Hace unos días me enrolé en la tripulación de FAR: Changing Tides, un videojuego que me propuso una aventura que no esperaba vivir en 2022: surcar los mares en una de las embarcaciones más variopintas y bonitas que he visto nunca. Ha sido una de esas experiencias que hacen clic en tu cabeza. Ahora trato de contarte cómo fue con todo lujo de detalles y sin spoilers.
Estos últimos meses ha habido tal aluvión de grandes videojuegos que ha provocado que muchos, entre los que me incluyo, hayamos perdido de vista otras propuestas tan interesantes como este FAR: Changing Tides. Es un juego pequeño que llega sin hacer demasiado ruido, pero ha causado tal impresión en mí, que en este análisis quiero contaros todo lo que necesitáis saber sobre esta bonita aventura que es una de esas pequeñas joyas que merece la pena probar. Porque siendo una obra aparentemente simple, consigue ofrecer un acopio de emociones que tocan algunas fibras sensibles con una sutileza que no ves venir hasta que es demasiado tarde. Y claro, por este y otros motivos, el nuevo juego de FAR ha sido todo un descubrimiento.
Desarrollado por Okomotive y Frontier Foundry, creadores de su hermano mayor FAR: Lone Sails, este es un juego verdaderamente bonito; una interesante aventura de scroll lateral que se sustenta sobre tres pilares: una narrativa muy visual, el manejo y administración de un barco y la resolución de pequeños puzles que se presentan en forma de obstáculos. Con todo ello, admito que hacía tiempo que no me emocionaba tanto jugando a un videojuego y en este análisis de FAR: Changing Tides quiero contaros cómo ha sido mi viaje a través de este mundo posapocalíptico que esconde más de lo que aparenta a simple vista. ¿Listos para embarcaros en este emocionante viaje?
FAR: Changing Tides, la belleza del mar y lo postapocalíptico
Es innegable que las ambientaciones postapocalípticas tienen algo que nos atrapa, una belleza muy especial que muy pocos saben explicar con exactitud. Encontramos catarsis al ver las ruinas de nuestro mundo en una tierra que reclama lo que por derecho siempre fue suyo. No podemos evitarlo: dónde deberíamos sentir terror, sentimos calma. Por otro lado, el mar... una fuerza de la naturaleza indomable y tan llena de misterio.
FAR: Changing Tides une estos dos conceptos: un mundo postapocalíptico en el que la mayoría de la tierra ha sido invadida por el mar. Justo aquí es donde comienza tu aventura: tomas el control del personaje y lo primero que tienes que hacer es salir del agua. Estás completamente solo. No hay panel de misiones, brújulas o indicaciones claras que te den un propósito. Eres un náufrago y pronto comprendes que tu única misión es sobrevivir, seguir adelante. La cruda realidad de la vida.
Durante los primeros minutos de FAR: Changing Tides queda claro cómo va a ser su tipo de narración: visual. Cada escenario cuenta su historia como si fuese una fotografía en movimiento de la desolación que aconteció antes de tu llegada. No hay diálogos ni textos. Serás tú quien deba ir uniendo puntos y confeccionando un tapiz de todo lo ocurrido. Hay mucho lugar a la interpretación (especialmente sobre el origen del personaje), pero en general la situación del mundo queda bastante clara.
A pesar de no tener un apartado gráfico puntero, FAR: Changing Tides cuenta con un diseño artístico precioso y más detallado de lo que puede parecer. Acompaña una increíble banda sonora que es fácil pasar por alto, pero que forma parte importante de la narrativa. Esto hace que puedas soñar y teorizar al mirar alrededor en cada escenario. Ir uniendo pequeñas pistas en tu mente en un debate contigo mismo, con un amigo, tu pareja e incluso en un chat de Youtube y Twitch es un ejercicio sencillamente hermoso.
"Y ahora, rumbo al horizonte"
No tardas mucho en encontrar la joya de FAR Changing Tides: un viejo barco construido con trozos de chatarra que necesita reparaciones. No parece gran cosa y la realidad es que no hay más a mano. Después de superar varios puzles, soldar aquí y allá y liberar la nave, te lanzas a surcar los mares. Aquí es donde comienza lo divertido.
