Análisis de Muscle March

Análisis de Muscle March
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De tanto en cuando, los jugadores necesitan evadirse de los convencionalismos para abrazar algo... diferente. Namco Bandai Games ha tomado buena nota de ello para presentar una propuesta bizarra donde el tópico "más vale maña que fuerza" se queda empotrado contra la pared.

Osos polares en bañador, músculos sudorosos a mansalva e histriónicas canciones pop... Sí, Muscle March es ese tipo de juego, aquel que no necesita análisis que dictaminen su compra u olvido: basta con que el usuario se sienta atraído por su aleatoriedad visual y decida adentrarse en su premisa, tan bizarra como irónicamente familiar para los fans de los títulos japoneses auto-paródicos. En este sentido, Namco Bandai ha realizado un trabajo excelente publicando videos a modo de cebo para atrapar a todos los usuarios con ganas de probar algo diferente; ahora bien, convertir un videojuego en un chiste es un arte que pocas desarrolladoras han logrado dominar, pues para que el resultado sea considerado un éxito éste debe hacer gracia después de los cinco minutos iniciales.

La persecución final de cada nivel puede ser frustrante en el sentido de que a veces, por muy fuerte que el usuario agite el wiimote y el nunchuk, el juego no dará su esfuerzo por válido y le obligará a empezar desde el principio del escenario.
La persecución final de cada nivel puede ser frustrante en el sentido de que a veces, por muy fuerte que el usuario agite el wiimote y el nunchuk, el juego no dará su esfuerzo por válido y le obligará a empezar desde el principio del escenario.

Confusión en el gimnasio
¡Diantres y rechifles en vinagre! Unos ladrones -que o bien son maestros del disfraz o bien tienen un gusto para vestir cuanto menos nefasto- no cesan de hurtar los suplementos vitamínicos del gimnasio, así que sus hercúleos clientes hilvanan un plan meticuloso, inteligente y sin ningún tipo de laguna: correr tras ellos en rigurosa fila india, rompiendo paredes cuando sea necesario. Aparte de confirmar el tópico "Dios los cría...", la historia es sencilla y logra justificar con creces el desfile de machotes al más puro estilo Benny Hill.

Todas y cada una de las porciones de esta tabla de chocolate vitaminada han sido entrenadas para confundir e impresionar al personal. El cursor se ha tomado unas vacaciones y en su lugar aparece un cachas que se irá agrandando -para disgusto de los presentes- conforme el jugador acerque el mando a la barra de sensores. El menú de inicio es una amalgama de iconos extraídos de aquellos concursos japoneses que nadie entiende -ni falta que hace- mientras que las cinco canciones disponibles son odas enfermizas al mundo de los músculos y de las pesas. ¡Incluso la ausencia de un modo para televisores de pantalla ancha se ve subsanada con la posibilidad de llenar los bordes de colores del arco iris y de machos posando!; "sutilidad" no es la palabra adecuada para describir esta fusión de elementos.

Muscle March es un juego con tantos detalles que al final quienes disfrutarán realmente de su alocada propuesta serán los espectadores ya que el usuario estará tan ocupado haciendo poses que no se dará cuenta de lo que ocurre a su alrededor.
Muscle March es un juego con tantos detalles que al final quienes disfrutarán realmente de su alocada propuesta serán los espectadores ya que el usuario estará tan ocupado haciendo poses que no se dará cuenta de lo que ocurre a su alrededor.

Crítica encubierta a las paredes
El modo principal consiste en perseguir a los ladrones por escenarios que van del desquicio a la paranoia. El pícaro de turno irá destrozando paredes, y los culturistas deberán imitar rápidamente la pose del hueco que éste acaba de dejar su presa para poder pasar. El jugador siempre empieza siendo el último del inusitado desfile y será testigo de cómo sus compañeros caen en la desgracia -ah, y en el suelo- hasta que tan sólo queden él y el rufián; en ese instante, atrapar al villano será cuestión de agitar frenéticamente el wiimote y el nunchuck.

Si en este punto el lector tiene la sensación de encontrarse ante una mecánica repetitiva, añadir que tan sólo hay cuatro poses disponibles no será más que echar sal en la herida. Por muy variados que sean los niveles en su aspecto visual -el gimnasio, una casa señorial de estilo oriental, el mismísimo espacio exterior..., la carrera es automática y de lo único que tiene que preocuparse el jugador es de posicionar los brazos a tiempo.

Para aquellos que busquen locura aleatoria, ni los controles ni la monotonía podrán contrarrestar a la posibilidad de controlar a un oso polar en bañador.
Para aquellos que busquen locura aleatoria, ni los controles ni la monotonía podrán contrarrestar a la posibilidad de controlar a un oso polar en bañador.

El Aguafiestas
Por desgracia, los controles son los verdaderos aguafiestas del título, algo que impedirá que los invitados se queden hasta el final de la celebración. Para empezar, la respuesta del juego a las indicaciones del usuario es muy lenta, así que en muchas ocasiones el machote chocará contra la pared porque la animación correspondiente ha tardado en activarse. El problema se acrecienta si se tiene en cuenta que el personaje moverá primero un brazo y luego el otro en lugar de hacerlo al unísono. Al principio, el inconveniente pasará desapercibido, mas cuando el ritmo de los niveles aumente al mismo tiempo que la vida disminuya, las blasfemias sustituirán a las risas. Finalmente, el sensor se negará a reconocer poses arbitrariamente, añadiendo la guinda del pastel agridulce.

Muscle March cuenta con un modo multijugador donde hasta cuatro amigos pueden competir por ver quién es el que llega más lejos. En lugar de apostar por la cada vez más olvidada opción de la pantalla partida, el juego obliga a pasar un sólo mando hasta que todos los participantes hayan sacado pecho, y nunca mejor dicho.

Regular

Sin sello

Muscle March

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Como ocurre con todos los chistes, el nuevo título de Wiiware pierde la gracia -su baza principal- cuando ésta ha sido contada hasta la saciedad. A falta de una mecánica más variada y de unos controles más precisos, la propuesta de Namco Bandai Games sólo puede ser recomendada para pasar una tarde divertida con los amigos... o bien para que el jugador confirme que la anulación de su subscripción en el gimnasio de la esquina fue una decisión sensata.

Jugadores: 1-4
Idioma: Textos en inglés y voces en inglés
Duración:
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