Los usuarios de Switch y PC reciben un nuevo título perteneciente al cada vez más recurrente género de los roguelike/lite, si bien en este caso se trata de uno que posee un nivel de calidad notable y está dotado de bastante personalidad. Esto es lo que nos ofrece Blazing Beaks. Análisis.
Lo que hace tan sólo unos años era un género muy nicho, en la actualidad se ha convertido en un tipo de juego bastante estándar (al menos dentro de lo que cabe). Me refiero a los juegos de estilo roguelike/lite, unas obras que al menos en la escena independiente no paran de aparecer para diversas plataformas. El más reciente que he tenido la oportunidad de probar es Blazing Beaks, una creación del desconocido equipo Applava que posee bastante encanto.
El título se compone básicamente de dos modos de juego muy bien diferenciados, Story Mode y Tournament, los cuales nos ofrecen características y experiencias de juego claramente diferentes como vamos a ver en este análisis.
El primero de ellos, el Story Mode, está destinado a ser disfrutado en solitario o, lo mejor, en cooperativo local a dobles, siendo en mi opinión la mejor baza que presenta toda esta producción. ¿Y qué es lo que tenemos que hacer en dicha modalidad? Pues ir superando una buena remesa de salas o estancias de buen tamaño que se generan de manera aleatoria… y que, como ya supondréis, están repletas de adversarios a los que es necesario ir liquidando.
Acción y sufrimiento en plan twin stick
De primeras, en Blazing Beaks podemos escoger a nuestro personaje entre cinco distintos, aunque más adelante se habilitan otros tres más… y a esto se suma la posibilidad de usar mods para crear a nuestro propio personaje. Y lo bueno de esto es que cada uno posee sus propias cualidades y virtudes, así como un estilo de afrontar las batallas claramente diferenciado. Salud, alcance, resistencia y demás parámetros quedan claramente determinados en función de si jugamos con un pato, una especie de pollo y demás personajes (todos son aves) disponibles, lo cual añade un interés especial a cada partida.
La mecánica de juego es tan simple como era de esperar. Empleando los dos sticks tenemos que ir liquidando a todos los monstruos y bichos que se van dando cita en cada estancia y, cuando cumplimos dicho cometido, podemos acceder al nivel siguiente. Pero claro, a esta fórmula básica se añaden otros ingredientes adicionales que aportan mucho más interés a cada partida.
Al margen de las armas y las características específicas de cada protagonista, también es posible emplear unos ítems llamados artefactos que vienen a ser unos potenciadores muy particulares que nos aportan ciertas mejoras pero, a su vez, al usarlos también nos penalizan de diferentes formas. ¿Lo mejor? Pasar de ellos durante la partida (a no ser que estemos a punto de morir y no nos quede otra) y esperar a dar con el comerciante de turno para que nos los cambie por mejoras mucho más sustanciales, pudiendo empuñar una amplia variedad de armas que van desde recortadas a rayos congelantes o bolas de plasma o veneno.
Gracias a un sistema de control muy preciso y bien integrado, el juego pica lo suyo
Por otro lado a medida que jugamos también podemos ir accediendo a diversas salas secretas que suelen contener looteo muy jugoso, ir recopilando llaves que son vitales para llegar hasta estancias previamente inaccesibles y que suelen depararnos sorpresas muy interesantes y, cómo no, afrontar duras batallas contra varios jefes finales. ¿Y qué pasa si morimos? Pues ya lo sabéis: nos toca comenzar desde el nivel 1-1… Y ya os aviso que vais a palmar muchas veces, dado que si bien no es el título más difícil que he jugado nunca, no es un paseo precisamente y sobre todo los primeros compases se hacen muy cuesta arriba.
Esta propuesta resulta bastante entretenida y desafiante, y gracias a un sistema de control muy preciso y bien integrado, el título pica lo suyo. Sin embargo, es cierto que apenas aporta nada nuevo al género y, de igual forma, no posee ningún tipo de narrativa que sirva como trasfondo y que justifique de alguna manera el hecho de que tengamos que ir matando a mutantes y criaturas similares de manera permanente. Va directo al grano, sin más.
Junto a esta modalidad, la cual resulta rejugable y atractiva, también se ha incorporado el ya citado modo Tournament que, básicamente, es una modalidad competitiva para cuatro jugadores en modo local. Y no penséis que es una especie de opción complementaria marginal porque, de hecho, puede resultar más atractiva si cabe que la anterior.
Además dicha modalidad incluye nada menos que cinco submodos claramente diferentes (Deathmatch, One Gun, Skull keeper…), todos ellos muy adictivos y, en algunos casos, relativamente originales dentro de lo que suele ser habitual en estos casos. Gracias a esta modalidad multijugador el título gana muchos enteros y, además, se convierte en una opción muy interesante para pasar tardes desenfrenadas pegados a la televisión con nuestros amigos. La única gran pega es que no admita modo online, pero bueno, según parece la intención de los desarrolladores era que los usuarios pegáramos gritos reunidos en la misma habitación.
Esta propuesta tan interesante ha sido dotada de mucha personalidad estética, algo que el título agradece mucho. La recreación de los sprites es muy acertada en mi opinión y si bien he echado de menos algo más de variedad en los escenarios que se generan de forma aleatoria, su estética retro y su atractiva gama cromática compensan tal deficiencia.
Y en cuanto a su apartado sonoro, no es la mejor virtud que acapara Blazing Beaks en absoluto, pero por lo menos los efectos de sonido resultan lo suficientemente contundentes y la banda sonora aporta más dinamismo a los combates.
Un nuevo título perteneciente al grupo de los roguelikes/lite se deja ver en Switch y PC. Blazing Beaks es un juego que ha sido dotado de bastante gracia y personalidad estética y que, además, ostenta como principal valor el hecho de poder jugar su campaña en modo cooperativo local así como acceder a un multijugador bastante loco para cuatro usuarios… nuevamente en local. No es el mejor, ni el más original, ni tampoco el más enganchante dentro de su categoría, pero se trata de una opción más que notable.
- El sistema de juego resulta desafiante
- Poder jugar al modo campaña en compañía de un amigo en local
- Su modo Tournament para cuatro jugadores es excelente…
- … pero sólo puede ser degustado en modo local
- No aporta grandes ideas a su género
