Análisis de Divinity 2 Ego Draconis

Análisis de Divinity 2 Ego Draconis
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El interesante Divine Divinity recibe segunda parte bajo el mucho más comercial nombre de Divinity 2: Ego Draconis. Larian Studios ofrece un juego de rol de los de la antigua escuela, con aditivos tremendamente interesantes como nuestro dominio sobre los dragones o la posibilidad de leer las mentes de los NPCs.

Los responsables de Divine Divinity y Beyond Divinity atacan de nuevo, y lo hacen con una deliciosa propuesta bajo el nombre de Divinity 2: Ego Draconis. Su papel de ser una de las compañías europeas más respetadas dentro de los RPG les ha ayudado a afrontar un proyecto de estas características con la suficiente confianza.

Y es que el salto de ambición, profundidad y posibilidades de su nuevo videojuego supera con mucho lo que los trabajos precedentes de Larian Studios han reportado hasta ahora. Divinity 2 funciona a casi todos los niveles y tiene el elemento francamente innovador de la lectura de las mentes de los NPCs. ¿Qué le ha faltado para ser excepcional? Algo más de duración, unas misiones con más gancho y un mundo igual de detallado pero más grande.

El Reino de los Dragones
Divinity 2: Ego Draconis tiene lugar en el reino de Rivellon, un lugar amenazado por los dragones. Nuestro personaje, al que bautizaremos y del que decidiremos su aspecto al inicio de la partida, parte como un vulgar aprendiz de cazadragones en la zona de Albor Remoto, lugar tradicionalmente ligado a este tipo de instrucción.

Ya desde la primera cinemática que contemplaremos en la que la cámara sigue a un pequeño insecto que sobrevuela un riachuelo, nos podemos hacer una idea del nivel de detalle y de atención que los chicos de Larian Studios han puesto en la forma de narrar la historia del título.

Morgana al comienzo del videojuego lanzará un hechizo sobre nosotros que nos dará  la memoria de los dragones. Gracias a ella el color de nuestros ojos cambiará e incluso podremos ver a los muertos.
Morgana al comienzo del videojuego lanzará un hechizo sobre nosotros que nos dará la memoria de los dragones. Gracias a ella el color de nuestros ojos cambiará e incluso podremos ver a los muertos.

No hay mucho contexto al empezar la aventura, y es que las cinemáticas que abren el modo Campaña tienen más valor por su fuerza estética que por su exigua carga argumental. Así pues no contaremos nada de la historia, puesto que al estar tan fuertemente entroncada con la propia experiencia del usuario a la hora de descubrirla, entendemos que no aportaríamos gran cosa y sí destruiríamos algo de la propia experiencia. Sí diremos, sin embargo, que se trata de un guión bastante clásico y sin grandes sorpresas o golpes de efecto, hay algún necesario giro argumental en puntos determinados de la narrativa, pero la mayoría de ellos son francamente predecibles.

Las poco más de 20 horas que nos costará superar toda la experiencia individual están básicamente contadas en base a los diálogos que tendremos con otros NPCs que pueblan el mundo de Divinity 2. Así pues bastará con situarse cerca de uno de ellos y pulsar el botón E en la versión de PC para poder entrar a charlar: Diálogos a menudo cargados de humor y que se desarrollan en un formato muy clásico con las opciones en la parte inferior de la pantalla para seleccionarlas con el ratón, y los primeros planos de los personajes en la superior.

Donde Ego Draconis trata de separarse de lo tradicional del género en lo que a la interacción con el resto de personajes se refiere es en lo tocante a la lectura de mentes. Esto supondrá que podremos averiguar cuándo un NPC, por ejemplo, nos miente; lo que servirá para resolver algunos de los rompecabezas de este estilo que plantea el videojuego. La opción de saber qué están pensando otros suena más fascinante sobre el papel de lo que acaba resultando en su ejecución, puesto que está mucho más encorsetada de lo que cabría esperar y apenas tiene interferencia por nuestra parte más allá del gasto variable de experiencia que conlleva y que nos obligará a un uso estratégico de la habilidad. Sin embargo hay que valorar muy positivamente su inclusión y las posibilidades que aporta, aunque les falte un plus en su ejecución.

Para ser un Cazadragones contaremos con varias habilidades especiales. La de convertirnos en dragón será sin duda la más espectacular de ellas.
Para ser un Cazadragones contaremos con varias habilidades especiales. La de convertirnos en dragón será sin duda la más espectacular de ellas.

Lo que no nos ha parecido tan brillante son un par de aspectos de cierta importancia. El primero es el corte repetitivo de todas las misiones, el argumento no ayuda mucho a desarrollarlas, y a medio plazo nos daremos cuenta de que estamos repitiendo los mismos patrones una y otra vez. Por otra parte tampoco nos ha parecido un acierto el sistema de regeneración automática de salud, que resta buena parte de la estrategia que habitualmente supone el tener que gestionar este tipo de aspectos.

