La interpretación libre de la Guerra de los Tres Reinos China sigue dando muchos réditos al dúo conformado por Tecmo Koei y Omega Force. Su última producción ambientada en dicho conflicto acaba de llegar, combinando la clásica fórmula musou que tanto domina el estudio nipón con una vertiente estratégica muy sugerente.
La franquicia Dynasty Warriors lleva con nosotros muchos años, desde finales de los 90 exactamente, y es el típico caso en el que un spin-off termina superando en popularidad a la obra original, que en este caso es Romance of the Three Kingdoms. Hace ya cuatro años exactamente, los usuarios de PC, PS4 y Xbox One disfrutaron de Dynasty Warriors 9, un título que supuso un cambio muy evidente en comparación a lo ofrecido en las pasadas ediciones de la serie por diversos motivos… pero sobre todo por un punto determinado: el salto hacia el estilo sandbox o mundo abierto.
Siempre que se producen este tipo de cambios tan drásticos, y más si cabe en sagas tan veteranas como la que nos ocupa, dicha permuta no pasó desapercibida entre los usuarios, siendo objeto tanto de halagos como de críticas. El caso es que para esta nueva edición, Dynasty Warriors 9: Empires, dicha innovación ha sido completamente eliminada, volviendo a los cauces clásicos de la franquicia como en un momento explicaré. Pero antes de hacerlo es conveniente dejar claro un aspecto que es posible que algunos jugadores se estén preguntando. ¿Cómo de diferente es esta versión Empires en comparación con la entrega original? Pues lo cierto es que es tan distinta que podría ser considerada como un título de nuevo cuño, existiendo multitud de cambios e innovaciones importantes, como su desarrollo y el sistema de juego en global.
Como bien conocen los seguidores de esta franquicia, bajo la coletilla Empires se esconde una variación realmente sensible en relación a la dinámica musou habitual incorporada en los Dynasty Warriors. Y es que la jugabilidad que nos ofrece esta producción se divide en dos vertientes bien diferenciadas. Por un lado, encontramos las contiendas hack'n slash en las que debemos enfrentarnos a centenares de adversarios y, por otro, también se incluye una faceta estratégica en la que nos ponemos en la piel de un mandamás de un reino.
Batallas frenéticas, estrategia pausada
Esta última característica está bien implementada y nos brinda una amplia cantidad de posibilidades. Tanto es así, que incluso puede llegar a resultar algo "intimidante" así de primeras para aquellos que no estén acostumbrados a este tipo de obras. Lo bueno del caso es que, por vez primera (si no me falla la memoria) en una edición Empires y como ya sucediera con Dynasty Warriors 9, los textos han sido traducidos a nuestro idioma. Un detalle que se agradece mucho para movernos con mayor soltura por los diferentes menús.
En cada uno de nuestros "turnos" o fases, que se corresponden con un mes de cada año, tenemos que determinar las decisiones que más nos interesen o apetezcan. Nuestro objetivo es tratar que nuestro reino prospere, y para que eso suceda es posible tomar diferentes caminos: diplomáticos, militares, internos… Existen ocho campos principales en los que podemos intervenir, siendo posible desde enviar exploradores para que investiguen reinos extranjeros a recaudar impuestos, tratar de ganarnos la confianza de otros personajes para posteriormente aliarnos con ellos o incluso participar en conflictos militares. Cada decisión tiene su repercusión (unas más graves que otras), por lo que conviene tomarnos nuestro tiempo antes de efectuar cada paso.
Evidentemente y dadas las características del título en sí, esta vertiente táctica no resulta tan completa como la que podemos encontrarnos en una obra perteneciente al género de la estrategia propiamente dicho, eso es un hecho. Pero es justo afirmar que, a pesar de eso, esta fórmula resulta bastante absorbente, la cual por supuesto ha sido acompañada por la vertiente hack'n slash, la especialidad de la casa.
Deja atrás su apuesta sandbox para centrarse en la acción más tradicional
Cuando llega el turno de participar en conflictos, el título nos ofrece la tradicional jugabilidad al estilo musou que siempre ha sido instaurada en la rama principal de esta saga. Una vertiente que, como ya os he comentado antes, deja atrás su apuesta sandbox para centrarse en la acción más tradicional. Nuestra tarea principal consiste en acabar con las tropas rivales, las cuales constan de decenas de miembros. En cada escenario es posible eliminar a centenares (o incluso miles) de rivales, los cuales suelen comportarse como meros sparrings esperando a recibir su merecido… salvo cuando llega la hora de encarar las batallas contra capitanes o jefes finales. La variedad de ataques y acciones que es posible realizar es muy cuantiosa, incluyendo golpes especiales exclusivos para cada personaje, siendo una de las grandes cualidades que acapara esta producción. Una jugabilidad que no sorprende en absoluto y que puede hacerse repetitiva pero que, a fin de cuentas, entretiene a poco que te guste el género.
La principal novedad que se ha introducido en esta edición tiene que ver con la defensa y el asalto a fortalezas. Armados con arietes, catapultas y demás artilugios, el objetivo consiste en acceder al interior de los castillos para acabar con el oficial al mando… o detener la ofensiva del rival si nos toca defender nuestro territorio. Sin ser algo increíblemente llamativo ni original, esta innovación tiene su gracia, al menos las primeras veces que participamos en estas batallas: luego pierden fuelle.
Otro aspecto interesante que incorpora el título y que no quiero dejarme en el tintero es su completo editor de personajes. Esta herramienta (ya incluida en la pasada entrega) se ha visto bastante potenciada, y gracias a ella es posible crear una gama impresionante de nuevos guerreros y guerreras.
En el plano técnico, no hay mucho que reseñar. Lo más destacado son las animaciones de los personajes principales, que son tan variadas como espectaculares en algunos casos. Las escenas de vídeo también están bien recreadas, a lo que se añade un modelado muy notable para los protagonistas. Pero lo demás es harina de otro costal. El título presenta los errores gráficos habituales que suelen acompañar a los juegos pertenecientes a esta saga: popping tremendamente notorio, texturas poco pulidas para los decorados, fade in de personajes… Uso defectos que, si bien afean su acabado visual, no suponen demasiado menoscabo en su parcela jugable.
El apartado sonoro es bastante mejor en general. El doblaje en japonés es muy bueno, así como los efectos, mientras que la banda sonora nos regala temas más calmados para las fases de estrategia, y otros mucho más dinámicos para los combates.
Cuatro años después de la llegada de la novena entrega numerada de la famosa serie de musous de Tecmo Koei, ahora nos llega su correspondiente "spin-off". Un título que, como el resto de versiones Empires de Dynasty Warriors, modifica sustancialmente la jugabilidad añadiendo un componente táctico muy importante, siendo necesario actuar como gobernantes o mandamases y llevar a cabo acciones diplomáticas, pudiendo decidir entre numerosas opciones. Una obra que deja de lado el enfoque sandbox de la edición original para centrarse en otros elementos, como el asalto y la defensa de castillos. Un juego bastante atractivo si te gusta el género y que, hay que dejarlo claro, ofrece un contenido muy diferente al integrado en Dynasty Warriors 9.
Comprar Dynasty Warriors 9 Empires- La vertiente táctica y estratégica es muy significativa y aporta mayor interés y variedad.
- Es posible descargar una versión de prueba en cualquiera de las versiones disponibles para consolas.
- La defensa y asaltos a los castillos son el principal reclamo de esta versión en cuanto a innovaciones se refiere.
- El editor de personajes se ha visto potenciado y ofrece muchas posibilidades.
- Llega con textos en español, algo que en esta versión se agradece enormemente.
