Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es llevar la jugabilidad hack 'n slash típica de Team Ninja al universo RPG propio de la saga de Square Enix. El resultado es un título muy interesante, con fortalezas importantes, pero también aspectos que no ha sabido manejar. Os lo cuento todo en este análisis.
No dejo de considerar a Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin como un experimento. Uno más de los muchos que se han realizado con innumerables sagas. Y no está mal que se haga. Las compañías suelen expandir los universos de sus grandes licencias para llegar a más jugadores, al tiempo que ofrecen nuevas sensaciones a sus fans. Pero es un arma de doble filo, porque causa temor. Mucho. Este es uno de esos casos, y lo cierto es que tras haberlo jugado durante horas y horas considero que los temores de los fans no estaban infundados. No puedo recomendártelo ciegamente, pero tampoco decirte que te olvides de él. Para explicarte mejor ante lo que estamos, basta que te diga que se trata de una colaboración entre Square Enix y Team Ninja. El resultado es un juego que rescata la esencia de hack 'n slash como Nioh, pero siempre poniéndola al servicio de las claves identitarias de la saga Final Fantasy. Ya sabes a lo que me refiero. Aquí verás la historia de los cristales de poder, guiños para los fervientes seguidores, la presencia de los trabajos, magias icónicas y una banda sonora que se convierte sin género de dudas en lo mejor de este lanzamiento.
El problema es que la fusión no ha terminado de funcionar al cien por cien. Si bien puede hacerse entretenido machacar enemigos mientras recorres pasillos hasta llegar a un jefe, también se vuelve una tarea bastante monótona y que realmente no propone nada que no hayamos visto en otros títulos. Los valores de producción no acompañan, con un acabado irregular, y la sensación general es la de estar ante un spin-off que no ha terminado de dar todo lo que se merece una franquicia como esta. ¿Es por ello un mal videojuego? En absoluto, pero a menos que tengas algún tipo de interés en esta fantástica serie de juegos, creo que hay exponentes en el género de la acción mejores en este momento. Déjamelo que te lo explique en este análisis.
Un hack 'n slash con elementos RPG
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La historia es un aspecto central en cualquier videojuego de Final Fantasy, no hace falta que te lo diga. El drama se respira en sus batallas, diálogos y secuencias de introducción… a veces con situaciones que pueden ponerte la piel de gallina. Pues bien, solo decirte que no esperes demasiado de Stranger of Paradise en este sentido. Su planteamiento es interesante, porque rescata los orígenes de la saga: cuatro guerreros en busca de unos cristales mágicos que devolverán la luz al mundo. Parece épico, lo es, pero el desarrollo de los acontecimientos está marcado por un guion sin chispa y personajes poco carismáticos.
Personalmente no iba con grandes pretensiones, al tratarse de un spin-off. Al final, el argumento no es más que un pretexto para movernos de misión en misión. Y lo cierto es que no hay poco trabajo detrás. Tenemos bastantes minutos de cinemáticas y no pocos diálogos (con voces en inglés y japonés), pero lo dicho… sin alardes. Se nota que Square Enix no ha querido aportar datos sustanciales sobre el eje narrativo de la saga, conformándose en este caso con aplicar el sentir, la atmósfera y algún que otro guiño. Es suficiente si no buscas más que eso, pero obviamente puede que te sientas decepcionado si venías a por algo más.
Y otro detalle interesante: el juego está bastante occidentalizado. No llega a alejarse del todo de la típica idiosincrasia japonesa, pero la dirección artística creo que busca claramente al jugador occidental, en particular por un diseño muy medieval europeo, tanto en cuestión de personajes como de escenarios. Esto curiosamente entronca con lo que veremos en Final Fantasy XVI, así que puede ser un buen adelanto para los usuarios más incondicionales de la licencia. Esto salvando todo lo referente a lo gráfico, aspecto muy criticable y que explica en buena parte que Stranger of Paradise no haya llegado más lejos.
Es un juego que visualmente presenta unos tremendos altibajos. Tan pronto puedes estar en un escenario precioso, con buenos efectos de iluminación, como en un espacio de tonos tan apagados que cuesta hasta orientarse. Los enemigos no están mal, y hasta me han resultado razonablemente variados. Los escenarios también son numerosos, aunque sus pasillos y estructura se repiten tanto que en ocasiones he estado dando vueltas, pasando por el mismo sitio sin darme cuenta. Por cierto, he echado en falta un minimapa, porque en medio de tanto combate es fácil perder la orientación.