Rol Añejo
Con Divinity 2 nos encontramos un lanzamiento, insistimos, clásico, y que respeta a rajatabla todas las características del género en cuanto a combates, misiones principales o secundarias u obtención de experiencia por las muertes entre otras cosas. Sin embargo hay algunos elementos además del que ya hemos descrito sobre la lectura de mentes que también ayudan a hacer del título algo más genuino.

En términos de control el título sigue la línea que el rol occidental ha formalizado en los últimos años. El control es ágil y preciso, y nos permite mover la cámara con ésta fijada a la espalda del personaje, y desplazarnos con las clásicas alternativas del sprint, el caminar lento, el salto y una voltereta lateral muy útil para dar dinamismo a los combates que nos permitirá esquivar golpeos de los enemigos.

El combate no es particularmente profundo, pero sí ofrece una serie de alternativas interesantes a la hora de sortear los enfrentamientos. Por un lado en lo que respecta a la lucha cuerpo a cuerpo tenemos algunas opciones como las de combinar los clásicos golpeos con las armas y movimientos; así, por ejemplo, si corremos hacia un rival y pulsamos el botón de ataque normal nos abalanzaremos sobre él con gran fuerza, mientras que si lo hacemos de forma estática o saltando serán totalmente diferentes.

Una vez aprendamos la habilidad de leer la mente podremos, a cambio de una cantidad de experiencia, saber lo que nos ocultan otros personajes o incluso descubrir habilidades que ellos conocen y nosotros no.
Una vez aprendamos la habilidad de leer la mente podremos, a cambio de una cantidad de experiencia, saber lo que nos ocultan otros personajes o incluso descubrir habilidades que ellos conocen y nosotros no.

Por otra parte el enfrentamiento a distancia es todavía más sencillo, con un solo botón sacamos un arco, por ejemplo, y pulsándolo de nuevo lo disparamos. Similar es el empleo de los hechizos y habilidades especiales, que se equipan con los números del teclado escogiendo los que están expuestos en la parte inferior de la pantalla, y que en función de su tipo se lanzan, activan o engarzan en nuestras armas ejecutándose su uso con un click de ratón.

Por otro lado una de las mejores noticias que nos deja el título a la hora de satisfacer a los más aficionados a los RPG es la de la ausencia total de auto-level. Esto significa que determinadas zonas serán del todo inaccesibles puesto que los enemigos podrán acabar con nosotros en cuestión de segundos. Para mejorar nuestro personaje deberemos llevar a cabo un buen puñado de misiones secundarias con las que incrementar nuestras características más allá a menudo de las que el arco principal nos pueda proporcionar.

Las misiones además ofrecen profundas alternativas, y las decisiones que tomemos tendrán repercusión directa en acontecimientos que sucedan después en la partida. Así en función de cómo nos relacionemos con algunos personajes su afiliación por uno u otro bando o su situación puede cambiar en el futuro, de modo que deberemos tener mucho cuidado con todo lo que hagamos.

Príncipes del Fuego
Las opciones de personalización en cuanto al físico no son particularmente abundantes, no obstante a la hora de dar forma a nuestro combate sí tendremos generosas alternativas. En lo que respecta a nuestra imagen, como ya hemos dicho, bautizar a nuestro personaje, escoger su sexo, decidir cinco o seis elementos de su cara como el vello o las cicatrices para los hombres o determinados maquillajes para las mujeres. Por lo que respecta a los peinados tendremos la posibilidad de elegir entre seis alternativas para cada uno de ellos, con los colores moreno, castaño, pelirrojo o rubio. El último elemento a editar será el de las voces, donde tendremos cuatro alternativas por sexo –civil, aristócrata, soldado y caballero-.

Hasta 54 habilidades podremos aprender en Divinity 2: Ego Draconis. Sin embargo no hay clases como tales, y si bien se puede dividir ciertas habilidades entre algunas diferenciaciones, lo cierto es que no tenemos un sistema como los que solemos ver en esta clase de videojuegos. Cada una de estas habilidades puede ser potenciada hasta el nivel 13, los cinco primeros de forma automática desde nuestro perfil a cambio de puntos de experiencia, y las ocho restantes con entrenadores personales.

Cuando adoptamos la forma de dragón no sólo cambia el estilo jugable, sino también el aspecto del videojuego y de sus interfaces.
Cuando adoptamos la forma de dragón no sólo cambia el estilo jugable, sino también el aspecto del videojuego y de sus interfaces.

