Lovecraft y las terribles criaturas al servicio de Cthulhu se apoderan de Switch. En el análisis de The Sinking City profundizamos en las particularidades de esta interesante aventura que nos da libertad para explorar sus oscuros escenarios de juego mientras escapamos de las garras de la locura.
Estamos tan acostubrados a que nos lleven de la mano de un lado a otro, que nos digan dónde ir y cuándo hacerlo incluso en los juegos de mundo abierto, que cuando The Sinking City te encomienda la difícil tarea de localizar a un asesino tu, instintivamente, esperas que te digan dónde encontrarlo. Pero no lo hacen. Nadie lo hace en este videojuego inspirado en la obra del legendario H.P. Lovecraft que nos da libertad para explorar una tenebrosa ciudad, de nombre Oakmont, sumida en el caos tras sufrir una terrible inundación. Razón por la que esta aventura de suspense que ahora se estrena en Nintendo Switch es un título tan especial.
Como investigador privado tendrás que ingeniártelas para descubrir por ti mismo dónde se ocultan tus objetivos; rebuscar en archivos policiales, analizar pruebas o incluso revisar la hemeroteca para ubicar en el mapa el lugar de destino. Y es una sensación increíble. Nadie te regala nada en una aventura que obliga a callejear en un entorno hostil, como auténticos detectives, mientras paso a paso amplías tu información del lugar. Todo ello, claro, con los horrores cósmicos del escritor de Providence campando a sus anchas. Así que la experiencia es increíble, por momentos emocionante, pero cuando deseas que vaya a más, que siga sorprendiendo... justo hace lo contrario. Se desinfla, pierde fuerza a causa de lo repetitivo que se vuelve. Y es una pena. De ello te hablaré en este análisis, donde también repaso las particularidades de esta versión para la consola de Nintendo.
The Sinking City, Presa de la Locura
Aún después de tantos años sigo recordando con cariño las muchas canalladas con las que el clásico Eternal Darkness de GameCube te metía el miedo en el cuerpo. ¿Se ha borrado la partida? ¿El televisor ha dejado de funcionar? ¿La misión que acabas de superar ni tan siquiera era real? El equipo de Silicon Knight supo traducir al formato videojuego los efectos de la locura que con tanto estilo retrató Lovecraft en sus relatos. Algo así esperaba ver en The Sinking City; que me atormentara con demenciales escenas que lo cambiaran todo, que hicieran cuestionarme dónde diablos me he metido. Lo tiene… en parte.
Nuestro detective sufre de extrañas alucinaciones que le atormentan de forma terrible, ¡te asaltan mientras juegas!, pero estas son más un recurso narrativo que un elemento que verdaderamente influya en la acción. Sí, es verdad, su visión se nubla y cuesta horrores disparar con precisión o si quiera caminar con normalidad, pero no esperéis enfrentaros a desafíos que jueguen realmente con vuestra cordura. Solo cuando Charles Reed está seriamente afectado por la locura aparecerán criaturas surgidas de su mente capaces de dañarle físicamente; y aún así es fácil escapar de ello. Basta tomar una medicina para paliar los efectos de la locura… y ya, lo que creo le resta algo de encanto a un videojuego que recrea con acierto los terorrificos Mitos de Cthulhu.
La premisa es genial, pero al final siempre realizas las mismas acciones
Los primeros pasos por Oakmont son ilusionantes. Es un lugar decadente, oscuro, que ansías explorar a sabiendas de que un mal ancestral se oculta en las sombras, preparado, dispuesto a resurgir en cualquier momento y acabar con todo. Lo haces además en solitario, sin aliados, marcado como "otro forastero más" al que nadie aprecia y por ende, al que nadie desea ayudar en su misión. ¿Quieres algo? Ingéniatelas para descubrir por ti mismo dónde se encuentra. Lo decía antes. Es uno de los aspectos que más valoro de The Sinking City; la sensación de sentirse un auténtico detective. No podía ser de otro modo teniendo en cuenta que el videojuego nace de manos de los autores de Sherlock Holmes: Crimes & Punishments.
A la hora de investigar tendréis que explorar a conciencia la escena del crimen para dar con las pistas que ayuden a entender qué ha ocurrido. Manchas de sangre, fotografías, notas de texto, ¡el arma homicida! o lo que sea. Todo muy detectivesco, claro, muy al estilo de las aventuras gráficas. Debido a sus extrañas visiones, el protagonista podrá incluso vislumbrar pequeños retazos del pasado, fragmentos de un puzle no siempre difícil de resolver que terminarán por dar paso a la reconstrucción de los hechos. ¿Cómo se produjo el ataque? ¿De qué modo se sucedió el delito? Con las pistas clave en tu poder entrarás en una especie de estado de ensoñación donde, a través de ecos del pasado, tendrás una visión más clara de los hechos. ¿Tu tarea? Establecer el orden de la secuencia. No es muy difícil y es algo que a corto plazo te deja con ganas de más.
La premisa es genial, pura investigación, pero a las pocas horas te das cuenta de que The Sinking City no termina de explotar todas sus virtudes. Emociona explorar, investigar y teorizar pues además tienes capacidad de decidir y cambiar la historia con tus actos (¿y si la falta de una pista de hace actuar erróneamente?), pero es que al final siempre es lo mismo. Ya sea un asesinato, un secuestro o lo que quieras; siempre realizarás las mismas acciones sin cambios por el camino. Y aunque divierte, porque la historia atrapa, decepciona que el videojuego no vaya a más. Hay sigilo, sí, pero casi que no sirve para nada. Podrás coger a algún enemigo por sorpresa… y punto. Al final tendrás que disparar, quieras o no quieras, cuando la esencia del videojuego es otra muy distinta.