No obstante, lo peor es que el motor gráfico no es nada convincente. Hay escenarios que muestran errores de antialiasing, texturas pobres, falta de definición y sobre todo un mal uso de la iluminación (aspecto este último muy recurrente en todos los mapeados). En la redacción hemos podido probarlo en PS4 y PS5, con resultados que quedan lejos de lo que pueden ofrecer estas plataformas. No hay problemas graves de rendimiento, aunque existe una falta de optimización bastante evidente. Por suerte, la banda sonora está en otro nivel, con la brillantez de que suelen presumir los juegos de Final Fantasy, y eso no es poco decir. En particular, hay temas muy reconocibles que harán las delicias de los fans.
Donde el juego se defiende mejor, sin ninguna duda, es en el apartado jugable. Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es un juego de acción hack 'n slash con elementos RPG. La estructura es sencilla, y se basa en completar una serie de misiones en que se envía a los protagonistas a una determinada localización: un bosque, una mazmorra, unas instalaciones, unas ruinas… No hay un mundo abierto, sino que cada decorado dispone de su propio recorrido, desde un punto A hasta uno B, infestado de enemigos a los que aniquilar mientras avanzamos. Hay checkpoints para recuperar vida, muchos tesoros que descubrir y algún que otro desvío o diseño laberíntico.
Creo que muchos jugadores podrán disfrutar del juego, independientemente de su habilidad a los mandos
Atravesar estos mapeados no supone ningún desafío en sí mismo. Alguna vez te encuentras con un interruptor oculto, o algún camino del que no te habías percatado, pero no se les puede llamar puzles. Se trata de un recorrido ameno, sin complicaciones, pero también poco estimulante, con un diseño de juego anquilosado que parece de otra época. Tanto es así que lo más importante está en los combates que libras. A este respecto, hay tres modos de dificultad. Cualquiera de ellos, incluido el más asequible, me ha hecho perder la vida en alguna ocasión, así que puede llegar a ser un título muy difícil si así lo deseas. Me ha gustado el enfoque, porque creo que muchos jugadores podrán disfrutar del juego, independientemente de su habilidad a los mandos (la dificultad puede cambiarse entre misiones sin penalización).
La dificultad escogida tiene un impacto en la forma en que juegas, y aquí está otra de las claves del juego. Si vas en el modo más fácil, podrás ser más descuidado y atacar sin ton ni son, esquivar algún ataque y usar pociones para cuando la cosa se ponga fea. Así puedes pasarte el juego. Pero si escoges una dificultad superior, prepárate para prestar mucha atención a los movimientos de los oponentes, reaccionar a tiempo y emplear técnicas especiales. A este respecto, el juego puede volverse bastante técnico, aunque siempre dentro de la accesibilidad que han perseguido Team Ninja y Square Enix.
Final Fantasy a lo Team Ninja
Stranger of Paradise no es como Nioh, sino que se queda en un punto intermedio. No me ha parecido algo negativo, pero has de tenerlo en cuenta. También creo que no está del todo bien resuelto, porque hay mecánicas tanto ofensivas como defensivas que no llegan a cuajar. Al menos, tiene cosas interesantes como la barra de ruptura, que consiste en superar la defensa del enemigo y asestar una ejecución (llamada rompeánima) que acabe con su vida por completo. Luego está la técnica de corazánima, que consiste en crear un escudo de fuerza para recuperar PM, muy útil para lanzar destrezas que son únicas para cada uno de los trabajos disponibles.
Y aquí llegamos a mi parte favorita del juego. Tenemos un buen puñado de trabajos entre los que escoger. Cada protagonista puede llevar un máximo de dos al mismo tiempo, así que ir alternando entre ellos forma parte de la diversión. Luchador, monje, gladiador, brujo, espadachín… Cada trabajo se potencia de forma individual, con su propio contador de niveles de experiencia, así como árbol de habilidades y progreso. Entrar al menú y comprobar tu avance en este sentido ofrece una grata sensación de progresión. Es cierto que en la práctica no hay mucha diferencia entre clases, porque suelen ser igual de efectivas frente a los enemigos, pero sí que ofrecen distintos estilos combativos (ataque cuerpo a cuerpo o a distancia, principalmente).