El sistema es lo suficientemente profundo como para satisfacer a cualquier amante del género, y lo cierto es que no podemos maximizar todas las características del personaje, de modo que por supuesto tendremos que escoger nuestro camino entre las diferentes ramas para perfeccionar nuestro estilo en lo que más se adapte a nuestro gusto y necesidades.

Sin embargo la verdadera estrella del videojuego es la parte que hace referencia al hecho de que nuestro personaje puede convertirse en dragón. Con esto toda la jugabilidad del título se transforma en un estilo totalmente diferente, cambiando el corte del propio Divinity 2. El dragón es un ente totalmente diferente al del personaje humano que encarnamos, de modo que el desarrollo de éste será algo que funcionará al margen. Se trata de una vertiente mucho más orientada a la acción, y donde el componente más rolero brilla por su ausencia para favorecer un estilo más directo.

Universo Mítico
Gráficamente Divinity 2: Ego Draconis es un videojuego francamente vistoso. Los escenarios, los personajes, la arquitectura, las criaturas que pueblan este mundo y, por supuesto, los majestuosos dragones… todos los elementos del universo del videojuego de Larian Studios denotan un descomunal cuidado, tanto en su ejecución técnica como en términos de dirección artística.

El mundo, sin embargo, quizá no es tan grande como debería, y eso se nota en las dimensiones de todas las facetas del título. Se percibe claramente que sus creadores han optado por focalizar la atención del desarrollo mucho más en el detalle de todos y cada uno de los entornos que en sus dimensiones.

En términos de animaciones el videojuego puede resultar algo áspero. Algunas de ellas tienen un aspecto más que correcto, como las de caminar y los golpeos, sin embargo otras como el salto o el propio encadenado entre unas y otras deja unas sensaciones excesivamente ortopédicas.

El decidir el aspecto y sexo de nuestro personaje es importante para nuestra representación en el juego, sin embargo los ilusionistas pueden cambiar toda nuestra apariencia cuando lo deseemos.
El decidir el aspecto y sexo de nuestro personaje es importante para nuestra representación en el juego, sin embargo los ilusionistas pueden cambiar toda nuestra apariencia cuando lo deseemos.

En términos de optimización hay que dejar claro que el videojuego funciona francamente bien en los diferentes equipos en los que lo hemos testeado. En el AMD X2 4200+, con una 8800 GT y 2 GB de RAM el resultado ha sido más que bueno, con la opción de maximizar todas las opciones gráficas a excepción de algún recorte en calidad de sombras y acabado de los dientes de sierra para ganar en fluidez, y obteniendo un resultado en términos de imágenes por segundo cómodamente establecido en torno a los 30 frames. Con un equipo más limitado y que sobrepasaba por poco los Requisitos Mínimos que puedes consultar desde este enlace, los resultados han sido lógicamente más modestos, con un notable recorte de opciones gráficas para favorecer un rendimiento que resultara aceptable.

Y es que el título cuenta con un buen puñado de parámetros visuales con los que jugar hasta tener convenientemente personalizado su aspecto. La resolución es sólo el primero de ellos, y es que también tendremos opción de definir el antialiasing, la calidad de la geometría la distancia de visionado –impactante al máximo-, la calidad de las sombras, de las texturas, la presencia o no del HDR y de la profundidad de campo y el acabado de otros elementos como árboles, agua, etcétera.

Los únicos elementos deficientes a nivel tecnológico son el hecho de que la interacción con el entorno es del todo inexistente o que algunos tiempos de carga y transiciones entre elementos del menú tienen unos tiempos mejorables.

La posibilidad de contar con lacayos para echarnos una mano con ciertos elementos brilla en Divinity 2. En nuestra propia torre del dragón podremos tener a nuestro cargo a alquimistas, herreros...
La posibilidad de contar con lacayos para echarnos una mano con ciertos elementos brilla en Divinity 2. En nuestra propia torre del dragón podremos tener a nuestro cargo a alquimistas, herreros...

Por lo que respecta al apartado del audio debemos dejar claro que el videojuego está enteramente en español, tanto en textos como en voces. El acabado del doblaje es en líneas generales bueno, con abundantes voces fácilmente reconocibles de series de televisión. La música es en ocasiones épica y en otras más bien minimalista, pero salvo algunas partituras francamente desconcertantes y que parecen fuera de contexto lleva a cabo su tarea con sobrada calidad.

Muy Bueno

Sin sello

Divinity 2: Ego Draconis

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Divinity 2: Ego Draconis es un muy buen videojuego de rol. La segunda parte del título de Larian Studios es sólida, divertida y con una duración bastante razonable, y trata de encontrar su carácter genuino con algunas incorporaciones muy válidas como la transformación en dragón o la capacidad de leer la mente.

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Jugadores: 1
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
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