De la mano del estudio valenciano Mighty Polygon llega Relicta, un nuevo de título de puzles que retoma la senda de otros como Portal, The Talos Principle o The Turing Test. Utilizando la perspectiva en primera persona y un trabajado sistema de físicas dónde destacan las propiedades electromagnéticas Relicta es, un juego desafiante dentro de su género.
Los buenos juegos de puzles son, en la mayoría de las ocasiones, acogidos con entusiasmo por parte de la crítica y de los usuarios amantes del género. El caso de Relicta no es diferente, su propuesta seria y sólida en la mayoría de sus aspectos me han supuesto un auténtico desafío. El desarrollo nacional hace tiempo que viene haciendo un buen trabajo. Ahí tenemos otros títulos patrios como RiME o Do not feed monkeys, por citar tan solo el vértice de la punta del iceberg. El título de estreno del estudio Mighty Polygon da buena cuenta de ello y establece las bases para creer que tienen un gran futuro por delante. Sin embargo, Relicta está lejos de ser perfecto, algo que no quita que sea un nombre a tener en cuenta dentro de su espectro.
Relicta se ambienta en una base lunar en un futuro aún lejano. Un extraño mineral que da nombre al juego ha sido hallado en la superficie de Selene y, tal y cómo pasara en otros videojuegos y películas como Dead Space o En la hierba alta, su presencia está dando lugar a controvertidas situaciones dentro de la base y del equipo que allí se encuentra. En el camino para dilucidar la verdad de lo que está ocurriendo el jugador tiene que ir resolviendo una enorme cantidad de puzles distribuidos en distintas fases. No voy a revelar más detalles de la historia de Relicta, creo que, a pesar de que no sorprende a aquellos que estén habituados a las historias de ciencia ficción, consigue ser un buen motor que me ha impulsado a continuar con el juego guiado por el interés de saber más o confirmar mi intuición. Las reminiscencias de la obra literaria de Asimov han servido de inspiración al estudio para crear este marco. No obstante, a Mighty Polygon le queda todavía camino que recorrer en su composición de una buena narrativa.
La historia que se nos cuenta no conecta con su jugabilidad. Todo su argumento se desgrana a forma de “entreplatos” que sirven para dar una pausa entre fase y fase de lo que es su auténtica apuesta: los puzles. No es algo que lastre la experiencia. No busco una narrativa compleja y bien elaborada dentro de un juego como este, pero su construcción es algo totalmente secundario dentro de la propuesta. Buena muestra de ello, es la presencia de algunos coleccionables y textos que intentan ampliar su trasfondo, tratando de extenderlo llevando al jugador hacia conflictos familiares y personales que no tienen la fuerza suficiente para resultar del todo atractivos.
Unos guantes para dominarlo todo
La historia que se nos cuenta no conecta con su jugabilidad
Cómo he mencionado hace unas líneas, la verdadera intención de Relicta es proponerte puzles complicados que supongan un verdadero desafío a tu intelecto y paciencia. Lo consigue con suficiencia para ser considerado un buen juego dentro de su género. Sin embargo, algunas de sus mecánicas no llegan a ser todo lo precisas que cabría esperar.
La doctora Patel cuenta con unos guantes que le permiten manejar cajas y elementos del escenario dotándolos de polaridad electromagnética. Con ellos podemos cargar distintas cajas repartidas por los escenarios de manera positiva o negativa. Para ello el juego hace uso de tres colores: gris cuando el objeto no está cargado y rojo y azul para las cargas. Basándose en la capacidad de los objetos de atraerse o repelerse en función de su carga, el jugador puede ir desplazando estos bloques por el escenario. Las cajas se pueden coger manualmente y cargarlas hasta un punto concreto del escenario. No obstante, el diseño de los niveles nos pone ciertas trabas. Existen portales por los que puede pasar el jugador, pero no la caja y viceversa, o directamente, ninguno de los dos. Más tarde añade unos bots que desactivan la carga electromagnética de los objetos, complicándolo aún más a partir de su segunda mitad, empezando a jugar con elementos del escenario móviles que tendremos que activar por medio de interruptores.
