De los creadores de Wario Ware nos llega una de las propuestas más originales concebidas en consolas y particularmente en Nintendo DS. Un flujo de buenas sensaciones representadas en el ritmo bajo una estética simple y efectiva que destila buen humor al son de la música.
Rodearse de un genio musical japonés como Tsunku en la composición musical de un videojuego ya es algo para tener en cuenta. También la estética simple del título puede pasar desapercibida y más si se aleja de los cánones actuales. En todo caso muchos jugadores recordarán un título llamado Rhythm Tengoku. Este juego apareció en GameBoy Advance en los últimos atisbos de originalidad que desprendió la portátil antes de ser engullida por el éxito de Nintendo DS. Destacar que muchos jugadores tuvieron que tirar de importación para disfrutar de un título precursor en ritmos basándose de manera pronunciada en el oído y no tanto en lecturas icónicas en pantalla.
Rhythm Paradise para Nintendo DS ha llegado a occidente, una grata noticia ya que es un auténtico superventas en Japón que lleva más de un millón de copias vendidas a sus espaldas. El retraso de su lanzamiento en España viene determinado por la laboriosa traducción del juego, tanto de voces como textos, que llegan a nuestro país en un completo y simpático castellano.
Diversión a golpe de ritmo
Para jugar a Rhythm Paradise tenemos que poner la consola de forma vertical tal como lo hacíamos con la serie Brain Training, quedando a nuestra izquierda la acción del juego y a nuestra derecha la pantalla táctil, completamente en negro y donde deberemos limitarnos a seguir el ritmo. Tendremos varios esquemas rítmicos para aprender, desde los más sencillos hasta los más complicados de asimilar. Cada hilera de pruebas -que corresponden a 4 minijuegos más un remix-, enfatizan ese ritmo bajo diferentes minijuegos de lo más variopintos. En esto subyace la increíble originalidad que desprende el título, con pruebas donde tendremos que seguir una coreografía, imitar una serie de notas o pautas y, básicamente, seguir el ritmo hasta el final con multitud de variantes.
Pero no sólo será tocar la pantalla táctil lo que haremos en Rhythm Paradise, sino que el juego reconocerá hasta tres formas de toque sobre la pantalla, diferenciándose el toque ligero, pronunciado o el tirar, llamado así al movimiento de abajo a arriba. Para los pocos entrenados con el ritmo podrá parecerles complicado entender la mecánica de juego y seguir en sí su dictado musical, pero para ello se ha ideado un completo y potente tutorial antes de cada prueba que nos enseñará el camino para superar y entender lo mostrado.
Conseguir un suficiente raspado para pasar de prueba no es nada fácil y la repetición de minijuegos será algo común, aunque sin llegar a cansar. De hecho si alguna prueba se nos da por imposible podemos saltárnosla accediendo a la zona del café, lugar del juego donde podemos también recibir consejos y repasar tutoriales.
En total más de 50 minijuegos, unos que forman parte en sí del entramado del modo principal y otros que son básicamente minijuegos descartados que se van desbloqueando gracias a las medallas que consigamos. Estos últimos minijuegos se dividen en “juegos rítmicos” y “juegos infinitos” ideados para intentar batir récords, por ejemplo tirar una moneda al aire tantas veces como podamos sin que se caiga.
Visualmente Rhythm Paradise centra su propuesta en un estilo sencillo y colorido que combina a la perfección con el personal humor que desprenden las pruebas. Las melodías, que incluso se venden en un disco por separado en Japón, son pequeñas piezas que esconden un gran trabajo en su creación. Destacar especialmente la enorme rejugabilidad del título, invitándonos a la repetición de pruebas y a la consecución de medallas. Al final, las 50 pruebas se nos pueden hacer ligeramente cortas porque Rhythm Paradise engancha, y eso hoy día ocurre en contadas ocasiones.
Rhythm Paradise es un claro ejemplo de que con muy poco puede conseguirse algo inmenso, lleno de posibilidades y con una diversión sin precedentes. Su enorme variedad bajo una originalidad sin igual representa la importancia del ritmo en nuestra vida. Multitud de pruebas junto con otra cantidad de minijuegos a desbloquear es una oferta tan fascinadora como tentadora y que sólo una dificultad a veces excesiva, puede acabar con la paciencia de ciertos jugadores.
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