Análisis de Journey to the Savage Planet. Es divertido, pero está demasiado preocupado por controlarte

Análisis de Journey to the Savage Planet. Es divertido, pero está demasiado preocupado por controlarte
Facebook Twitter Flipboard E-mail

El programa Kindred Space está decidido a encontrar un planeta adecuado para la colonización. Pero cuando llegas a ARY-26, los planes cambiarán. Descubre en el análisis de Journey to the Savage Planet todo lo que esconde este juego de exploración y aventura, mientras nos preguntamos sobre el verdadero significado del género.

Los últimos años se está redefiniendo el clásico diario de misiones en el género de la aventura. En vez de optar por esa ristra de objetivos principales y secundarios, muchos juegos optan por marcar el final del camino. Algo tan sencillo como «sobrevive» o «escapa» o «derrota a Ganon». Es un planteamiento muy atractivo. Aunque parezca reduccionista, en el fondo consigue todo lo contrario: hacer que el jugador marque en su cabeza los objetivos necesarios para llegar al final sin que estos tengan que ser apuntarlos en un menú.

Journey to the Savage Planet es uno de esos juegos que parece que va a seguir esta estructura. Llegamos a un planeta desconocido, en una alocada cruzada de una corporación por expandir la colonización de la humanidad. Tras un aterrizaje complicado, nuestro objetivo es claro: investigar el territorio alienígena y la extraña estructura que se yergue sobre una montaña y escapar con vida. «Explora». «Escapa». No necesitábamos mucho más para ponernos en marcha. Sin embargo, la obra de Typhoon Games parece tener miedo a dejar al jugador hacer precisamente aquello que más alienta su obra: explorar un mundo alienígena completamente desconocido.

Investigar el misterioso planeta pronto se convierte en un trabajo rutinario. La interfaz que marca nuestros objetivos principales y secundarios nos revela siempre cuál es el paso que vamos a dar a continuación y dónde se encuentra cada material que necesitamos para seguir avanzando. Así, se pierde el misticismo por abrirse camino ante lo desconocido. En vez de establecer una serie de mecánicas y habilidades que el jugador pueda desarrollar a su antojo para escalar la montaña, todo tiene un orden establecido y unos objetivos opcionales. El misterio se arruina. El peligro, además, es prácticamente inexistente.

Investigar el misterioso planeta pronto se convierte en un trabajo rutinario

Es curioso, porque Journey to the Savage Planet tiene una clara intención de mostrar un entorno abierto y listo para explorar. Pese a que en un principio mantiene una escala pequeña con la que mantener el terreno de juego controlado, luego quiere expandirse a nuevas zonas cada vez más amplias que intenta rellenar de secretos. Hay backtracking, claro, pero en pocos momentos he tenido la sensación de necesitarlo. Los motivos para volver apenas eran buenas excusas para seguir expandiendo tu vida o aguante, en vez de descubrir una zona secreta que resultase verdaderamente crucial en el desarrollo de la aventura o que plantease un nuevo desafío al jugador. Por mucho que el juego busque la amplitud de miras y el espacio vertical, detrás de la frondosa niebla que camufla la montaña se esconde un diseño más lineal de lo que quiere aparentar, en el que las nuevas habilidades que conseguimos no alteran demasiado las reglas de la aventura.

La muerte como ensayo y error

Es divertido, pero está demasiado preocupado por controlarte

Aun así, recorrer este planeta salvaje se hace con ánimo. Ayuda mucho lo grácil del movimiento del protagonista, sobre todo desde que conseguimos el doble salto en los primeros compases y podemos regular las caídas. No hay demasiados enemigos, ni nos pondrán en demasiados problemas. Cierto es que esto no es un shooter, sino una aventura de exploración, así que echo más de menos que los enemigos pongan a prueba nuestra buena preparación que nuestra habilidad a los mandos. También se echan en falta más elementos que potencien esa exploración: puzles, zonas inaccesibles y enigmas que resolver con una recompensa a la altura.

En vez de eso, el juego se centra en la recopilación de recursos. Ya sea quebrando las menas de mineral o acabando con sus criaturas, recogemos aleaciones de carbono, sílice y aluminio, entre otros, que nos servirán para mejorar a nuestro personaje, el arma única y su traje. Las mejoras son pequeñas. Potencia la pistola o su tiempo de recarga. Añade espacio en el traje con el que recolectar más recursos. Capacidad de almacenar determinadas sustancias peligrosas. Salvo aquellas que permiten expandir nuestros movimientos y saltos, nada lo suficientemente atractivo como para que el jugador sienta la necesidad de gastar mucho tiempo en ello. Se agradece, eso sí, la oportunidad de escanear determinados elementos del planeta, que ayudan a profundizar en su historia y descubrir nuevas recetas bloqueados que añadir a nuestra lista de habilidades.

