Dirt Rally enamoró a muchos construyéndose poco a poco mediante Acceso Anticipado, hasta convertirse en todo un referente para esta disciplina de la conducción. Ahora es el turno de Dirt Rally 2.0 de recoger toda la experiencia acumulada y llevarnos a nuevas pruebas a lo largo de seis rallies distintos y ocho pruebas RallyCross. Te contamos el resultado final en el análisis de Dirt Rally 2.0.
Creo que nunca voy a olvidar el rally de Grecia en el primer Dirt Rally. En particular una de las etapas rápidas. Koryfi Dafni se llamaba. Una serpenteante montaña de grava pesada que encadenaba horquillas mientras asciendes por la pendiente, con el peligro de salir volando al primer error. Creo que Dirt Rally nos encandiló a muchos en estos primeros momentos, con las divisiones clásicas, montados en un Lancia Fulvia mientras despertábamos de un estupor en el que nos habían acomodado algunos juegos del género.
Estoy de acuerdo en que no todo en ese primer Dirt Rally era perfecto, sobre todo en todo lo que tenía que ver con los pesos de los vehículos y las colisiones. Si te mantenías siempre en el camino, todo era perfecto. Si no, empezaban los errores. Incluso la tendencia al derrape o al sobreviraje de hasta los coches menos propensos a ello, que lo podían alejar de las técnicas más realistas. Pero qué divertido era, sobre todo en grava. La concatenación de sus físicas de ruedas, ese traqueteo constante y un sonido con el que notabas hasta las piedrecillas saltando y salpicando contra el guardabarros... Son momentos inolvidables. El 2.0 de Dirt Rally 2.0 indica casi una actualización de la experiencia, como si, más allá de una segunda parte, esto fuera una versión actualizada. Y aquí es donde las cosas dejan de estar escritas en piedra, o en grava, porque si bien Dirt Rally 2.0 es un heredero con todas las de la ley de esa experiencia que he descrito al principio, no todo su contenido ni su pilotaje se siente como una mejora. Sí mucho, pero no todo.
Es accesible y divertido, proponiendo retos que se van alternando en tiempo real
Para entender Dirt Rally 2.0, hay que hacer una parada en Dirt 4, esa entrega que dividió un poco la comunidad. Que arreglaba ciertos aspectos de Rally, pero quitaba el carácter a otros y que se debatía intensamente por intentar satisfacer a todo un espectro de jugadores, desde los más noveles a los más asiduos, que es simplemente imposible. Veo a Dirt Rally 2.0 una mezcla entre los dos mundos. No deshecha lo construido en Dirt 4, pero no se contenta con lo que hizo el primer juego. El resultado es una muy buena experiencia de conducción, que puede llegar a perfeccionarse bastante si le dedicas tiempo suficiente a la configuración del coche para encontrar ese punto adecuado que buscas en un Dirt.
En mi caso, así ha sido, y he conseguido sacar una buena experiencia del reglaje de vehículos, sobre todo en categorías clásicas y vehículos de tracción delantera, con los que en un principio no terminaba de sentirme del todo cómodo. A este se le suma la posibilidad de elegir el tipo de neumático, entre blando, medio, duro o mojado, logrando una mejor respuesta de la goma blanda, pero corriendo más riesgo de pinchazo. De la grava pesada, mi superficie favorita, quizá no he conseguido la misma experiencia que me enamoró en el primer Dirt Rally con Grecia, pero no puedo quitarle mérito a algunos grandes momentos como el escarpado Rally de Argentina y sus paredes de letales y gigantescas rocas. De igual forma, el peso de los vehículos se siente muy mejorado, por lo que todos esas ocasiones en las que tu conducción no es perfecta se sienten más orgánicos, así como algunas colisiones o saltos. Ni que decir tiene que la lista de vehículos se ha ampliado hasta un número ahora decente de 50 coches a nuestra disposición y con una buena sensación de conducción en todos ellos.
Cambio de marcha en Dirt Rally 2.0
Hay que soltar una enternecedora sonrisa al recordar que mucha de la esencia de Dirt Rally era de juego en Acceso Anticipado. Lo notabas en esos toscos y simplistas menús. Aquí todo está mucho más embellecido y es propio de los tiempos que corren, pero en su interior, curiosamente, Dirt Rally 2.0 tiene también sus propias limitaciones. Seis ralis no son muchos más que los que ofrecía el primer juego, aun con muchas etapas que recorrer: Argentina, Nueva Zelanda, Australia, Polonia, España y Estados Unidos son los países elegidos para la ocasión, mientras que en el RallyCross encontramos ocho circuitos oficiales.
