Nos enfrentamos a un frío mortal en 1971 Project Helios, un videojuego de estrategia por turnos al estilo XCOM al que se le notan las ganas de ser excelente. RECOTechnology lo intenta con una narración compleja, distintos personajes, árboles de habilidades basados en la obtención de recursos y la exploración de un mundo apocalíptico, helado y bien recreado. El título da algunos momentos excelentes, pero sus muchos problemas acaban por pasarle factura.
Para entender lo que es 1971 Project Helios pensad en un juego de la saga XCOM o incluso en Mario + Rabbids Kingdom Battle. Somos un grupo de guerreros que avanzamos por escenarios más o menos pasilleros mientras se desarrolla una trama y exploramos. De repente nos encontramos con unos enemigos y el suelo se rellena de cuadrículas. Toca combatir por turnos y a través de un sistema de batallas estratégicas que recuerda a los dos referentes citados. Esta estructura de juego se repite hasta el final, complementada por momentos en los que nuestros compañeros se refugian en un campamento y charlan, así como en otros en los que mejoramos nuestras fuerzas mediante un escueto árbol de habilidades.Esta es la propuesta de 1971 Project Helios: combatir, pensar estratégicamente y seguir una historia contada a través de notas que encontramos y conversaciones.
El videojuego de RECOTechnology tiene papeletas de sobra para haber sido uno de los grandes. No es innovador para nada en lo que propone, pero la suma de sus partes consigue dar algunos momentos de exploración y combate muy disfrutables. Aún recuerdo cómo no era capaz de resolver una de sus batallas más duras, y encontrarme a mí mismo en la ducha pensando cómo mover mis unidades cuando volviera a la partida para lograrlo. Es un juego que, cuando diseña bien sus peleas, te las llevas en la cabeza para estudiarlas mentalmente como si se tratara de una partida de ajedrez. Pero desgraciadamente eso ocurre muy pocas veces.
Su historia es típica: varias facciones en un mundo congelado pelean por recursos y por la salvación, pero es interesante cómo la narración se centra en lo que sienten y comparten sus protagonistas, así como en sus diferencias,y cómo a veces el escenario se articula para reflejar sus emociones, dejando de ser lineal y abriéndose más. Sin embargo, la historia empieza muy atropellada para crear desconfianza y duda en el jugador, para que necesitemos explorar cada rincón para averiguar quiénes somos, qué son conceptos claves como el Fulgor… pero esa idea, que podría funcionar, se acaba perdiendo en un mar de notas de texto innecesariamente largas para que no nos quede ninguna duda de nada. Por todo ello, 1971 Project Helios es un juego de algunos aciertos muy bien logrados empañados por una mala resolución.
Batallando en el frío apocalipsis
Combatir en 1971 Project Helios es lo mejor del título. Contamos dos acciones para realizar, pudiendo ser moverse y disparar o disparar y usar otra acción, por ejemplo. Nos desplazamos por casillas que representan nuestra capacidad de movimiento. En función de dónde nos quedemos, tendremos una armadura u otra en función de la zona del escenario en la que estemos. Al principio del juego no podremos ni usar Fulgor con el que resucitar a nuestros aliados caídos, pero tampoco sufriremos los efectos del frío, que congelan parte de nuestra vida. En toda esta primera mitad de la aventura he vivido los mejores momentos del juego por ser los más difíciles. La derrota llegaba con la muerte de unos mis compañeros. Es decir, si mataban a Hanna, por ejemplo, la partida se acababa y tenía que repetir esa batalla.
