El Captura la Bandera más clásico se reformula de la forma más divertida con Fat Princess, una propuesta original, adictiva y brillante. Un multijugador para 32 usuarios de lo más divertido en el que el desenfadado combate entre ejércitos para llevarse a la princesa es el auténtico leitmotiv.
¿Cómo conseguir cosas originales con un formato aparentemente reiterativo de juego bélico para muchos usuarios a través de Internet? En Titan Studios tienen la respuesta, y se llama Fat Princess. Una especie de Hack and Slash masivo, que encuentra su mayor brillantez en el juego a través de Internet.
Salva a la princesa de su encierro en el castillo o defiéndela y atibórrala de pasteles para evitar que los enemigos se la lleven. Según el bando los objetivos cambian, pero son idénticamente entretenidos. Que el aspecto infantil del juego y su liviano concepto no engañen al lector, Fat Princess es un juegazo de los pies a la cabeza.
El Guisante se Convirtió en Tarta
En Fat Princess hay cuatro modalidades jugables, aunque las más divertidas son las que tienen que ver con la princesa, es decir las que versan acerca del rapto o secuestro de su oronda figura. Así si, por ejemplo, somos del bando atacante deberemos asaltar el castillo donde ella se encuentra retenida y llevarla hasta nuestra base, mientras que si pertenecemos a los contrarios deberemos defenderla del estado de sitio.
Obviamente no todo es tan sencillo y hay abundantes factores que deberemos tener en cuenta. El más importante de ellos es que, como es lógico, será mucho más fácil cargar con la princesa si ésta es delgada que sí es gorda. Esto que parece una perogrullada es de primordial importancia si tenemos en cuenta el factor decisivo de que los defensores pueden hincharla a base de pasteles para que su rescate sea más difícil.
Todo esto con nuestra jovencita encerrada en la mazmorra de un castillo, y rodeada de una acción sin tregua en la que los jugadores se enfrentarán entre sí escogiendo una de las cinco clases diferentes. Sin embargo el título tiene una forma muy original de asignar los roles, y es que lejos de adoptarlos al inicio de la partida, en diferentes puntos del escenario daremos con máquinas que lanzarán sombreros, y cada uno de ellos simbolizará una clase de la que tomaremos parte al vestirlos. Es decir que si nuestro pequeño personaje se hace con un gorro de Soldado contaremos con mucha salud para los combates cuerpo a cuerpo, y también con una potente arma de rango cercano. Lo mismo, aunque con diferentes características es aplicable al resto de tipos de infantería que podemos encarnar: Montaraz, Mago, Cura y Constructor.
El juego, a parte del on-line, cuenta también con una campaña individual de seis brevísimos capítulos que no tiene apenas provecho. La historia es pobre y los bots para el juego off-line no son particularmente brillantes, es más no lo son en absoluto, y el título brilla mucho más con 32 usuarios humanos enfrentándose entre sí en los escenarios. Podríamos concluir que el modo historia sirve únicamente como entrenamiento.
Y es que es precisamente en Internet donde el título es especialmente adictivo, y eso se debe fundamentalmente a las necesidades de trabajo en equipo que éste conlleva. Los jugadores no sólo pelean arduamente por salvar-mantener a la princesa, sino que llevan a cabo montones de acciones más como las de regenerar la salud de sus compañeros o las de construir estructuras de ataque o defensa. Hasta tal punto es Fat Princess exigente en términos de cooperación que en todo momento deberemos hacer que nuestros silos estén repletos de materias primas para poder erigir las máquinas de guerra, escalas o las mencionadas barricadas, puertas o maquinaria defensiva. Lo que se traduce en que el jugador a menudo deberá sacrificar su clase favorita o actividad preferida para hacer lo que más le convenga al grupo.
Castillos
Es francamente complicado definir con palabras qué hace de la experiencia de Fat Princess algo tan divertido. En primer lugar es lo variado de las acciones a realizar, y lo frenético de todas ellas uno de los principales motivos, sin embargo que nadie se lleve a engaño, y es que por complicado que parezca todo esto sobre el papel, en su ejecución práctica es tremendamente accesible.
Las partidas son cortas y rápidas, y en los mapas más pequeños pueden solventarse en poco más de 30 minutos si todos los jugadores tienen un nivel adecuado. Hay 9 mapas en el videojuego de un nivel algo irregular, y mientras que algunos son sencillamente geniales y están pensados hasta el más mínimo detalle, otros parecen algo más perezosos, y acaban ofreciendo unas partidas mucho más directas y menos tácticas de las que el videojuego no se beneficia en absoluto.
Del mismo modo, no son todo virtudes en Fat Princess, y es que el juego también hace gala de serios problemas, especialmente en lo que hace referencia a su experiencia en red. Algunos usuarios están sufriendo desde su lanzamiento serios problemas de conexión que han sido resueltos con un primer parche que mejora la estabilidad de los servidores, reduce el lag y soluciona algunos problemas del tipo de bugs. Es por ello que hemos esperado hasta la resolución de estos inconvenientes en la versión norteamericana, primera en lanzar el parche, para proceder a su análisis.
No obstante no todos los inconvenientes son de tipo técnico y es que también es obvio que hay algunos problemas de balanceo que hacen que algunas partidas sean de lo más desequilibrado. La otra pega que se puede poner en este sentido está relacionada con el hecho de que el resto de modalidades jugables que no hacen referencia a la princesa son muy poco interesantes, puesto que son un Deathmatch y una captura de puntos de control que carecen por completo de estrategia. Por 15 euros tenemos dos modos útiles, el resto no tiene demasiado interés.
Así pues lo ridículo del propio concepto y lo ligero y divertido de las situaciones que se dan constantemente es una de las principales garantías de entretenimiento de las que hace gala Fat Princess. El juego llega a nuestro país con un doblaje adecuado, y su aspecto gráfico está muy cuidado ofreciendo una divertida mezcla entre la estética Animal Crossing y algo que roza el modelo South Park por su violencia, especialmente jocosa en estos entornos y causada sobre estos personajes.
Un nuevo videojuego a tener en cuenta para el creciente catálogo de PlayStation Network. Fat Princess brilla como un entretenimiento rápido, adictivo y frenético para jugar a través de Internet, y a pesar de algunos problemas acaba primando el trabajo en equipo de una forma realmente divertida y cautivadora.