Esto es una preferencia muy personal, pero no habría tenido mucho problema (y creo que buena parte de la comunidad tampoco) en que se hubiese dedicado menos trabajo a la parte de RallyCross, por mucha licencia que tenga, en favor de más ralis. Aunque muchos de ellos fueran esas versiones remozadas que vamos a ver en los futuros DLCs del juego. Principalmente porque se echa en falta una superficie tan desafiante y carismática como es la nieve con el Rally de Suecia, mientras que algunas de las aquí propuestas pueden parecerse en demasía. Haber aprovechado la oportunidad para ser un verdadero 2.0, incluyendo todo el contenido del primer juego, habría sido un buen punto de partida. Y luego ya añades todo el contenido descargable que quieras, en forma de nuevos trazados que no hayamos visto en la saga Dirt Rally. Sin embargo, no se puede desestimar tan rápido lo que sí está incluido, porque cada uno de estos rallys es un verdadero reto en sí mismo, con un buen puñado de etapas que costará dominar a la perfección y en el que la nueva climatología dinámica y los trazados de los coches que han competido antes que nosotros tienen mucho que decir. Gracias a este tipo de elementos a tener en cuenta, al que se le añade el riesgo al pinchazo según el tipo de rueda, se tiene más sensación de peligro, por si las escarpadas etapas de algunos de estos ralis no fuera suficiente.
Lo que sí es nuevo es el modo Mi Equipo, que además sólo está disponible en modo Online. La sensación que he tenido con este nuevo modo es el de ser un punto de partida más sencillo para iniciarse. Está lleno de esa necesidad de "progresar", que parece que deben tener ahora todos los juegos, casi como si fuera un RPG. Es decir, competir para conseguir créditos con los que no solo comprar nuevos coches, sino mejorar el motor y los diferentes componentes del vehículo, así como a tu propio equipo, que "sube de nivel" y permite acelerar los tiempos de recuperación del coche en pista, de cambio de neumático o en las reparaciones. Es accesible y divertido, proponiendo retos que se van alternando en tiempo real y que permite, mediante menos penalizaciones y esa sensación de progresión, atraerte a la parte más competitiva del juego.
Técnicamente, se ha querido dar un buen lavado de cara al motor EVO de Codemasters, pero este lleva acusando el desgaste bastante tiempo. La versión de PC sale muy beneficiada ofreciendo un buen nivel de detalle, pero en consola se ha tenido que sacrificar mucha calidad de imagen para poder mantener estables los sesenta frames por segundo, dando una sensación muy borrosa, incluso en la versión de PlayStation 4 Pro, donde hemos hecho nuestras pruebas. En consolas, sus predecesores lucían con menos detalle, pero al menos sí mantenían esa nitidez que aquí se echa en falta. Además, el juego llega en su lanzamiento sin soporte para Realidad Virtual, que fue uno de los grandes alicientes que se implementó más adelante en el primer juego y que también llegó en PlayStation 4, pero dado el feedback recibido por los usuarios, ya se ha confirmado para verano la compatibilidad con Oculus Rift, al menos por el momento.
No sabría si llamar a Dirt Rally 2.0 una evolución de la primera entrega. Más bien lo veo como dos juegos complementarios. Si le has echado una cantidad de horas indecente al primero, querrás exprimir este también, pero para una persona que se acerque ahora a la franquicia, puedo perfectamente recomendar ambos juegos. Incluso a nivel personal, he disfrutado de algunas partes del primero más que de este 2.0, por el carácter que imprimía sus físicas. Sean más o menos realistas, lo cierto es que no busco tanto que sean fieles a la realidad (no he competido nunca en un Rally) tanto como que sean divertidas y estimulantes.
No sabría si llamar a Dirt Rally 2.0 una evolución de la primera entrega. Más bien lo veo como dos juegos complementarios
Con Dirt Rally 2.0 veo una buena forma de aproximarse a este tipo de juegos de rally, una buena horquilla de aprendizaje y una gran continuación para aquellos que tienen quemadas las ruedas del primer juego. No está exento, no tanto de fallos, sino de carencias, porque sí creo que Codemasters podría haber incluido más contenido en él, como la nieve (patinazo, nunca mejor dicho) y escuchado más a la comunidad en algunos aspectos, pero el resultado final deja satisfecho y con ganas de dominar todas y cada una de las etapas, que ya garantiza un buen puñado de horas hasta dominarlos en todas las categorías. Volver a ese fino equilibrio entre el control y el riesgo, sin desterrar la diversión, que creo que siempre ha conseguido tan bien esta franquicia.
Dirt Rally 2.0 se siente como una siguiente marcha en la caja de cambios que está siendo la saga Dirt. Herencias de los anteriores juegos y nuevos aspectos que se unen para dar al juego final un buen empaque. Se le podía haber pedido más contenido y siempre habrá preferencias en temas de físicas, pero el resultado es un juego con calidad y capacidad de ofrecer un buen reto, ajustado y lleno de aprendizaje en cada etapa y categoría.
Comprar Dirt Rally 2.0- Buena sensación de conducción en multitud de vehículos
- Acertados retoques en la configuración del vehículo y las etapas
- Amplias posibilidades para muchos tipos de jugadores
- Faltan algunas superficies, como la nieve
- En líneas generales el contenido es suficiente, pero se podía haber ampliado más en el juego base
- Falta de nitidez en la versión de consola, que se podría haber exprimido más técnicamente