Nada hay más estimulante que dirigirse al hospital, la comisaría o incluso el periódico local, y con unos pocos datos en la mano, dar con la posición de tus objetivos. Aquí se ha apostado por un sistema de pistas basado en las etiquetas. ¿Qué buscas? Celebridades, sospechosos, delincuentes, enfermos… ¿y de qué distrito? ¿Fecha? No es especialmente complejo pero sí variado y abierto a la investigación. También el palacio de la mente, al estilo Sherlock Holmes, es otro de esos elementos que te hacen sentir como un verdadero detective. Ya tienes las pistas, ahora júntalas y dales sentido. ¿Lo mejor? Que no hay una única opción; como decía tendrás que decidir y esto determinará de qué modo se resuelven algunas misiones. Puede que las pases sin pegar un tiro, o puede que te toque matar a decenas de enemigos. No vayáis a pensar que es un juego de acción sin más.
La falta de munición será una constante en una aventura que te obliga a usar con cabeza tus escasos recursos, buscando el modo de golpear en el punto débil de las criaturas monstruosas para ahorrar balas que más adelante podrían salvarte la vida. Al superar misiones recibirás munición como recompensa, pero también podrás fabricarla con las materias primas que encontrarás explorando los escenarios. Lo mismo ocurre con los botiquines y medicinas para la cordura. Hay muchas opciones pero rara vez se profundiza en ellas y esto le pasa factura. Sigilo, acción, supervivencia, terror… aunque The Sinking City es divertido y sabe cómo engancharte a su relato de suspense, cuesta desprenderse de la idea de que quiere abarcar demasiado para los recursos de los que nace el proyecto.
La ciudad es un escenario de grandes dimensiones, bien diseñado, pero en esencia un lugar vacío, con poco que hacer y carente de vida. Sí, claro, hay ciudadanos moviéndose de un lado para otro, pero son siempre los mismos, realizando las mismas acciones, caminando sin un rumbo claro como almas en pena. La estética es buena, la ambientación está lograda, pero superadas las primeras horas, los paseos por Oakmont se convierten en un mero trámite para ir de una escena del crimen a otra. Y ya. Hay escenarios mejor diseñados que otros, es verdad, pero al final en todos ellos realizarás las mismas acciones. Es una pena porque a causa de ello puede que descartes cumplir con algunas misiones secundarias, cuando estas cuentan con una buena base argumental que profundiza en el universo de terror de Lovecraft. ¿La historia principal? Interesante, con algunos momentos emocionantes, pero con un ritmo de la acción bastante irregular que le hace perder fuerza.
Quiere hacer un poco de todo y al final se queda corto en la mayoría de sus facetas de juego
En general The Sinking of City es un videojuego con muchos claroscuros. Para que os hagáis una idea. Podéis sumergiros en las profundidades marinas, ¡y ver los horrores que allí se ocultan!, pero son secuencias de juego tan limitadas, e incluso torpes, que enseguida pierden todo su atractivo. Todo ello con un apartado técnico que cumple sin grandes alardes; con unos escenarios que han perdido algo de detalle con respecto a la versión de PC, Xbox One y PS4, pero que muestran un acabado general aceptable. Se echa en falta una mayor variedad de localizaciones, pues llega un punto en el que sentirás que exploras una y otra vez los mismos lugares, los mismos interiores; y en este caso en concreto también, con el problema añadido del popping, esto es, elementos del escenario como peatones u objetos varios que aparecen repentinamente frente a nosotros.
La versión de Nintendo Switch también pega algunos tirones y se ralentiza sobre todo cuando te mueves en las zonas exteriores, pero se deja jugar e incluye ciertas mejoras como el control por movimientos, que ayuda al apuntado, o la gestión del inventario con la pantalla táctil, que se agradecen sobre todo cuando juegas en el modo portátil. Por todo ello, si bien esta es una experiencia divertida e interesante, cuesta no sentirse algo decepcionado con este trabajo de Frogwares. Quiere hacer un poco de todo y al final se queda corto en la mayoría de sus facetas de juego.
Sentirse como un auténtico detective e investigar los horrores cósmicos de Lovecraft es genial, y ya solo por eso cualquier fan del escritor debería probar The Sinking City. Acción, sigilo, terror y supervivencia se dan la mano en una aventura de mundo abierto que se muestra fiel a los oscuros Mitos de Cthulhu, con un relato que atrapa y sorprende por lo macabro de sus historias, por lo turbio de los ambientes que describe. El juego se siente limitado en muchos aspectos, pero es una de las mejores experiencias basadas en la obra del autor de En las montañas de la locura.
- La apuesta por la investigación; tener que buscar por ti mismo los objetivos
- El relato se sigue con interés y saca buen provecho de los horrores cósmicos de Lovecraft
- Una ambientación lograda, con un buen diseño de escenarios y enemigos
- Decisiones que cambian de forma sutil el curso de los acontecimientos
- El sigilo está muy desaprovechado y hay poca variedad en la acción
- La historia pierde algo de fuerza por falta de un mejor ritmo narrativo
- Aunque los efectos de la locura están bien, podrían haber dado más de si
- Algunas ralentizaciones enturbian un apartado visual correcto en Nintendo Switch