El objetivo es siempre el mismo: pasar por el último portón activando el número necesario de interruptores al mismo tiempo. La premisa puede parecer sencilla, pero Relicta va elevando su dificultad de manera sustancial conforme avanzas en la aventura. De hecho, en la primera mitad del juego se toma algunas molestias en plantear pequeñas pantallas que sirven a modo de tutorial, algo que olvida completamente a partir de su segunda mitad, dónde cada nuevo escenario es un auténtico desafío que requiere del jugador tiempo, paciencia y estudio de los entornos antes de lanzarse a mover cajas como un loco.
De hecho, existe la posibilidad de reiniciar el nivel por completo. Esto no sirve solamente para hacer las cosas bien desde el principio una vez hemos aclarado nuestras ideas, sino que, en ocasiones, no te va a quedar más remedio. Existen en su diseño ciertos puntos ciegos (sería discutible su intencionalidad) en los cuales puedes quedar atrapado entre portales sin posibilidad de seguir avanzando. No es especialmente grave puesto que, como en todos los juegos de puzles, una vez has dado con la tecla solo te queda repetir tus pasos.
Si bien, esto no es grave, sí que puede acabar resultando un tanto molesto, especialmente en algunas secciones en las que el juego requiere cierta movilidad o rapidez a la hora de actuar que, en la versión analizada de PC, no se ve acompañada del todo por la implementación del sistema de apuntado del mando, siendo este en algunos momentos algo tosco e impreciso habiéndolo jugado con el controlador de Xbox One.
9,8 metros por segundo
El comportamiento de las físicas en algunos puzles es bastante irregular
A la carga electromagnética de los objetos se le suma la posibilidad de eliminar la fuerza que la gravedad ejerce sobre ellos. De esta manera, estos enormes bloques pueden levitar. Gracias a esta mecánica los escenarios se llenan de puntos de anclaje en los que enganchar estos bloques por medio del electromagnetismo. Esto te permite atraer cajas a puntos elevados o desplazarlas por los escenarios salvando el suelo o ciertos portales. A su vez, los interruptores se encuentran no solo a ras de hierba, sino que los podemos encontrar en techos y paredes. La invitación a escudriñar cada rincón y hacer una exploración en 360 grados es más que evidente gracias a esta capacidad, añadiendo un gran número de posibilidades a las que se suma la presencia de estaciones de teletransporte que permiten transportar instantáneamente bloques de una estancia a otra.
Lamentablemente, el comportamiento de las físicas en algunos puzles es bastante irregular e impredecible. Los campos electromagnéticos se ven referenciados por semiesferas de color azul o rojo en aquellos objetos que estén cargados. La forma de esta bóveda es algo que se debe de tener en cuenta a la hora de calcular el grado en el que un objeto va a desviar a otro. El problema viene en que, los cubos no se comportan siempre de la misma forma cuando los sometes a las mismas condiciones, algo que ha lastrado mi experiencia en este análisis en demasiadas ocasiones, incluso demorando la resolución de algunos rompecabezas al establecer en mí la creencia de que estaba tomando el camino incorrecto para comprobar más tarde que no era así. No es la tónica general del juego, pero puede convertirse en un punto de frustración que algunos usuarios no lleguen a superar optando, en ese caso, por el portal de salida de una experiencia que gana en profundidad y complejidad en su diseño especialmente a partir de su segunda mitad.
Otro tema es que un juego (permítaseme la expresión) te trolee. Títulos como Dark Souls son especialistas en esto, juegan con tus expectativas, tu confianza o incluso el exceso de relajo para darte un zarpazo en el momento que menos lo esperas. Relicta, no solo quiere que tu juegues a él. Por momentos el programa juega contigo poniendo a tu disposición estancias completas que no sirven para absolutamente nada más allá que despistarte de la solución real. Son varias las veces en las que me he visto observando los entornos con atención para, después de algunas vueltas darme cuenta de que la solución no pasa por ahí y que, en ningún caso, tengo que utilizar esos recursos que, a priori, parecen necesarios. No me parece mal. Es otra forma de añadir profundidad al diseño advirtiendo al jugador de que, en ocasiones, nada es tan evidente ni todo es tan complicado.