Es divertido, pero está demasiado preocupado por controlarte


Nuestra pistola será la única arma y fiel compañera, que podremos ir mejorando mediante recursos.
Nuestra pistola será la única arma y fiel compañera, que podremos ir mejorando mediante recursos.

Creo que Journey to the Savage Planet es la base de lo que Typhoon podría haber conseguido de expandir más su idea. Queda claro que su planteamiento lo acerca levemente al género del crafting y supervivencia que dominan tan bien obras como Subnautica o The Forest. Pero donde estos juegos son capaces de fomentar la curiosidad del jugador y añadir los suficientes peligros para mantenerlo a raya, aquí todo parece más un pequeño safari alienígena. Apenas he muerto un puñado de veces y algunas de ellas por un ligero traspiés con los saltos. Las otras, por las batallas contra jefes finales que resultan entretenidas, mientras descubres la forma de atacar sus puntos débiles.

Pese a que el juego puede disfrutarse perfectamente con un solo jugador y está enfocado en ello, ofrece un modo cooperativo interesante y divertido, que invita a dos jugadores a explorar el mapa a su libre albedrío, de manera que pueden ir juntos en la aventura, pero también alejarse el uno del otro y encontrar secretos opcionales por el mapeado. Una opción que sin duda da un nuevo cariz a la aventura y, en ocasiones, puede hacerla más atractiva que recorrer todo el mundo en solitario. Un universo propio que no olvida en ningún momento su faceta humorística, la cual está bastante conseguida. Resultan agradables las pequeñas explicaciones de la inteligencia artificial acerca de cómo funciona realmente el teletransporte, o cuál es la razón detrás de que estés consiguiendo más salud. La nave, que sirve como base para adquirir nuestras mejoras, viene acompañada con una serie de vídeos realizados con imagen real que ayudan a profundizar algo en su sencilla historia y da algo de vida a este alocado universo.

Es divertido, pero está demasiado preocupado por controlarte

El planeta ARY-26 es muy colorido. Puede pecar de poca variedad, pero guarda unas cuantas sorpresas

Quizá la sensación con la que más me quedo de Journey to the Savage Planet es que, mientras veo un juego que podría haberse expandido más, sus aproximadamente 10 horas de duración se me han hecho hasta un poco largas. En algunos momentos siento que he tenido que ser yo el que tire del carro, más que el juego de mí. Creo que esos objetivos demasiado específicos, que me indican absolutamente todo lo que tengo que hacer y hacia dónde debo ir exactamente, han terminado por quitarle la gracia al fascinante planteamiento de explorar un entorno alienígena. Pese a que el mundo ofrece un interesante diseño, que se extiende de forma original en lo vertical, a la cima de su montaña, en su escalada pierde la oportunidad de confiar en el jugador. «Explora». «Escapa». Es todo lo que necesitábamos saber por su parte, para potenciar el verdadero significado detrás de la palabra AVENTURA.

Interesante

Sin sello
Es divertido, pero está demasiado preocupado por controlarte

Journey to the Savage Planet

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Journey to the Savage Planet quiere llevarte a un planeta alienígena a vivir una aventura basada en la exploración. Pero cuanto más me adentraba en el planeta, más tenía la sensación de que mis movimientos eran demasiado guiados y controlados por el juego. Todo en la obra de Typhoon parece animar al jugador a explorar a tu libre albedrío, desarrollar habilidades y fortalecerse, lo cual es muy divertido. Sin embargo, esconde una estructura demasiado cerrada y limitada para la experiencia que quiere ofrecer.

Comprar Journey to the Savage Planet
  • Un colorido e interesante planeta que explorar.
  • El tono humorístico del juego casa muy bien.
  • El modo cooperativo.
  • Su estructura es demasiado guiada y cerrada para el tipo de juego de exploración que es.
  • Las habilidades no resultan muy atractivas para conseguir todas las opcionales.
  • Pese a que hay posibilidad de backtracking, no logra animarnos a ello.
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 08-10 horas.
Comentarios cerrados
VÍDEO AVANCE

14.006 visualizaciones

Ya HEMOS JUGADO a HELLBLADE 2, el GRAN EXCLUSIVO de XBOX en 2024 - NUEVO GAMEPLAY

En 3DJuegos ya hemos tenido oportunidad de probar Senua's Saga: Hellblade 2 de primera mano durante casi una hora en nuestra visita a las oficinas de Ninja Theory. Te contamos nuestras impresiones.