Hay una única misión: sobrevivir
Hay una única misión: sobrevivir. ¿Y qué significa esto? Seguir adelante afrontando todas las vicisitudes que se presenten y manteniendo a flote (y en funcionamiento) el trozo de chatarra que has encontrado... y que ahora es tu hogar y tu posesión más preciada. A medida que avances hacia ninguna parte, encontrarás restos de la humanidad y formas de mejorar tu trozo de chatarra flotante. Y cuando quieres darte cuenta se ha convertido en TU trozo de chatarra flotante. Has aprendido las mecánicas que FAR: Changing Tides propone para manejarlo (que introduce una a una de forma muy intuitiva) y ordenas los recursos que vas encontrando en su bodega. Es una embarcación pequeña y roñosa, ¡pero maldita sea es tu embarcación!
La navegación cuenta con dos modos: vela y motor a vapor. Además, en cierto punto podrás instalar una mejora que lo convierte en un submarino. En general, el videojuego insinúa cuándo usar los distintos modos, pero tienes posibilidad de elegir. En la superficie puedes optar por las velas siempre que haya viento para ahorrar combustible o puedes usar el motor para ir más rápido, si crees que tienes suficiente combustible hasta la siguiente parada. También puedes usar el modo submarino durante las tormentas para que la nave no reciba daños... a costa de combustible. ¿Empiezas a ver cuál debe ser tu preocupación principal?
"Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma"
FAR: Changing Tides es un faro para quienes buscan una experiencia relajante, pausada e introspectiva; un gameplay muy sencillo e intuitivo y puzles simples. Estos últimos son similares entre sí y no presentan un gran reto para el usuario, pero creo que son originales dentro de su limitada variedad y coherentes con la experiencia que proponen sus desarrolladores.
No tengo palabras negativas para FAR
No tengo palabras negativas para FAR, y eso que me hubiese gustado que durara dos o tres horas más. En cualquier caso, lo recomiendo encarecidamente. Finalicé el juego con una sonrisa en la cara y un pensamiento: no sé si he entendido lo que quieren transmitir sus creadores (si quieren transmitir algo), pero ha sido una experiencia muy especial. No en un sentido trascendental y profundo, sino de pura experiencia vivida. FAR: Changing Tides es uno de esos juegos que te hace apreciar cada maldito segundo del camino y cuyo final es sencillamente un trámite menor del mismo. Y cómo lo amas cuando sabes cómo funciona tu nave.
Una nave que para mí representa la misma vida: vivimos en nuestro pequeño barco, luchando día a día por mantenerlo a flote para seguir avanzando, afrontando las tormentas y obstáculos de la mejor forma que podemos para seguir avanzando y disfrutando de esos pequeños momentos de libertad en los que soltamos las velas para disfrutar de las vistas. ¿Qué vendrá mañana? ¿Qué nuevas traerá el horizonte? La respuesta se consigue avanzando.
Para finalizar, quiero citar el poema "Invictus" de William Ernest Henley, que no pude quitarme de la cabeza durante todas mis horas de juego y cuyos últimos versos en concreto le vienen como anillo al dedo a FAR Changing Tides:
"Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino,
ni cuantos castigos lleve mi espalda.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma."
FAR: Changing Tides es un videojuego excelente y que ofrece una experiencia relajante, pausada e introspectiva. Lo único que puedo criticar (y no en un sentido negativo) es que su duración podría haberse extendido una o dos horas más. Me he quedado con ganas de seguir mejorando mi nave para surcar más mares. Al margen de esto, creo que hace un gran trabajo en todos los apartados que propone.
- Cuenta con una ambientación preciosa y sobrecogedora.
- Pilotar la nave es muy divertido e intuitivo.
- Los puzles son sencillos, pero originales.
- No pases por alto la banda sonora. ¡Te sorprenderá!
- Atento al sonar de la nave. Ya lo entenderás.
