Gestionar tus recursos, establecer rutas de comercio a salvo de piratas y tormentas, conseguir el favor del virrey, hacer prosperar tus ciudades y construir una flota invencible es lo que propone Port Royale 4. Esta nueva iteración del clásico de Kalypso Media llega con añadidos interesantes entre los que destaca especialmente la implementación de un nuevo sistema de combate naval por turnos. Te lo contamos todo en este análisis.
Han pasado 8 años desde que Port Royale 3 viera la luz. En este tiempo los juegos de gestión y estrategia han sabido progresar y adaptarse a las tendencias, aportando nuevos enfoques y mecánicas que mantengan al jugador en el género. Gaming Minds es consciente de ello, e incorpora a Port Royale 4 un gran número de añadidos que lo hacen más atractivo que sus anteriores entregas sin liberarse de algunos fallos que ensucian el buen trabajo llevado a cabo en líneas generales. Es inevitable no abrir este análisis comentando uno de sus cambios más significativos. En Port Royale 4 encontramos un sistema de batalla naval por turnos que reemplaza a la acción directa de sus antecesores. Se trata de una decisión arriesgada y puede que haya algunos detractores que no queden del todo convencidos. Sin embargo, creo que este sistema le sienta de maravilla a un título que en la matriz de su propuesta se dirige a los amantes de la estrategia.
El planteamiento es sencillo. Cuando entras en conflicto puedes elegir si el combate ocurre de manera automática o eres tú quien lleva las riendas de la lucha. Cierto es que la opción automática solo estará habilitada en aquellos enfrentamientos en los que la superioridad de tu flota es clara, sin embargo, he comprobado que existe una "penalización" cuando se opta por el recurso automático y la mayoría de las veces obtendrás mejores resultados si te decantas por entrar en liza tú mismo. Las flotas se despliegan sobre el tapete azul del océano en casillas hexagonales. Con la mayor cantidad de barcos presentes hasta la fecha en la saga, un total de 18, puedes contar con hasta 8 de ellos en combate según la pericia del capitán de cada convoy. Cada tipo de barco tiene su propia movilidad y potencia de fuego. El juego tiene sus propias reglas de las que sacar ventaja, como situarnos entre dos navíos rivales para ejecutar un disparo a dos bandas. Además, existen algunas técnicas especiales del tipo recargar o reparar los barcos sin correr el turno, o lanzar ataques de área devastadores. Estos son solo un ejemplo y hacerse con más depende del tipo de barco, la experiencia del capitán y de completar algunas tareas opcionales durante la campaña.
El resultado es agradable y encaja mejor con la propuesta general de la saga Port Royale, no obstante, existen aristas por pulir como la escasa dificultad de los combates en igualdad de condiciones o no tener una mecánica propia para los abordajes, los cuales quedan relegados a ser un tipo de ataque más dentro de los tres que hay para elegir.
Un escenario para todo
Port Royale 4 da al jugador todo el mar Caribe para comerciar, expandirse y explorar. El título cuenta con cuatro campañas principales que se irán desbloqueando de manera consecutiva tomando el control de las naciones española, inglesa, francesa u holandesa. Tras elegir imperio puedes seleccionar un perfil que va a determinar dos ventajas y un punto débil de tu gestión. Gaming Minds ha trasladado este sistema prácticamente igual de otros títulos propios como Railway Empire, con el que existen bastantes paralelismos. Cada una de las campañas tiene un marco temporal distinto, adaptándose a los momentos en los que cada una de estas naciones dominó en el Caribe durante los siglos 16 y 17. Toda la acción transcurre en un escenario único en 3 dimensiones que sustituye a los distintos mapas en 2 dimensiones de su tercera entrega. En él van surgiendo nuevas tareas, encargos y misiones. Siempre a merced de la voluntad del Virrey.
Dado que se han eliminado las pantallas de carga, en esta entrega podremos acceder a una vista cercana de los asentamientos con un simple movimiento de ratón, estando integradas todas las funcionalidades del juego en una misma interfaz. De esta manera puedes pasar de establecer una nueva y lucrativa ruta comercial entre distintas ciudades de tu imperio colonial a construir nuevas y mejoradas infraestructuras que aumenten la productividad de tus asentamientos.
La clave del éxito en Port Royale radica en el comercio; establecer líneas seguras entre poblaciones para que los convoys comerciales circulen sin descanso en la tarea básica en Port Royale 4. La planificación y gestión de los recursos es fundamental. Para ello el título ha incorporado un mapa de vientos y corrientes que sirven al jugador a la hora de determinar el trazado más rápido y seguro en el momento de establecer una ruta. El comercio entre convoyes y ciudades se puede ejecutar de manera manual u optar por una optimización automática.
Si consigues estabilizar estas rutas y conseguir que generen beneficios para darte la suficiente holgura económica a la hora de afrontar gastos necesarios tendrás un 50% hecho. Entre tanto el juego va proponiendo tareas adicionales que cumplir que te darán riquezas y fama. Cuanta más fama, más favores obtendrás del virrey. Cada uno de los puntos de fama se puede cambiar por concesiones que permiten reclutar nuevos capitanes para la flota, obtener permisos para crear nuevas industrias en tus ciudades u obtener los planos que requiere la creación de potentes barcos de guerra.
El mayor peligro en este punto es no conseguir cumplir con alguna de las tareas principales a tiempo, algo que va a dar la campaña por finalizada en ese mismo momento. Si no se gestiona el conjunto de manera adecuada, el juego entra en un cuello de botella del que es complicado salir. Por este motivo puede que Port Royale no sea una experiencia tan sencilla para aquellos que no conozcan previamente la saga, y a pesar de que el título cuenta con un tutorial y diversos apoyos en texto creo que más de uno puede llegar a perderse o encontrarse estancado tras un buen número de horas de progreso. Recomendable guardar la partida con cierta frecuencia.
