Análisis de Olija. Un indie retro entre lo japonés y lo flamenco con sabor a metroidvania

Análisis de Olija. Un indie retro entre lo japonés y lo flamenco con sabor a metroidvania
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Un indie hecho en Japón, con mucha personalidad y publicado por Devolver Digital. Esto es garantía de calidad en un videojuego muy corto, pero que hace bien lo que se propone. Con aires metroidvania, es una aventura por volver al hogar dentro de un mundo misterioso que me empujó hasta el final sin dudarlo. Os cuento por qué...

Hay videojuegos que no necesitan multitud de horas para contarte una historia, entretenerte y de paso dejarte satisfecho. Conocéis muchos casos: Journey, Inside, Firewatch… Duración no es sinónimo de calidad, y es algo que he comprobado por enésima ocasión. ¿Por qué? Porque Olija es precisamente ese tipo de juego, que no te pide demasiado tiempo a cambio de una experiencia fugaz, pero cargada de encanto. Tal vez sea su aura de metroidvania, o tal vez su genuino pixel-art… pero lo que tengo claro es que un producto bien terminado.

Superar la aventura no lleva más de 3 ó 4 horas, y creo que hace bien, porque haber alargado la duración hubiese parecido artificial. No dispone de la suficiente variedad de mecánicas y situaciones como para sustentar algo más ambicioso, y es precisamente esa falta de ambición lo que lo aleja de haber llegado más lejos. Sin embargo, se deja jugar, es entretenido, cuenta una llamativa historia y -sorprendentemente- me parece que posee una mejor ambientación que títulos de más abultado presupuesto.

Olija hace muchas cosas bien, ¿pero en qué consiste? Encarnamos a Faraday, un náufrago que queda atrapado en el misterioso país de Terrafagia. Nuestro objetivo es simple: regresar. Pero claro, hacerlo no es tan sencillo. Antes deberemos visitar una serie de islas para conseguir acceso a cada vez más desafiantes niveles (backtracking incluido). Conseguiremos nuevos poderes y derrotaremos a jefes en una experiencia jugable marcada por la acción y las plataformas. Vamos, algo muy similar a cualquier Metroid o Castlevania, pero con un enfoque realmente único.

Olija, un indie con esencia metroidvania

Personalmente, lo que más me ha gustado de Olija es -como mencionaba antes- su cuidada ambientación. Os puede resultar difícil de creer si veis el aspecto visual del juego, pero hay que verlo en movimiento y sentirlo. El juego consigue llevarte a mundos decrépitos, prácticamente en ruinas. El misterio rodea a cada escenario, a cada situación, y es algo que apoya poderosamente la banda sonora y las voces que se ponen a los lugareños. Hablan un idioma extraño, desconocido, con un tono reminiscente de leyendas, de grandes gestas que nunca ocurrieron. Pura fantasía oscura.

Un indie retro entre lo japonés y lo flamenco con sabor a metroidvania


En la aventura recoges objetos con que construir sombreros mágicos.
En la aventura recoges objetos con que construir sombreros mágicos.

El juego te empuja a completarlo solo para conocer qué secretos ocurre con el país de Terrafagia. Es un buen punto de partida. El otro es la jugabilidad, por supuesto. Va de menos a más. Al principio parece que estás muy limitado por las escasas acciones del protagonista, pero más pronto que tarde atacarás no solo con la espada, sino con una ballesta y hasta una escopeta. Lo mejor, no obstante, es el arpón legendario, que permite atravesar el escenario a la velocidad de luz. ¿Recordáis lo que hacía Noctis en Final Fantasy XV? Pues algo así.

El arpón legendario se convierte en un instrumento esencial para comprender la jugabilidad. Si bien son importantes los combates, también lo es moverse por el escenario. El arpón permite desplazarse rápidamente en las batallas, y además llegar hasta plataformas de otra forma inalcanzables. Incluso existen algunos puzles que hacen uso de este poder para suponer el punto refrescante de la jugabilidad. El momento en que coges tu arpón, el juego cambia por completo y multiplica su interés. Es el mayor acierto de Olija.

