se enfrentan en cada batalla. Podemos escuchar a los protagonistas del software en su idioma original o en inglés.
La banda sonora no está nada mal: es evidente que echamos mucho de menos a Kenji Yamamoto (que puso la música a la serie original, la primera versión de Kai y a videojuegos de la categoría de la saga Butoden, Dragon Ball: Final Bout o algunos RPG de la franquicia en Super Nintendo) y creo que no está a la altura de los temas de Guilty Gear o BlazBlue, pero es una más que pasable colección de melodías con algunas piezas destacables. Es una pena que Bandai Namco haya decidido añadir temazos históricos de Hironobu Kageyama mediante descarga en la edición coleccionista, pero ya sabéis que la mejor forma de manifestar vuestra disconformidad es no comprando el contenido descargable. Bajáis la música desde las opciones de la obra y os ponéis vuestro disco favorito. Solucionado.
Podría haber redondeado la experiencia con una campaña a la altura, pero Dragon Ball FighterZ, en todo caso, es un producto excelente en lo que debía serlo. Resulta ilusionante, de hecho, y conociendo la trayectoria de Arc System Works al dedillo, que la propuesta tiene un futuro emocionante una vez confirmado su éxito en todas las plataformas en las que se ha estrenado: las actualizaciones de Guilty Gear no hacen más que revolucionar la marca para bien, aportando nuevas mecánicas y posibilidades a títulos que parecen, en lo jugable, inmejorables. Si es el futuro que le espera a la nueva marca de Goku, (y si son capaces de seguir un modelo de negocio similar al de Guilty Gear Xrd: Rev 2) estaremos de suerte. Que FighterZ sea el mejor videojuego de lucha jamás realizado de Dragon Ball es lo de menos; lo importante es que FighterZ es un grandísimo juego de lucha.
Las expectativas eran altas, pero Dragon Ball FighterZ ha terminado cumpliendo los deseos de los jugadores como si del mismísimo Shenron se tratase. Hacía años que no veíamos a los personajes de Toriyama protagonizar un juego de esta categoría con bases sólidas en lo jugable, apto para todos jugadores noveles y avanzados en el género junto a un acabado técnico digno de los momentos mejor animados de la obra. Aunque no ha cumplido en la campaña o su historia, no empaña el excelso trabajo jugable de Arc System Works en el que es, sin duda, uno de los juegos de lucha del año. Llevarlo a Switch sin perder ni una de sus bondades jugables confirma el gran trabajo de Bandai Namco con el port.
- Puro Dragon Ball en lo jugable y lo técnico
- Nunca se había transportado con tanta fidelidad a un juego la obra de Toriyama
- Un título fácilmente disfrutable por todos los públicos
- Completa ofertas de modo para uno y varios jugadores
- La campaña no ha terminado estando a la altura de lo esperado
- Las animaciones de los personajes durante el modo historia deslucen lo visual
- Poca gratificación en el arcade una vez desbloqueados a los personajes secretos
- Cargas largas y algunos bajones en el FPS en momentos movidos