El dinero, la clave de todo en Port Royale 4
En conjunto hay un total de 50 edificios diferentes
Para comerciar o construir en cada una de las ciudades van a hacer falta permisos. Estos cuestan dinero y van a ir en relación a la economía de tu imperio, así que no tardes en pagar esas licencias porque a la larga te van a acabar saliendo más caras a costa de la inflación. Las rutas por mar se van a ver amenazadas por corsarios y piratas. Tendrás que dar con sus guaridas o dejar que sea el tiempo quién las destape, pero puede que para entonces ya sea demasiado tarde. Realmente no he sentido que estos rivales supongan algo más que un incordio y solo cuando se entra en conflicto abierto con una de las cuatro naciones que compiten por el pastel debes de preocuparte más seriamente por establecer rutas de vigilancia, obtener patentes de corso o izar la bandera pirata para sembrar el caos en el Caribe.
De las rutas comerciales se obtiene dinero, pero de nada sirve si no se reinvierte en mejorar las ciudades. Port Royale 4 permite al jugador asentar hasta 7 tipos distintos de industria por asentamiento. Se entiende perfectamente que el motivo es fomentar el comercio entre ciudades, pero se acaba antojando algo corto cuando podemos crear hasta 25 tipos de explotaciones distintas. De hecho, puede ser algo engorroso en algunos momentos tener que andar demoliendo industrias menores para crear otras de manera manual. He echado de menos un acceso más directo a esta función.
En conjunto hay un total de 50 edificios diferentes, destacando las sinergias que se deducen de asociar industrias del mismo tipo o de colocar tabernas, hospitales e iglesias próximas a zonas residenciales. Obviamente, también existen efectos negativos, porque nadie quiere vivir al lado de una plantación o de una industria textil. La planificación es importante, de una mala estrategia o por falta de servicios las ciudades se pueden ver azotadas por distintas plagas o descontento general que hagan disminuir su rendimiento.
Cada una de las ciudades y naciones tienen algunas características únicas o edificios susceptibles de mejorar. Así, de construir una simple capilla, podrás pasar a una iglesia y más adelante construir tu propia catedral. Existen edificios de especial relevancia como los muelles donde comprar, encargar o reparar nuevos barcos para la flota; la iglesia en la que podemos encargar misiones religiosas o el faro, que permite crear diversos convoys.
Subiendo de nivel
Port Royale 4 no deja de acordarse de los mitos y leyendas
Algo que no quiero dejar de comentar en estas líneas es el hecho de que los distintos capitanes que se ofrecen a ayudarnos cuentan con sus puntos de experiencia de base, pero conforme los haces entrar en batalla, realizar tareas específicas o comandar una flota en una ruta de comercio van a ir subiendo de nivel, algo que aumenta sus ventajas en navegación o combate y que les permite adquirir nuevas tácticas de combate.
Port Royale 4 es un juego con una marcada ambientación histórica, pero eso no le aparta de acordarse de los mitos y leyendas más propios de la literatura de Stevenson que tienen su reflejo en la obtención de distintos pedazos de un mapa del tesoro que se van a ir desvelando al realizar diversas tareas secundarias durante la campaña. Si bien el número de mejoras que trae este Port Royale en relación a sus antecesores es enorme, los amantes del multijugador no tendrán motivo de alegría ya que esta entrega se ha enfocado únicamente en la experiencia para un solo jugador. A las cuatro campañas principales que el juego ofrece se le añade la posibilidad de crear una partida libre en la que se pueden determinar parámetros como el tamaño de la nación, la distribución de los asentamientos, la ciudad inicial, los fondos de partida o la dificultad que irá de normal a experto pasando por difícil.
El resultado visual no termina de estar todo lo bien que hubiera sido deseable
El programa hace uso del motor propio de Gaming Minds y, aunque su rendimiento en PC no tiene nada que reprocharle, el resultado visual no termina de estar todo lo bien que hubiera sido deseable. Mientras que los edificios y ciudades muestran un aspecto realista, al acercar la cámara a los navíos tienes más la sensación de estar viendo una carrera de aeromodelismo que de encontrarte ante una imponente galera de guerra española. Esto no ocurre tanto por su diseño, que ha sido cuidado en detalle, y tiene más que ver con relación entre tamaño y el oleaje en el mar. La verdad es que el aspecto 3D que luce todo el juego es un punto que la desarrolladora tiene que seguir trabajando en el futuro.
En el apartado sonoro destacan las trabajadísimas voces en castellano de los distintos personajes que nos hablan durante la campaña. Ya ocurrió con Railway Empire y es un punto muy a valorar que un juego con un presupuesto más ajustado se tome estas molestias que solo hacen mejorar la experiencia.
Port Royale ha sido valiente a la hora de tomar decisiones controvertidas. Su nuevo combate por turnos es una apuesta arriesgada pero creo que le beneficia, anteponiendo la estrategia y la táctica por encima de la acción más directa. Las rutas comerciales son ahora más personalizables y el mapa de vientos juega un papel fundamental en ello. Sin embargo, el apartado gráfico del juego no termina de convencer, así como algunas opciones de accesibilidad que pueden alejar a los no iniciados.
Comprar Port Royale 4- Incrementa el número de navíos y edificios de entregas anteriores
- El doblaje al castellano es excepcional
- El nuevo sistema de batallas navales encaja perfecto en la experiencia...
- …aunque puede acabar siendo poco desafiante.
- El apartado gráfico tiene margen de mejora
- En ocasiones puede ser algo complejo para los no iniciados