La estructura también me ha gustado. Siempre puedes volver a sitios ya visitados, así que no se trata de un juego completamente lineal. Aunque no hay demasiadas tareas accesorias, siempre puedes dedicar algunos minutos a rescatar a náufragos perdidos, por ejemplo. Pero lo dicho, no es el epicentro de la jugabilidad. Aquí lo importante es resolver secuencias plataformeras, combativas y algún que otro rompecabezas. También hay alguna parte de sigilo que funciona bien. Y eso es lo que me sorprendió. Es como si los desarrolladores se hubiesen centrado muy pocos aspectos, pero que funcionan.

La narrativa es minimalista, pero funciona realmente bien. Es muy inmersivo.
La narrativa es minimalista, pero funciona realmente bien. Es muy inmersivo.

En ocasiones, veo juegos que intentan hacer demasiadas cosas, meter un millón de situaciones. Eso no suele dar buenos resultados. Por eso, a veces menos es más. Olija no experimenta demasiado, pero probablemente por eso ha resultado un juego notable. Aunque hay que ser justos. No es que el juego peque de original, y de hecho en el terreno audiovisual me parece una delicia. Sí, tiene píxeles como puños… ¿y qué? Es bello a su manera. Los sprites se mueven con gracia y el uso de colores acompaña a lo decadente de la temática. Además, la banda sonora es una rocambolesca pero exquisita combinación entre flamenco y folklore japonés. Le he dado más sentido a esta fusión al comprobar quién está detrás del proyecto. Skeleton Crew Studio tiene sede en Kioto (Japón), y posee un equipo multicultural que procede de varios países, desde EEUU hasta Francia. Si veis una de sus anteriores producciones, Back Slash, entenderéis el enfoque de este nuevo videojuego, el cual resulta sorprendentemente similar (sobre todo en el estilo de combates, heredado del anime y el cine de kung-fu).

Un indie retro entre lo japonés y lo flamenco con sabor a metroidvania

Olija consigue llevarte a mundos decrépitos, prácticamente en ruinas

Por supuesto, hay aspectos mejorables en Olija. No he comprendido por qué el juego tiene tantos tiempos de carga, y a veces se me ha colgado la versión de PC. Se trata de temas menores que tengo que comentar, pero que no enturbian el disfrute del videojuego. Sus leyendas del mar, unidas a la siempre exótica fantasía asiática, dan lugar a un juego que puedes distinguir cuando ves una captura, y eso habla muy bien de lo carismático que ha resultado.

No puedo recomendarlo abiertamente, puesto que está dirigido a un perfil bastante selecto: el usuario al que le gustan las rarezas indies. Eso sí, si decides asomarte, pienso que no quedarás defraudado. A pesar de su corta duración, el juego desborda calidad y me demuestra, una vez más, por qué Devolver Digital tiene tanta fama como distribuidora. Es difícil equivocarse cuando escoges un título publicado por esta compañía.

Corto pero con calidad

Sin sello
Un indie retro entre lo japonés y lo flamenco con sabor a metroidvania
Sin sello

Olija ofrece justo lo que se propone en el poco tiempo que dura: acción plataformera con toques metroidvania y una ambientación entre lo flamenco y lo japonés, con un trasfondo enigmático pero interesante para el jugador. Y eso es lo que importa. No puedo recomendarlo abiertamente, dada su naturaleza, pero si eres un amante de la experimentación indie, esta es con toda probabilidad una propuesta que deberías tener en tu lista de deseos.

5 cosas que debes saber:
  • Jugablemente interesante, con acción y plataformas que funcionan bien
  • Trama enigmática y que te absorbe para conocer qué ocurre con Faraday
  • El pixel-art es encantador: pura artesanía retro traída a la actualidad
  • En lo sonoro es una delicia por la genial ambientación a que da lugar
  • Es bastante corto y sin apenas rejugabilidad
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español
Duración: 3-4 horas
Ver requisitos del sistema
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

12.876 visualizaciones

100 DETALLES OCULTOS de RED DEAD REDEMPTION 2

¿Qué detalles ocultos guarda Red Dead Redemption 2? En el video de hoy os presentamos más de 100 curiosidades distintas acerca de la aventura de Arthur Morgan y de John Marston que nos presentó Rockstar Games en 2018.