Con estos ingredientes Relicta conforma una experiencia en la que brilla con luz propia el trabajo llevado a cabo en el diseño de cada uno de los escenarios. Algunos puzles son realmente enrevesados y pueden tomarte más de una hora para llevarlos a cabo, teniendo el juego una duración, en mi caso, de 20 horas para completarlo, algo que depende del usuario y si te quedas más o menos atascado en un puzle. Cada jugador disfruta de los videojuegos a su manera y no pretendo sentar cátedra cuando digo que Relicta ha de ser disfrutado a pequeños sorbos. Sus rompecabezas son muy exigentes y están planteados en secciones dentro de un mismo nivel para acomódarse a sesiones cortas pero intensas en la que puedas dar lo mejor de ti.
Relicta es una experiencia en la que brilla el diseño de cada uno de los escenarios
Al buen diseño de los escenarios se le une la decisión artística de ambientar el juego en cuatro ecosistemas distintos entre los que encontramos: desierto, bosque, glaciar e isla tropical. Cada uno de estos parajes naturales ocupan un lugar dentro de la estación gracias a un proceso de terraformación y, para movernos de unos a otros, lo hacemos a través de ella y una suerte de tren llamado “maglev”. El diseño de la base lunar recuerda a los vistos en otros juegos como Mass Effect apostando por colores fríos que transmiten una gran sensación de limpieza y pulcritud. Me hubiera gustado ver esta estación denominada Base Chandra mejor integrada en el juego, especialmente con algo de vida en su interior, pero se entiende que por argumento y finalidad haya quedado así.
Estos distintos entornos consiguen estar a un excelente nivel gráfico. Mighty Polygon ha sabido aprovechar las bondades de Unreal Engine 4 para sacar todo el partido posible al texturizado y, especialmente, a la iluminación de los mismos. Además, el programa nos lo va planteando de manera alterna no llegando nunca a cargar demasiado dentro de una experiencia que por lo acotado de su propuesta puede acabar resultando algo monótona a largo plazo. Su único debe en este apartado es una extraña vibración de las cajas en pantalla al portarlas a mano en según qué terrenos. Algo que no deja de ser meramente anecdótico.
Mighty Polygon ha sabido aprovechar las bondades de Unreal Engine 4
En su apartado sonoro Relicta se decanta por muchos momentos en los que impera el silencio. Es necesario, se requiere concentración, pero no estamos en una tumba y el viento, el crujir del hielo, el oleaje, el fluir de un río o el canto de los pájaros nos acompañan según el ecosistema en el que nos encontremos. En los momentos que hace acto de presencia, la banda sonora original compuesta por Damián Sánchez sabe acompañar sin distraer, decantándose por algunos acordes sueltos que amenizan o enfatizan los momentos más destacables de su trama. Con unas actuaciones de voz en inglés que no quedarán para el recuerdo, el título llega completamente traducido al castellano en todos sus textos.
Destaca el trabajo llevado a cabo en el diseño de cada uno de sus niveles con puzles desafiantes que sabrán contentar a los más experimentados. El uso del magnetismo no es una idea original dentro de los videojuegos, pero Mighty Polygon consigue sacarle bastante partido. Queda el borrón del comportamiento algo impredecible de los cuerpos ingrávidos en algunas secciones, así como la falta de precisión en el control en otras ocasiones o la poca cohesión entre su historia y el apartado jugable. Con todo, Relicta pasa a formar parte de ese grupo de juegos de puzles en primera persona que cualquier usuario amante del género debería probar.
- Puzles desafiantes bien construidos en un buen diseño de niveles.
- Apartado gráfico de alta factura en el que destacan sus diferentes ambientaciones.
- Una historia atractiva e interesante…
- ... a pesar de que no conecte de lleno con el apartado jugable.
- El comportamiento de las físicas en ingravidez puede dar lugar a équivocos.
