La posibilidad de crear nuestros propios microjuegos es una idea tan apetecible como un reto que muchos jugadores llevaban esperando. Warioware: Do It Yourself tiene ésto y mucho más. Cientos de pequeños juegos que harán las delicias de todos los jugadores en sencillas fases que requieren habilidad, reflejos y mucho ingenio.
Durante años los microjuegos de WarioWare han hecho de las suyas en las distintas plataformas de Nintendo, desde Gameboy Advance hasta las actuales Wii y Nintendo DS. Su fórmula sencilla de pequeños juegos de unos cinco segundos de duración han despertado el ingenio y los reflejos de miles de jugadores en el mundo.
Lo que demandaba el público era una mayor participación en estos microjuegos, a los que a veces se les achacaba ser algo repetitivos y monótonos haciendo que a la larga la vida del producto no alcanzara la durabilidad deseada. Nintendo, buen sabedor de ello, ha escuchado a sus usuarios, y con esta nueva edición de Warioware subtitulada Do It Yourself, nos permite crear nuestros propios juegos, pero también compartirlos, editarlos y hasta intercambiarlos con la amplia comunidad que Nintendo ha puesto tras el cartucho.
Lecciones Made in Wario
El principal baluarte que posee el cartucho es que podemos crear nuestros propios microjuegos, pero para los menos deseosos de dar rinda suelta a su creatividad, también se puede disfrutar del título aprovechándose de los más de 90 microjuegos incluidos de serie y de otros tantos que pueden descargarse de forma gratuita en el servicio online. Sin embargo, el mayor peso del juego recae en la creación, en la imaginación, en nuestras dotes de programación. En Warioware: DIY no necesitaremos tener ningún conocimiento básico de programación, simplemente entendiendo las bases principales del título y aprendiéndose al dedillo los tutoriales del juego, podremos crear casi cualquier juego dentro de los límites del software que se nos ofrece.
Tendremos un completo, sencillo y curioso tutorial de largo recorrido que explica minuciosamente, y sin llegar a aburrir, cada uno de los pasos para crear un microjuego en Warioware. Cierto es que nuestro primer juego requerirá muchas horas de dedicación y de alguna que otra frustración intentando posicionar interruptores que funcionen como esperamos, y por eso conviene a empezar con títulos sencillos para ir con algunos más complejos.
El interfaz de juego está lleno de colorido, botones y mucho dibujo, en el que no será fácil perderse pero que puede acosarnos con mucha información desde un principio. Si nos sabemos mover por el menú principal daremos grandes progresos. Así, es recomendable primero pasarnos por la tienda del juego, lugar donde podremos acceder a todos los juegos disponibles que estén desbloqueados, pudiéndolos probar para ir entendiendo la mecánica. Desde este mismo lugar podemos hacer lo mismo con las músicas y las tiras cómicas, escuchar y leer las ya disponibles; y es que como habrás adivinado, también podremos crear nuestras propias canciones y nuestro guión visual para los juegos que hagamos.
Con este primer vistazo nuestro siguiente paso es visitar Warioware inc, lugar donde aprenderemos las lecciones mencionadas, y donde se nos irá invitando poco a poco a hacer microjuegos sencillos, músicas cortas o tiras cómicas sin exigencias. Desde aquí Wario nos pedirá ciertos encargos creativos para incluir en algunos juegos que nos va ofreciendo a lo largo del cartucho, y donde nos limitaremos a dibujar y poco más.
¡Crea y juega!
Si ya nos hemos aprendido las lecciones básicas y hemos jugado lo suficiente en la tienda se nos abrirá nuestro propio estudio de creación donde empezar a programar nuestras propias historias jugables. Para hacer juegos debemos seguir tres sencillos pasos. Primero, crear el escenario, preocupándonos de crear el fondo, el paisaje y los objetos que participen en la acción. Para ello podemos importar elementos de otros microjuegos, o bien crearlos nosotros mismos desde cero siguiendo las distintas variantes de lápices, brochas, sprays o sellos disponibles. Podemos dotar a cada objeto de cuatro animaciones, teniendo que dibujar cada una de ellas para dar sensación de movimiento.
En segundo lugar debemos dotar de sonidos y músicas al juego. Así, siguiendo los mismos consejos de importación, podemos traer las músicas ya incluidas o dar rienda suelta a nuestra imaginación. Para crear debemos elegir los instrumentos y colocar las notas en las pistas (4 de melodías y una rítmica).
Pero sin duda el paso más complicado son las distintas órdenes que debemos dar a los objetos que hemos creado. Así, a cada uno de ellos debemos darle unas instrucciones para que se comporten en el juego como deseemos, y esto se hace con activadores y acciones concretas. Al principio puede frustrar por lo complicado que parece,- de hecho es donde más tiempo dedicaremos-, pero siguiendo los tutoriales no tendremos mayores dificultades que las normales. Cuando ya hayamos dado todas las órdenes, solo nos quedará especificar las condiciones de victoria.
Diversión ilimitada
La vertiente online es quizás una de las partes más notables del título. En primer lugar se nos permite compartir nuestras creaciones con el resto de la comunidad; y en segundo lugar, recibir más microjuegos tanto de amigos como de cualquier usuario del globo hasta completar las 90 casillas que se nos permiten. Además, siempre y cuando el usuario creador no lo haya protegido, podemos editar los microjuegos que nos descarguemos. Nintendo también irá lanzando una serie de concursos de forma regular en los que podremos ir participando.
La conectividad entre el juego de Wiiware y el presente de Nintendo DS nos va a permitir, entre otras cosas, ver nuestros microjuegos de Nintendo DS en la pantalla grande del televisor. Este añadido, lejos de ser algo positivo, limita mucho más los microjuegos, debido a que prácticamente su totalidad está dirigida a la pantalla táctil. Comparado con otras versiones de Warioware, estamos ante un conjunto de microjuegos menos variado y que no hacen uso de otras funciones más clásicas que podrían haber quedado de lujo.
El interfaz del juego sigue la misma tónica de sencillez dentro de grandes dibujos y colores en todas las esquinas. La cantidad de botones, con la representación en miniatura del icono correspondiente ayuda enormemente a la navegación por los menús; especialmente de utilidad los sabios, curiosos y desternillantes tutoriales.
El apartado sonoro navega en la misma vertiente que los gráficos, recogiendo las melodías que hemos visto en la serie, junto con un amplio abanico –sumamente variado- tanto de instrumentos, melodías y sonidos clásicos que nos harán recordar viejos tiempos.
Los más de 90 microjuegos incluidos dentro del cartucho pueden acabar haciéndose escasos, algo repetitivos a los pocos días, pero afortunadamente esta sensación se compensa por la posibilidad de conseguir prácticamente microjuegos infinitos de otras personas por si no queremos convertirnos en programadores por un día.
Warioware: Do It Yourself es un paso más en la serie y la consecuencia de la demanda del público en los últimos tiempos. La creación de los microjuegos es sumamente sencilla, aunque requiere su tiempo de dedicación. La posibilidad de descargar nuevos microjuegos y la participación en concursos hacen que la duración del título sea casi infinita. Pequeños fallos como la utilización exclusiva de la pantalla táctil para resolver los juegos y su escasa variedad pueden echar atrás a aquellos que no quieran pasar horas en la tarea ardua, pero realmente divertida, de crear sus propios juegos.
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