Esto me obligó a exprimirme los sesos para jugar bien, para arañar cada punto de vida y para estudiar al milímetro el escenario. 1971 Project Helios es muy difícil al principio, lo que me hizo odiarlo pero luego adorarlo. Lo extraño es que, a mitad de la partida y sin demasiada explicación, te otorga un árbol de habilidades para mejorar a tus personajes, te permite elegir entre ellos para quedarte solo con los más poderosos y teja usar Fulgor, un ítem con el que revivirlos. Cuando el título hizo esto, creí que iba a aumentar el nivel de dificultad o emplearlo para proponerme nuevos retos más intrincados; es decir, ser todavía más ajedrez de lo que era al principio. Pero no. El Fulgor acaba siendo como un parche para situaciones difíciles y lo que me costaba superar antes sudando ahora lo lograba perfectamente. Sí, entiendo que el mensaje de que juntos somos más fuertes se transmite bien así, pero estropea el equilibrio de las peleas.
Es decir, 1971 Project Helios apuesta por la sencillez en sus opciones jugables, y ahí se hace fuerte al principio a través de la dificultad. Pero luego se olvida de esto para ser más generoso con el jugador y desdibujar la calidad de su propuesta. Desgraciadamente, a esta extraña decisión jugable se le suman problemas relacionados con la cámara. Esta no es libre, la visión es cenital y de perspectiva isométrica. Muchísimas veces me han matado enemigos que no vi porque estaban ocultos por un muro o una mesa. También hay bugs extraños que hacen que no puedas seleccionar un comando durante la partida o que no puedas acceder al árbol de habilidades. Tras el primer tramo de juego, con Fulgor y los nuevos enemigos, volví a encontrarme alguna otra batalla con el mismo interés y fuerza del comienzo, pero eran muchas menos. Es decir, 1971 Project Helios es muy irregular, capaz de lo mejor y de lo peor.
Una historia muy irregular
Las melodías de exploración son solventes pero las del combate son tan chirriantes que combatí con el volumen bajado
El acabado artístico del juego es muy interesante, pero no su apartado musical. Las melodías de exploración son solventes pero las del combate son tan chirriantes que combatí con el volumen bajado. 1971 Project Helios tiene un muy buen trabajo en su ambientación y luces, punto de partida de su elaborada trama. Nos encontramos en un ambiente después de un apocalipsis en el que el frío lo cubre todo. Hay varias facciones que pueblan La Tierra a cada cual más terrible, con sus peculiaridades e intereses, y esas mismas rivalidades están en los protagonistas que manejamos. La ambientación, aunque tire de tópicos, funciona cuando es misteriosa, cuando solo te cuenta un poco y te deja imaginar el resto. Hay secuencias que vivimos en los campamentos muy interesantes gracias a esto. Los personajes hablan entre sí y se van haciendo amigos. Al explorar encontramos trozos de periódico muy bien escritos, sugerentes y recortes misteriosos. Pero todo se va al traste cuando se empapela un área con exámenes a niños cuyas respuestas son, tal cual, todo el acervo del juego explicado punto por punto.
Y este es el gran problema del título: buen punto de partida en combate y narración que acaba estrellándose por culpa de muchas malas decisiones. Buenos momentos que se repiten poco y todo amargado con defectos en cámaras, bugs y una banda sonora olvidable. De todas formas, pese a todo lo malo, 1971 Project Helios sigue contando con grandes momentos en los que he disfrutado muchísimo. Cuando el juego se pone terco y te exige usar la cabeza, cuando diseña bien sus escenarios de combate y te pone las cosas difíciles, cuando deja que sus protagonistas hablen sin exponer de manera burda su trama, ahí sí que hay un juego que recomendar y disfrutar. Por desgracia, la grandeza dura poco y abunda más un desolador paisaje invernal.
1971 Project Helios es una propuesta interesante en el género de la estrategia, con buenas ideas y muy divertido cuando quiere. Lo malo es que los problemas con su cámara, la irregularidad de su ritmo y sus bugs hacen que jugar no sea todo lo agradable que pudiera ser. Y es una lástima, porque tiene algunos momentos de brillantez.
- Algunos buenos combates
- Cuando el título eleva su dificultad, brilla
- Buen punto de partida de su trama
- La ambientación funciona muy bien
- Problemas con la cámara y algunos bugs
- Se hace repetitivo
- La IA de los enemigos es muy irregular
- Sus buenas intenciones narrativas se quedan solo en intenciones