Hay partes del juego que no sientes que sean útiles, o que no están aprovechadas
Por supuesto, los trabajos se distinguen unos de otros por la apariencia que confiere a los protagonistas. Aquí tiene mucha importancia el inventario disponible. Tengo que decir en este punto que el looteo de equipamiento es abrumador: estás continuamente consiguiendo nuevas armas y elementos de armadura. Por ello, creo que es acertado que los desarrolladores hayan incluido un botón para optimizar automáticamente el equipo de cada personaje (de lo contrario, os aseguro que sería un auténtico tedio entrar al menú y hacerlo siempre manualmente).
En adición a esto, puedes mejorar armas y demás en el herrero, pero me ha parecido un proceso algo farragoso, y además consigues tantos ítems que realmente no resulta algo imprescindible. Si lo piensas, esto no habla del todo bien del ajuste aplicado, porque hay partes del juego que no sientes que sean útiles, o que no están aprovechadas. Lamentablemente, esa sensación ha acudido a mi mente en más de una ocasión mientras jugaba.
Otro ejemplo está en los jefes finales, los cuales no llegan a despuntar. No te preocupes, están bastante bien y suponen una guinda de epicidad para acabar cada misión. De hecho, suelen ser enormes, bastante imponentes y algunos disponen de pautas elaboradas, en que es necesaria una estrategia. Lo comprobarás cuando pierdas la vida y aparezcan pistas para superarlos. Algunos de estos jefes poseen varias partes del cuerpo a golpear, mientras que otros resultan especialmente vulnerables ante ciertos ataques o poderes mágicos. No es Dark Souls, pero se nota la inspiración que han cogido los nipones.
En lo que respecta a la duración, depende mucho de tu habilidad y la dificultad que escojas. Podría durarte entre 15-20 horas si superas los niveles con facilidad, pero alargarse a las 30 horas (o más) si te atascas con los desafíos propuestos o simplemente te paras más de la cuenta para hacer misiones secundarias -que son bastante numerosas- o gestionar la vertiente más rolera del título. También tiene cooperativo para hasta tres participantes, el cual se puede disfrutar en todos los niveles del juego. Los jugadores que se unan podrán jugar con la progresión que tenían en la aventura principal, es decir, con los trabajos que hubiesen conseguido. En definitiva, la duración es suficiente para un juego de estas características, porque más que un RPG de acción tradicional, es un hack 'n slash con elementos roleros, una trama ligera y un diseño de niveles que no enfatiza la exploración libre.
El problema de Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin no es su concepto en sí, que es interesante e innovador en la franquicia, sino la ejecución. Es un juego con un buen puñado de problemas a nivel jugable, narrativo y gráfico. No obstante, no deja de ser un juego llamativo y que podría interesarte, pienso que más si eres un incondicional de la saga Final Fantasy. En el resto de casos, tendrías que valorar todos los pros y contras ya comentados, puesto que ya existen juegos del estilo que lo hacen mejor, aunque es cierto que no con los elementos tan icónicos de la reputada licencia de Square Enix.
Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin es un experimento, un intento por llevar el estilo Team Ninja a la reputada saga RPG de Square Enix. El resultado es un hack 'n slash cargado de acción, en que los combates suponen la parte más sobresaliente del título. ¿Y lo demás? Pues no está tan inspirado. El diseño de niveles es arcaico y poco estimulante, los gráficos no están a la altura y en lo narrativo no tiene mucho que aportar a la franquicia. Por ello, es un juego que queda relegado a los usuarios más incondicionales, o aquellos que sientan curiosidad siempre que tengan en cuenta todos sus aspectos positivos y negativos.
Comprar Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin- Combates interesantes y de cierta profundidad, brillando en especial los jefes finales.
- Buen sistema de trabajos, con una sensación de progresión RPG bastante potente.
- Diseño de niveles anticuado y poco estimulante.
- La trama se sigue bien, pero se nota descuidada y no aporta mucho a la licencia.
- Poco acertado en lo artístico y gráfico, alejado de los valores de producción de la saga.
